Cada miércoles un cuento en El Estafador

sábado, 28 de marzo de 2009

Una duda lleva a la otra


Es bueno cerrar la espita de las dudas antes de irse a dormir por la noche. Es más, si se puede, hay que mantenerla cerrada también durante el día. La mía tiene no sé qué problema y no cierra bien. Los del servicio técnico no paran de darme largas y contarme cuentos sobre una pieza de recambio que hay que pedir a un país que está muy lejos muy lejos y con muy malas comunicaciones.

A las dudas de hace un par de posts se han sumado algunas más esta mañana, aunque de menor entidad.

Me he echado un último vistazo en el espejo antes de salir a la calle y me he dado cuenta de que iba demasiado bien. Parecía que estaba a punto de saltar a un escenario del Primavera Sound más que a ir a la Biblioteca Regional a pasar la mañana con Darío. ¿Me estoy pasando con el nivel cool de la ropa que compro últimamente?

No podía dejarme ver de esa guisa sin que me tomaran por un cantante frustrado. Ya que estaba probándome modelitos, he visto cómo me quedaban algunas prendas del año pasado. ¡Virgen Santa! Me estaban enormes. Es como si me hubiera sometido a un proceso de jibarización en vez de a uno de adelgazamiento. Una nueva duda: ¿No hubiera sido recomendable haber contado con la supervisión de un especialista en todo esto?

(Si alguien me hubiera dicho hace dos años que iba a escribir cosas como "Ya que estaba probándome modelitos..." lo hubiera matado.)

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