Cada miércoles un cuento en El Estafador

jueves, 30 de abril de 2009

Servicio público: Productos no tan buenos como se anuncian


Este es el típico post que habría que empezar diciendo: Si me pusiera a enumerar todos los productos que no son tan buenos como anuncian podrían darme las uvas y etcétera.

Hecha ya esta aclaración, puedo ir al grano.

Hoy, queridas amigas y amigos, quiero hablaros de dos productos que no son tan buenos como anuncian.

El primero son los quita rozaduras del coche. Quizás sirvan si la rozadura es de dimensiones microscópicas, puede ser. Pero basta con que sea visible al ojo humano para que no sea eliminada por el supuesto producto milagro. Tan ilusionado que estaba yo con poder dejar mi coche como nuevo...

El segundo son los desodorantes antitranspiración. Debo reconocer que, en el caso anterior, solo he usado un producto, por lo que puede ser que me haya precipitado en mi juicio. Pero, en este segundo caso son varios los que llevo probados (incluido alguno que otro de farmacia) y no hay forma de levantar el brazo sin parecerme a Camacho dirigiendo a la selección española en el Mundial de Japón y Corea. Desastroso.

miércoles, 29 de abril de 2009

Javier Ortiz

Él no lo sabía, pero compatíamos militancia. También compartíamos palabras, las que él escribía y yo leía.

Creo que ya he contado alguna vez que los periódicos los ojeo, con suerte. Pero su columna en Público la leía siempre que este diario caía en mis manos. Hay quien va de guay y dice que le gusta leer a gente que piensa distinto para reflexionar y ser crítico. A mí me gusta leer a la gente que piensa más o menos como yo y refuerza mis ideas. Si además esa gente escribe bien, mejor que mejor. Es un poco como enamorarse: la persona de la que me he enamorado yo es la mejor del mundo, ergo yo también molo.

La última columna aparecida en el periódico, su propio obituario, me parece emocionante y brillante a la vez. Ahí mismo cuenta que lo primero que publicó fue también una necrológica. Lo que nos sitúa ante un círculo perfecto.

Copio y pego:


OBITUARIO

Javier Ortiz, columnista

Falleció ayer de parada cardio-respiratoria el escritor y periodista Javier Ortiz. Es algo que él mismo, autor de estas líneas, sabía muy bien que sucedería, y que por eso pudo pronosticar, porque no hay nada más inevitable que morir de parada cardio-respiratoria. Si sigues respirando y el corazón te late, no te dan por muerto.

Así que en ésas estamos (bueno, él ya no).

Javier Ortiz fue el sexto hijo de una maestra de Irún, María Estévez Sáez, y de un gestor administrativo madrileño, José María Ortiz Crouselles. Sus abuelos fueron, respectivamente, un señor de Granada con aspecto de policía –lo que tal vez se justifique considerando el hecho de que era policía–, una señora muy agradable y culta con allure y apellido del Rosellón, un honrado y discreto carabinero orensano con habilidades de pendolista y una viuda de Haro casada en segundas nupcias con el recién mencionado, Javier Estévez Cartelle, del que se derivó el nombre de pila de nuestro recién difunto. Si algún interés tienen todos estos antecedentes, cosa que dista de estar clara, es el de demostrar que, en contra de lo que suele pretenderse, el cruce de razas no mejora el producto. (Obsérvese qué gran variedad de procedencias se puso en juego para acabar fabricando a un vasco calvo y bajito.)

La infancia de Javier Ortiz transcurrió en San Sebastián, ciudad que le venía muy a mano, porque nació allí. Se dedicó básicamente a mirar lo que había por sus cercanías, en particular el pecho de las señoras –ahora que ya está muerto podemos descubrir ese inocente secreto suyo–, y a estudiar cosas tan peregrinas como las ciudades costeras del Perú, de las que no logró olvidarse hasta su postrer respiro. Los jesuitas trataron de encauzarlo por el buen camino, pero él descubrió muy pronto que era comunista. Eso malogró del todo su carrera religiosa, ya de por sí poco prometedora, sobre todo desde que notó con desagrado el interés que algunos sacerdotes ponían en sus partes pudendas.

Su primer trabajo como escribidor, aparecido en una página del periódico del colegio, fue, curiosamente, una necrológica, con lo que cabría decir que su carrera como periodista ha resultado capicúa, singular circunstancia de la que muy pocos podrían presumir, aún en el improbable caso de que lo pretendieran.

A los 15 años, hastiado de las injusticias humanas –algunas de las cuales seguían teniendo como referencia obsesiva los pechos femeninos–, decidió hacerse marxista-leninista. Los años siguientes tuvo que emplearlos en averiguar qué era eso que acababa de hacerse, a lo que contribuyeron decisivamente algunos esforzados miembros de la Policía política franquista.

A partir de lo cual, se dedicó con gran entusiasmo a cultivar el noble género del panfleto. Sin parar. A diario. Año tras año. Fue cambiando de punto de residencia, no siempre por voluntad propia –ahí merecen especial mención sus estancias carcelarias y su exilio, primero en Burdeos, luego en París–, pero jamás varió su inquebrantable afán de agitador político, que él pretendía haber adquirido, por absurdo que parezca –y sea, de hecho–, en la lectura de Los documentos póstumos del Club Pickwick, de don Carlos Dickens, y de las Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Padarox, de don Pío Baroja.

Burdeos, París, Barcelona, Madrid, Bilbao, Aigües, Santander... Recorrió incontables sitios y holló innúmeros parajes sin parar de escribir, erre que erre. Zutik!, Servir al Pueblo, Saida, Liberación –y Mar, y Mediterranean Magazine– y El Mundo, y una docena de libros, y varias radios, y algunas televisiones... Por escribir, incluso escribió para otros y otras, ejerciendo de negro en momentos de particular penuria. También lo hizo a veces por amistad.

Movido por la lectura del Selecciones de Reader’s Digest y otras publicaciones estadounidenses tan aficionadas a ese género de operaciones, un día decidió calcular cuántos kilómetros cubrirían sus escritos, en el caso de colocarlos todos en una sola larguísima línea de cuerpo 12. El resultado de la estimación fue concluyente: ocuparían la tira.

En materia de amores (de la que sería injusto decir que careciera de alguna experiencia), también fue capicúa. Decía que las mejores mujeres, las más cariñosas y las más nobles con las que compartió sus días (sin desdeñar dogmáticamente a ninguna otra), le resultaron la primera y la última. Aunque la favorita le apareciera por medio: su hija Ane.

Y todo para acabar con algo tan vulgar como la muerte. Por parada cardio-respiratoria, como queda dicho. En fin, otro puesto de trabajo disponible. Algo es algo.

______

Javier Ortiz, escritor y columnista, nació en Donostia-San Sebastián el 24 de enero de 1948 y murió ayer en Aigües (Alicante), tras dejar escrito el presente obituario.


(Esta era, es, el tiempo digital es aún más incomprensible que el real, su página web)

martes, 28 de abril de 2009

Murcia, mañana, será republicana.



Me he metido mucho con Murcia... y seguiré haciéndolo. Creo que mi carácter encajaría mejor con una ciudad tipo Berlín, Oslo o Quebec. Ya me mudaré cuando llegué el momento. Pero no todo en Murcia es malo. En el aniversario de la República, algunos buzones aparecieron pintados tal y como se ven en las fotos. Y yo me sentí un poco reconciliado con mi ciudad.

O mucho me equivoco o uno de mis primos tuvo que ver con el asunto. Así que aprovecho la ocasión para mandarle un mensaje: O me devuelves ya el DK2 o me hago monárquico.




lunes, 27 de abril de 2009

Bestiario del hombre ama de casa: El ratoncito del estudio


No hace falta ser una cabra para acabar siendo un chivo expiatorio. Que se lo digan sino al ratoncito del estudio.
El ratoncito del estudio es uno de esos animales que han nacido con el gen X, ya sabéis: ese gen alterado que te dota de ciertos poderes mutantes. En este caso, el ratoncito es capaz de viajar entre lo real y lo imaginario. Igual está en el mundo de los cuentos que está en nuestro estudio.
Al poco de nacer Juan, empezamos a jugar a que en el estudio había un ratoncito. Yo pongo voz pitufada y me hago pasar por el roedor. Al ratoncito no le gusta un pelo que le suplante. Dice que su voz no es tan aflautada y que no dice tantas tonterías como yo.
Desde hace unos años es uno más de la familia. Para lo bueno y para lo malo. Juan ha encontrado en él el chivo expiatorio ideal porque nunca niega las acusaciones. ¡Juan! ¿Quién ha vaciado las cremas carísimas de mamá? No he sido yo, Fede, ha sido el ratoncito del estudio. ¡Juan! ¿Quién ha escondido es esa caja mi móvil? llevo días buscándolo. No he sido yo, Fede, ha sido el ratoncito del estudio. ¡Juan! ¿Quién ha estado dando martillazos en la pared? No he sido yo, Fede, ha sido el ratoncito del estudio. Y etcétera.
Sospecho que están conchabados pero no he podido demostrarlo todavía. Tampoco sé qué recibe el ratón a cambio de asumir todas las barbaridades de Juan. Como siempre, me temo lo peor.
Postdata: En clase de Juan están aprendiendo a dibujar gatos. Esto explicaría el aspecto afelinado con que lo ha dibujado. O eso o el gen X ha sufrido una mutación secundaria que permite al ratón transformarse en gato cuando le venga en gana.
Próxima entrega: Mamá cabritilla (homenaje a las madres en su día)

sábado, 25 de abril de 2009

Hazaña




Hoy hemos estado Juan, Darío y un servidor en dos fiestas de cumpleaños. Y hemos conseguido volver sin ninguna baja.


La foto de arriba la he tomado en el momento de una de las piñatas.


Reivindicación: ¿Para cuándo un Real Decreto que castigue con pena de muerte (lenta y dolorosa) a quien regale ropa en un cumpleaños infantil?

Día del libro (continuación)


Sigo con el post que empecé el jueves y que tuve que dejar a medio porque mis hijos se estaban masticando el uno al otro, y hay cosas que un padre no puede permitir.

Spoiler

Con 5º y 6º hemos jugado a los cuentos alternativos. Un rollo What If, que dirían en Marvel. Tenían que reescribir un cuento clásico pero con una serie de cambios que yo les proponía: el príncipe de Blancanieves era princesa, en los tres cerditos salía Arguiñano, Cenicienta estaba ambienta en un escenario futurista y etcétera.

Con 1º, 2º, 3º y 4º hemos jugado a la narración equivocada. Yo les contaba un cuento con errores y ellos me tenían que ir corrigiendo. Esta actividad es muy divertida y se lo pasaron de muerte.

Para Infantil preparé un cuento super elaborado. Un padre le cuenta el cuento de por la noche a su hijo pero el final está cambiado: el cazador no aparece y el lobo feroz se larga tan pancho con Caperucita y la abuelita en la barriga. A la noche siguiente, los besos de amor verdadero del príncipe no surten efecto y Blancanieves no se despierta. El niño decide investigar y descubre que el Lobo feroz, la Bruja y el Ogro se han adueñado del mundo de los cuentos. Con la ayuda de una amiga (y del auditorio) tendrá que conseguir que todo vuelva a ser como siempre.

Guardaba la trama en secreto pero cometí el error de avanzarle algo a Juan, al que le faltó tiempo para contarlo en clase y destriparme el misterio. La próxima vez no le pienso decir nada, por mucho que me insista.

Campeón

Todo lo anterior lo hice con Darío, que se portó razonablemente bien. A media mañana lo tuve que dormir en brazos mientras contaba un cuento mal y veinte criaturas me gritaban cada vez que les decía que la caperuza era verde o el lobo vegetariano.

Recompensa

Al acabar, el equipo directivo del cole, me dijo que no sabía cómo darme las gracias. Estuvimos estudiando varias posibilidades y al final acordamos que me abrirían una cuenta en las Islas Caimán con chorrocientos billones (europeos) de dólares canadienses.

En la Fnac

Ayer fuimos a la Fnac a comprar un par de regalos. En la zona de libros infantiles, un niño tenía un libro molón de dinosaurios y le dijo a su madre que ese, ese era el que quería que le compraran. Ese no, dijo la madre, uno de leer (sic). Pero si este tiene palabras, mamá, mira cómo las leo, le explicó el niño, mucho más listo que su progenitora.

Pensé en intervenir y recomendarle a la madre que le regalara los siete tomos de En busca del tiempo perdido para que el niño se hartara de leer, pero luego consideré que mejor no me complicaba.

Con una madre así de idiota, ese niño tiene todas las papeletas de acabar odiando la lectura.

Quijote

¿Por qué todos los años celebran el día del libro leyendo en voz alta el Quijote? ¿No hay otro libro que leer? Vale, se entrega el Cervantes pero ¿este autor no escribió nada más? ¿Y por qué empiezan siempre por el principio? ¿Por qué no empiezan cada vez por un capítulo distinto para que cuando estén todos los periodistas se escuche algo distinto del manido En un lugar de la Mancha...? Qué aburrimiento.

Me comprometo, aquí y ahora, solemnemente a, cuando me den el Cervantes, negarme a leer el Quijote y recibir el premio de manos del Rey. Dicho queda.

jueves, 23 de abril de 2009

Día del libro


Herodes

Llevo rodeado de hijos e hijas de todas las edades y procedencias desde las nueve de la mañana, incluidos los míos. Y así sigo. No sé por qué, no dejo de acordarme de cierto rey de la antigüedad.

(Juan ha puesto la música a todo volumén y están bailando como posesos en mitad del estudio. Posiblemente tendré que dejar este post a medio cuando rompan algo.) Son casi las diez de la noche. Me toca dormirlos y como preveo que no saldré con vida del intento, voy a escribir un par de cosillas.

Pincel

Ya estuve contando un cuento a las clases de Infantil en el cole de Juan hace unos meses. Salió bien y me pidieron que repitiera ¡con todo el colegio! (Dios, han alcanzado la edición Ultimate de Dragon Ball, la están pisotenado, no respetan nada). Como ando justo de asertividad y tengo cierta tendencia a complicarme la vida, dije que sí.

A las nueve estaba plantado en la biblioteca del cole. Con mis mejores galas, como se merecía la ocasión. Rebeca rollo Northern Soul, polo blanco con corona de laurel a mil euros el hilillo del bordado, pantalones pitillo granates, cinturón blanco, zapatillas de loneta blancas y gafas negras de estreno, de pasta, of course.

Spoiler

Con 5º y 6º hemos jugado a los cuentos alternativos. Un rollo What If, que dirían en Marvel. Tenían que reescribir un cuento clásico pero con una serie de cambios que yo les proponía: el príncipe de Blancanieves era princesa, en los tres cerditos salía Arguiñano, Cenicienta estaba ambienta en un escenario futurista y etcétera. (El libro que saqué en la biblioteca ha caído en las garras de Darío, a ver cómo se lo explico ahora a la bibliotecaria).

Con 1º, 2º, 3º y 4º (Darío le acaba de sacudir a Juan en la cabeza con una regla que, maldita la hora, me traje de mi trabajo para unas maualidades que tenía pendientes) hemos jugado (Están llegando a los dientes... tengo que intervenir, ya sigo mañana si eso...

miércoles, 22 de abril de 2009

Una nueva religión / Adolescencia precoz


Juan ha entrado en la adolescencia a la increíble edad de 4 años y medio. En su repertorio de frases habituales (proclamadas a gritos) se encuentran: Mi familia es una mierda; Quiero que todo se pudra o No me dejáis hacer nada, quiero que os muráis.

Ahora se ha inventado una religión basada en tres simples preceptos. A saber:

1. Al morir nos vamos al cielo convertidos en nubes.

2. Cuando todos nos muramos ("también vosotros y la abu") llegará la edad de Wall-e.

3. Cuando llegue la edad de Wall-e, las nubes bajarán a la Tierra para poder verla.

Ayer, después de enunciar estos tres preceptos, comenzó a llorar mientras sollozaba: Quiero morir ya para que llegue la edad de Wall-e.

Por suerte, todavía no controla el tema del chat ni se ha abierto un perfil en facebook o tuenti. De lo contrario estaría convocando al suicidio a un puñado de adolescentes desorientados como él.

Qué va a ser de nosotros con un hijo así.

martes, 21 de abril de 2009

Una reflexión incómoda



Esta noche se me ha aparecido en sueños el Equilibrio cósmico. Por lo visto no tiene nada mejor que hacer. Vaya un post más insustancial que escribiste ayer, me dijo. Eso ya lo escribí yo, respondí. Sí, sí, el típico truco de reconocer tus propios fallos para permitirte seguir cometiéndolos. Su comentario no me pareció muy equilibrado. El caso es que, continuó, para evitar una ruptura en el continuo Espacio Tiempo y reestablecer el orden del Universo, es preciso que escribas un post con algo más de enjundia. Venga ya, le respondí. Que te lo digo en serio, joder, la vida de todo lo que conocemos está en riesgo y solo tú puedas salvarla. Y dicho eso desapareció.

Sé que fue un sueño y que un post insustancial no puede ser tan peligroso. Pero, por si acaso, curaré en salud "a todo lo conocido" escribiendo algo más enjundioso, como me recomendó el Equilibrio cósmico.

Me dio cierta pena descubrir qué era el muro de sonido por culpa de un asesinato. (¡Eh! me ha quedado una frase molona.) Phil Spector tuvo que ser declarado culpable de matar a una mujer para que escuchara a Juan de Pablos contar en el programa Asuntos Propios (RNE) qué era el Wall Sound. Me llamaba la atención el concepto cada vez que lo oía nombrar pero no me había molestado en investigarlo.

El asesinato siempre causa extrañeza y puede que un poco más si es cometido por alguien capaz de crear canciones tan hermosas como Phil Spector. Es una mierda que alguien así haya cometido esa barbaridad y tenga que acabar sus días en la cárcel. Quizás haya algo de egoísmo en la anterior lamentación: un productor de discos puede producir pocos discos si está entre rejas.

¿Modifica la obra de Spector su condena por asesinato? A todas luces, ahora es peor persona pero ¿es también peor músico? ¿Cómo influyen los posicionamientos políticos y éticos de un artista a la hora de valorar su obra? ¿Y sus actos? (Como las preguntas en sí ya van bien cargaditas de enjundia, no me complicaré con las respustas).

La cosa puede llegar al colapso neuronal si damos un salto cualitativo de un tamaño desconocido (esta frase no me ha quedado tan bien). Estos días se han subastado unas pinturas de Hitler, quizás el ser humano más despreciable de la Historia. Ojalá las cosas fueran tan simples como parecen serlo para cierto locutor de radio (y no me refiero a mi tocayo) para el que todo es blanco o negro, bueno o malo. Me gustó el cuadro de las rosas que mostraron las televisiones (y que no he encontrado en Internet). Es molesto que un monstruo así sea capaz de crear belleza. Y es que el ser humano es poligonal y capaz de albergar todas las maldades al tiempo que reserva uno de sus ángulos para el amor, la poesía o la música. Qué le vamos a hacer.

Bueno, pues ya he vuelto a salvar el Universo, una vez más. Una cancionzaca para celebrarlo:





PD: ¿Cuántas veces vi Dirty Dancing? ¿Cuántas veces deseé que Silvia M. fuera my baby en aquellos melancólicos tiempos de BUP?

lunes, 20 de abril de 2009

Versión beta


Estoy en pruebas. La siesta de media mañana de Darío tiene los días contados. Me tengo que ir despidiendo de esa horita libre de las mañanas que daba tanto de sí. A partir de ahora tendré que ver si soy capaz de escribir un post con Darío despierto y pululando a mi alrededor.

He hecho muchos chistes con las vacaciones de Juan y mis ganas de que empiece de nuevo el cole. Y ahora que lo ha empezado, tengo que reconocer que lo echo de menos. No me lo esperaba. Qué será de mí cuando se vayan de casa. Yo que me reía del síndrome del nido vacío.

Esta mañana he estado en Correos. Y cada vez que voy a Correos acabo enfadado como un mono. Es que he vuelto al mundo de los concursos literarios y tenía que mandar un montón de cartas certificadas. Me enfado porque la entrada es empinada, estrecha y llena de escalones. Será que no quieren ver por su oficina carricoches o sillas de ruedas. Me enfado porque van a un ritmo voluntariamente lento. Como tienen que estar allí hasta la hora de cierre, les da igual ocho que ochenta y van despacio, despacio. Y me enfado porque te cobran un huevo por mandar cartas certificadas. Son precios abusivos. Odio Correos.

Darío no se confía en mí. Lleva toda la mañana preguntándome por su madre. Yo le digo que está en el trabajo. A pesar de que la respuesta es verdad, no me cree. Y vuelve a preguntar. ¿Mamá? Está en el trabajo. ¿Mamá? Está en el trabajo. Y van ya un millón de veces.

Hemos pasado a Darío a la cama. Los hijos crecen. Hasta ahora dormía con nosotros. Literalmente porque a él eso de la cuna nunca le ha gustado mucho. Está bien porque ya no hay que dejar la ropa preparada la noche antes y en el salón para que no se despertara mientras la buscábamos. Pero nos pasamos la noche yendo y viniendo de nuestra habitación a la de los hijos.

La paciencia de Darío toca a su fin y urge cambiar ese pañal. Iré acabando este post insustancial. ¿Mañana más? Darío dirá.

domingo, 19 de abril de 2009

El otro lado

Ya habéis conocido la versión clic de nuestras vacaciones. Faltaba la versión del afectado. Está aquí.

miércoles, 15 de abril de 2009

Vacaciones pop: Viaje de vuelta.


La policía se presentó en el camping casi a medianoche. Por supuesto, les atendió Abuelo Paterno Clic. Al parecer habían recibido una llamada anónima avisándoles de que cerca de allí habían aparcados dos vehículos extraños, propios de una película de Mad Max. Todas las miradas se dirigieron a Padre Clic que se limitó a silbar mirando al cielo estrellado de Gijón.

Como nadie tenía papeles del coche turbo ni del cohe dinosaurio, fueron requisados.

-¿Y ahora cómo vamos a volver? -preguntó Padre Clic mostrándose muy afectado por lo sucedido.

-Tú a pie, chivato -le espetó Madre Clic.

Un temblor recorrió a Padre Clic de arriba abajo. El remedio empezaba a mostrarse peor que la enfermedad. Por suerte para él, Abuelo Paterno Clic intervino en la conversación.

-Acabo de llamar a una empresa de alquiler de vehículos. En estos momentos están trayendo para acá un monovolumen. Este incidente no tiene por qué retrasar vuestra vuelta ni un segundo más de lo necesario.

* * *

De madrugada sonó el despertador del móvil. Con los ojos medio pegados, Padre Clic fue metiendo bulto tras bulto en el maletero del monovolumen.

-Joder, bien podría ser un bivolumen para que me cupieran mejor tantas maletas.

Habían tramado el típico plan miserable de padres para deshacerse del bebé dinosaurio pero Hijo Mayor Clic, que se las sabe todas, durmió abrazado al bicho y pidió que subiera al coche antes que él.

-Nenico sabelotodo -musitó Madre Clic al ver frustrado su plan.

Y así empezó el viaje de vuelta. Apenas 880 kilómetros. Once o doce horas de carretera de lo más agradables. Áreas de servicio de lo más confortables. Un pastón en gasolina, que no baja tanto como dicen. Pero ni esto ni nada impedirá que la Familia Clic vuelva a Gijón el verano que viene. Por suerte, para entonces, la memoria de Abuelo Paterno Clic habrá filtrado los malos recuerdos y estará deseando volver a ver a sus dos entrañables nietos.


Odio Espinardo.

Padre y Madre Clic al unísomo nada más llegar a casa.

martes, 14 de abril de 2009

Vacaciones pop: Shopping



Pero... ¿no dijisteis que os ibais hoy?
Abuelo Paterno Clic, superado el umbral máximo de tolerancia al caos infantil


Prólogo Uno: Era evidente pero si las Chelsea Boots que calza a todas horas y esa chaqueta blanca de cuatro botones y solapas cortas y estrechas no eran suficiente para verlo, afirmamos que Padre Clic es mod.

Prólogo Dos: Madre Clic no cree en la Fuerza. Padre Clic sí. Es más, de vez en cuando la siente.

Padre y Madre Clic tienen Gijón lo suficientemente pateado para tener localizadas varias tiendas de lo más interesantes. Pero quedaba mucho por descubrir.

-Vamos por esta calle -dijo Padre Clic- que algo me dice que vamos a encontrar cosas interesantes.

Dicho y hecho. Pedazo de outlet con primeras marcas.

-¿Cómo sabías que estaba esta tienda aquí? -preguntó Madre Clic.

-Ha sido la Fuerza.

-¿La Fuerza?

-Sí. Me concentro. Pienso en coronas de laureles y noto algo en mi interior que me dice adónde ir.

Madre Clic no quiso seguir la conversación y se metió en el probador con varios vestidos a unos precios increíbles.

El consejo viajero de hoy: Hay que hacer todo lo posible para ir de compras sin hijos. Se corre el riesgo de, con los nervios, comprar algo inconveniente. Madre Clic lo sabe bien y una colección de vales de tiendas de Murcia, Albacete y Gijón lo atestiguan.

En próximos capítulos: Padre Clic se niega a volver a Murcia en bici y está dispuesto a cualquier cosa para evitarlo.

lunes, 13 de abril de 2009

Vacaciones pop: Cadena trófica



Yo voy a mi bola.


Hijo Mayor Clic, emancipador prematuro.


Después del sanguinolento episodio entre el bebé dinosaurio y el oso de peluche de Hijo Menor Clic hubo que tomar medidas.

-El bebé dinosaurio no puede comer personas ni animales con dueños. Así que tú sabrás lo que haces, Hijo Mayor -sentenció Madre Clic.

El aludido propuso poner trampas para cuellilargos pero Madre Clic, siempre tan pedestre, le recordó que se habían extinguido. Padre Clic pensó en polemizar: ¿Cómo puede ser que se hayan extinguido los cuellilargos y ellos tuvieran un bebé de dinosaurios carnívoro? Pero al final se calló.

La idea de Hijo Mayor acabó prosperando pero cambiando cuellilargos por conejos. Con tal de que no se enteren los de la protectora de animales todo irá bien.

El consejo viajero de hoy: Los habitantes de ciudades donde llueve mucho no usan paraguas. Cuando ya diluvia, miran al cielo con desgana y se dicen unos a otros: Parece que llueve, habrá que irse a casa. El viajero no debe dejarse influir por este comportamiento oriundo. Es mejor ir con paraguas si el cielo amenza lluvia.

En próximos capítulos: Hay quien afirma que Hijo Mayor Clic va por todo el camping diciendo que no piensa volver a Murcia.


(El episodio entre el bebé dinosaurio y el oso de peluche no fue sanguinolento. Ha sido una licencia poética para hacer más impactante el inicio del post. En honor a la verdad, el episodio fue de lo más algodonoso.)

domingo, 12 de abril de 2009

Vacaciones pop: Menuda noche




Paso de vosotros. Me voy a dormir a la cuna parque.

Madre Clic, no tan defensora del colecho como parece.



Al ser preguntado por el asunto, Hijo Mayor Clic declaró:

- No tengo ni idea de cómo ha llegado ese huevo gigante a vuestra cama.

Por su parte, Hijo Menor Clic se limitó a repetir varias veces el nombre de su hermano.


Hijo Mayor Clic no sabía nada del asunto pero insistió en que el huevo necesitaba estar caliente y que era mejor que estuviera en el dormitorio que en la calle. Madre Clic bordeó el ataque de nervios pero las vacaciones son las vacaciones y más vale abrir un poco la mano.

Con lo que nadie contaba era con que la eclosión se produjera esa misma noche. El colecho con dos hijos muy activos pase, pero compartir cama con un bebé dinosaurio ya no.

- ¡Por ahí no paso! -gritó Madre Clic.

-¿Y qué vas a hacer? -preguntó Padre Clic.

-¡Pues voy!... voy a... Voy a prepararle un biberón al dinosaurio, que digo yo que tendrá hambre.

Y es que Madre Clic es más sensible de lo que aparenta.

En una última prueba de su evidente culpabilidad, Hijo Mayor Clic sacó de su equipaje una cadena y un collar especial para bebés dinosaurios.

- Tampoco tengo ni idea de qué hacía eso en mi maleta - respondió con una desvergüenza que no conoce límites.


El consejo viajero de hoy: No es posible pasar por Asturias sin meterse entre pecho y espalda el siguiente menú: Fabada, Escalopines al cabrales y Tarta de queso (o Arroz con leche). Todo regado en exceso con sidra natural. Si alguien se fuera de Asturias sin probar lo anterior, se le debería prohibir volver.

En próximos capítulos: Padre y Madre Clic fueron de shopping. Siempre aparece un outlet inesperado que te descabalga el presupuesto.

Vacaciones pop: Il Cappo



¡¿Sesenta euros un cinturón?! Rayos, quién me mandaría a mí hacerme mod.

Padre Clic.


Parafraseando a Astrud: Hay un hombre en el camping que lo hace todo. Es el que arregla el enchufe roto del bungaló 14. Es el que atiende la recepción en pleno invierno. Es el que hace los carteles de las parcelas. Es el que juntea la piscina. Es el que lleva el ciber. Es el que alquila las bicicletas. Es el que dice: No os preocupéis, familia Clic, todo esto corre de mi cuenta.

Y ese hombre del camping que lo hace todo no es ni más ni menos que: ¡El Abuelo Paterno Clic!

viernes, 10 de abril de 2009

Vacaciones pop: Climatología adversa



¡A-gua! ¡A-gua!

Hijo Menor Clic, a todas horas


Es muy habitual de las series de dibujos animados o libros infantiles dedicarle un capítulo a los días de lluvia. La historia siempre es la misma: el día empieza fatal pero al final acaba toda la familia jugando felizmente dentro de casa. Las cosas en el mundo Playmobil no funcionan así. Es más, los días de lluvia acaban con los nervios de Padre Clic y Madre Clic. Y mejor dejarlo aquí.

Vacaciones pop: Los peligros de la sidra


Me la pienso beber toda.

Madre Clic,

después de varias visitas a Gijón embarazada o lactante
sin apenas poder probar la sidra.


En el camping habían organizado una exposición sobre la sidra. Muy
original. Esto nunca se había hecho antes en Asturias. Entre los muchos objetos de la exposición, a Madre Clic le llamó especialmente la atención un vaso gigante de sidra. Hay que tener en cuenta que Madre Clic llegó a Gijón con un importante déficit de alcohol en sangre. Eso podría explicar que se acercara en exceso y acabara cayendo en el interior del vaso gigante.

El resto de la familia Clic se las vio y se las deseó para poder sacarla de ahí sin que se enterara Abuelo Paterno Clic. Abuelo Paterno Clic es bueno y generoso, pero hasta la paciencia del más paciente tiene un límite.

El consejo viajero de hoy: En Asturias habitan unos seres pequeños, feos y simpáticos llamados Trasgus. Viven en el interior de la tierra y entran y salen de sus cuevas a través de los agujeros de los árboles. Si se localiza uno de estos agujeros y se les deja alguna guarrería en forma de ofrenda, al día siguiente dejarán en su lugar un regalo, habitualmente un huevo Kinder. La guarrería debe estar hecha con cariño y sin escrúpulos. Cuantas más cosas se mezclen y cuanto peor aspecto tenga, mejor. Hijo Mayor Clic aconseja echar café en la guarrería para que los trasgus se sobreexciten y hagan los regalos más rápidos.

En próximos capítulos: Algunos campistas aseguran haber visto a Hijo Mayor Clic e Hijo Menor Clic esconder un objeto que a todas luces parecía un huevo gigante. Padre Clic se muere por ir de shopping.

jueves, 9 de abril de 2009

Vacaciones pop: Viaje de ida (y II)


Parecemos de miniatura porque las montañas son muy grandes.
Hijo Mayor Clic.


Padre Clic decidió tomarse el viaje con calma y disfrutar del paisaje. Pero a la altura de Hellín empezaron los calambres y perdió contacto con el resto de la caravana Mad Max. Lo último que vio fue el chisporroteo del turbo del coche tuneado de Hijo Mayor y una polvareda inmensa que produjeron las ruedas del coche dinosaurio de Madre Clic y que él se tragó entera.

- Cabrones-dijo.

- Cabrones no se dice -le respondió Hijo Menor.

Padre Clic había olvidado que la bicicleta y el carrito portabebés estaban equipados con un traductor interno universal. Eran como Luke Skywalker y R2-D2 en un X-Wing Fighter. El traductor hizo el viaje más agradable. Hay que ver la conversación que puede tener un niño de 16 meses cuando se le entiende. La ciencia avanza que es una barbaridad. El traductor solo tuvo problemas con las pedorretas, entonces se acoplaba un poco.

Padre Clic hizo lo que pudo pero la naturaleza Playmobil tiene su límite. Al llegar al Mirador de la Luna, en pleno puerto de montaña entre León y Asturias, desfalleció y tuvo que dejarse caer patéticamente.

- Sigue sin mí, pequeñín -le dijo a Hijo Menor-. Déjame morir en paz.

- Pá -respondió Hijo Menor. Estaban fuera de la bici y no funcionaba el traductor.

Sacando fuerzas de flaqueza, Padre Clic volvió a la bici y pedaleó hasta el camping Deva, destino final.

Al llegar, un campista le dijo:

- Tío, qué bici más molona. Y el carrito ese de detrás es lo más.

Padre Clic intentó hacerle tragar la bibi y el carrito al campista. Menos mal que Abuelo Paterno Clic trabaja en el camping y pudo tapar el incidente.

El consejo viajero de hoy: Amigos y amigas viajeras: Si viajáis con niños que vomitan y cogéis bolsas para evitar el desastre, comprobad antes que no estén rotas por abajo, haced el favor.

En próximos capítulos: Hijo Mayor Clic e Hijo Menor Clic traman algo. Antes de salir, se les vio cuchicheando y en un momento de descuido de sus padres, echaron algo en el maletero del coche dinosaurio (pero no os molestéis en mirar con cuidado la foto del post anterior porque no se ve nada).

miércoles, 8 de abril de 2009

Vacaciones pop: Viaje de ida (I)


La familia Clic buscó y rebuscó. Volvió a buscar y rebuscar. Pero nada. No había un monovolumen por ninguna parte. Habría que buscar alguna solución alternativa para viajar hasta Gijón. Las aerolíneas Playmobil no eran muy de fiar, así que viajar en avión no parecía buena idea.

- Pues nos apañamos con lo que haya -dijo Madre Clic.

- ¡Yo me pido el coche turbo! -gritó Hijo Mayor Clic.

- Yo el todoterreno dinosaurio -dijo Madre Clic.

Padre Clic no estuvo despierto y le tocó la bicicleta.


-¿Estáis locos? No pienso viajar hasta Gijón en bicicleta. Además ¿dónde va a ir Hijo Menor Clic?

-Pues detrás de tu bici -dijo Madre Clic-. En el carrito porta bebés.

-¡¿Qué?! Ni de coña.

-¿Tú no eras el que estaba harto de conducir y que además está loco por hacer deporte y quemar calorías? Pues, hala, que te vas a hinchar.

Padre Clic siguió echando pestes durante un buen rato y jurando en arameo. Pero la opción que le quedaba era viajar en Dragón y juró no volver a hacerlo después de aquella horrible experiencia. Al final no le quedó más remedio que aceptar.

- Joder -dijo Padre Clic-, parecemos la caravana de Mad MAx. Como nos pare la Guardia Civil ya verás.

martes, 7 de abril de 2009

Vacaciones pop



Todo el mundo lo sabe: las amas de casa, sea cual sea su sexo, no tienen vacaciones. Los educadores sociales subcontratados por el Ayuntamiento de M. tampoco. Pero, bueno, juntas unas cosas por aquí, otras por allá, aprovechas que el martes es fiesta local y consigues una semana entera para ir a Gijón.

Pero que no cunda el pánico: este blog no cierra por vacaciones. Solo faltaba. Es más, para celebrar que nos vamos al norte civilizado, podréis seguir las aventuras de la familia Clic en una nueva serir: Vacaciones pop. A partir de mañana, y todos los días hasta el martes que viene, aquí, en el blog que no descansa.

lunes, 6 de abril de 2009

Sopa de yogur a la menta (flecos de Juan pregunta)

Hace unas semanas, Juan se preguntaba por qué el yogur no nos lo comíamos caliente. Esta vez sí hubo respuestas y a una de ellas respondí haciendo alusión a una sopa de yogur. Calvina se mostró sorprendida y se preguntó a qué sabía aquello. Debería haber respondido en ese momento, pero a veces me despisto. Para solucionar el olvido, aquí va la receta de Sopa de yogur a la menta (sacada de unos libritos de cocina por países que sacó hace muuucho tiempo El País):

(para 6 personas)

Hervir litro y medio de caldo de carne o pollo. Añadir 50 g. de mantequilla, 75 g. de arroz y un poco de sal. Cocer 18 minutos a fuego lento.

Mezclar 1 cucharada de harina con dos yemas de huevo y un poco de sal. Agregar 500 g. de yogur natural. Remover hasta que todo quede bien ligado. Mezclar con un poco de caldo para templarlo.

Incorporar la mezcla del yogur al caldo, manteniendo el hervor otro cuarto de hora, hasta que la sopa adquiera una consistencia cremosa. Ajustar el punto de sal, condimentar con menta seca, dar un último calentón y servir.

(Nunca, nunca hagáis lo que yo, que la preparo cuando tengo un hueco por la mañana y luego, a la hora de comer, está hecha una masa repugnante.)

Bernadette (II)

Las masas han hablado y yo me apresuro (más o menos) en obedecer. Aquí va una foto de Bernadette. Me ha costado mucho convencerla para que posara y al final ha cedido con la condición de que le pixelara el clavijero. Es tan tímida.




domingo, 5 de abril de 2009

Bestiario del hombre ama de casa: El Tebretekuamtu




Fragmentos extraídos de "El libro secreto de Juan -prohibido leerlo- sobre cosas que a veces existen del todo y a veces existen solo a medias" (espero que valoréis que me estoy jugando el tipo desobedeciendo una prohibición explícita, algo que se paga con los castigos más terroríficos que puedan imaginarse, como, por ejemplo, comer lo que Juan cocine en sus cacharros de cocina usando ingredientes super insalubres):


El Tebretekuamtu tiene cabeza y cuello de jirafa y cuerpo de gallina.

Tiene ciento y mil manos.

Come muchos animales, incluso puede comer ballenas y orcas.

Con sus manos puede arrancar una roca de cincuenta mil kilos.

Corre muy rápido incluso se puede beber todo el agua del mar.

También puede nadar.

Tiene colmillos que le permiten matar a ciento y mil personas (¡de una sola vez!)

Si se pincha con una aguja no se hace daño.

Puede tragarse un cocodrilo.

Vive en el hielo con los pingüinos, las orcas y los osos polares.

Por las noches puede arañar de un manotazo a un mono.


Próxima entrega: El ratoncito del estudio.

jueves, 2 de abril de 2009

Más ADN


Escribo esto mientras Mercedes me encañona la sien con una Smith&Wesson calibre 44 Magnum igualita a la que el amigo Harry empuña en la imagen de arriba (¿de dónde demonios la habrá sacado?). Al parecer no le ha sentado nada bien que hablara de sus genes y exige una rectificación. Bueno, más que una rectificación, me obliga a que hable de los míos.

Vale, lo reconozco, míos son los genes ya-verás-como-vomito-sin-razón-alguna-y-cuando-menos-te-lo-esperes, me-mareo-con-solo-pensarlo, no-sudo-más-porque-es-imposible y si-hago-una-cosa-una-vez-tengo-que-hacerla-siempre (que me lo digan a mí, que ahora Darío no come si no le riño, grito y amenzo a la comida antes de cada cucharada).

Parece que ya se da por satisfecha. Una vez más, he salvado mi vida por los pelos y en el último momento.


PD para los/as suspicaces: He subido este post a mediodía del jueves. Sí, a esas horas Mercedes está trabajando y no puede amenazarme con tamaño pistolón. Pero es que eso lo hizo anoche, dejé el post en borrador y lo he subido ahora.

PDII: Me acaba de llamar Mercedes por teléfono. Ha leído esto y me sugiere que haga una puntualización: esos genes son míos, lo que no quiere decir que los tengan nuestros chiquillos. Ellos son lo mejor que nos ha pasado, la sal de la vida, los mejores del mundo y no se marean, no sudan, no vomitan (no ni poco) y no son gremlins de costumbres. Puntualizado queda. Tengo una novia con carácter, vaya que sí.

Una curiosa coincidencia

En una conversación sobre el tema en el barrio en el que trabajo se pueden oír cosas como estas:

- Yo no me pongo eso, qué asco.
- Eso es de maricones.
- Sin condón da más gusto.

Esas afirmaciones las sostienen machotes de todas las marcas: gitanos, castellanos, árabes, evangelistas, musulmanes, católicos...

A Juan le encanta la Pantera rosa y para conseguir la película que iba con El País tuve que comprar el periódico. En un rincón de la portada leí unas declaraciones de Arantza Quiroga, Vicesacretaria general del PP vasco. "Yo nunca utilizaría el preservativo". Vaya, pensé, que coincidencia más curiosa. (Bueno, en realidad no pensé eso, pero si escribo aquí lo que pensé me podrían poner una querella criminal, por lo menos).

miércoles, 1 de abril de 2009

Servicio público: Dry Martini (shaken, not stirred)


Gin: How To Make A Classic Gin Martini Cocktail

Tricolor



No tenía pensado escribir nada sobre el triste aniversario de la derrota. Las derrotas no son para recordar. Pero me han asaltado varias ideas y me han obligado a cambiar de opinión.

Escribió Manuel Vázquez Montalbán: "A lo largo de mi vida e historia, he tenido tiempo de constatar que lo único que suele separar a un terrorista o a un criminal de guerra de un estadista es que venza en su empeño. Un terrorista puede llegar incluso a ser premio Nóbel de la Paz y un criminal de guerra puede cobijarse a la sombra de cualquier palio, siempre y cuando gane la guerra". Por eso pasa en este país lo que pasa con Franco.

Mi abuelo repetía de vez en cuando el último parte de guerra emitido por radio. Eso de "cautivo y derrotado, el ejército rojo...". Daba la sensación de tenerlo grabado a fuego en la cabeza, de haberlo memorizado sin querer con solo oírlo una vez. Era inquietante escuchar cómo lo hacía porque mezclaba la inocencia de un recuerdo infantil con el terror de un adulto.

Un amigo nos enseño a hacer lo siguiente: él preguntaba ¿Qué dice el refrán? y nosotros gritábamos ¡VIVA LA REPÚBLICA! No hace falta añadir nada más.