Cada miércoles un cuento en El Estafador

martes, 30 de diciembre de 2008

Tontitendencia


El domingo pasado, El País publicó un especial tendencias 2009 coordinado por un jovenzuelo siempre en la ola llamado Vicente Verdú. Una de las primeras tendencias de las que hablaban era la de ir por la calle en pijama, bata y zapatillas de andar por casa. Que digo yo que si se llaman zapatillas de andar por casa serán para eso y no para andar por fuera de casa. En la foto, a toda página y a color, se veía a dos pavos con una sonrisa de oreja a oreja vestidos como para irse a dormir pero en mitad de la vía pública. Una muestra más de que la línea que separa modernidad de ridículo es más bien delgada, y hasta resbaladiza.

Por lo que se ve, los cool-hunter se pasean muy a menudo por el pueblo en el que vivo y el barrio en el que trabajo. En ambos sitios salir a la calle en pijama y con la bata no es tendencia, es tradición. Lo que, dicho sea de paso, convierte a los modernos de la foto es dos folkies del montón.

Hace algunos post conté una salida que hicimos con las chicas del barrio en el que trabajo al centro de Murcia para celebrar el Día de los derechos de la niña y el niño. Con una de las niñas que bailaron se fueron dos de sus primas, primorosamente vestidas con pijamas rosas y batas a juego. Yo pensaba que era broma que se vinieran a Murcia y les vacilé: ¿No os pensaréis ir así al centro de Murcia? Pues claro, hijo, me respondieron, ni que fuera una discoteca. Y allí se plantaron y se pasaron toda la mañana en mitad de la plaza en pleno domingo por la mañana, más modernas que el más moderno.

Anda, dejaos de tonterías y procurad salir a la calle bien vestidos, que tampoco cuesta tanto, maldita sea.

lunes, 29 de diciembre de 2008

El mundo al revés

Hasta ayer, Darío sabía que cuando lanzaba algo o se le caía de las manos, iba a parar al suelo haciendo ruido. Pero ayer, el globo de helio con el que estaba jugando se le soltó y, en vez de caer hacia abajo con estrépito, cayó hacia arriba y, en silencio, se alejó hasta perderse de vista. Aquel inesperado prodigio lo dejó completamente pasmado y no paraba de contarle a quien quisiera oírle, con sus ojos como platos, su manita abierta hacia el cielo y su lenguaje balbuceante, que el globo, incomprensiblemente, se había caído hacia arriba.

No paró de decirlo hasta que su tita le compró otro globo de helio.

(El segundo globo tenía la forma de Papá Noel y el hilo iba sujeto a una pequeña prolongación situada en la entrepierna. Juan se dio cuenta de que Papá Noel tenía pene y así lo fue gritando durante todo el camino de vuelta a casa.)

domingo, 28 de diciembre de 2008

Murcia is diferent (por decirlo suavemente)


Al parecer (yo no estaba, me lo han contado) la cabalgata de los Reyes Magos de hace varios años en Murcia contó con un Rey Mago negro blanco. La cabalgata ya es de por sí bastante cutre (esto lo confirmo de primera mano) pero los puestos de reyes se rifan al mejor postor. Por supuesto, Baltasar le toca siempre a un blanco prohombre de la ciudad. El de ese año en cuestión se negó a que lo maquillaran y salió bien blanco. Como he dicho, me lo han contado, pero le doy toda la credibilidad: algo así es muy de Murcia y sus prohombres.

Esta tarde nos hemos dado un paseo por la ciudad con los hijos. Hemos hecho el recorrido de belenes y demás tonterías navideñas. En el belén de unos grandes almacenes (que es como se dice El corte inglés sin decir El corte inglés) estaban los tres preceptivos Reyes Magos. Blancos los tres. Esta ciudad no tiene remedio.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Si no lo cuento reviento

Ahora mismo está jugando Juan con la nieta de una vecina. Es una niña de apariencia frágil pero espíritu (y comportamiento) punk. A Juan le pasa algo parecido, por eso se llevan tan bien. Antes de que camparan a sus anchas por la casa, les he dicho que podían hacer lo que quisieran pero sin ponerse locos ni romper cosas.

Al rato, Juan se ha puesto a saltar y tirar cosas en medio del salón. Y escucho que su amiga le dice: Juan, no hagas eso que ha dicho tu madre que no hagamos tonterías.

Papá Noel, bien, gracias

Hasta el año pasado yo era acérrimo defensor de los Reyes Magos y duro detractor del barbudo rojiblanco. Pero el año pasado, quizás por influjo del cole, Juan empezó a hablar de Papá Noel a todas horas y a esperar que le trajera regalos. No nos quedó más remedio que escribirle y esperar que olvidara tantos años de críticas. Por suerte, Papá Noel es un tipo sin rencor y se portó muy bien. Este año también. Ahora soy acérrimo defensor del 25 de diciembre y del 6 de enero. Es lo mejor, jugar a las dos cartas: Beatles y Rolling, papá y mamá, Burger y McDonald´s, Reyes y Noel.

Juan se levantó confiado en encontrar entre los regalos el castillo de Playmobil. De entre los paquetes que rodeaban el árbol, se lanzó a por uno que, por tamaño y forma, parecía el castillo. Pero al quitarle el papel descubrió que no era. Menuda cara puso. Su madre y yo tuvimos que advertirle de que había más regalos antes de que empezara a llorar. El siguiente que abrió ya era el castillo. Es perfecto para mí, dijo al rato de haberlo montado. Y luego, para que lo escuchara desde Laponia, gritó bien fuerte: ¡Gracias, Papá Noel! Mi chiquillo es muy agradecido.



A mí me trajo un disco de Paul Weller (¡en vinilo!) y un libro sobre el revival mod. Sí, cuando me da por algo, me da. También me trajo un desodorante de farmacia. Resulta que los de spray normales acaban acartonando las axilas de las camisas. Papá Noel pensó que este me irá mejor. Sinceramente espero que no sea así. Me he informado y el tubito de roll on vale casi diez euros.



A Mercedes, entre otras cosas, le trajo el número 2 de Aya de Yopougon, un tebeo. Con Persépolis se aficionó a los tebeos hechos por mujeres y que están ambientados en lugares lejanos: Irán, México, Sudáfrica y Senegal. Cuando se compró el primero de Aya, le dije: Cuidado, hay un 1 en la portada y en el lomo pone "Nómadas 2". ¿Y?, me preguntó. ¿Cómo que y? ¿No lo ves? El uno de la portada quiere decir que habrá más tebeos con esos personajes y lo de "Nómadas 2" del lomo quiere decir que forma parte de una colección con otras historias. Antes de que te des cuenta necesitarás comprártelos todos. Pero qué dices, me compro este y ya está. Pues bien, ya le pidió a Papá Noel el número 2 y dentro de poco la sorprenderé guardándose el cambio del pan para tener con qué comprarse el resto de la colección Nómadas.


A Darío le trajo un camión de bomberos chulísimo con un montón de botones que hacen ruido. Pero a él le interesan más los papeles de regalo.

Y hablando de los papeles de regalo, sobre esto tengo nuevas dudas. ¿Por qué los regalos de Papá Noel vienen envueltos en papel de regalo de la Fnac, Toys´r Us o Imaginarium? Es más ¿por qué en algunos de ellos se ve el precio mal quitado o tapado por una pegatina? ¿No era que los fabricaban los elfos? A ver si aquí también hay gato encerrado y al final resulta que los elfos se dedican a comprar los regalos aquí y allá. En ese caso, una nueva duda: ¿se llevarán comisión? Espero que no, porque como se entere Papá Noel los va a apañar.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Apuntes navideños

Ayer, Juan, que ya no tenía colegio, se despertó tempranísimo. Ojos pegados. Pelos alborotados. Y se fue tambaleando hasta el árbol de Navidad. Se agachó y rebuscó por debajo. Pero, Juan, si todavía no ha venido Papá Noel, le dijo su madre que también se había despertado tempranísimo. Papá Noel viene el 24 por la noche, el jueves cuando te levantes estarán los regalos. ¿Y hoy qué día es? Martes. ¿Y manaña? Miércoles? ¿Y mañana de mañana? Jueves. ¡¡¡¡BIEN!!!!! Varias veces al día tenemos que repasar con Juan los días de la semana. Una amiga nos ha dicho que hagamos un calendario y vayamos tachando con él los días para que vea cuánto falta. Parece que ha funcionado.

Y hablando de Papá Noel, quisiera exponer unas dudas que me surgen cada año. Si uno se despista y pide su regalo demasiado tarde es posible que no se lo traigan. Tanto Papá Noel como los Reyes Magos fallan en este punto. Muy magos muy magos pero no trabajan bien bajo presión. Y esto no me cuadra. Vamos a ver, puedo entender que el sistema de producción fordista de Papá Noel no se lleve bien con los avisos de última hora. Tal vez los elfos lapones estén alienados por el trabajo en cadena y no les queden ya muchos reflejos. Vale, aceptaremos que la magia de Papá Noel está en el reparto y no en la fabricación. Pero los Reyes Magos llevan la magia hasta en el nombre. Debería darles vergüenza ir por ahí excusándose con eso de que la carta les llegó demasiado tarde y no pudieron traer lo que se les pedía. Muy mal. Vaya una magia de chichinabo.

El año pasado, mi madre mandó su carta el 4 de enero. Quería una Nintendo DS con el Brain Training. Si, por ejemplo, me hubiera tocado a mí el encargo, las habría pasado canutas para conseguirlo y hubiera estado un día entero corriendo histérico de tienda en tienda. Pero a los Reyes de la Magia no debería costarles conseguir una DS más que un chasquido de dedos, incluso aunque se pidiera el mismo 6 de enero de madrugada.

Claro que, por otra parte, las leyes de la magia son muy caprichosas. Quizás haya una serie de normas que no han sido clarificadoas del todo en esto de los regalos navideños. Será eso.

No he encontrado ningún villancico que me convenciera, así que os pongo "esto". Me lo recomendó mi hermana mayor porque dice que es petardo y bizarro y que a mí esas cosas me gustan. Cómo me conoce. Viéndolo me preguntó ¿cuántas horas lectivas habrán dedicado estas criaturas a ensayar? ¿Quién se ha encargado de la coreografía? ¿Lo ha visto ya Rouco Varela? Si os decidías a verlo, aguantad hasta el final, merece la pena.



martes, 23 de diciembre de 2008

Tenía que pasar


Era cuestión de tiempo que algo así acabara por suceder. La modernidad jubiló a las peras sacamocos que tantos disgustos nos dieron en nuestra infancia. Ahora se usa una goma con un extremo en la nariz del niño y otro en la boca del padre. Se aspira fuerte y los mocos salen de la cavidad nasal sin llegar a la boca del que succiona porque un filtro estratégicamente colocado lo impide. Pero, claro, antes o después tenía que fallar el invento, en concreto el filtro. Ha sido esta noche. Solo añadiré una cosa más: Darío está muy acatarrado.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Certeza


No va a tocarme el gordo de la lotería. Es más, ni siquiera va a tocarme la pedrea o el reintegro. No llevo ni una mala participación. Los agujeros seguirán destapados.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Cena de navidad

El sábado me voy de cena de Navidad y espero no acabar como Sam Cooke.

Más o menos por estas fechas y hace ya un puñado de años (cuando me pongo a dar datos apabullo), Sam Cooke se fue de cena de Navidad por Los Ángeles con unos amigotes. Triunfó y acabó la velada con una mujer, Elisa Boyer, en el motel Hacienda. Después del momento otoñal de la caída de la ropa, ella decidió que hasta ahí habían llegado y se largó. Cooke salió detrás de ella. Al parecer semidesnudo y gritando. En plena década de los sesenta en Estados Unidos, la recepcionista Bertha Franklin pensó que aquel negro no podía ser otra cosa que un violador. Así que le metió tres balas del 22 en el cuerpo. Las últimas palabras de Sam Cooke parece que fueron: Lady, you shot me. Elegante hasta el final.

De esa manera innecesaria murió Sam Cooke a los 33 años. Es imposible no pensar con amargura en todas las canciones que no pudo grabar. También era un negro rico en época de discriminaciones raciales y un negro defensor de los derechos de los negros. Todo eso hace que sobre su muerte se siga especulando en muchas direcciones. La historia se la escuché al ínclito Juan de Pablos en su Flor de pasión (Radio3) y si se busca por Internet se pueden encontrar distintas versiones.

Bertha Franklin fue absuelta. Se consideró un homicidio justificado ya que se dio por sentado que Sam Cooke intentó violar a Elisa Boyer.

En todo caso, este era el Sam Cooke vivo (¡cantando con Mohamed Alí!):


jueves, 18 de diciembre de 2008

El reno Rodolfo es el mejor

Esta mañana mi casa parecía el escenario de un telefilm navideño. Juan, encantador con su disfraz de Rodolfo el reno, susurraba por los rincones: Quiero que mi mamá venga a verme. Y su mamá, profesional abnegada donde las haya, hacía cábalas para ver cómo escaparse de dos ineludibles reuniones para ver a su hijo en la actuación de Navidad.

Hace unas semanas, la seño de Juan me llamó después de clase y me pidió permiso para que Juan fuera el reno Rodolfo en el baile. Al principio no entendí por qué me lo preguntaba, cuando era evidente que me parecía algo fantástico. Pero luego me di cuenta de que la madre media no quiere que le compliquen mucho la vida con cosas de niños y colegio. El resto de compañeros iban a salir de papá Noel, como el año pasado, reusando el disfraz, y la seño temía que pusiéramos pegas por tener que hacer un nuevo disfraz. Todo lo contrario, hemos estado flipando todo este tiempo porque Juan sea el reno y el protagonista de la actuación.

El traje ha costado lo suyo, las cosas como son. El fieltro no es muy caro pero la fieltrina, que tuve que comprarla sin más remedio porque no había fieltro negro, vale a veintitantos euros el metro. Un dineral. Mi hermana Laura se encargó de hacer el traje. Es una portento en esas cuestiones y le hizo un disfraz super chulo.

Mercedes le dedicó como unas cuatro horas a los cuernos del reno. Los forró con fieltro marrón (dos horas) y le puso un forro a la diadema a la que iban enganchados los cuernos para que se sujetara mejor a la cabeza de Juan (una hora). Después, en un descuido, Juan se dedicó a hacerle cortes al forro (¿por qué? nadie lo sabe, quizás él aunque no lo hago seguro). Así que tuvo que remendar los cortes (una hora). El resultado no ha sido el deseado y Juan se ha pasado toda la actuación poniéndose los cuernos en su sitio porque se le caían.

Menos lo de los cuernos, todo ha salido perfecto. Su madre ha podido ir a verlo y él ha estado fantástico. Qué sentimiento, qué interpretación, qué porte. O mucho me equivoco o estamos ante el Marlon Brando español.

Después han venido los Reyes Magos al cole. La cara de las criaturas de infantil al ver a sus Majestados de Oriente son indescriptibles. Algunas estaban entre la emoción y el miedo. ¿Y quién ha sido uno de los pajes? ¡Yo! Lo que habrá pensado Juan al ver que su padre ha sido ni más ni menos que paje mago. ¡Y por segundo año consecutivo! Darío me ha ayudado en mis labores de auxiliar real como un campeón.

Por cierto que, como la ocasión lo merecía, he estrenado mi corbatín con motivos space inavers. Iba hecho un figurín
. Después de Juan y Darío, el más guapo del cole era yo. Montalbán rules.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

NO estoy en crisis

Casi al mismo tiempo que Bush, con la voz quebrada y los lacrimales inundados, anunciaba que la reserva del tesoro (o como se llame) va a regalar el dinero, me pongo a escribir un post para decir que yo no estoy en crisis.

No quiero vacilar a quien sí lo esté. Mi intención es la contraria. Me parece una falta de respeto hacia la gente que lo esté pasando mal el plural mayestático con el que todo el mundo habla de la crisis. Me repatea cuando escucho hablar a algún director de programa de radio hablar de lo chungo que lo "tenemos" para pagar la hipoteca, lo mal que lo "estamos" pasando con la crisis o como "nos" azota el desempleo. Tengo una idea aproximada de lo que cobra esa gente y no debería incluirse en el saco de los afectados. Es vergonzoso. Una cosa es sentir solidaridad con los afectados y otra muy distintas arrobarse un protagonismo que no se merece. Si quieren estar en crisis que se despidan, algunos lo agradeceremos.

Hay muchas personas que lo están pasando mal y las cosas se pueden complicar. Por respeto
a ellas no me parece bien incluirme en la crisis dichosa. Yo conservo mi trabajo y por extensión mi sueldo. Mis dificultades económicas son las que eran (salvo la inesperada masacre económica del implante molar), ni más ni menos. De todas formas, y por lo que pudiera pasar, cruzo los dedos.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Hooligan


Esta mañana le ha tocado la revisión del año a Darío. Rutina. Auscultación. Altura. Peso. Y una serie de preguntas. ¿Cómo duerme? He respondido con otra pregunta. ¿Debo responder a eso? Estaría bien, ha insistido la pediatra. He repasado mentalmente la noche que nos ha dado, lo que nos cuesta que se duerma por las noches, su empeño en tirarnos del pelo cuando está en nuestra cama... Pero después he recordado mi teoría de que un padre debe estar con su hijo de manera irracional y obcecada. Bien, duerme bien, como un bendito, he respondido.

domingo, 14 de diciembre de 2008

El cumple de Darío


El viernes fue el cumpleaños de Darío. Ya no es un bebé, es un niño. Las estapas humanas van de menos a más. Somos cigoto apenas unas horas. Algo más nos dura la fase de blástula. Mórula lo somos durante unos días. De embrión aguantamos unas semanas. De feto ya unos pocos meses. De bebé todo un año. Y así hasta la vejez que puede durar varias décadas. Acaban de leer una reflexión vacua donde las haya por cortesía de su bloguero favorito (o no).

Le regalamos un correpasillos estupendo con una de esas musiquillas desquiciantes que suena cada vez que el niño lo mueve. Supuestamente para estimularle a andar. Eso no sé si lo consigue pero enfurecerme me enfurece un rato. Por desgracia, nada más ponerlo en el correpasillos, se soltó, se cayó para atrás y se dio un buen cabezazo contra el suelo. Desde entonces, mira al juguete con recelo y no se acerca a él si no es a la fuerza.

Celebramos el cumple en familia, como los famosos. Una merienda con café y tarta. Lo de la tarta es un suplicio para los golosos empeñados en guardar la línea. Entre la gente que falla a última hora y el empeño en encargar una tarta más grande de lo necesario para no quedarse corto, suele sobrar un montón. Abrir el frigorífico es aterrador. Cientos de deliciosas calorías susurran al oído: cómenos, cómenos.

Darío se lo pasó muy bien a pesar del marcaje al hombre al que lo sometió Juan, empeñado en abrir todos los regalos y ser más payaso que el protagonista de la fiesta. Sopló la vela como en los ensayos pero le faltó un poco de fuerza así que Juan aprovechó y la apagó con su hipogrito huracanado. Cuando le cantamos cumpleaños feliz nos miró desconcertado. No sabía si echarse a llorar o a reír. Al final optó por bailar moviendo sus bracitos compulsivamente.

Por cierto que cuando compré el correpasillos, aproveché y me hice con un montón de regalos más. Con los años me estoy haciendo previsor. Quién lo iba a decir. Después de pagarlos, me puse a envolverlos en la misma tienda y me acordé de algo que no tiene nada que ver con el tema del post. Mi madre tiene un multiprecio, antes llamado todo100. Como era el negocio familiar, tenía que echar una mano, me apeteciera más o menos. En Navidad sobre todo. Las clientas eran seres impertinentes hasta lo inimaginable. Les daba igual ver que estabas atendiendo a tres a la vez, se plantaban delante tuya y decían sin ningún sonrojo: Nene, dame un paquete de papel higiénico. Mi madre me tenía aleccionado y me impedía responder a mi antojo: Señora, ¿no vé que el papel higiéncio lo tiene ahí mismo?, haga el puto favor de cogerlo usted misma y déjeme atender a estar tres histéricas que no dejan de gritar a la vez. La tienda de mi madre da más servicios que El corte inglés. Los regalos se envuelven, por supuesto. Cómo me gustaba escuchar: Nene, envuélvemelo. De nuevo me tenía que comer mis palabras: Pero ¿qué se ha creído? esa mierda que ha comprado vale dos duros y ¿tiene la desfachatez de pedirme que se lo envuelva? En vez de eso, sonreía y envolvía el regalo. Si el paquete era cuadrado o rectangular la cosa me salía más o menos bien. Pero a veces me tenía que enfrentar a formas inesperadas: esferas, pirámides... Cuando le entregaba a la señora de turno el churro de papel de regalo solían decirme: Nene, esto lo has envuelto fatal. Y yo pensaba para mí: ---------------censurado, ya está bien de palabrotas---------------. Creo que en esa época se consolidó mi misantropía.

Pero, bueno, ese no es el tema. Darío ya tiene un año y está que se sale. Ya se lanza a dar pasos solo. Sabe hacer el tigre, la moto, la vaca y el perro. Sabe decir no con el dedo, morder y dar guantazos. Ya juega a esconderse y llama a su hermano por su nombre (más o menos). También dice papá sabiendo que dice papá.

Al palo

Mercedes piensa que las mañanas de sábado son entre entrañables y desquiciantes. Le recuerdan a cuando era pequeña y veía La bola de cristal. Tú no veías La bola de cristal, le he dicho para chinchar, porque estabas en esos scouts católicos que te lavaron el cerebro hasta que yo te liberé. Me ha dicho que me equivocaba porque a los scouts iba por la tarde y lo que no podía ver era "V". Pues aprovecha ahora, le he sugerido, y pídesela a los reyes. Buen intento, ha respondido, pero no cuela; si la quieres, pídela tú.


Recuerdo al margen número uno: Ya he escrito que cuando soy fan de algo soy muy fan. No sé cuántas cartas escribí a la revista Teleindiscreta solicitándoles encarecidamente las direcciones de los actores de la serie para cartearme con ellos y pedirles un autógrafo. Eran cartas manuscritas muy sentidas. Y los muy &%*$#! nunca me respondieron.

Recuerdo al margen número dos: Cuando jugábamos a "V" yo siempre me pedía ser Mike Donovan.

Mi jefa es una heroína


Que yo llame jefa a la Directora del Centro etcétera etcétera etcétera es algo presuntuoso. Al fin y al cabo no dejo de ser un trabajador de una asociación subcontratada por el Ayuntamiento. Pero, bueno, la llamamos así para entendernos y porque es corto.

Pues mi jefa es una heroína. No lo digo por hacerle la pelota. No creo que ella lea esto y, además, ya se lo he dicho a la cara. Y cuando sepáis por qué lo digo estoy seguro de que estaréis conformes conmigo. Resulta que tuvo ¡TRILLIZOS! y no se comió a uno (o dos) para hacer la cosa más llevadera.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Los Rosales, de nuevo


Esta noche, mi barrio vuelve a irse a dormir con el corazón en un puño. Ya conté cómo estaba la situación en otro post. Desde entonces pocas cosas han cambiado. Si acaso hay más policía, de paisano y de uniforme. Algunos no quieren aprender que ciertas situaciones no se solucionan a base de policía. Eso en una verdad como un puño, el mismo que atenaza a Los Rosales, lo quieran aceptar o no los responsables políticos.

No sé cuántos antidisturbios lo estarán patrullando ni cuántas mentes alteradas estarás haciendo planes violentos, pero seguro que son un montón. El domingo, después de ver de refilón por la tele los altercados de Almería dije por esta boquita proverbial mía: Esto no puede ser, Almería nos toma la delantera, tendremos que montar una nueva pelea en Los Rosales para volver a estar en el candelabro. Evidentemente no lo dije en serio pero desgracia que invoco desgracia que sucede.

El lunes, unos chavalillos marroquíes le robaron el monedero con tres euros a un viejete español. Al día siguiente, el nieto del viejete se dedicó a tirar petardos a la casa de una familia marroquí, aparentemente relacionado con los ladronzuelos. Uno de los petardos cayó en la cama en la que estaba un bebé de cinco meses y le hizo una pequeña herida cerca del ojo. La familia salió a la calle enfadada y en un visto y no visto ya estaban españoles y marroquíes liados a palos, literalmente.

Hoy, al hijo del viejecete y padre del niño que tiró el petardo, cuatro encapuchados le han dado una paliza y lo han mandado al hospital. Esta tarde la tensión se podía mascar. De hoy no pasa, feder, me ha dicho un vecino del barrio, esta noche bajan los cabezas rapadas. Mientras, la policía subía y bajaba por la calle sin saber qué hacer.

Yo me he ido a la reunión quincenal de entidades que estamos trabajando en el barrio. En ello estábamos cuando ha llegado el cura. Atención a lo que sigue que es la bomba: lo mandaba el jefe de los antidisturbios para que bajáramos a la calle Plátanos a calmar y disolver a la gente. Tal como suena. Una vez lo hubiéramos hecho, ellos se dedicarían a parar gente y pedirle los papeles. Con un par. Sí señor, eso son antidisturbios y lo demás son tonterías. Evidentemente les hemos dicho que se encargaran ellos de disolver a la gente, que para eso cobran.

En fin, suma y sigue. Tengo la terrible sensación de que todo el barrio está deseando estallar y hasta que eso no pase la cosa no parará. Espero equivocarme. De verdad que lo espero.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Una interpretación inédita de mi nombre

Esta tarde me he acercado a uno de los coles del barrio en el que trabajo para hablar con una de las seños. Estaba reunida y le he dejado el recado al conserje. Tu nombre suena a (inaudible), me ha dicho. ¿A polo?, he pregunatdo. No, a (inaudible). ¿A Volvo? Que no, a polvo, a follar. Ojos como platos. ¿Me estaba diciendo el tipo que tengo nombre de actor porno? Lo que me faltaba por oír. No escribo lo que le he respondido que desvelo lo pobre, paupérrimo, de mi vida sexual.

martes, 9 de diciembre de 2008

Darío ya anda


Ni de Darío ni de Juan hemos tenido esos libritos en los que vas poniendo fotos de los niños, apuntas su primera palabra, sus primeros pasos... Las cosas como son: no los hemos tenido más que nada por gandulería... aunque tampoco nos gustan mucho esas tonterías. Además, son algo forzadas. ¿Cuándo empieza a andar un niño? ¿Cuando se pone de pie? ¿Cuando ya camina de la mano? ¿Cuando se suelta? ¿Cuando es capaz de correr cuesta abajo sin caerse?

Supongamos que se puede decir que un niño anda cuando se suelta y se arriesga a ir solo. Pues entonces Darío dio sus primeros pasos el sábado 7 de diciembre de 2008. Ya había andado antes solo pero de forma esporádica y sin ninguna convicción. El sábado lo fui animando y acabó por soltarse. Tendríais que haberle visto la cara, parecía volar. Ahora ya lo va haciendo él solo, sin necesidad de espolearlo.

Me hacía a mí ilusión que andara para su cumpleaños, mira tú por dónde.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Por los ojos

Tenía pensado salir a correr esta mañana por el parque Abelardo Sánchez que está precioso con sus hojas otoñales cubriendo todo el suelo. Pero llueve en Albacete y no está la cosa como para hacerse el duro. Juan está con sus abuelos, Darío duerme y antes de ponerme a ver vídeos por Youtube me he dicho, ¡qué diantres! voy a escribir algo en el blog. Y como he visto alguna que otra peli este puente, voy a comentarlas... o algo.

300

A veces afronto las creaciones de otros con una actitud poco conveniente. Estoy harto de machotes, qué queréis que os diga. Harto de machotes que conducen como Mel Gibson en Mad Max, de machotes que van en manga corta aunque haga un frío polar, de machotes que amenazan a su mujer con matarla a palos porque se han levantado de la siesta y quieren comer algo, de machotes que les da miedo cambiar un pañal. Hasta estoy harto del machote que se esconde en mi interior. Así y con esas, no estaba la cosa para ver una peli de espartanos. El tebeo me encantó, la peli también pero no paraba de removerme en el sillón ante tanta hombría.

La peli era no original. Me la encontré así, señores de la SGAE, yo no tuve nada que ver. Además, el poder recaudador de Ramoncín me castigó: al final se escacharró la grabación y no pude verla terminar.

Por cierto, una pena que la tecnología de retoque digital de cuerpazos no pueda aplicarse al mundo real. Así no me dolería el cuello y la cuscusilla de tanto hacer abdominales.



Juno

Mi plan para el sábado era salir de cena y luego a bailar. Quería lucir mi corbatín negro de calaveras que apenas he podido estrenar. Pero la fórmula Hijosx2+suegrosx2+cuñadosx0 solo nos dejó ir al cine. Fuimos a ver Juno a la filmoteca. Una peli muy agradable de ver pero con truco. Todos los personajes eran super buenos y super guays. La vida real, una pena, no es así. Si fuera uno de esos escritores que viven de lo que escriben, me pondría manos a la obra ya mismo con una novela en la que todos los personajes fueran malos malísimos.



The Clone Wars

Como el sábado estuvimos en casa antes de las once, pude ver el estreno de la serie de TV sobre las guerras clon. No voy a entrar en la clásica polémica sobre la precuela de Star Wars. Yo estas cosas las veo y ya. Me divirtió aunque la idea de atacar el arma letal de los malos con un puñado de cazas ya salió en el episodio IV.

Bueno, me contradigo, sí voy a entrar en la polémica. Está claro que los efectos especiales son mejor que hace años y que el púbico (dicen) quiere escenas más trepidantes. Pero ¿cómo se explica que los jedis de las precuelas sean más poderosos que los de los espisodios originales? Increíble ese Yoda destrozando tanques y drones separatistas pero ¿qué fueron de sus increíbles habilidades? ¿Cómo puede ser Anakin más poderoso que Darth Vader? Ay, que no cuidamos la coherencia.



Madagascar 2

Lo malo de los hijos es que dejas de ir al cine. Lo bueno de los hijos es que vas al cine a ver pelis divertidísimas como Madagascar 2. Las últimas visitas al cine han sido para ver Horton, Kung Fu Panda, Wall-e y la susodicha. A Mercedes no le hace mucha gracia pero yo voy encantado.

Los del cine con la cosa esta de la crisis han debido despedir a todas las taquilleras menos a una. Ellos querían despedir a todas pero se ve que no fue posible. Así que cuando llegamos había una cola que flipas. Por suerte nos dio tiempo a entrar.

Juan en el cine es increíble. Antes de ir pasa horas entusiasmado y luego, ante la pantalla, vive la historia con una pasión desmedida. En el típico momento en el que a los protagonistas se les tuerce la cosa, él se hincha a llorar.

¿Os habéis dado cuenta de que estas pelis tienen siempre varias escenas que solo se justifican para poder meterlas después en el videojuego? Algunas quedan muy forzadas como la pelea entre Alex y la abueleta scout karateka.

Soy super fan de los pingüinos.





viernes, 5 de diciembre de 2008

De puente



A la vuelta del colegio, hay una incorporación un poco difícil. Los coches, plaga moderna, aparcan en cualquier sitio, al montón, y no dejan ver. Hay que encomendarse a la buena suerte y salir cuando parece que no viene nadie. Este mediodía estaba con el morro sacado a ver si salía o no cuando un hombre me ha cedido el paso. Conducía una C15 color crema y que me aspen si no era el vivo retrato de Pórtico, el aborigen australiano con el poder mutante de crear puertas de teletransportación y aliado, en tiempos, de la Patrulla X. A todo esto, de lo que no me acuerdo es de si la revisión que me toca ahora es la de los ojos o la de la cabeza.






En fin, a lo que iba. Lo del calendario no tiene nombre. Mira que hacer que el día 6 caiga en sábado, hay que fastidiarse. En todo caso me voy de puente. A Albacete, uau! He subido unos cuentos pop y algunos artefactos literarios, por si os queréis entretener (hacer clic en los links de la derecha). También os dejo una canción de The Small Faces que me tiene loco, se llama "Afterglow (Of Your Love)". No he encontrado ninguna actuación, así que pongo un video de esos caseros que es también todo un desfile de ropa mod.

jueves, 4 de diciembre de 2008

El adulto gana al bebé


Después de un post de derrotas, busco el equilibrio cósmico con un post de victoria. Aunque, quizás quede algo miserable presumiendo de haber ganado a Darío. Qué más da, una victoria es una victoria.

A Darío le quedan ocho días de bebé. El día 12 cumplirá un añito. De pequeños somos incansables y tenemos una constancia que si la mantuviéramos el resto de nuestra vida seríamos capaces de cualquier cosa. La constancia de los bebés no se basa en la voluntad ni en la razón sino en el entusiasmo. Todo les maravilla y se vuelven locos de alegría ante cualquier logro o juego.

Anoche acosté a Darío y me puse a jugar con él. El juego era sencillo. Darío tiraba una pelotita verde fuera de la cuna y me decía muy asombrado que no estaba (tá, en su idioma) mientras decía que no con el dedo índice. Yo le preguntaba sobreactuando que dónde estaba.Él miraba al suelo, yo me asombraba en exceso de verla, se la daba y él emitía una gorgojeo de alegría. Y vuelta a empezar.

A los diez minutos, pensé que ya estaba bien y que lo iba a acostar. Pero luego me di cuenta de que nunca había cansado a Darío con un juego (con Juan creo que lo conseguí en un par de ocasiones) y me dije: ¿Qué somos hombres o ratones?. Decidí ser un hombre y jugué a ganar. Cuarenta minutos después (que se dice pronto) Darío optó por olvidarse de la pelota y buscó la almohada. Dolorido y agotado pero satisfecho, apagué la luz y acuné a mi pequeñín hasta que se durmió.

Las elecciones y el amor


El miércoles de la semana pasada se celebraron elecciones a Consejo Escolar en los coles de Murcia. En el de Juan se elegían dos plazas y nos presentamos tres personas. Era fácil salir elegido, ¿verdad? Pues perdí. Ah, con lo que me gusta a mí ganar y lo acostumbrado que estoy a perder. Bueno, no pasa nada porque en junio sale uno de los padres y yo ocuparé su lugar en septiembre. Me conformaré con entrar aunque sea de rebote.

Perder me recordó la vez que me presenté a delegado de clase en algún curso de EGB, no me acuerdo bien. Nos presentábamos Ana P. y yo. La cosa estaba muy reñida y yo lo confié todo a mis amigos. Hice recuento antes de la votación y la cosa parecía estar hecha. Pero al escrutar las papeletas perdí ¡por un voto! Bueno, no pasó nada porque estaba locamente enamorado de Ana P. y no me importó que me ganará. Aun así, investigué quién me había traicionado. Después de muchas preguntas, Riki reconoció que había votado a Ana P. Riki, mi mejor amigo. Bueno, no pasó nada, en aquellos años el rencor no existía y los enfados duraban poco tiempo. Dichosos años.

Luego me enteré de que Riki amaba a Ana P. y Ana P. amaba a Riki. Tampoco pasaba nada porque yo ya había olvidado a Ana P. Lo último que supe de ellos es que estaban casados y felices. Espero que sigan así.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Se roban títulos al peso


La semana pasada titulé un un post como la película de Denys Arcand "Las invasiones bárbaras". No lo dije porque ya tenía pensado escribir este otro. La película canadiense es entrañable y muestra cómo la muerte puede ser profundamente tierna y amistosa.

Algunos reconocemos lo que copiamos, otros, sin vergüenza, no. Este verano escuché en la radio una entrevista con el insufrible Carlos Goni o Goñi, no sé ni quiero saber. El tipo tituló su último disco "21 gramos", igual que la película de Iñárritu y Arriaga. Cuando le preguntaron por el título, se puso a soltar un rollazo sobre el siglo XIX, que si los médicos habían descubierto que el cuerpo al morir perdía 21 gramos, que si el alma pesaría eso, que si tal y que si cual. Ni una palabras acerca de la peli de los mexicanos. Vaya morro. Pero qué otra cosa se puede esperar de un cantante que compuso una canción y desde entonces se dedica a repetirla una y otra vez. Un cantante blando que lo único bueno que tiene es el nombre artístico, también copiado (de un álbum de The Beatles). Uf, qué a gusto me he quedado.


martes, 2 de diciembre de 2008

El día de mi liberación personal

En un arranque de optimismo injustificado, y sin saber lo que se me vendría encima, bauticé, hace unos años, el 1 de diciembre como El día de mi liberación personal.
Todo empezó ese mismo día de 1999. Por entonces ya vivíamos Mercedes y yo juntos, en un oscuro y antipático piso de alquiler. Yo trabajaba en una clínica veterinaria de Alhama y Mercedes en alguna otra, tal vez en la de Guardamar. Una clínica de nombre infame: Amigüitos. La diéresis está bien puesta. Éramos como dos vacas sin cencerro. No porque nos dedicáramos a vivir la vida loca, siempre hemos sido muy formales, sino porque nos encontrábamos muy a disgusto con lo que hacíamos, estábamos muy desorientados y no encontrábamos nuestro lugar en el establo, digo, en la sociedad.

Yo estaba en la casa de mi tía Maruja felicitando a mi primo Emilio por su cumpleaños. Entonces llegó Mercedes de una reunión en Casa Cuzco. Una ONG más infame si cabe que la clínica. Tenían problemas con la contraparte, la gente que estaba trabajando en Cuzco, y querían enviar a Mercedes allí a ver qué pasaba. Ella dudaba, parecía un plan loco. Yo me voy contigo, dije sin pensarlo dos veces mientras la cara de mi madre empalidecía por milisegundos.

No le dimos más vueltas y nos marchamos. La cosa no salió muy bien. Al parecer contaban con que les dijéramos que todo estaba en orden. Cuando les dijimos lo contrario hicieron oídos sordos y nos dejaron tirados en mitad de la capital del imperio incaico. Por suerte somos gente de recursos (y ahorros) y pudimos seguir dando tumbos de país en país durante unos meses. En ese ir y venir despreocupado fue cuando decidimos cambiar de vida, dejar las vacunas y el papel de regalo para perritos y dedicarnos a algo más útil. Por eso le puse un nombre tan rimbombante al 1 de diciembre.

Como el primer libro que me leí en Cuzco fue Moby Dick, celebro la fecha comprando una nueva edición de la novela. Lo hacía cada dos años (tampoco hay tantas ediciones) pero el año pasado fallé. Iba a hacerme con la edición de Akal pero treinta y tantos euros me hicieron desistir. Además, pensó mi parte nihilista, para qué están las tradiciones sino para romperlas.

Y ya que estoy voy a contaros una cosita del viaje a Cuzco. Cuando nos cansamos de hacer el paripé y comer pan dulce en una confitería regentada por huerfanitas, nos fuimos a hacer el Camino Inca. Tres noches y casi cuatro días de andar por alta montaña (más de 3000 metros de altura) hasta llegar a Machu Pichu. La mayoría de gente iba con porteadores pero nosotros nos negamos. Un poco de orgullo y un poco de complejo de clase. Mis cosas me las llevo yo. Un pensamiento loable pero no del todo positivo porque, al fin y al cabo, la gente de allí trabaja porteando y si todos fueran como nosotros las llevaban claras.

En el reparto de peso me tocó salir perdiendo: tuve que llevar la tienda de campaña y la mitad de la comida. Mercedes dice que esto es mentira, que ella llevaba casi toda la comida pero hacedme caso a mí, llevaba mucho más peso que ella.

Durante el camino conocimos mucho gente y vimos paisajes espectaculares. También aprendí que los incas mucho calendario solar, mucha piedra de doce ángulos pero para hacer caminos eran un poco brutos. Tíos, haced las cuestas en zig zag, que se hacen más llevaderas. Pero no, ellos todo recto. Os lo ilustro:


Al llegar a Machu Pichu, medio muerto, la magia del lugar me inundó y una mística cósmica se adueñó de mí. Vamonos ya, dijo Mercedes. ¡¿QUÉ?! Que nos vayamos ya, yo esto lo tengo muy visto. Era su tercera visita a Machu Pichu. Pero, Mercedes, como nos vamos a ir ya, con lo que nos ha costado llegar, y mira esa piedra, cuando le da el sol en el solsticio de... Sí, sí, lo que tú quieras, pero vamonos ya.

Seguí renegando y suplicando hasta que se hizo evidente que Machu Pichu se había acabado casi antes de empezar. De haberlo sabido hubiera dejado que llevara ella la tienda de campaña.

Por suerte, Aguascalientes, el pueblo en las faldas del monumento, era una maravilla. Era pequeño y solo se podía llegar por tren o por helicóptero. No había coches y el ambiente era muy relajado. Nos pasamos dos días en el balneario, de ahí el nombre, a la sombra de los Andes, escuchando a Manu Chao y bebiendo cerveza Cusqueña. Un buen final para una buena caminata.