Cada miércoles un cuento en El Estafador

jueves, 29 de julio de 2010

Cambio de opinión

Que me lo he pensado mejor y no voy a hacer otra temporada de "Vacaciones Pop". Este verano va a ser  de vacaciones a secas, que es precisamente lo que necesito. Lo vi claro cuando descubrí que iba a repetir algunos chistes y exprimir viejas ideas. Mejor dejo la cabeza en barbecho un tiempo.


Que paséis poco calor y seais muy felices. Nos vemos a finales de agosto.

martes, 27 de julio de 2010

Leyendo en verano

Todo el año es bueno para leer pero el verano, con esos metabolismos retardados por el calor y ese exterior amenazante, es una época ideal para hacerlo. Mis chiquillos son de la misma opinión y por eso se levantan muy tarde, para que yo pueda sacarle un par de horas de lectura a las mañanas.

GRACIAS POR LA MÚSICA - XAVIER CARBONELL y JOAQUÍN GÁÑEZ



Voy a empezar contradiciéndome que es una de esas cosas que me encantaN. Este libro está publicado por una editorial de nombre insuperable (Belleza infinita) y recopila un montón de carátulas caseras de casettes y CDs. Lo leí en primavera pero lo tengo siempre a mano para echarle un vistazo de vez en cuando. Mi capítulo favorito es el de Phsyco Killer, que incluye las carátulas enfermizamente similares perpetradas por mentes enfermizas. Mentes hermanas.


ROJO Y NEGRO -STENDHAL



Tengo un superpoder nerd: mi visión periférica es capaz de detectar cuando alguno de mis libros ha sido movido sin mi consentimiento del lugar que ocupa habitualmente. También puedo decir dónde y cuándo conseguí cada uno de ellos. "Rojo y negro" me lo devolvió mi hermana de uno de los pisos de estudiantes en los que estuvo en Madrid. La cursiva se debe a que ese libro nunca fue mío pero ella supuso que sí.

Todos los veranos vuelvo a los clásicos y cada año que pasa descubro, con cierta alegría, que me hago algo mayor. Ya no me fascina tanto esa visión tremendista del amor romántico. Me parece absurdo que la Señora de Rênal no encuentre felicidad más grande que morir a manos de su amado Julián. Un personaje que al principio dan ganas de apalear aunque luego se le toma algo de cariño.

El uso de la sutileza por parte de Stendhal es apabullante. Matilde le pregunta a Julián: ¿Ha hecho ella por usted los mismos sacrificios a que me arrastró mi amor fatal? Esto podría traducirse ahora como: ¿Te la has tirado también a ella, maldito cabrón?

Mis alarmsa conservadoras de padre se ponen como locas cada vez que leo libros de este tipo en el que el amor es algo que nos obliga a sufrir. He decidido ponerlos muy a mano, para que Juan y Darío no se sientan atraídos por ellos.

BATMAN R.I.P. - GRANT MORRISON y TONY DANIEL



No distingo entre alta cultura y cultura pop. Y el comienzo de este tebeo me da la razón. Batman le dice al Jocker: El rojo y el negro. La vida y la muerte.

"Batman R.I.P." narra la muerte del murciélago. Algo que, cualquier lector de cómics, sabe que será verdad solo por un tiempo. El guión es de Grant Morrison y, qué queréis que os diga, a mí el escocés me cansa. No soporto que recurra tan a menudo a la escritura automática y sus delirios acaban fatigándome.

Batman es un gran personaje para miniseries o historias fuera de la continuidad. Dentro de la continuidad de los tebeos es algo más complicado. ¿De verdad hace falta hacerlo desaparecer? Una vez más la máxima del Gatopardo: que todo cambie para que todo siga igual.

Ya no tiene gracia que los malos de turno tenga a Bruce Wayne a su merced y en vez de pegarle un tiro en la nuca como dios manda se empeñen en retocer su espiritu y doblegar su voluntad.

DIARIO DE UN AMA DE CASA DESQUICIADA - SUE KAUFMAN



Vi esta novela y su atractiva portada en el escaparate de una librería y me dije: tengo que leerla. Los del Libro del Asteroide tienen una mano divina para editar novelas de primera categoría.

Se trata del diario de un ama de casa neoyorquina de la década de los sesenta del siglo pasado que sufre esa terrible angustia del primer mundo que si bien no tiene nada que ver con cuestiones básicas como el hambre o las enfermedades puede ser igualmente devastadora.

Cito un párrafo: ... afirmaba que treinta y seis años es una edad significativa y peligrosa para las mujeres, como cincuenta para los hombres... Treintaiseiscitis. ¿Es eso lo que tengo? Me echo a temblar, teniendo en cuenta el proceso de feminización en el que llevo inmerso los ultimos años y que pronto cumpliré treinta y seis.

EL RUIDO ETERNO - ALEX ROSS



Soy más de novela que de ensayo pero en este caso no me he podido resistir, a pesar de las setecientas páginas (o precisamente por eso). Una de las frases de la contraportada dice que se lee de forma compulsiva. Y es verdad. Roos escribe sobre la música del siglo XX con un estilo magnético y describe la música de una manera brillante.

Mi temor es que ahora me de por este tipo de música y me lance como un poseso a comprar discos de Schönberg, Stravinski, Prokofiev o Shostakovich. Lo que me faltaba ya.

LA VIDA ES BUENA SI NO TE RINDES - SETH



Un tebeo con este título y esa portada tan sugerente (sin una sola persona) debe ser bueno. Cuando vi un dibujo de Seth en el disco "Electro-shock Blues" de Eels, decidí que había llegado el momento de comprar "La vida es buena si no te rindes".

Ya conté en otro post que uno de mis preffijos favoritos es "Meta" así que estoy disfrutando como loco de este tebeo que habla de la obsesión de un creador de tebeos por otro del que apenas se sabe nada.

Me entretengo mucho mirando las caras y vestidos que dibuja Seth. Es como si fuera por la calle con una cámara de fotos y luego dibujara lo retratado con unas pocas líneas. Las viñetas en las que se ven edificios sin gente también son muy bonitas.

EN TIERRAS BAJAS - HERTA MÜLLER



No sé dónde leí que Müller trabajaba cada frase hasta dejarla reluciente y como nueva. Esta novela parece una sucesión de sueños y escenas irreales sin apenas argumentos. Pero uno no puede despegarse del texto con frases como Esperamos oír sus gritos cuando las atravesamos con un alfiler, pero no tienen huesos en el cuerpo, son livianas y sólo pueden volar, y eso no basta cuando es verano en todas partes o Y como aún estaba viva, llegó el odio o El crepusculo rueda por las calles como un intestino grueso. La verdad es que podría seguir hasta copiar casi toda la novela.

LA HISTORIA DE MI HIJO - NADINE GORDIMER



Leí "La historia de mi hijo" mientras España ganaba el Mundial y nos llenaba de felicidad. No es que quisiera compensar las horas pasadas delante de la tele y los gritos de energúmeno que di leyendo una novela sobre la Sudáfrica del Apartheid. Es que esta novela la regalaba Público, como la anterior, los sábados en su colección de Premios Nobel.

El protagonista habla de su padre, un luchador por los derechos civiles. Tanto el padre como la madre inistían en mantenerse siempre dignos, lo que implicaba comportarse a la altura de las circunstancias y vestir con clase. Cuando debe presentarse ante el jurado blanco, lo hace vestido de forma impecable.

Gordimer escribe desde el punto de vista de un hombre. Así que, venga, ahí va la pregunta: ¿Existe una literatura de mujeres? Propongo que este absurdo debate se solucione de una vez por todas haciendo una cata a ciegas. Un jurado leerá varias novelas sin saber nada sobre sus autores y deberá decir si estan escritas por hombres o mujeres. Fijo que si aciertan es de chiripa.

ASTONISHING X-MEN - WARREN ELLIS y SIMONE BIANCHI



Allá donde vaya Ellis, allá iré yo. Así que al descubrir que había empezado a escibir "Astonihing X-Men" volví a comprar tebeos de grapa. Algo que no hacía desde el cabreo monumental que me pillé por el final absurdo de "Invasión secreta".

Ellis tiene esa maestría discreta que no se ve pero se nota desde la primera viñeta. No disfrutaba tanto un tebeo desde el anterior Astonishing.

El dibujo de Bianchi me desconcertó al principio. Supongo que porque todavía pensaba en el gran Cassaday (anterio dibujante de la serie). Pero le he ido cogiendo el punto.


Y ahora os dejo para volver a desmayarme, tanto madrugar, leer y escribir me tiene con los nervios de punta.

lunes, 26 de julio de 2010

Un poco de orden

Mi primo Emilio se va a llevar un disgusto. No le hacen ninguna gracias las fotos de la Familia Click. Para su pesar, este mes de agosto volverán las Vacaciones pop. ¿Habrá mejor lugar en el mundo que Gijón y el camping Deva? Por si fuera poco, vamos a llegar a tiempo de pillar algo del Euroyeyé (aunque no lo suficiente como para ver a Martha Reeves).




Una amiga me recomendó que me hiciera una página web de escritor y me aconsejó probar con Wordpress. Le he hecho caso en lo primero pero no en lo segundo, no por nada, es que me daba pereza empezar a probar con cosas nuevas y Blogger ya me lo conozco. El consejo me lo dio cuando le conté que quería mover mi segunda novela. Como la he mandado a varias editoriales, me he apresurado a terminar mi página web de escritor. A mí estas cosas del autobombo me dan un poco de pudor pero tampoco me apetece haberme dado el curro para que, con suerte, lo vean dos o tres lectores de editorial. Así que para darle algo de interés iré subiendo (muy de vez en cuando) algunas reflexiones sobre esto de escribir. La primera está aquí.

También he subido un cuento pop inédito. Aquí. La idea de una segunda parte sale de vez en cuando. Por ejemplo, en la última reseña que he encontrado. A mí no me parece mal pero me gustaría publicar algo distinto entre medias. Por si acaso, tengo en mente una serie de cuentos escritos desde el punto de vista del narrador en el que, como cuando se rompe la cuarta pared en el cine, se difuminará la distancia lector-escritor y tanto las reflexiones al margen sobre la historia como el proceso de escritura serán motivos recurrentes en la narración.

En lo que respecto a la novela por entregas ("El enésimo fin del mundo"), subiré mañana martes un nuevo capítulo y espero tener terminado el final de la primera parte antes del jueves. Si no fuera así, habrá que esperar hasta septiembre.

Y ahora voy a ver si me desmayo.

sábado, 24 de julio de 2010

Treinta y hjjhuiwx

Mercedes se lleva el coche por la mañana al trabajo. Llega al mediodía y lo deja aparcado a pleno sol. No es que me quiera mal, es que no hay ni una sola sombra a kilómetros a la redonda. Un poco antes de las cuatro soy yo el que se mete en el coche. Aproximádamente a unos cincuenta grados. Soy como un pavo entrando por su propio pie, o pata, al horno. Antes de poner música, dejo que suene la que iba escuchando Mercedes. El jueves sonó esto:





Esa es mi modette. Capaz de mantenerse con clase y estilo a pesar de las altas temperaturas y de pasarse todas las mañanas trabajando en un antro como el Ayuntamiento de Murcia.

Todo esto viene al caso porque hoy es su cumpleaños y como sé que sois muchas sus fans al otro lado, pensé que os gustaría saberlo.

PD: La edad de Mercedes es uno de los secretos mejor guardados, mejor incluso que la fórmula de la Coca cola. En cierta ocasión, cuando un perro se nos comió el coche y cometí el error de llamar inutilmente a la policía, me pidieron sus datos. El policía se empeñó en saber su fecha de nacimiento. Yo me negué en redondo a soltar prenda. Tortúrenme si quieren, le dije, pero no diré nada.

PD a la PD: Por si algún detallista hace click en el enlace anterior: esa vez no vino ningún policía, es verdad. Pero semanas después, cuando el mismo perro se comió el coche del vecino por segunda vez, sí se dignaron a pasarse. Fue entonces cuando quisieron recoger los datos de todo lo que había pasado al mismo tiempo que nos aseguraban que ellos no iban a hacer nada porque si se acercaban al perro les mordería (sic).

PDII: Le hemos regalado esto.

jueves, 22 de julio de 2010

En Albacete, one more time (y II)



El concierto que nos llevó a Albacete mereció los 300 kilómetros que hicimos entre la ida y la vuelta. Mi cuñado se ha pasado de la guitarra a la batería hace poco pero nadie lo diría. La golpeó con mucho estilo. El calor que hacía en el local convirtió el concierto en algo parecido a una gesta deportiva tipo subir el Tourmalet.

Juan y Darío se pasaron todo el fin de semana de morros por no poder ir al concierto de su tito. En parte fue una suerte porque si lo hubieran visto tocando la batería, nadie nos hubiera librado de que cada uno pidiera la suya en la siguiente carta a los Reyes Magos.

Mi otro cuñado también tocaba en un grupo. En una de las canciones, hacían sonar una sartén. Dice mi suegra que todavía la guarda y que la usa para hacer unas tortillas que salen para chuparse los dedos. Debe ser porque el huevo, al freírse, vibra con las resonancias musicales que todavía guarda el metal y sus moléculas se reordenan según jugosos patrones rítmicos.

El domingo por la mañana bajamos a desayunar a la churrería Avenida. Antes, compramos el periódico en una librería-droguería. Es curiosa esta combinación a la vez que bastante frecuente. Recuerdo una librería-droguería del Puerto de Mazarrón (donde veraneaba hace años). No compré tebeos allí ni nada, madre mía. No tenían muchos pero era como si los hubiera traído para mí porque siempre estaban los que buscaba. Cómo olvidar la primera saga de La Patrulla X contra El Nido.

La palabra del fin de semana aprendida esta vez fue "melindres". En realidad, esa palabra ya la conocía pero no su uso como sustantivo y adjetivo de forma indistinta. Decirle a alguien "eres un melindres" es mucho peor que decirle "eres un melindroso". Dónde va a parar.

PD: La sala del concierto se llamaba Pussy Wagon. Estuvimos discutiendo sobre el nombre. Lo he buscado en internet. Pussy Wagon es como se llamaba una furgoneta que salía en Kill Bill. Según la Wikipedia se pude traducir como "coñoneta" (ver foto arriba).

PDII: Ya me ha llegado el disco de celebración del quinto aniversario del blog "Perros felices". Me lo reservo para hablar de él en un Bestiario. Solo diré que es una maravilla. Podéis echadle un ojo, aquí.

miércoles, 21 de julio de 2010

El cartero siempre llama una vez (y es suficiente)

Esta mañana ha venido el cartero a casa. Más temprano de lo habitual. Ha despertado a los hijos pero da igual. Me ha alegrado el día:




Pero tampoco es plan de dejarse llevar por la alegría, Así que pongámonos casi tristes:

martes, 20 de julio de 2010

En Albacete, one more time (I)

Este fin de semana volvimos a Albacete. Tocaba un hermano de Mercedes en el Pussy Wagon y no nos lo podíamos perder.

En el viaje de ida (y en el de vuelta), volví a sentarme entre los niños. La percepción del tiempo va cambiando con la edad. Es decir, según consumimos el tiempo vamos modificando la forma de vivirlo. Cuando somos pequeños, hemos consumido poco y somos muy sensibles a sus efectos. He aquí un ejemplo.

20:22. Juan pregunta cuánto falta.
20:22. Le respondo que una hora, sesenta minutos. Un montón.
20:22. Darío pregunta lo mismo y recibe la misma respuesta.
20:24. Juan pregunta cuánto falta, que si ya ha pasado la hora y que si eso que se ve al fondo es Albacete.
20:24. Le digo que no y que todavía faltan 58 minutos.
20:24. Darío pregunta cuánto falta, que si ya ha pasado la hora y que si eso que se ve al fondo es Albacete.20:24. Debería responderle lo mismo pero le digo que cuando lleguemos no podremos bañarnos porque la piscina estará llena de peces nocturnos, que son unos peces microscópicos con tendencia irrefrenable a mordisquear las partes pudendas de los bañistas. (Debo dejarme llevar por el absurdo para no volverme loco respondiendo una y otra vez cuánto falta.)


Los chavales con los que trabajo suelen responder cuando les digo que para tal o cual salida falta todavía una semana lo siguiente: Joder, maestro, dentro de una semana puedo estar muerto. Una hora y media en el coche cuando se tienen cinco años es un mundo. Una semana en la adolescencia es una eternidad.

Al hacernos mayores, soportamos mejor el tiempo. Es como si nos inmunizáramos. O como si fuéramos una bacteria que genera resistencia contra el antibiótico-tiempo a fuerza de que nos lo administren todos y cada uno de los segundos de nuestra vida.

PD: Joserra recomienda una canción para este post:

sábado, 17 de julio de 2010

El dios de las peluquerías

Este blog solo quiere entretener. Cuando en algún comentario se habla de lo graciosa que ha sido tal o cual entrada, me deshago en agradecimientos. Vale. Todo eso es cierto. Pero como alguien se ría de lo que voy a contar a continuación, perdemos la amistad. Luego no me digáis que no lo advertí.

El dios de las peluquerías es malo. Malo y vengativo. Como los miembros masculinos de esta familia vamos a la pelu a que nos pasen la máquina, básicamente, decidimos comprarnos una. Económicamente, parecía una buena decisión. Bastaba con una sola ronda de uso para ahorrar dinero. Pero la codicia es pecado.

Resulta que cuando una peluquera te pregunta si te pasa el 3 o el 4, no está hablando de nada que tenga que ver con el sistema métrico decimal. Ni siquiera con ninguna de esas medidas absurdas anglosajonas. Se trata, más bien, del lenguaje secreto de una secta milenaria. Esto lo descubrí al pasarme la cuchilla del mismo número que me pasan en la pelu desde hace años. Está bien. No importa. Tengo muy trabajada la confianza en mí mismo. Puedo salir a la calle con el pelo algo más normal que de costumbre. Que no cunda el pánico. Ya no hay solución. Sigamos adelante.

Pero bien es sabido que no hay situación que no pueda empeorarse. Puede, por ejemplo, caerse el peine guía y hacerte un trasquilón por detrás de los que no hay forma de disimluar. Esto no sé si podré aceptarlo. Tal vez deba pasar varias semanas sin salir de casa.

Estoy profundamente arrepentido de mis pecados. Esta noche voy a sacrificar cuatro o cinco corderos lechales en el altar de El dios de las peluquerias para mostrarle lo contrito que estoy y pedir su perdón.

PD: ¿He oído risas? Ah, me había parecido.

jueves, 15 de julio de 2010

Las increíbles aventuras de Niño catódico y Niño sónico. Hoy: Fatalidad (conclusión)

Mercedes gritó:

-Niño catódico, Niño sónico, ¡salvadme!

Juan y Darío se miraron extrañados. Estaban acostumbrados a las contradicciones de sus padres pero cuando eran ellos los que las forzaban a base de insistencia y rabietas. No les gustó mucho que un peluche gigante hiciera lo mismo. Tampoco les gustaba lo que Peluche diabólico estaba haciendo con su madre.

-Ja, ja, ja -rió Peluche diabólico-. ¿Eso es todo lo que se te ocurre, mujer, pedir ayuda a esos dos pequeñajos?

Algunas palabras son muy inoportunas y más vale no pronunciarlas. Peluche diabólico lo descubrió demasiado tarde.

-Yo no me llamó pequeñajo -dijo Darío lleno de furia-. Me llamo DA-RÍ-O. ¡Y deja en paz a mi mamá!

Entonces se hizo el silencio. Toda la escena quedó enmudecida. No se escuchó ni una respiración, ni un gemido, ni el vuelo de un pájaro o una mosca. Todo el sonido fue absorbido por Niño sónico. Y, después, lanzado contra Peluche diabólico. Un rayo de sonido sólido le atravesó la frente, justo entre ceja y ceja. Otro le voló la mano derecha. Un tercero le reventó el estómago.

Destrozado, Peluche diabólico se tambaleó y Mercedes se asustó ante la perspectiva de que la dejara caer desde una altura considerable. Por desgracia, Darío había actuado movido por la ira y el odio y eso era precisamente lo que hacía poderoso a su enemigo.

Antes de caer, el peluche se rehizo. Su sorprendente poder convirtió el odio de sus dos pequeños adversarios en un tejido cálido y suave que restituyo las heridas que acababa de sufrir.

Niño catódico pensó que había llegado su momento. Repasó la nómina de héroes televisivos que tenía en la cabeza con tan mala fortuna que decidió convocar a los Gormitti. Los señores de la Tierra aparecieron de golpe en un páramo de Espinardo y no supieron qué hacer. Niño catódico les ordenó:

-Acabad con ese oso -gritó.

Desorientados, los cuatro pazguatos obedecieron a quien les había convocado. Se lanzaron contra el oso pero antes de que pudieran usar sus poderes elementales fueron engullidos por Peluche diabólico, que volvió a crecer de tamaño.

-Ñam, ñam -dijo-. ¿Eso es todo lo que tienes contra mí? Dile al calvo que te ponga otros dibujos en vez de esa mierda de los Gormitti.

*   *   *

Antes de que la aguja se posara en el disco, Fede salió corriendo a la calle. Los gritos que escuchó de Mercedes y los niños eran reales. Los había proyectado Niño catódico tal y como habían empezado a entrenar. Cuando empezó a sonar "Say No To Love", él corría calle abajo, hacia el gigante oscuro que se veía a lo lejos.

Era Peluche diabólico pero ¿cómo se había vuelto tan grande? Su mente empezó a trabajar entre zancada y zancada. Sus archivos se activaron y repasó los cientos y cientos de tebeos leídos desde hacía años. Antes de llegar al instituto, creyó haber encontrado la solución.

Llegó justo a tiempo de ver cómo los Gormittis eran tragados por Peluche diabólico. Le tengo dicho a Juan, pensó, que esos dibujos son un churro.

-Mira quien ha llegado -dijo Peluche diabólico-. Mi amigo el calvo.

-Maldita sea -protestó Fede-. No estoy calvo. Me falta algo de pelo. Eso es todo.

-¿Pero es que te vas a poner a discutir sobre eso en vez de salvarme? -gritó Mercedes.

-Papá -dijo Juan-, hemos hecho lo que nos habías enseñado pero no ha pasado nada.

-No os preocupéis -les tranquilizó su padre-, sé cómo vencer a Peluche Diabólico. ¡Mercedes, tienes que darle un beso y un abrazo!

-¿¿¡¡Qué!!??

-Que le des un beso y un abrazo al oso.

-¿Te has vuelto loco? Yo no hago esas cosas.

Fede volvió a maldecir el carácter manchego. Pero insistió:

-Hazme caso. Peluche diabólico se alimenta de odio. Por eso se ha vuelto gigante. Si eres cariñosa con él, se desinflará, perderá su poder.

El oso se hartó de todo aquello.

-¡A la mierda! -dijo mientras dirigió la mano en la que tenía agarrada a Mercedes hacia su boca.

-¡Se va a comer a mamá! -gritó Darío.

-¡Se cariñosa! -repitió Fede.

A punto de ser devorada, Mercedes decidió hacer caso, por una vez y sin que sirviera de precedente, al padre de sus hijos.

-Oso bonito, oso cariñoso -susurró mientras le daba unas caricias -, no me comas. Sé bueno conmigo. Si me sueltas, seré tu amiga.

Peluche diabólico se quedó paralizado antes las dulces palabras y caricias de la mujer. Sintió que perdía las fuerzas, que se mareaba y que no sabía muy bien qué estaba haciendo en aquel lugar. Entonces fue cuando Mercedes le dio un beso. Como un globo que se desinfla, Peluche Diabólico empezó a perder tamaño. Mercedes insistió con los mimos, hasta que la bestia quedó reducida al tamaño de una piedrecita.

Aterrado por lo que le acababa de pasar, Peluche diabólico empezó a proferir amenazas. Pero el odio que le hacía poderoso no era el propio sino el ajeno.

Darío y Juan saltaron sobre su madre y la llenaron de besos y abrazos.

-Estabas muy sexy allí arriba. El miedo te ha enrojecido las mejillas.

-No es momento para eso.

-Vale, pero luego no me digas que ya no te digo cosas bonitas como antes.

-¿Qué vamos a hacer con Peluche diabólico? -preguntó Juan.

-Yo me encargo -dijo Mercedes.

Camino hacia donde estaba el oso, le dirigió una breve mirada, y lanzó un pisotón contra él.

-Nadie me llama "trofeo" - murmuró mientras hacia con el pie el gesto de aplastar una colilla.

-¿Pero qué haces? -se asustó Fede-. Nosotros no matamos.

-¿Nosotros? Desde cuando pertenecemos a la cofradía de los superhéroes. A partir de ahora se harán las cosas según mis reglas.

-¿Perdona?

-No voy a permitir que ningún bicho desquiciado vuelva a sobarme.

-¿Pero no habíamos quedado en que se había acabado todo esto?

-Vamos a casa. Luego si acaso lo hablamos.

Mercedes empezó a caminar hacia la casa. El resto la siguió algunos pasos por detrás.

-Entonces, papá -preguntaron los niños en voz baja- ¿vamos a poder usar nuestros poderes otra vez?

-Y yo qué sé. No hay quien entienda a vuestra madre.



Epílogo:

Peluche diabólico cerró los ojos y esperó oír el plaf de su cuerpo reventado debajo de la suela de la mujer. Pero no pasó nada. La tierra tembló un poco pero al lado suyo. Al abrir los ojos, su mirada se cruzó durante un breve instante con la de la mujer. Todavía sin comprender, la vio alejarse.

-¿Por qué me habrá dejado vivo? -se preguntó.

miércoles, 14 de julio de 2010

¿Espinardo o Catalunya?

Siempre digo que yo todo esto me lo invento pero que más quisiera. De ser así, nunca hubiera escrito lo que estoy a punto de escribir. La imaginación no me da para tanto.

Hemos vuelto de hacer la compra y los niños se han puesto a ver la tele, en concreto un capítulo de "Las tres mellizas". Darío quería verlo en catalán y Juan en castellano. Se han enzarzado en una terrible discusión sobre la lenguna sin que yo diera crédito a lo que estaba pasando. ¿Será que el Estatut tiene más influencia en nuestras vidas de la que reconocemos?

Al final, cual Tribunal Constitucional, me he visto obligado a intervenir. Eso sí, con un poquito más de brío y rapidez.

martes, 13 de julio de 2010

Soñando

Esta mañana, mientras nos desperezábamos y quitábamos las legañas, nos hemos contado nuestros sueños. El de Juan ha sido difícil de narrar y se ha resistido bastantae hasta que Darío lo ha convencido. El de Darío ha sido un poco pesadilla, según él, yo creo que es algo melodramático. Curiosamente, ninguno salía en el sueño de los demás por lo que hemos llegado a la conclusión de que cada uno estaba en su sueño, lejos del resto.

Mi sueño ha sido muy simbólico. Volvía a la sede de una asociación en la que trabajé hace ya casi diez años. La sede estaba en T*** y era mucho más grande de lo que recordaba. Parecía un high school de las películas. Tenía que hablar con C. sobre los detalles de mi nuevo trabajo. Estaba todo el tiempo pendiente de un encuentro casual con A. Lo temía al mismo tiempo que lo deseaba. Había acabado discutiendo con él aunque la última vez que lo vi en una manifestación, habíamos tenido unas palabras de reconciliación. Hablaba Con C. sobre mi trabajo que me tenía ilusionado a la vez que preocupado. Debía conseguir cultivar con éxito en un campo baldío, pura arena, en el que nunca había arraigado nada.

Eso es un símbolo y lo demás tonterías.

lunes, 12 de julio de 2010

Las increíbles aventuras de Niño catódico y Niño sónico. Hoy: Fatalidad (segunda parte)

Mercedes arrastró los pies hasta el estudio. El zumbido del ventilador se mezclaba con las voces de los personajes de siempre.

-Darío -dijo-, llevas dos horas en el Youtube.

-Es que es importante.

-Ya lo sé pero podríamos hacer otra cosa. ¿Quieres que juguemos con el punzón?

-Dos vídeos y ya.

-Dos vídeos y ya -repitió Mercedes en voz baja mientras se retiraba sin ánimo de insistir.

Llegó a la salita. Recorrer la casa le pareció un esfuerzo excesivo.

-Juan, llevas dos horas viendo dibujos. ¿No quieres que juguemos a algo? Podríamos hacer un puzzle.

-Espera, mamá. Cuando se termine Spectacular Spiderman.

-Cuando se termine Spectacular Spiderman -repitió Mercedes a punto de convertirse en un ser sin voluntad propia.

Separó una de las sillas de la mesa del comedor y se sentó debajo del chorro del aire acondicionado. Todo su cuerpo le pedía abandonarse, dejar que pasaran las horas, que llegara la noche y acostarse hasta el día siguiente. El calor fundía las fuerzas y las ganas de hacer cosas. Pero le irritaba pensar en sus hijos enganchados a una pantalla toda la tarde. Así que, esperó a que se hicieran las ocho, gastó sus últimas energías en arrancar a los niños de sus sillones, los vistió y salieron a dar un paseo.

-¿Vamos al parque con R.? -preguntó Juan.

-No, he llamado a su madre y están en C.

-¿Vamos al parque con R.? -preguntó Darío que exigía su propia respuesta.

-No, he llamado a su madre y están en C.

-¿Y adónde vamos? -preguntó Juan.

-Pues no sé -reconoció Mercedes-. Ah, mira, vamos a ir a ver si han terminado el parque ese que iban a hacer por Joven Futura.

Bajaron la calle, torcieron a la derecha, pasaron por delante del instituto y empezaron a caminar por una carretera destrozada por los camiones.

-Aquí estaba el oso gigante -dijo Darío.

-¿Qué?

-El oso gigante, mamá -aclaró Juan-. Peluche diabólico.

-¿No habíamos quedado en que eso se había acabado?

-Sí, mamá -respondieron Juan y Darío al unísono.

Mercedes se sorprendió gratamente. Por una vez, sus hijos le hacían caso sin rechistar. Notó el sudor empapando su espalda y pensó con nostalgia en la parcela de sus padres allá en Albacete. A esas horas, el sonido de la brisa se mezclaría con el zureo de las palomas. El momento perfecto para meterse en al agua demasiado fría de la piscina. Pero todo aquello quedaba a 150 kilómetros.

De repende, una sombra inesperada sirvió de consuelo. Mercedes buscó el árbol al que le debía aquel pequeño oasis. No lo encontró. En su lugar escuchó una risa grave y algo desquiciada.

-Sabía que acabaríais volviendo al lugar del crimen -rugió Peluche diabólico-. Muy típico de los criminales.


-¡Es Peluche diabólico! -gritó Darío.

-Mamá, ¿podemos usar nuestros poderes?

Mercedes se había quedado helada y no respondió.

-Vaya, vaya. Hoy estáis mejor acompañados. ¿Dónde habéis dejado al calvo?

-Nuestro papá no está calvo -discutió Juan-. Le falta un poco de pelo pero ya está.

-He dicho que es calvo y es calvo.

-¡Nuestro papi no es calvo! -gritó Darío.

Lo absurdo de la conversación activó a Mercedes que pudo, por fin, reaccionar.

-Niños, vámonos, vale. Volvamos a casa.

-¿Ya os váis, monada?

¿Monada?, pensó Mercedes. Todo aquello no podía estar ocurriendo. Cuando Peluche diabólico se acercó a ella, una mueca de terror retorció su cara. El oso notó el desprecio en los ojos de la mujer y una oleada de odio le hizo crecer. En un segundo su tamaño se había doblado. Alargó una de sus manazas algodonosas y levantó en vilo a Mercedes.

-Cuando todo esto haya acabado -dijo-, tú serás mi trofeo.

-¿Tu trofeo? ¿Estás loco?

-¡No me insultes, mujer! -y de nuevo, Peluche diabólico aumentó de tamaño.

Mercedes, decidió pasar a la ofensiva. No había otra salida.

-¡Niño catódico! ¡Niño sónico! ¡Salvadme!


 Concluirá (el jueves que viene)



domingo, 11 de julio de 2010

Postdata a "El día de la final"

Acabo de volver a casa y tengo varias cosas que decir:

1ª Lo dije.

2ª ¿De dónde es Iniesta? Efectivamente. De Fuentealbilla, provincia de Albacete.

3ª España se ha merecido ganar y Holanda perder.

4ª Un tipo como Vicente del Bosque que puede ponerse una corbata roja debajo de un chaquetón deportivo y que le quede bien, se merece ganar el Mundial.

5ª Viva el beso de Iker y Sara y viva el amor.

6ª Tanto estudiar, tanto trabajar, tanto publicar libros, tanto tener hijos y tanto padecer para que luego la felicidad pura y dura se deba a un partido de fútbol. A El partido de fútbol. Volviendo a Albacete y a la mejor película de todos los tiempo ("Amanece que no es poco") diré, como uno de los protagonistas, que soy un hombre primario.

7ª Me voy a seguir botando con mis hijos.

8ª ¡OA, OA, OA, INIESTA A LA MONCLOA!

El día de la final

(Recuerdo una conversación con José María Casanovas, ex-dibujante de cómics e ilustrador, sobre las herramientas de trabajo. En su opinión el resultado final depende de ellas. Sus ilustraciones no son las mismas si las hace con ordenador o con pincel. Por mi parte, opiné que mis sensaciones son distintas cuando escribo con pluma o boli que cuando lo hago con ordenador, pero que creo que el resultado final no depende de ello. Todo esto viene porque he cambiado la disposición de mi mesa de trabajo. Ahora, en vez de escribir cara a la ventana, lo hago cara a la pared, mirando un corcho lleno de fotos y papeles, un dibujo del Juez Dredd que me hizo el mismo Casanovas, una foto de Melville y una reproducción de la Condesa de Vilches. No creo, pero quizás cambie mi forma de escribir.)

Los domingos es cuando escribo el Bestiario. Podría dedicarle la entrada de hoy al pulpo Paul pero sería poco original. En todo caso, no quiero abstraerme del gran día. Hablemos del Mundial.

Vi la semifinal en un bar con unos amigos. Hacía mucho que no lo hacía. Mi agorafobia va a peor y cuando me llamó G. para ir a un bar de Espinardo se me pusieron los pelos como escarpias al imaginarme rodeado de gente. Por suerte. G. insitió y acabé aceptando. Me lo pasé muy bien y pude gritar a placer sin tener que explicar una y otra vez a mis hijos que no estaba enfadado.

Darío y Juan vieron el primer partido, el de Suiza, con su madre. Algo pasó porque desde entonces aplauden y gritan cada vez que un periodista dice "Vicente del Bosque" o cuando el seleccionador nacional sale en pantalla. Lo tienen en un altar. A mí, siempre me había resultado indiferente. No me caía mal, y eso que soy del Barça, pero tampoco me caía bien. Hasta que le escuché una respuesta muy sensanta a una pregunta muy paleta que José Ramón de la Morena le hizo sobre la comida sudafricana. Desde entonces le he tenido en muy alta estima. Estima que ha subido mucho desde que sacó de inicio a Pedro contra Alemania y al escucharle decir en la rueda de prensa posterior que el fútbol es solo fútbol, un juego.

Los lugares comunes entre los periodistas deportivos son tan abundantes como insufribles. Cada vez que uno dice Pedrito, añade a continuación la coletilla "aunque ya se ha ganado que le llamemos Don Pedro". Tampoco pierden oportunidad de hablar de la seriedad de del Bosque. ¿Qué problema hay en que no sonría?

Darío, a saber por qué, se ha hecho súper fan de Torres, al que siempre llama Niño Torres. Y siempre va con el de amarillo.

Juan siempre va con el que yo no voy. Como en el partido por el tercer y cuarto puesto dije que iba con Uruguay, él se decantó con Alemania.

Mi pronóstico para hoy es que ganaremos sin sufrir mucho.

PD: Drama familiar. Darío tenía un disfraz de Pippi que no se ha quitado en varios días. Pero como es de una tela infame le ha dado alergia. Ya no se lo puede poner más.

jueves, 8 de julio de 2010

Las increíbles aventuras de Niño catódico y Niño sónico. Hoy: Fatalidad (primera parte)

Es de noche en Espinardo. Los perros han dejado de ladrar y buscan algún lugar fresco para dormir. No lo encuentran. Los gatos saltan de tejado en tejado aburridos de ver siempre el mismo paisaje. La radio, la pública, la de todos, emite una tertulia entrecortada y aburrida. Los ventiladores de techo giran sin convicción, aceptando de antemano su derrota ante el calor. Algunas ventanas abiertas dejan escapar el resplandor de televisores encendidos. Mercedes repite por enésima vez que no va a leer más cuentos y suplica a sus hijos que se duerman. Fede lee sin leer. Las palabras pasan delante de sus ojos como un desfile mudo de hormigas. Tiene otras cosas en las que pensar. Le ha prometido a Mercedes no volver a hablar de Niño Catódico y Niño Sónico. Eso se acabó. Todo ha quedado en una confusa penumbra a medio camino entre la realidad y su, según ella, cabeza llena de pájaros. Lo ha prometido y lo cumplirá pero es una pena. Los poderes de sus hijos tenían mucho potencial. Niño Sónico estaba haciendo muchos progresos. Los rayos de sonido sólido eran un arma terrible, por no hablar de los avances que estaba consiguiendo en la transformación del ruido en rayos láser. Habían intentado que transmitiera el sonido a distintos lugares, como si fuera una especia de teléfono móvil humano, pero no habían podido entrenar mucho. Los poderes de Niño Catódico parecían más difíciles de desarrollar. Ya manejaba bastante bien la materialización de personajes televisivos pero tenía que haber otras posibilidades. En fin. Todo ese debe quedar olvidado. Fede se esfuerza por apartar esos pensamientos de su cabeza. Vuelve a la primera página y lee de nuevo: La pequeña ciudad de Verrières puede pasar por ser una de las más bonitas del Franco-Condado.

Es de noche en Espinardo. Pero a Peluche Diabólico le importa bien poco los lamentables esfuerzos del narrador por hacer literatura con perros, gatos, ventiladores y ventanas abiertas. Él solo piensa en vengarse. Odia profundamente el mundo que le rodea. Odia al feriante que lo tuvo durante meses colgado en aquella rifa cochanbrosa. Odia al hombre que lo ganó con una simple papeleta. Odia a los niños que lo maltrataron, mutilaron y ensuciaron. Odia a la mujer que se empeñó en que lo tiraran. Odia que lo traten como si fuera basura. Odia al basurero que primero pensó en llevárselo a sus hijos y luego se arrepintió y lo tiró en mitad de un camino. Odia a ese tipo con calva incipiente que lo insultó. Odia a esos dos niños con poderes que lo vapulearon y humillaron. Odia tanto que solo la venganza da sentido a su vida.


*   *   *

Fede llega de trabajar un poco más tarde que de costumbre. No había quién sacara a la muchachada de la piscina. Para que luego digan que el trabajo de educador es fácil. Nadie le espera en casa. Mercedes y los niños se habrán ido a pasear. Dedería hacer su tabla de ejercicios pero el calor da mucha pereza. Quizás podría fumarse un cigar mientras escucha alguno de los discos que le acaban de llegar de Nueva York y que todavía no ha tenido tiempo de escuchar. Sí. Eso hará. Los pone encima de la mesa y decide poner primera el último single de The Pains of Being Pure At Heart. Seguro que es uno de los primeros en tenerlo. Todavía no lo ha escuchado en Radio3. Una absurda sensación de orgullo le recorre el cuerpo. Orgullo por haber hecho un pedido de discos por internet a una tienda de Brooklyn. Orgullo por ser tan cool. Bueno, debe encontrar consuelo en esas cosas, aunque sea doblemente ridículo: por la razón y porque no tiene delante de quién presumir. Vale, se dice, soy un snob, ¿y qué? Fede anda de autoestima mejor que nunca. Enciende la minicadena, le da al start del tocadiscos y entonces, en vez de música, llega a sus oídos un grito lejano. Reconoce la voz de Mercedes. Después oye los gritos de Juan y Darío.


Continuará (el lunes que viene).

miércoles, 7 de julio de 2010

Bernadette y la sinceridad de los hijos

Una entrañable escena familiar...

Es verano. Entre el calor y la sensación de vacaciones (verdadera para Juan, redundante para Darío e imaginaria para mí) las mañanas pasan lentas y perezosas. Los hijos se levantan tarde y después de ver un rato Clan, nos sentamos en la mesa de la cocina. Desayunan. Juan se pone a hacer fichas del libro de vacaciones, Darío dibuja y yo practico un poco con Bernadette.

.. que acaba como el rosario de la aurora.

¿Qué canción tocas? me pregunta Darío. Es el "I Shall Be Released" de Dylan, le digo. Pero no me sale bien, el Dm está muy lejos del C. Entonces Darío matiza: No, papá, ¿qué canción intentas tocar? Humillado, repito mi respuesta, haciendo énfasis en la distancia kilométrica que mis dedos deben recorrer entre los dos acordes.

Al rato, Juan me pide que deje de tocar. Es que, aclara, si sigues tocando creo que voy a vomitar.

En mi opinión, la sinceridad es una virtud sobrevalorada.

Comentarios a la entrada "Abortar en Murcia"

Los problemas con los comentarios parecen no solucionarse. Publico los que me han ido llegando al correo electrónico:

eduardoritos dijo...

Yo vivo en Navarra donde UPN, directamente, ha recurrido la ley por inconstitucional y donde, por cierto, como todos los médicos han estudiado en el OPUS (estooo, la Universidad de Navarra) y el lobby de esa gente es tan fuerte, nadie se atreve a no objetar de conciencia.

Que, jódete, cómo se ha retorcido el concepto de Objeción de conciencia, que cualquiera que lea la constitución ve claramente que se limita al servicio militar obligatorio.

Pero claro, como las decisiones del Consti no son recurribles, pues así se ha quedado.

Eso sí, la hipocresía siempre manda, y cantidad de chicas de Navarra han abortado (y abortarán) en las clínicas de provincias limítrofes, pero pagadas por el gobierno de Navarra ( para compensar por la objeción de los médicos).

VIVA SANFERMÍN (a todo esto, que solo quedan 25 minutos).

6 de julio de 2010 11:36

Papalobo dijo...

Se vende el NO a la reforma laboral y luego uno se abstiene a la hora de votar (será que políticamente un "NO" significa "a mi me da lo mismo"). Pero tienen muy claro que repitiendo 500 veces una mentira, esta se convierte en verdad.

Tampoco entiendo tanto revuelo con la huerta si luego el tomate sabe a cualquier cosa menos a tomate, los pimientos a tomate y la fruta a las tortas esas para adelgazar. Pero eso si, todo queda muy bonito en el expositor. Eso sí, dice la leyenda (a ver si me la puedes aclarar) que la fruta y demás productos de huerta que sí que saben a lo que deberían sólo los disfrutan los Murcianos y Europeos (far away from Pirineos, of course)

Un saludo

6 de julio de 2010 12:04

Isa dijo...

Transmites perfectamente tu indignación y tu rabia ante la hipocresía del Partido Popular... sensación que comparto pese a no ser murciana.

Por mi trabajo tengo que lidiar habitualmente con este tipo de temas y es de lo más desagradable...

¡Ánimo!

6 de julio de 2010 14:49

Diario de una mamá pediatra dijo...

El Ramón Luis éste tiene mucha influencia....también ha bloqueado los comentarios de mi blog!!!

Un murciano harto de Murcia?

6 de julio de 2010 16:26

Paula dijo...

Pues qué quieres que te diga... Soy de Albacete, así que sobre agua me voy a abstener de hablar, porque me conozco. Sólo dejaré caer que existe un estudio que hizo la universidad de Castilla La Mancha en donde se demostraban ciertas barbaridades que se hacían con el agua que supestamente debía ir dirigida a los regantes (y luego apareció Camacho y Polaris World no sé de donde).

De la Cospedal tampoco hablo, porque aquí la sufrimos por partida doble, y lo mío con ella ya empieza a ser incluso personal.

Pues eso, que vaya comentario he hecho pa no decir ná. ¡Ea!

6 de julio de 2010 18:33

elhombreamadecasa dijo...


Eduardoritos, en Murcia también el 100% de los médicos de la pública "objetan" al aborto. Desconozco si alguno luego los hace por la privada.

Papalobo, no sé qué pasará más allá de Los Pirineos pero encontrar fruta buena en Murcia es casi una lotería. Y eso que va camino de tener el mismo precio que la carne. La única forma de comer albaricoques o melocotones buenos es que te los regale alguien que tenga un huerto.

Isa, menudo trabajo debe ser el tuyo, mucho ánimo a ti también.

Amalia, lo de un murciano harto de Murcia no es tan raro, yo conozco varios. Hasta conozco una albaceteña harta de Murcia.

Paula, lo peor es que antes de Camacho fue Cruyff y eso sí que me fastidia porque es uno de mis ídolos.

martes, 6 de julio de 2010

Abortar en Murcia




Una vez tomada la decisión, una debe ir a cualquiera de las clínicas que tienen convenio con el Servicio Murciano de Salud y decir en el mostrador que quiere hacer una interrupción voluntaria del embarazo. Te harán pasar a una sala de espera y te harán una ecografía para determinar las semanas de embarazo. Después, una psicóloga te hará unas preguntas.  Una vez respondidas las preguntas, la psicóloga apunta la cruz en causas piscológicas o sociales y da el visto bueno. Se pasa a un quirófano, se realiza el aborto y se va una a su casa.

Más tarde, la clínica, pasará la factura a la Consejería de Sanidad del gobierno que preside Ramón Luis Valcárcel y que pagará religiosamente.

Hasta aquí los hechos. Ahora voy a quedarme en la gloria repartiendo juicios de valor a diestro y siniestro.

Entre las preguntas que hacen antes del aborto, curiosamente, no se incluye la filiación política. Podría. Así, si se respondiera que es votante del PP, podría advertirle de que dicho partido estuvo en el poder ocho años y no hizo nada contra el aborto y que, por lo tanto, abortar sería una grave contradicción y que por decencia y coherencia debería abstenerse de hacerlo.

Cuando veo este gobierno regional que tenemos, que boicotea la Ley de la Dependencia, que dice que los alumnos de 5º y 6º de Primaria no deben tener los portátiles que porporciona el gobierno central porque es malo para la vista y que asegura que todo lo malo que nos pasa es por culpa de la derogación del trasvase del Ebro, me dan ganas de hacerme jacobino. Claro que luego veo las genuflexiones del gobierno socialista ante FMI y el poder económico y me acuerdo de que, en el fondo y auque sea incapaz de desobedecer una sola señal de tráfico, siempre he sido más anarquista que comunista.

Es sorprendente la poca vergüenza de la derecha. Hay que ser muy impresentable para ir por ahí diciendo que "otro reforma laboral es posible", como dijo Dáez de Santamaría (que apellidazo) o que el PP es el partido de los trabajdores, como dijo Cospedal. Hay que ser un cínico de cuidado para decir que no se va a acatar la Ley del Aborto cuando se pagan a precio de oro tantos y tantos abortos en la región.

Hay dos formas de analizar este hecho. Una. La derecha tiene un terrible complejo de inferioridad ante la izquierda y por eso le copia las palabras y las herramientas de lucha (manifestaciones, objeción de conciencia, desobediencia civil...). Otra. Tienen claro que una estrategia ganadora es robarle al contrincante sus armas. La derecha se apropia del discurso de la izquierda y lo hace inservible.

Ramón Luis ha conseguido salir en todos los periódicos nacionales con el paripé del aborto. Estará tan contento. Qué machote, qué católico, que hipócrita. Qué harto estoy de Murcia.

Y ya que me pongo, voy a hablar del agua. Los agricultores salen día sí día también en los medios lloriqueando, pidiendo más subvenciones, echando pestes del tomate marroquí o el limón argentino. Se fotografían junto a sus tierras cuarteadas por la sequía y a sus árboles secos por culpa de los odiosos manchegos que no nos dan más agua. Son los mismos que se enriquecen del trabajo de otros a los que pagan unos salarios de hambre y a los que no les queda más remedio que joderese porque son imnigrantes. Que se hubieran quedado en su país.

Podría seguir pero acabaré con una canción:



PD: Vaya, vaya. No salen publicados los comentarios. Me llegan al correo pero no se ven aquí. ¿Será cosa de Blogger o de Ramón Luis?

lunes, 5 de julio de 2010

Fin de semana en Albacete

Sábado. Madrugada. No recordábamos que en Albacete hubiera tantos mosquitos. Ellos no recordaban una sangre tan buena como la de los pequeños mestizos manchego-mediterráneos, de la que se atiborraron. En la mezcla está la gracia. Pero algunos no sobrevivieron para contarlo. Cada dos por tres, Mercedes encedía la luz. Ellos, asustados, se quedaban muy quietos en la pared. Para su desgracia, la Naturaleza no los ha dotado de un buen camuflaje para el gotelé blanco. Así que muchos acabaron convertidos en una pequeña mancha roja después de un golpe certero cargado de ira materna.

Sábado. Mañana. Gracias al despliegue de varias técnicas ninjas de sigilo, conseguí salir de la casa sin que nadie se despertara. Compré el periódico y me fui a desayunar a una churrería de la Avenida de España que se llama, obviamente, Churrería Avenida. En el nombre no se calentaron mucho la cabeza pero hacen unos churros buenísmos. En la mesa de al lado había tres hombres mayores que estuvieron todo el tiempo pasándose politonos por bluetooth. Para que luego digan de los adolescentes.

Sábado. Media mañana. Me fui con los hijos de paseo. Visitamos varias tiendas pero no compré nada. Soy más de las segundas rebajas, definitivamente.

Sábado. Tarde. El idilio entre Darío y yo está llegando a cotas insospechadas. Cuando Mercedes y Juan se fueron a la parcela con los abuelos, él prefirio quedarse en el piso conmigo. ¿Alguien da más?

Sábado. Noche. En Espinardo, después de una victoria de España, se oyen algunos petardos y, si acaso, algún coche pitando a lo lejos. Pero en la casa de los padres de Mercedes, en plena Avenida de España, estuvimos escuchando gritos, cánticos, trompetas y bocinas hasta bien entrada la madrugada.

Domingo. Mañana. Soy un convencido de que a situaciones desiguales, trato desigual. Quizás por eso, Darío y Juan me ganaron a todo lo que jugamos.

Domingo. Sobremesa. Después de una comida pantagruélica, un amigo de mis suegros nos invitó a un puraco cubano. El cigarro era tan grande que tuve que encenderlo a trozos. Afortunadamente, llevo ya casi dos años haciendo ejercicio, de lo contrario no hubiera tenido pulmones para aspirar el humo de aquella cosa.

Domingo. Tarde. Darío y Juan estuvieron jugando con el agua hasta que acabaron bañándose en sendos capazos. Mis suegros les llamaron "cuévanos", un adjetivo que hace referencia a la gente que vive en cuevas. Siempre aprendo palabras chulas cuando estoy en Albacete.

Domingo. Más tarde. Al poco de llegar a casa, me fui a correr. Tres cuartos de hora de carrera después, me había olvidado del puro, del exceso de alcohol y de la deliciosa tarta de avellanas que trajeron los tíos de Mercedes para el postre. Como hacía mucho calor, me llevé un botellín de agua. No sé correr y beber a la vez. Me da flato.

Domingo. Noche. Juan y Darío se durmieron en el coche, así que no tenían nada de sueño. Por suerte, echaban Shreck en la tele y la vimos en familia. Al llegar el típico momento de separación y mal rollo de toda película de dibujos que se precie, Juan empezó a llorar, justo cuando Rufus Wainwright cantaba el Hallelujah de Leonard Cohen.



De esa manera, se prolonga la tradición familiar de llorar con el canadiense (a mí me caen lagrimones como puños cada vez que escucho esta canción.)

domingo, 4 de julio de 2010

El camino del infinito

El fin de semana pasado teníamos pensado ir a Albacete. Pero nos faltó valor. A ver, no es que haya que ser muy atrevido para ir a Albacete pero sí para hacer 150 kilómetros con Caín y Abel en el asiento de atrás.

Habíamos dicho ya que íbamos a ir y cuando yo me rajé, a Mercedes le faltó tiempo para llamar a su madre y decirle que no íbamos porque me había entrado el pánico. Digamos que Mercedes nunca se ha preocupado en cultivar una buena imagen mía delante de mi suegra. Y encima le hice un favor, porque a ella también se le ponen los pelos como escarpias al pensar en el trinomio Juan-Darío-coche.

Hacía ya mucho que no íbamos a Albacete así que, este fin de semana, no nos quedó más remedio que armarnos de valor y hacer el viaje. Para evitar males mayores, me senté detrás, entre los eternos contendientes. Esto les emocionó mucho y con la excitación fueron hablándome sin parar. Tenía que responderle a uno con la comisura izquierda de la boca y al otro, al mismo tiempo, con la comusira derecha de la boca. Esto puede parecer difícil pero con un poco de práctica se consigue hacer sin mucho esfuerzo.

Llevábamos poco más de la mitad del viaje hecho cuando a Juan le cambió la cara y empezó a hacer pucheros sin consuelo. Pero, Juan, ¿qué te pasa? ¿Por qué lloras? Es que, respondió, he visto El camino del infinito.

Conozco a Juan desde que nació, minuto arriba o abajo, y todavía hay veces que me deja sin palabras.

¿Que has visto qué? El camino del inifinito, papá. ¿Y eso dan ganas de llorar? Sí, muchas. Buff, la verdad, reconocí, es que si yo viera el camino del infinito también me pondría a llorar.

Seguimos hablando y averigüé varias cosas interesantes: El camino del infinito es un camino muy largo muy largo que no tiene fin y que acaba en la Atlántida. Al parecer, comienza en un punto indeterminado entre Tobarra y Albacete.