Cada miércoles un cuento en El Estafador

lunes, 31 de enero de 2011

Refrán

Otro trago más de agua de la que dije que nunca bebería. Tras el enésimo fracaso de hoy, mañana les colaré el zumo de naranja, seguramente hasta le eche azúcar y todo. Todo apunta a que a los catorce les compraré una moto y que les iré a recoger cuando salgan de marcha a la hora y al sitio que me digan.

domingo, 30 de enero de 2011

De mal día a una pequeña epopeya personal

El día empezaba mal:



Bastante mal:




(Ampolla, dice "ampolla")

Así que salí corriendo. Correr tiene un poco de huir, creo que ya lo escribí. Pero más que huir en el espacio (al fin y al cabo se vuelve siempre al punto de inicio) se huye en el tiempo: el rato que uno está corriendo, está lejos de los problemas de las complicaciones, basta con pensar en dar una zancada más.

Como explica Murakami en "De qué hablo cuando hablo de correr", se corre contra uno mismo. Yo empecé a correr hace algo más de dos años para perder peso, básicamente. No sabía que acabaría aficionándome, disfrutando del esfuerzo y la fatiga, mirando de reojo el reloj para ver el tiempo hecho y cosas por el estilo. Hasta la lectura del libro citado, he estado corriendo sin mucho orden ni concierto, la verdad. Pero después de leerlo, me dije que ya iba siendo hora de tomárselo en serio. Había llegado el momento de correr contra mí mismo. Y ya que estaba, dejé de fumar.

Desde entonces, bueno desde el 7 de enero, cuando me recuperé de un constipado por correr mientras llovía, he corrido casi todos los días. Alrededor de 35-40 minutos.

Pero hoy, cabreado como estaba y con lo que yo llamo el síndrome de la estrella de rock o síndrome Led Zeppelin (me dan ganas de romper cosas), me he puesto a correr sin ganas de parar. ¡Y he corrido una hora y media! Récord personal.

Hay gente que corre muuucho más, por supuesto pero, me repito, corro contra mí y me he metido una paliza de campeonato. Hasta ahora mi récord estaba en una hora y diez minutos. Así que me he superado con creces. Y, madre mía, lo bien que siente la autosuperación. Mola un montón comprobar que se pueden conseguir cosas que parecían inalcanzables.

Cuando llevaba una hora corriendo y no sabía si seguir o volver a casa, ha sonado esta canción que me ha dado los ánimos que me faltaban. El mejor DJ, mi ipod:




Ahora voy a recrearme en algunos detalles que pueden resultar... desagradables. Lo digo por si alguien quiere dejar de leer. He corrido tanto que me han sangrado los pezones. Literal. Al principio de correr se me irritaban con el roce de la camiseta pero hacía tiempo que no me pasaba. Pero hoy, al aumentar tanto el tiempo, me ha vuelto a pasar y a lo bruto. Me he dado cuenta al ver las dos manchas de sangre al llegar a casa. También me han salido media docena de ampollas y los labios se me han hinchado como cuando se comen muchas pipas. Ahora, eso sí, ya no estoy enfadado ni quiero romper nada. Me encuentro la mar de relajado.

Y pensar que en el instituto siempre suspendía el Test de Cooper.

PD: La canción de Bob Dylan se titula Man of Constant Sorrow.

miércoles, 26 de enero de 2011

Comando Chuche: Contra el tijeretazo y en solidaridad con los empleados públicos (menos con los médicos que van de especiales)

El Comando Chuche ha manifestado en comunicados anteriores su apoyo total y sin fisuras a la educación pública. Practicamos con el ejemplo y nuestros hijos e hijas van a colegios públicos porque queremos y no porque no hayan conseguido entrar en otros colegios. Por eso, los últimos acontecimientos ocurridos en la región murciana nos tienen sumamente preocupados. Tras la asamblea de rigor, bien acompañada de conguitos y piruletas con forma de corazón, queremos comunicar lo siguiente:

1. Rechazamos de plano la Ley 5/2000 y exigimos su inmediata derogación.

2. Si tienen que recortar, que recorten pero no a costa de los servicios públicos ni de las golosinas.

3. Anunciamos que hemos pasado a la acción y hacemos saber que todos los responsables del gobierno autonómico deberán abstenerse de tomar chucherías. Si lo hacen y estas se encuentran contaminadas con diuréticos, astringentes o laxantes no nos hacemos responsables. Quien avisa no es traidor.

4. Nos abstraemos de la polémica reciente acerca de las distintas relaciones familiares. Nos da igual lo que la RAE diga o no acerca de los términos "sobrino" o "tío". Nuestras acciones van dirigidas solo contra los que tienen responsabilidad de gobierno. El resto puede comer gominolas con forma de botella de coca cola o peta zetas sin ningún problema.

5. La mayoría de nosotras no somos funcionarias ni funcionarios pero vamos a los centros de salud, a los coles y sabemos lo que es la solidaridad con el resto de trabajadores. Por eso apoyamos las movilizaciones convocadas. Y participamos en ellas.

6. Abasteceremos de todo tipo de chuches, frutos secos y frutas escarchadas a los responsables sindicales para que se mantengan bien cargados de energía y buen rollo. Y les recordamos que no molaría nada que empezaran a recoger migajas y firmar pactos de mínimos. Unidos podemos. De lo contrario, más de lo mismo.

7. Lamentamos profundamente la actitud de los médicos que han ido a lo suyo sin querer unirse al resto de trabajadores. Lamentamos, más si cabe, el exceso de gomina que usan para peinarse. Que se autodiagnostiquen ya el síndrome del controlador.

8. Por último, y sí por ello menos importante (aunque no lo suficiente para dejar de ser dicho) deploramos que las políticas antisociales de este gobierno nos hayan obligado a escribir un comunicado con un título tan largo.

¡NO AL TIJERETAZO!
¡DEROGACIÓN INMEDIATA DE LA LEY 5/2000!
¡CACAHUETES CON MIEL PARA TODOS Y TODAS!

Dulce y clandestina comandancia general del Comando Chuche


martes, 25 de enero de 2011

SkandalKonzert


Me encanta el concepto de SkandalKonzert. Me imagino a la alta sociedad vienesa reventando un teatro por quítame ahí ese do sostenido. Algunas cosas se merecen una buena pelea, sí señor. Quién me iba a decir a mí que el domingo pasado viviría un SkandalKoncert en primera persona.

Estábamos en casa agobiados ante la perspectiva de otro día más encerrados entre consolas y ordenadores. Hacía mucho frío y lo de salir a dar una vuelta con la bici o actividad similar, no atraía nada. Entonces Mercedes vio que en el auditorio Víctor Villegas había un concierto de música clásica con cuento o un cuento con banda sonora de música clásica o algo así. Y allí que nos fuimos.

Como somos muchos los padres desesperados en busca de cosas que hacer con nuestros hijos y es cultísimo y molonísimo llevarlos a escuchar música clásica, nos encontramos con un montón de gente a la entrada. Había dos colas: una larga para recoger invitaciones y otra corta para pagar entradas en las que estaban dos o tres pringados más y nosotros.

El auditorio estaba lleno a reventar y conseguimos entradas de paraíso. Las tres o cuatro veces que he estado en el paraíso de ese auditorio, he maldecido a más no poder eso de la corrección política. ¿Qué paraíso ni qué ocho cuartos? Pero si eso es el gallinero de toda la vida.

Con el retraso mediterráneo de rigor, el narrador dio comienzo al acto. Podía haber presentado lo que iba a pasar sin más complicación pero la mayoría de los adultos suelen hablar a los niños cargandos sus frases de juicios de valor. No bastaba con decir que escuchar e imaginar un cuento como ellos lo iban a hacer era fenomenal. Había que añadir que es mucho mejor que ver las pantallas planas y la tele y bla bla bla. No me extraña que la mayoría de niños acaben siendo adultos amargados.

La cosa empezó floja y siguió flojeando conforme avanzaban la narración y la música. Pequeños indicios hacían prever la catástrofe. Padres que deben desconocer lo que es ir con niños, chistaban sin parar exigiendo silencio sepulcral. El auditorio, del que teníamos una vista privilegiado desde el paraíso, empezó a vibrar con un bullicio de hormiguero. Niños descontrolados iban de un sitio a otro. Los instrumentos de los músicos empezaron a caerse en pedazos retumbando con estruendo metálico. Las luces empezaron a apagarse y encenderse. Algún niño está jugando con los interruprores, supuso Mercedes. La musiquilla de un o dos Nintendo se mezcló con la de los violines.

Pero el desastre sobrevino cuando subieron siete niños al escenario. Cada uno se llamaba como una nota musical y se presentaba diciendo qué música le gustaba más. Entonces, la orquesta intentaba tocar algo de ese estilo musical. Al cuarto o quinto niño le gustaba el rock. Un trombón apático atacó (es un decir) el riff de Smoke On The Water. La cosa fue tan triste que se desató el escándalo. Alguien silbó como en un concierto de estadio, otros abuchearon, algunos niños fueron lanzados al escenario derrumbando a los músicos como si fueran bolos, algunas madres perdieron los nervios y empezaron a picársela a ver quién hacía mejor el Smoke On The Water en guitar air, los percusionistas de la orquesta aprovecharon el escándalo para hacer lo que siempre habían deseado: usar los tambores como camas elásticas, algunas vilonistas resolvieron sus diferencias, por fin, arco en mano, el narrador empezó a chillar como un loco que tomáramos azúcar moreno que era más sana, alguien enchufó la DS a un ampli y la musiquita de Mario tronó en ese santuario de la alta cultura...

Cuando todo parecía perdido, una de las azafatas, conocedora de la idiosincrasia murciana, dijo por megafonía que en el exterior del auditorio estaban dando algo, lo que fuera, gratis, y la gente desalojó en un visto y no visto.

Madre mía, uno de los mejores conciertos de mi vida.

PD: La ilustración de arriba la he sacado de aquí.

PDII: Las pantallas planas son el demonio pero los duendecillos del cuento viajaban saltando de seta en seta. ¿De qué me suena a mí eso?

lunes, 24 de enero de 2011

Negro como los vikingos del Norte, como los zares de Rusia

Este fin de semana hemos tenido un sucedido con los hijos que nos ha recordado esta escena de "El milagro de P. Tinto", casi a la altura de "Amanece que no es poco":

domingo, 23 de enero de 2011

Murcia, estos días

El viernes hubo en Murcia una concentarción en solidaridad con José David B. L. y en contra de la criminalización de los movimientos de izquierdas. José David es el muchacho que fue detenido acusado de la agresión a un consejero del gobierno murciano. La izquierda ha sido responsabilizada de esa agresión, así, con todas las letras y, por supuesto, sin prueba alguna. Se han escuchado cosas muy graves en boca de los dirigentes del PP murciano. Los mismos que han tomado una serie de medida durísimas contra el déficit, recortando el suelo y, lo que es más grave, los derechos de los funcionarios. Los sindicatos están especialmente movilizados, más que nunca, y han sido atacados con toda la virulencia posible por el (birrioso) poder autonómico (un artículo en El País, aquí, con foto de las amigas y amigos del STERM-Intersindical y otro, aquí, de Público).

No fui a la concentración. Las razones habituales: a las ocho de la tarde los críos están para cenar e irse a la cama, hacía mucho frío, imposible aparcar en el centro... No fui pero tendría que haber ido para demostrar mi apoyo a José David y a los compañeros y compañeras sindicalistas. Valga esta entrada para redimirme.

Las cosas que han sucedido después de la agresión al consejero han sido gravísimas. Para empezar se dio por hecho que había sido alguien movido por ideas políticas, alguien de izquierdas, algún socialista o sindicalista malísimo. En ese sentido, la policía se dedicó a estudiar los vídeos de las manifestaciones de las últimas semanas contra las medidas antisociales del gobierno murciano. Da escalofríos imaginar a un montón de policías viendo vídeos de manifestantes y diciendo cosas como: Mira, ese ha tirado un huevo, apúntalo como sospechoso.

Después de la detención de José David, la prensa murciana estuvo a la altura de Dónde estás corazón y cosas por el estilo. Se dieron toda clase de detalles del chaval y se escribía en el mismo párrafo que había sido detenido hace tiempo por exhibir símbolos racistas pero que era de ultraizquierda. Lamentable. Muy lamentable. Por suerte, el sistema tiene fallos pero también límites. Después de 72 horas de secuestro legal, tuvieron que soltarlo porque no había ninguna prueba. No se espera que nadie se haga responsable de esa agresión sufrida por José David.

En fin, que podría seguir diciendo muchas más cosas, como, por ejemplo, que hay otras líneas de investigación sobre la agresión que la desvinculan de cuestiones políticas (ver cuarto párrafo empezando por el final de esta noticia que he visto en el facebook de una amiga, el primer párrafo tampoco tiene desperdicio), pero lo dejaré aquí. Y antes de que algún comentario anónimo (estas cosas siempre son anónimas) diga algo al respecto: sí, está muy mal pegarle a la gente, lo condeno enérgicamente.

Una última cosa, José David ha sido calificado como sharpero. A la prensa le ha gustado mucho esta expresión y no han dejado de usarla en frases como esta de La Verdad (18/01/11): "El sharpero se mantiene firme en que es inocente y sigue sin confesar" (nótese el desconsuelo del periodista por la negativa del detenido a confesar que era culpable, el muy bellaco). Sea como sea, esta canción va en su honor:

jueves, 20 de enero de 2011

Desayuno

Dos de las entradas que más visitas reciben vía buscador hablan de piojos una y de Ikea otra. Como no tengo nada nuevo que conatr sobre piojos, de momento, hablaré de Ikea.

La semana pasada, Mercedes tuvo un día libre y no se nos ocurrió mejor forma para empezar nuestra mañana en pareja que ir a desayunar a Ikea. Será que me conformo con poco pero para mí el colmo de la buena vida es desayunar fuera de casa.

Estuve un rato dudando entre el desayuno mediterráneo y el sueco, con un apetitoso bollito de canela. Resolví mis dudas de la mejor forma posible: me pedí los dos. Por un momento barajé la posibilidad de tomarme un desayuno inglés pero es que el bacon y los huevos revueltos por la mañana si no es con tortillas de maíz y con frijoles... no sé, como que no me entra bien.

Como fuimos de los primeros en llegar, elegimos sitio y nos sentamos delante de los ventanales que dan al parking y que permiten recrearse la vista con la sucesión interminable de tiendas y más tiendas: un almacén asiático gigante, un centro comercial, Porcelanosa a lo burro, varias tiendas de electrodomésticos...

Al rato, y mientras echaba sapos y culebras por la boca, tomé esta foto:





En ella se puede apreciar con claridad, más o menos, cómo hay un coche aparcado en la zona reservada para coches en los van niños mientras hay decenas de sitios libres por todas partes. Es razonable que haya sitios reservados porque es un verdadero follón atar y desatar niños, montar carritos y todo eso. Pero la gente es poco de respetar.

Le estaba poniendo la cabeza como un bombo a Mercedes y había jurado ya por sexta vez que me iba a ir a vivir a Islandia cuando la mujer que se había bajado del coche, volvió, abrió la puerta de atrás y sacó a un bebé seguido de una abuela. Me sentí fatal y pedí disculpas (mentales) por todo lo que había dicho.

Pero sobran los malos ejemplos. Me giré para el otro lado y tomé otra foto:




Y en este caso no había niño alguno en el coche.

lunes, 17 de enero de 2011

Parchís



Una de nuestras actividades comodín para los sábados por la tarde, tan complicados algunas veces, es ver una peli con palomitas recién hechas para todos. Muchas palomitas. De vez en cuando vemos una de Parchís. A los hijos les gustan pero es que Mercedes y yo nos morimos de la risa.

Este sábado vimos "Las locuras de Parchís". Hay una escena en la que se escapa una vaquilla y empieza a perseguir a Don Atilio (el dueño del cole al que van los chicos) y a su mujer. A la mujer la dobla en esas escenas de peligro un hombretón y la cosa es tan descarada que no pudimos dejar  de reir durante un buen rato.

Las pelis de Parchís, vistas con ojos de padre, son algo desconcertantes porque los niños se pasan todo el tiempo agrediendo a la gente, solucionando los problemas a base de sartenazos, allanando moradas, secuestrando... No es de extrañar que mucha de la música incidental suene rollo blaxploitation (probar a decir esta palabra en voz alta, ya veréis qué risa).

Me acordaba perfectamente de "Las locuras de Parchís" porque fui a verla al cine y me enamoré perdidamente de Vicky. Quería poner un rock que le cantan pero no está en youtube, y yo que me pensaba que todo estaba en youtube. Diría que más que enamorarme de Vicky lo que me pasó fue que empaticé con David que es el que se anamora de la niña en la peli. Posiblemente sería la primera vez que experimenté algo parecido. Qué cosas.

Y como no he encontrado la canción que quería (en la que los de Parchís van disfrazados de monjas y cantan un rock que ya querría para ella Sister Act) pongo una canción molonísima de la blaxploitation:

domingo, 16 de enero de 2011

Bestiario de elhombreamadecasa: Fauna diversa

Una cita de Haruki Murakami ("Kafka en la orilla"): Somos seres humildes, impotentes y frágiles. No tenemos caparazón como las tortugas, ni alas como los pájaros. No podemos ocultarnos bajo tierra como los topos, ni cambiar de color como los camaleones.

miércoles, 12 de enero de 2011

Videojuegos y cuñados / Cerveza y carreras


Antes de Navidad, Juan jugaba con un amigo a un videojuego. Llegaron a una pantalla difícil y me llamaron para que se la pasara. Llegué, vi y vencí. El amigo de Juan se quedó mirando con ojos como platos y dijo: ¿Tu padre juega contigo a los videojuegos? Claro, dijo Juan. Salí de allí más ancho que largo (¿se dice así?).

Pero el mito de padre perfecto ha caído. El mito que, por otra parte, era cosa mía, que me creía guay a tope. La otra noche, los niños se quedaron con mi hermana pequeña y su novio. Estuvieron jugando a la consola y mi cuñado se pasó un montón de pantallas. Ahora él es el más guay y ya no quieren juegar conmigo. Que si P. se pasa todas las pantallas, que si P. se sabe muchos trucos, que si P. es el mejor... Odio a mi cuñado.







Por fin me he leído "De qué hablo cuando hablo de correr". Murakami escribiendo sobre escribir y sobre correr (y sobre música)... me cuesta imaginar algo mejor. Cuenta Murakami que cuando corre y se siente cansado y sediento piensa en beberse una cerveza bien fría. Me apetece beberme una cerveza tan helada como un carámbo, piensa a mitad de su primer maratón. Cuando está en Boston, nunca le falta una Summer Ale de Samuel Adams (ver foto).

Me he propuesto correr casi todos los días, algo que solo hago en verano. Dejo a los niños en el cole, hago la compra, dejo la casa medio recogida y echo a correr. Paso al lado de la fábrica Estrella de Levante pero el olor a cebada se impone por casi todo el recorrido. Quizás a Murakami le gustaría correr por Espinardo.

Lo que sí le gusta es correr con la música de los Lovin´ Spoonful. Ahí va una de sus canciones:



Y aquí la versión barbuda.

martes, 11 de enero de 2011

Horarios

En un bandazo más de nuestra irresponsable carrera educativa, hemos abrazado el conductismo y empezado el año con un horario estrictísimo para repartir el tiempo dedicado a la tele, al ordenador, a la videoconsola, a los deberes, a la piscina, a los parques... Y a la más mínima infracción, gomet rojo al canto y sanción. Pero no hay conductismo que les valga a Juan y Darío. El horario, primorosamente elaborado por Mercedes, ya ha desaparecido y en su lugar hemos encontrado otro elaborado a su gusto. El sábado, por ejemplo, hay doce horas seguidas de juego a la consola y, entre otras lindezas, gastan la segunda acepción de la palabra "escatología" del diccionario de la RAE. Convivimos con dos mentes supercriminales.

lunes, 10 de enero de 2011

Los Marañones en concierto

Cuando uno pega carteles por las calles, quisiera encontrar un muro amplio y despejado en una acera por la que pasara mucho gente. Pero las cosas buenas escasean, así que hay que ponerlos donde se pueda. Al lado del cole de mis chiquillos, hay una pared de ladrillo, de esas que tapa un bajo comercial abandonado, en la que ponen carteles de conciertos, supongo que porque hay espacio porque pasar lo que se dice pasar, pasa poca gente por allí. Yo sí paso y antes de las vacaciones vi esto:


Eh, me dije, un concierto de Los Marañones en el Auditorio Víctor Villegas el 8 de enero, es perfecto. Hacía mucho que no los veía y un concierto en un sitio de categoría y con asiento numerado es lo que me pide el cuerpo. Sí, sí, antes reventábamos los conciertos y obligábamos a suspenderlos por poner en riesgo la integridad de los músicos y del resto del público y todo eso, pero uno se hace mayor y más que bailar como un poseso, quiere disfrutar de los matices de la música, ver cómo tocan los músicos y cosas así.

El sábado por la noche, un poquito antes de que empezara el concierto, nos sentamos en nuestras cómodas sillas y nos dispusimos a disfrutar. En mi opinión no hay espectáculo comparable al de la música en vivo. En concreto al de la música en vivo de calidad. Vale, música de calidad es un concepto tan subjetivo que es como si no existiera. Recuerdo una vez que estaba mirando discos en El corte inglés, cuando un tipo le dijo a otro: Vamos a mirar aquí que es donde están la música buena de verdad. Eché un ojo, picado por la curiosidad, y lo que ese tipo llamaba música buena de verdad era una basura horrible. Resumiendo, que si es el concierto de un grupo que me gusta, nada me gusta más.



Las canciones del disco nuevo, "Tipos raros", molan mucho. De hecho, me compré el CD y ya lo llevo en el coche para que amenice las idas y venidas al cole. Me gusta la de Mr. G que tiene ese aroma espacial de otras canciones del grupo y Conozco la canción, con la que cerraron el concierto después de dos bises. El cierre fue tan espectacualr que no hubo valor a pedir otro bis.

Evidentemente, las canciones del segundo disco siguen siendo las que más me emocionan, más que nada porque las escuché sin para durante una época de mi vida muy intensa y creo que han llegado a alterar alguno de los giros de mis dobles hélices de ADN.



Acabamos todos de pie, aplaudiendo a rabiar. Un conciertazo.

PD: En estos tiempos de descargas y leyes con nombre de ministra, he comprado el disco "Tipos raros" dos veces. Una para regalar y otra para mí. Me gusta gastar bien mi dinero.

PDII: Quiero a los tres como si fueran mis hijos pero debo decirlo: ¡Balón de oro para Iniesta! (unas horas antes de que se sepa el ganador).

domingo, 9 de enero de 2011

Los Reyes Magos y los Reyes Oscuros

Me fui a la cama con el corazón en un puño. Mi carta a los Reyes me había llegado devuelta y eso no me dejaba dormir. Una amiga me había dado un correo electrónico alternativa al que escribí pero, incluso así, no estaba nada convencido. A las seis y diez de la mañana me desperté y a las siete y cuarto me rendí y salí del dormitorio. Estaba claro que ya no me iba a volver a dormir.

Me quedé un rato delante de la puerta de la salita, cerrada a cal y canto. Detrás de ella estaban los regalos y un brillo prometedor se colaba por las rendijas. Podría abrir y ver si estaba lo que había pedido pero ya se sabe que si uno entra sin esperar a los demás, sus regalos desaparecen. No me quedaba más remedio que esperar a que se despertaran el resto de habitantes de la casa.

Fui a la cocina y preparé café. Me lo tomé poco a poco mientras leía el capítulo dedicado a Robert Johnson del libro "Blues - La música del Delta del Mississippi". Johnson fue el que vendió su alma al diablo a cambio de tocar la guitarra magistralmente. El proceso es fácil. Uno busca un cruce de caminos y se va allí de noche y con la guitarra. Entonces espera a que llegue un tipo grandón, de voz profunda y bien vestido y le presta la guitarra para que se la afine y cante con ella una canción. A partir de ahí, tu alma le pertenece pero las seis cuerdas estarán a tu merced. Ahora algo así es imposible. Malditas redondas.



A las nueve y media ya no pude más. De sobra sé que las cosas funcionan así pero mira que da rabia que se pasaran todas las vacaciones levantándose a las ocho y el día de Reyes no se despertaran de ninguna manera. Tal vez el hecho de que no se durmieran hasta las tantas, presos de los nervios, fuera la causa. El caso es que ya no podía esperar más, así que desperté a Mercedes, desperté a los hijos y nos lanzamos todos como locos a la salita.

En cuanto vi la caja rectangular de las dimesiones adecuadas empecé a respirar con cierta tranquilidad. Después quité el papel y, sí, allí estaba, mi caja de los clicks del Oeste, edición 30 aniversario. Lo de la carta devuelta habría sido un error o una broma pesada. Madre mía, mientras lo montaba todo, tuve que contener las lágrimas una y mil veces porque era como volver a sentirme en la infancia. Las sillas de montar, las vallas, la estrella pintada del sheriff, la diligencia que nunca tuve...



Lo he colocado todo en un sitio destacado del estudio. Juan dice que no lo entiende, que los juguetes no son para usarlos como si fueran un cuadro sino para jugar con ellos. Hemos llegado a una solución de consenso: le dejo que juegue con ellos a condición de que luego los deje tal cual estaban, como un cuadro en un museo.

Y lo de los Reyes Oscuros no lo voy a contar. Total era una historia muy fea sobre manguitos de precio desorbitado a pesar del diminutivo y de correas de distribución que distribuyen los euros desde nuestros bolsillos a los bolsillos de los mecánicos.

martes, 4 de enero de 2011

Premios Electro - edición 2010

Por tercer año consecutivo, hacemos públicos los premios Electro-edición 2010:


PREMIO ELECTRODOMÉSTICO REVELACIÓN: DVD PEQUEÑITO. Pequeñito quiere decir portátil en nuestro argot familiar. Me resisití como gato panza arriba a usarlo en los viajes largos en coche, yo quería escuchar música. Pero al final cedí y hemos tenido un notable descenso en el porcentaje de peleas. Me coloco detrás, aposento el DVD sobre mis rodillas, elegimos la peli y dejamos que Mercedes nos lleve carretera adelante.


PREMIO AL ELECTRODOMÉSTICO DEL AÑO: AIRE ACONDICIONADO. Porque aunque ahora haga frío y usemos la bomba de calor, lo que nos salva la vida y evita que nos vayamos deshaciendo poco a poco en nuestro propio jugo es el aire acondicionado. Te debemos la vida o, al menos, seguir cuerdos, relativamente, después de los terribles veranos murcianos. 

PREMIO AL VALOR: EX AEQUO A LA LAVADORA Y AL CALEFACTOR DEL BAÑO. A la primera por seguir funcionando como si nada tras recibir un fuerte balonazo y quedar mutilada. Casi nos morimos del susto al ver cómo le colgaba la puerta. Al segundo por resistir un vómito ajeno de los que hacen historia sin decir ni mu. Lo dimos por muerto pero tras una limpieza concienzuda y unos días de reposo, volvió a funcionar perfectamente.Vuestra valentía no será olvidada.


Ediciones anteriores: 2009 y 2008.