Cada miércoles un cuento en El Estafador

martes, 23 de diciembre de 2008

Tenía que pasar


Era cuestión de tiempo que algo así acabara por suceder. La modernidad jubiló a las peras sacamocos que tantos disgustos nos dieron en nuestra infancia. Ahora se usa una goma con un extremo en la nariz del niño y otro en la boca del padre. Se aspira fuerte y los mocos salen de la cavidad nasal sin llegar a la boca del que succiona porque un filtro estratégicamente colocado lo impide. Pero, claro, antes o después tenía que fallar el invento, en concreto el filtro. Ha sido esta noche. Solo añadiré una cosa más: Darío está muy acatarrado.

1 comentario:

Irimia dijo...

Diosssss!!!! ¡qué gráfico has sido!

Yo uso uno de esos en los que había que meter un algodoncillo... siempre he dicho que tendrían que hacerlos con sifón, como los desagües de los lavabos.