Cada miércoles un cuento en El Estafador

lunes, 9 de marzo de 2009

Los Jordis. Un post de terror.



Estábamos Mercedes y yo mirando unos arañazos en la cara con los que Darío había amanecido y preguntándonos cómo se los habría hecho cuando Juan dijo: Han sido los Jordis. Mercedes y yo nos miramos asombrados. ¿Los Jordis? preguntó ella. Sí, los Jordis, han saltado por el patio y arañaron a Darío y a mí me quisieron clavar un cuchillo en to la boca (no hay forma de quitarle a este chiquillo el acento murciano). Eso no puede ser, Juan, insistió ella mientras yo intentaba disimular los temblores que empezaban a sacudir mi cuerpo. Que sí, mamá, que los Jordis son muy malos, siempre quieren matar a las personas. Siguió dando datos. Al parecer no todos pueden verlos. Juan sí porque sus ojos se alargan y pueden ver más allá y cosas que nadie más puede ver. Sus ojos también se pueden convertir en manos, elefantes enanos y arañas carnívoras, pero quizás esto sea tema de otro post. A los Jordis les encanta la sangre. Tienen el corazón de hierro y si se lo tocas cuando han muerto, reviven. Son gigantes pero un poco pequeños y lo que hay que hacer es acercarse a ellos y tirarles un cuchillo o un tenedor. Esto último me tranquilizo habida cuenta de que mi hábitat natural es la cocina donde tengo muy a mano tanto cuchillos como tenedores. Juan siguió describiendo a esas terroríficas criaturas de pesadilla con todo lujo de detalles, algunos de ellos realmente innecesarios.
Al final no tuvimos más remedio que preguntarnos si los Jordis eran el producto de la mente libre y calenturienta de un niño de cuatro años o monstruos reales contra los que tomar medidas. Un escalofrío nos recorrío el cuerpo al imaginarnos hordas de Jordis acechando en las sombras, listo para saltarnos a la yugular al más mínimo descuido.




1 comentario:

Laura dijo...

Yo tengo varios amigos que se llaman Jordi... estaré al tanto! glups