Cada miércoles un cuento en El Estafador

martes, 18 de marzo de 2008

Informe cerotres

Estábamos disfrutando de un momento idílico: no había nadie en los alrededores de la piscina, el prado verde era salpicado por florecillas blancas y amarillas, a lo lejos se escuchaba el ruido de los coches carretera arriba y abajo, el cielo estaba nublado, hacía un poco de frío pero sólo un poco, Juan se balanceaba en un columpio y yo fumaba tranquilamente.

Entonces Juan, mi primogénito, mi hijo del alma, carne de mi carne y sangre de mi sangre, ha consumado la peor de las traiciones. Se ha acercado a mí y ha canturreado: uno, el brikidans, dos el crusaíto...

Y ahora me voy a echarle un vistazo a la comida que las vacaciones de las amas de casa nunca lo son del todo (estoy haciendo un potaje de garbanzos con espinacas y bacalao que me queda de muerte).

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