Cada miércoles un cuento en El Estafador

martes, 18 de marzo de 2008

Informe cerodos

Ayer descubrí que tengo el superpoder de la puntería. Flecha Verde y Ojo de Halcón a mi lado unos mindundis. Resulta que mi padre tiene una diana electrónica en su casa y decidimos jugar unas partidas. La primera fue algo tonta y desordenada pero después vino un compañero de mi padre y experto en dardos y nos pusimos a jugar en serio. Optamos por esa modalidad en la que hay que ir cerrrando del 15 al 25 (la diana). Pues bien, en la primera tirada no hice un 20, ni dos, ni tres sino cinco. Sí, sí, cinco Ni que decir tiene que gané la partida de calle. Nadie daba crédito de lo que estaba pasando, incluido yo mismo. Debo apuntar que no había jugado nunca (bueno, alguna vez pero de pequeño). Para mayor gloria mía, gané la partida en muy pocos turnos y con Darío en brazos.

Anuncio ya que he decidido no volver a jugar a los dardos. Hay que saber retirarse a tiempo.



PD inesperadamente romántica: Con el paso de los años uno sabe por qué ama pero suele olvidar de qué se enamoró. Pensamos que nos enamoramos de grandes cualidades y virtudes supremas. Pero no es verdad. Nos enamoramos de cosas pequeñas que sólo la cualidad del amor nos deja ver. Ayer, cuando dijimos de jugar a los dardos, Mercedes se apuntó entre ofendida por no haber contado con ella y emocionada como una niña pequeña. Por cosas así me enamoré de ella.

PD sin más: La acuarela es de Víctor Santos y puede verse en su blog.

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