Aquí estoy de nuevo. No diré que tengo jet lag, no hay cambio horario de Barcelona a Murcia, pero casi. Me siento algo desorientado y ligeramente fuera de lugar. Empecé la presentación del libro con un chiste en el que estuve trabajando casi dos semanas. Dije que estaba recién llegado a Barcelona, una ciudad mítica para mí, lector habitual de las novelas de Carvalho, que me acababa de entrevistar la radio, la tele y que estaba presentando mi libro en Fnac Triangle, acompañado de Juan Cervera de Rockdelux (el periodista que ha reseñado más de la mitad de los libros que me he leído en los últimos años). Así que me sentía mitad Paco Martínez Soria, mitad Cenicienta. Pero ya han sonado las doce campanadas, ha desaparecido el traje de fiesta, el carruaje, las luces brillantes y la fiesta. He vuelto al hogar, a la cocina, al despertador y a todas esas cosas cotidianas. Está bien, al fin y al cabo, ya lo dijo Dorothy: no hay nada como el hogar, y me queda el zapatito de cristal del recuerdo de cuatro días increíbles.
Voy a ver si me sitúo y cuando tenga la cabeza más centrada cuento alguna cosilla más del viaje.
PD: Con los nervios y el ajetreo, me olvidé de dejarle la cámara a alguien para que tomara fotos. Pero en una página de la Fnac se puede ver una fotito. Aquí.
2 comentarios:
Yo también me he sentido Paco Martínez Soria alguna vez, que sensación más extraña, inquietante y gratificante al mismo tiempo :-X
Me alego de que haya ido todo bien por Barcelona, te esperamos en Madrid
bss,
Lo de Martínez Soria me pasa muy a menudo. Lo de Cenicienta menos y es tan emocionante. Hay planes apra ir a firmar libros a Madrid el día del ídem. Cruzo los dedos para que salga.
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