Cada miércoles un cuento en El Estafador

lunes, 22 de febrero de 2010

Obsolescencia programada

Según Wikipedia, la "obsolescencia programada" es es el proceso por el cual un producto o servicio se vuelve obsoleto o no funcional tras un período de tiempo calculado por el fabricante. Luego añade que tiene un potencial considerable para beneficiar al fabricante dado que el producto va a fallar en algún momento, poniendo bajo presión al consumidor para que adquiera otro producto nuevamente, ya sea del mismo productor (mediante la adquisición de una parte para reemplazar y arreglar el viejo producto o mediante la compra de un modelo del mismo más nuevo), o de un competidor, factor decisivo que también se prevé en el proceso de obsolescencia planificada.

Puedo ilustrar esto con un ejemplo.

Hace unos años, Mercedes y yo nos compramos dos flexos iguales. Uno para ella y otro para mí. Cuánto amor.

La semana pasada, me senté en el estudio y vi que mi flexo se había roto y el foco colgaba como la cabeza de una gallina muerta. Por supuesto, nadie había sido. Ya era imposible encontrar el culpable de las cosas malas que pasaban en la casa cuando éramos dos, pues imaginad siendo cuatro. (Luego, como sospechaba, supe que lo había roto Mercedes). Ayer, en un momento de descuido, le di el cambiazo y puse su flexo en el lugar del mío. Mi mente es tan brillante como maligna. Entonces fuia dirigir el foco hacia donde me interesaba y, plaf, me quedé con él en la mano.

Supongo que al comprar los dos flexos del mismo modelo en la misma tienda y al mismo tiempo, estarían fabricados a la vez. Y, por lo visto, con una obsolescencia programada muy definida para que se rompieran al unísono y de la misma forma. Mis felicitaciones al ingeniero/a que pensara en todo ello.

Así han quedado:



PD: Estoy engandachísismo a esta canción de Tortoise:

6 comentarios:

Una mamá (contra) corriente dijo...

Esto pasa mucho.

Recuerdo mi infancia con un televisor Philips sin mando a distancia, que sobrevivió casi 15 años. Ahora no dura eso una tele ni en broma, ya se ocupan ellos.

Claro que en aquel entonces había que invertir un buen pico en comprarse una tele y ahora lo mismo te la encuentras en una caja de cereales.

Lo uno por lo otro, no sé qué es mejor.

Miguel-On dijo...

Otra manera de hacerte comprar más cosas es cambiar el formato, por ejemplo las teles planas, hay un montón de televisores de tubo que funcionan perfectamente y han sido sustituidos por otros planos y más molones.
Lo de calcular el tiempo que se rompe algo es cierto, y hablo con conicimiento de causa, pues soy ingeniero, pero yo hago edificios. Un susto para los hipotecados, las casas se calculan para durar 50 años estructuralmente, las instalaciones entre 10 y 20 años, según cual sea.
Lo de calcular cuanto tiempo dura un objeto también se hacia antes, pero con mayores coeficientes de seguridad, por eso aún hay 600 circulando, solo que los coeficientes de segurida a fatiga eran muy grandes, y con los años hemos ido afinando...

Miguel-On

La pintorería dijo...

Pues os han quedado supermonos los dos flexos en la foto, claro que lo que más me ha gustado es la enfermera, con su cofia pidiendo silencio, eso es de mis tiempos jovenes, (que lejos van quedando....).
Ahora que lo pienso, no venden flexos en el mercadona, pero imagino que te las apañaras :)

lapatachunga dijo...

Lo malo es que nosotros, consumidores, preferimos cambiar a los 3-5 años el aparato para que sea más nuevo, más in, más mejor... en vez de buscar la funcionalidad. Vamos, que somos más exigentes, más volubles y más consumistas.
A mí me gusta el televisor philips que dura 15 años. O como mi lavadora, que era antes la de mi madre y que aguantó como 25 años hasta que se le desgastó no se que goma y claro, ya no habían repuestos de modelos del 76 en el 2001... snifff con lo bonita que era. Y he tenido suerte que la nueva todavía no era de esas que consumen menos, porque serán muy ecológicas con el consumo de agua, pero la ropa queda sucia.
No, a la obsolescencia programada inferior a 20 años!.

Pilar / MamásFullTime dijo...

¿Y aplicado al personal? ¿Qué pasa que no hay obsoletos por el mundo que no funcionan(algunos no han funcionado nunca supongo que por error de diseño) y siguen dando guerra? debería haber una tabla de medir cualidades, características, competencias... y lo que no funcione y no se pueda arreglar y haga más daño que beneficio pues... se despacha... ¡uy, si esto ya lo hace el sistema de pensiones! aunque como siempre... no lo hace como debería... la edad no siempre es sinónimo de obsolenscencia (por cierto es un vocablo que suena "pop" ¿no?).

elhombreamadecasa dijo...

Mamá contracorriente, diría que lo mejor es que las cosas duren y tener que luchar solo contra las ganas propias de tener algo nuevo. Que no te lo impongan porque se han roto.

Vaya, vaya, Miguel-on, con que ingeniero, ¿eh? Eso que has contado de que los pisos se hacen para durar 50 años... ¿no es eso lo que duran las hipotecas? O sea, que acabas de pagar tu casa y una de dos, o te has muerto antes o se derrumba la casa según pagues la última letra. Bien pensado.

Maite, la foto de la enfermera la compramos en un ataque de añoranza y confiando en que nuestros hijos hicieran caso a una autoridad externa, ya que a la interna no le hacen ninguno. Pero ni con esas. Tienes razón, no hay flexos en Mercadona pero para estos casos guardo un as en la manga: Ikea.

Patachunga, veo que nos vamos conociendo. Exigente no mucho pero voluble y consumidor lo soy bastante. Yo tenía un tocadiscos de mis suegros que se rompió, bueno, lo rompió Darío, ya lo conté. No hay forma de encontrar una aguja de recambio.

Pilar, la palabra "obsolescencia" me encanta. Esa b después de la o y antes de la s, es increíble. Hay que pronunciarla despacio, paladeando cada uno de los fonemas.