La idea de esta entrada se la debo a Patachunga, así que a ella va dedicada
(Nota: Este post es la segunda parte del de la semana pasada).
Hay quien dice que una de las cosas que caracterizan la época moderna es la movilidad social, los ricos se podían volver pobres y los pobres, por fin, ricos. Cosa de sociólogos. También hay quien dice que ahora todo va muy rápido. Puede ser cierto. Pero al comienzo de todo, la movilidad era mayor. Los sueños se mezclaban con la realidad, la matería viva transmutaba en materia muerta y, lo que es menos habitual, al revés. Una serpiente podía camuflarse en forma de monda de calabacín y atacar en el momento menos pensado. La Magia convivía con la Ciencia en un delicado equilibrio. Eran tiempos de armonía. No como ahora.
La balanza cósmica se equilibraba a cada momento. Que había serpientes que amenazaban a los cachorros humanos, pues la Madre naturaleza creaba a las mangostas para que dieran buena cuenta de los bichos venesosos. Pero las mangostas resultaron ser muy escrupulosas en cuanto a temperaturas y humedades y no pudieron extenderse por todo el planeta, al contrario que sus enemigas. Así que, donde no pudo llegar el equilibrio cósmico, llegó el ingenio humano. En concreto el ingenio de las madres. Los machos estaban ocupados cazando grandes animales y tendiendo elaboradas trampas para las serpientes. Mientras tanto, las hembras buscaron un método más sencillo: barrer las mondas de hortalizas, tubérculos y otros vegetales para que las serpientes no tuvieran lugar en el que esconderse. Así fue inventada la escoba.
(Algunos hombres, envidiosos y desconocedores de las responsabilidades y tareas del hogar, hicieron creer que la escoba era un objeto de magia negra y la relacionaron con las brujas. Pero esa es otra historia.)
Entonces llegó el día en el que Magia y Ciencia decidieron seguir caminos separados. La Ciencia se quedó en este mundo y la Magia se fue a otro. Un mundo indeterminado, etéreo y, por fortuna, sin fronteras definidas. (Ver "El vuelo de los dragones")
Los cachorros humanos conservan durante los primeros años de vida la capacidad de ver más allá y recordar que hubo un tiempo en el que la Magia vivía a nuestro lado. Por eso saben que las mondas vegetales son peligrosas. Pueden convertirse, por sorpresa, en temibles serpientes. Cada vez que ven una de ellas, da igual que sea de tomate o de berenjena, la arrojan bien lejos, no vaya a ser que acaben con una dolorosísisma mordedura.
Elhombreamadecasa riñe a Darío por llenar la cocina de restos de vegetales y, resignado, los barre con la escoba, sin saber que está empuñando un objeto en el que todavía conviven Ciencia y Magia.
7 comentarios:
Conviven Ciencia y Magia y también enfermedades...(por la alergia que le tienen algunas personas).Juasjuas
Un saludo
Verdaderamente las escobas resuelven muchas cosas como tú has podido comprobar. Me encanta eso de que en ella conviven Ciencia y Magia,así,con mayúsculas.Hay quien dice que sirven,colocadas debidamente, para echar de casa visitas pesadas. Yo eso no lo he comprobado.
No me extraña tu episodio de Mercadona. Es que las ideas están muy voco valoradas y menos si son buenas, pero tú insiste que las tienes estupendas.
Vuelvo a entradas pasadas. Ya sé como era la canciocita. La oí el sábado en Informe Semanal a una persona mucho mayor que tú y que yo. Ya me imaginaba por donde iría el tema.
Me vais a perdonar una observación. Al releer unos comentarios de hace unos días he visto que algien adjudica la frase "el sueño de la razón produce monstruos" a Unamuno. Me gustaría aclarar que es de Buero Vallejo de su obra "El sueño de la razón" sobre Goya.
Vaya una sorpresa y qué alegría! La escoba por fin recibe un homenaje de todo nivel, después de tantos años de servicio, jaja. ¡Muchas gracias!
Coincido en que le has dado en el clavo con lo de Ciencia y Magia. Es la "chispa" que hemos perdido, como comentaban en otro post. Por cierto, ha caído por tus manos Terry Pratchet? Magia y humor fino.
Bueno, hoy sí comenzaré este lunes con una sonrisa de oreja a oreja. Sonrosada, eso sí :)
Ah, y la foto de la escoba, inmejorable. De bruja, bruja, bruja.
Me encanta este post... supongo porque aún contagiada del espíritu de Michael Ende creo en Fantasía. También creo que, los que convivimos con niños, volvemos a sorprendernos recuperando esa capacidad de ver y sentir la magia.
¿Que haría yo sin ti los lunes lluviosos? O mejor, ¿que haría yo sin ti los lunes? ;-)
Amalia, tenía una amiga que antes de decidir si salía o no con un chico, tenía que verlo barrer. Y en función de eso decidía. Y hablando de Ciencia y Magia. ¿Te llegan a la consulta muchos carricoches de bebés con lazos rojos? Me parece un asunto muy interesante. El lazo rojo se supone que es un amuleto contra el mal de ojo. El mal de ojo es una creencia completamente irracional que se combate con algo completamente lógico (el lazo rojo llama la atención de la gente, lo mira primero y entonces la mirada pierde poder y ya no pueden darle mal de ojo al bebé).
Mª Antonia, vaya una casualidad que escucharas la canción al poco de mencionarla aquí, y en Informe Semanal. Con lo de la observación te ha salido tu vena de profe de literatura.
Patachunga, sí la escoba se merecía un homenaje, y eso que no hemos hablado de lo bien que se las apaña contra las pelusas. He visto alguna vez los libros del autor que mencionas pero nunca he leído ninguno. Está en mi lista de cosas pendientes.
Grinza, es verdad que los niños nos devuelven el contacto con lo mágico. A mí además me sirve para mantener algunos gustos y actitudes sin tener que aguantar las miradas de reproche de otros adultos.
Celita, me voy a poner ñoño a la par que sincero. Hay dos razones por las que sigo escribiendo en el blog. La primera es que me sirve de catarsis. Cuento las cosas que me preocupan o me pasan y así me libero un poco. También suelto muchas de las ideas que me rondan la cabeza porque de lo contrario se apelotonarían y acabarían provocándome un trombo o similar. La segunda razón es que hay gente que lee esto y se divierte. Eso me hace sentir reconocido, útil y un montón de cosas buenas más.
Pues no me he fijado demasiado en los lazos rojos....Me parece que en mi caso tira bastante el "seny català", jejeje...
Sí que hay niños, sobre todo de etnia gitana y sudamericanos que llevan una especie de pulserita roja de tela en la muñeca con una especie de ojo o diente enlazado.
un saludo
PD: por cierto la canción de hoy, a mí me raya (ralla?)un poco....
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