Cuando era pequeño, pasé varios días muy enfermo con algún mal respiratorio. No sé si fue una bronconeumonía, tosferina o algo por el estilo. Tuvieron que hacerme una radiografía del pecho. El aparato de rayos era nuevo y algo salió mal. Me acuerdo de que sonó un ruido raro y se encendieron varias luces rojas. La gente estuvo entrando y saliendo de la habitación durante un buen rato.
Pensaba que era un recuerdo de infancia poco fiable pero esta mañana le he preguntado a mi madre. Ha intentado eludir el tema pero, ante mi insistencia, me ha reconocido que algo falló. Pero se ha apresurado a quitarle importancia y ha negado varias veces que las enfermeras corrieran y gritaran como locas. También ha negado que me hicieran pruebas después del incidente.
He notado cierta falta de convicción en su tono de voz. Así que supongo que mis sospechas son ciertas. El fallo radioactivo quemó, de alguna manera, la parte de mi cerebro que se encarga de las cosas concretas, útiles y productivas. Al parecer, la lesión no fue definitiva y durante todos estos años, ciertos condicionantes culturales y educativos han coseguido evitar el desastre.
Pero noto que con la edad, los diques van cediendo y una inundación de pensamientos vacuos y disparatados se va apoderando de mi cabeza.
No solo me dedico a pensar en cosas inútiles, también las hago. Desde hace unas semanas, escribo un diario de sueños. No sé por qué lo hago, la verdad. Cuando me levanto por la mañana, no consigo recordar nada, como si no hubiera soñado. Pero un simple esfuerzo y trozos de sueños afloran a mi memoria. Sé que entre el proceso de recordar y el de escribir, quedan muy desvirtuados y no se parecerán mucho a los originales (aquí vendría bien una comparacion del tipo "se parecerán a los originales como un perro a una nave espacial" pero, desde mi punto de vista, si la comparación no es muy acertada, algo difícil de conseguir, solo sirve para estorbar y afear el texto). También sé que no sirve para nada llevar un diario de sueños: no me parecen materia prima para relatos ni estoy haciendo terapia para contarlos tumbado en un diván. A pesar de todo, lo estoy haciendo.
Aunque una cosa del sueño de anoche sí merece ser contado. Entraba en unos grandes almacenes, léase El corte inglés, buscando una revista y recordaba con añoranza una sección que habían quitado y que estaba dedicada a revistas y tebeos. Era muy grande y se podía encontrar de todo. Es curioso la mezcla de recuerdos y sueños. Hay dos posibilidades igualmente llamativas. A saber:
a) El recuerdo está fabricado por el mismo sueño. Es decir, recuerdo una cosa que nunca existió y nunca me sucedió lo que, en sí mismo, es imposible.
b) El recuerdo es de un sueño que tuve anteriormente. Recordar un sueño en otro sueño es un extraño puente entre dos momentos oníricos.
PD: Estimados editores de El País, si van a publicar una foto a tamaño completo como la que hoy ocupada la portada del suplemeto Domingo, por favor, avisen con antelación con alguno de esos mensajes del tipo "Las imágenes que siguen pueden herir su sensibilidad". Es muy desagradable empezar el domingo con semejante foto. Después de eso, no hay quien apañe el fin de semana. La foto es esta (yo me taparía los ojos y pasaría directamente a la PDII):
PDII: Como decía, paso cada vez más tiempo en le Dimensión Sandez, también conocido como Dimensión Vacua o Dimensión-esto-te-parecerá-muy-gracioso-pero-no-va-a-hacer-de-ti-un-hombre-hecho-y-derecho-como-dios-manda-y-vas-teniendo-una-edad-para-dejarte-de-tonterías. Quizás ha llegado el momento de aceptar esas pastillas azules que tanto le gusta recetar a mi médico de cabecera. Lo que pasa es que a mí me gustan más las rojas.
PDIII: Como mi reino es cada vez el de otro mundo, ni siquiera me acuerdo de los conciertos a los que quiero ir. El sábado por la noche tocaba Alondra Bentley en Murcia. Lo vi hace días y me dije: a este concierto voy fijo. Pues se me olvidó.
PDIV: Me da mucha rabia cuando sacan un disco primero en CD y, a los meses, en vinilo. Al poco de comprarme el CD de Alondra Bentley, lo editaron en 12 pulgadas. El mundo de la música está copiando estratagemas del mundo del cómic, tan dado a reeditar en tapa dura, con portadas alternativas, alguna paginilla extra...
domingo, 28 de febrero de 2010
sábado, 27 de febrero de 2010
LTH: Líneas telúrgicas humanas
Hace algún tiempo, leí en El País un reportaje sobre un tipo japonés que, después de leer sobre la Guerra civil española, se vino para acá y lleva años colaborando en el esclarecimento de lo de las fosas comunes. Creo que la noticia se acompañaba de un destacado en el que se hablaba de la atracción de la cultura japonesa hacia la española.
Estuve dándole vueltas a la historia de este gran hombre y llegué a la única conclusión posible: la existencia de las Líneas telúrgicas humanas (en adelante, LTH). Mi hipótesis (por mí lo llamaría "Principio" pero hay que respetar el método científico), decía que mi hipótesis sostiene que cuando Pangea, el continente único y original, se fue separando, quedaron unas especies de líneas de influencia que unían puntos muy alejados entre sí y que establecían vínculos especiales entre los habitantes de un lado y otro. Supongo que será algún rollo electromagnético. Es lo que tienen el electromagnetismo, es muy socorrido e igual sirve para explicar un roto que un descosido.
Llevo años intentando que alguna fundación de prestigio me financie una costosísima y extravagante investigación sobre las LTH. Pero, no sé por qué, no lo consigo. De todas formas, acabo de encontrar una nueva evidencia de tal magnitud, que no tendrán más remedio que darme la razón. Y todo gracias a "Los Sopranos".
Nos hacía mucha gracia cómo Adriana llama a Cristopher (ver foto), el sobrino de Toni, porque decía "Cristofaaá", abriendo mucho la vocal final. Nos hacía gracia porque en Murcia, Cristopher, se pronuncia igual. En New Jersey hablan inglés. En Murcia, algo parecido al castellano. Y a pesar de eso, Cristopher se pronuncia igual. Así que está claro: hay una LTH que une New Jersey con Murcia.
¿Qué? ¿Cómo se os ha quedado el cuerpo?
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viernes, 26 de febrero de 2010
Juan se autoafirma.
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Juan pregunta,
Juan y Darío preguntan
jueves, 25 de febrero de 2010
Servicio público: Una cosa importantísima a tener en cuenta
Un amigo ha tenido a su chiquilla ingresada un par de días en el hospital. Nada grave y con final feliz. Pero tuvieron que ponerle una vía y lo hicieron en su manita derecha. Con los nervios del ingreso y todo eso, no cayó en advertirles de que la niña se chupaba el pulgar derecho. Cosa que no pudo hacer en los dos días que estuvo en el hospital por culpa de la dichosa vía. Una faena bien gorda.
Así que, padres y madres del mundo, ya sabéis, si van a ponerle una vía a vuestras criaturas, avisad antes si se chupan el dedo.
PD: Otra cosa de salud. Hace un par de semanas, Joserra contaba en su blog cómo el músico Greg Brown le quitaba la fiebre a sus chiquillos con "Say A Little Prayer" de Su Majestad Aretha Franklin. Voy corriendo a ponerlo en práctica que tengo a Darío malico. ¡Dalsy nunca más!
Le copio el vídeo que puso:
Así que, padres y madres del mundo, ya sabéis, si van a ponerle una vía a vuestras criaturas, avisad antes si se chupan el dedo.
PD: Otra cosa de salud. Hace un par de semanas, Joserra contaba en su blog cómo el músico Greg Brown le quitaba la fiebre a sus chiquillos con "Say A Little Prayer" de Su Majestad Aretha Franklin. Voy corriendo a ponerlo en práctica que tengo a Darío malico. ¡Dalsy nunca más!
Le copio el vídeo que puso:
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Servicio Público
miércoles, 24 de febrero de 2010
Las increíbles aventuras de Niño catódico y Niño Sónico. Hoy: Interferencias
La periodista puso su mejor sonrisa, se dispuso a deslumbrar a las cámaras, una vez más, y empezó a recitar el guión.
De repente, una voz familiar resonó en su cabeza. Vaya, pensó, hace tanto tiempo que no veo a mis sobrinos que hasta escucho sus voces. Dio entrada al enésimo vídeo sobre el mismo asunto y aprovechó para apartarse un mechón de pelo que llevaba incomodándola toda la mañana. Volvió a escuchar las voces. Eran demasiado claras para ser un recuerdo. Parecía imposible pero sus sobrinos le estaban preguntando que dónde se había metido que no la veían. He dormido peor de lo que creía, pensó la periodista.
Les dieron paso de nuevo y esta vez fue su compañera la que tuvo que hablar. En su cabeza empezó a sonar una algarabía tremenda. Sus sobrinos se alegraban de volver a verla. La periodista se tocó el pinganillo por si aquello se trataba de alguna extraña interferencia. Las voces siguieron sonando. Sus sobrinos le preguntaban por la primita. Cuando le tocó intervenir, dejó a todo el mundo con cara de desconcierto porque, en vez de leer su parte del guión, empezó a tener una conversación con dos personas inexistentes.
Alarmado, el realizador dio pasó a publicidad.
-¿Estás bien? -le preguntó su compañera.
-Sí -dijo la periodista -sólo tengo que hacer una llamada.
Se marchó a un rincón del plató y marcó un número de teléfono.
-Sistel -se escuchó al otro lado de la línea-. Pensaba que estabas trabajando.
-Eso intentaba, hermano. ¿Qué haces?
-Pues estaba revisando mi segunda novela. Es que últimamente solo escribo “cuentos pop” y temo encasillarme.
-Ya. ¿Y Mercedes?
-Pues no lo sé. Creo que se está arreglando una falda que se compró cuando estuvimos en Barcelona.
-¿No estáis con los niños?
-Sí, están viendo la tele.
-Me están viendo a mí.
-Qué gracia. Seguro que están hablando contigo. Siempre que te ven empiezan a decirte cosas.
-Dímelo a mí.
-Juan se enfada mucho porque no le respondes.
-Pues hoy estará contento porque hemos estado hablando en directo.
-Vaya, ha vuelto a usar sus poderes sin decírmelo. Debería haberlo supuesto.
-¿Sus poderes?
-Es una larga historia. Voy corriendo a cambiarles de canal.
-Estaría bien. Por aquí me miran todos como si me hubiera vuelto loca. ¿Desde cuándo Juan y Darío pueden hablar con la gente que sale en la tele?
-¿Te acuerdas de lo de la tele que se le cayó encima este verano? ¿Y del tocadiscos que Darío se tiró encima? Pues...
-Perdona, luego te llamo, es que me toca entrar. Anda, porfa, ponles otra cosa en la tele.
-Voy. Adiós.
-Adiós, hermano.
(Los anteriores capítulos, aquí).
De repente, una voz familiar resonó en su cabeza. Vaya, pensó, hace tanto tiempo que no veo a mis sobrinos que hasta escucho sus voces. Dio entrada al enésimo vídeo sobre el mismo asunto y aprovechó para apartarse un mechón de pelo que llevaba incomodándola toda la mañana. Volvió a escuchar las voces. Eran demasiado claras para ser un recuerdo. Parecía imposible pero sus sobrinos le estaban preguntando que dónde se había metido que no la veían. He dormido peor de lo que creía, pensó la periodista.
Les dieron paso de nuevo y esta vez fue su compañera la que tuvo que hablar. En su cabeza empezó a sonar una algarabía tremenda. Sus sobrinos se alegraban de volver a verla. La periodista se tocó el pinganillo por si aquello se trataba de alguna extraña interferencia. Las voces siguieron sonando. Sus sobrinos le preguntaban por la primita. Cuando le tocó intervenir, dejó a todo el mundo con cara de desconcierto porque, en vez de leer su parte del guión, empezó a tener una conversación con dos personas inexistentes.
Alarmado, el realizador dio pasó a publicidad.
-¿Estás bien? -le preguntó su compañera.
-Sí -dijo la periodista -sólo tengo que hacer una llamada.
Se marchó a un rincón del plató y marcó un número de teléfono.
-Sistel -se escuchó al otro lado de la línea-. Pensaba que estabas trabajando.
-Eso intentaba, hermano. ¿Qué haces?
-Pues estaba revisando mi segunda novela. Es que últimamente solo escribo “cuentos pop” y temo encasillarme.
-Ya. ¿Y Mercedes?
-Pues no lo sé. Creo que se está arreglando una falda que se compró cuando estuvimos en Barcelona.
-¿No estáis con los niños?
-Sí, están viendo la tele.
-Me están viendo a mí.
-Qué gracia. Seguro que están hablando contigo. Siempre que te ven empiezan a decirte cosas.
-Dímelo a mí.
-Juan se enfada mucho porque no le respondes.
-Pues hoy estará contento porque hemos estado hablando en directo.
-Vaya, ha vuelto a usar sus poderes sin decírmelo. Debería haberlo supuesto.
-¿Sus poderes?
-Es una larga historia. Voy corriendo a cambiarles de canal.
-Estaría bien. Por aquí me miran todos como si me hubiera vuelto loca. ¿Desde cuándo Juan y Darío pueden hablar con la gente que sale en la tele?
-¿Te acuerdas de lo de la tele que se le cayó encima este verano? ¿Y del tocadiscos que Darío se tiró encima? Pues...
-Perdona, luego te llamo, es que me toca entrar. Anda, porfa, ponles otra cosa en la tele.
-Voy. Adiós.
-Adiós, hermano.
(Los anteriores capítulos, aquí).
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martes, 23 de febrero de 2010
Expediente X: Pippi a lo lejos, en la montaña
Hace un par de semanas, nos juntamos toda la familia para comer. Teníamos dos cosas que celebrar, una especialmente importante, y una despedida que hacer. (Primo, espero que te vaya bien en París.) Estos encuentros son en la casa de los abuelos. Ellos ya no están pero su casa sigue siendo la base de operaciones familiar.
Estábamos en la sobremesa cuando unos gritos nos levantaron de las sillas. Algo estaba pasando en la calle. Salimos corriendo y vimos lo siguiente:
Si aplicamos las típicas técnicas de ampliación de imagen, podemos observarlo mejor:
Era Pippi. Ni más ni menos que Pippi Calzaslargas. Juan y Darío se volvieron locos. Gritaban como fans histéricas de The Beatles en el show de Ed Sullivan. Por desgracia, Pippi se mantuvo en la distancia, desde lo lejos nos saludó y se marchó.
Después de ese avistamiento, Darío nos obliga a hacer guardia permanente en la ventana, por si vuelve a aparecer.
PD: Me estoy leyendo "Gran Sol" de Ignacio Aldecoa. No está mal. He aprendido un nuevo verbo: "barbarizar". No lo he buscado en el diccionario de la RAE pero por el contexto queda claro que se refiere a echar sapos y culebras por la boca. Estaba deseando usarlo en el blog, así que ayer me puse a intentar cambiar una luz trasera del Altea que se nos había fundido. Y barbaricé. Vaya que si barbaricé.
PDII: Hace algunas semanas me lamentaba de que el bodeguero venía a casa una vez por semana se iba a jubilar. Falsa alarma. Ahora, en vez de venir los martes por la tarde viene por la mañana, pero sigue viniendo. Me meto mucho con Espinardo pero a ver quién puede presumir de tener un bodeguero a domicilio.
PDIII: He estado revisando las fotos del extraño suceso del otro día y algo me ha llamado la atención: estamos todos menos mi hermana la de en medio (que sí estaba en la comida). Cuando le pregunté por su ausencia, se justificó diciendo que estaba echándose una siesta. Me dio mucha rabia perdérmelo, añadió en un tono altamente sospechoso. Echándose la siesta... Un momento, ¿esa no es una de las excusas habituales de Clark Kent para explicar que nunca está cuando aparece Superman?
Estábamos en la sobremesa cuando unos gritos nos levantaron de las sillas. Algo estaba pasando en la calle. Salimos corriendo y vimos lo siguiente:
Si aplicamos las típicas técnicas de ampliación de imagen, podemos observarlo mejor:
Era Pippi. Ni más ni menos que Pippi Calzaslargas. Juan y Darío se volvieron locos. Gritaban como fans histéricas de The Beatles en el show de Ed Sullivan. Por desgracia, Pippi se mantuvo en la distancia, desde lo lejos nos saludó y se marchó.
Después de ese avistamiento, Darío nos obliga a hacer guardia permanente en la ventana, por si vuelve a aparecer.
PD: Me estoy leyendo "Gran Sol" de Ignacio Aldecoa. No está mal. He aprendido un nuevo verbo: "barbarizar". No lo he buscado en el diccionario de la RAE pero por el contexto queda claro que se refiere a echar sapos y culebras por la boca. Estaba deseando usarlo en el blog, así que ayer me puse a intentar cambiar una luz trasera del Altea que se nos había fundido. Y barbaricé. Vaya que si barbaricé.
PDII: Hace algunas semanas me lamentaba de que el bodeguero venía a casa una vez por semana se iba a jubilar. Falsa alarma. Ahora, en vez de venir los martes por la tarde viene por la mañana, pero sigue viniendo. Me meto mucho con Espinardo pero a ver quién puede presumir de tener un bodeguero a domicilio.
PDIII: He estado revisando las fotos del extraño suceso del otro día y algo me ha llamado la atención: estamos todos menos mi hermana la de en medio (que sí estaba en la comida). Cuando le pregunté por su ausencia, se justificó diciendo que estaba echándose una siesta. Me dio mucha rabia perdérmelo, añadió en un tono altamente sospechoso. Echándose la siesta... Un momento, ¿esa no es una de las excusas habituales de Clark Kent para explicar que nunca está cuando aparece Superman?
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lunes, 22 de febrero de 2010
Obsolescencia programada
Según Wikipedia, la "obsolescencia programada" es es el proceso por el cual un producto o servicio se vuelve obsoleto o no funcional tras un período de tiempo calculado por el fabricante. Luego añade que tiene un potencial considerable para beneficiar al fabricante dado que el producto va a fallar en algún momento, poniendo bajo presión al consumidor para que adquiera otro producto nuevamente, ya sea del mismo productor (mediante la adquisición de una parte para reemplazar y arreglar el viejo producto o mediante la compra de un modelo del mismo más nuevo), o de un competidor, factor decisivo que también se prevé en el proceso de obsolescencia planificada.
Puedo ilustrar esto con un ejemplo.
Hace unos años, Mercedes y yo nos compramos dos flexos iguales. Uno para ella y otro para mí. Cuánto amor.
La semana pasada, me senté en el estudio y vi que mi flexo se había roto y el foco colgaba como la cabeza de una gallina muerta. Por supuesto, nadie había sido. Ya era imposible encontrar el culpable de las cosas malas que pasaban en la casa cuando éramos dos, pues imaginad siendo cuatro. (Luego, como sospechaba, supe que lo había roto Mercedes). Ayer, en un momento de descuido, le di el cambiazo y puse su flexo en el lugar del mío. Mi mente es tan brillante como maligna. Entonces fuia dirigir el foco hacia donde me interesaba y, plaf, me quedé con él en la mano.
Supongo que al comprar los dos flexos del mismo modelo en la misma tienda y al mismo tiempo, estarían fabricados a la vez. Y, por lo visto, con una obsolescencia programada muy definida para que se rompieran al unísono y de la misma forma. Mis felicitaciones al ingeniero/a que pensara en todo ello.
Así han quedado:
PD: Estoy engandachísismo a esta canción de Tortoise:
Puedo ilustrar esto con un ejemplo.
Hace unos años, Mercedes y yo nos compramos dos flexos iguales. Uno para ella y otro para mí. Cuánto amor.
La semana pasada, me senté en el estudio y vi que mi flexo se había roto y el foco colgaba como la cabeza de una gallina muerta. Por supuesto, nadie había sido. Ya era imposible encontrar el culpable de las cosas malas que pasaban en la casa cuando éramos dos, pues imaginad siendo cuatro. (Luego, como sospechaba, supe que lo había roto Mercedes). Ayer, en un momento de descuido, le di el cambiazo y puse su flexo en el lugar del mío. Mi mente es tan brillante como maligna. Entonces fuia dirigir el foco hacia donde me interesaba y, plaf, me quedé con él en la mano.
Supongo que al comprar los dos flexos del mismo modelo en la misma tienda y al mismo tiempo, estarían fabricados a la vez. Y, por lo visto, con una obsolescencia programada muy definida para que se rompieran al unísono y de la misma forma. Mis felicitaciones al ingeniero/a que pensara en todo ello.
Así han quedado:
PD: Estoy engandachísismo a esta canción de Tortoise:
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domingo, 21 de febrero de 2010
Bestiario de elhombreamadecasa: La escoba
La idea de esta entrada se la debo a Patachunga, así que a ella va dedicada
(Nota: Este post es la segunda parte del de la semana pasada).
Hay quien dice que una de las cosas que caracterizan la época moderna es la movilidad social, los ricos se podían volver pobres y los pobres, por fin, ricos. Cosa de sociólogos. También hay quien dice que ahora todo va muy rápido. Puede ser cierto. Pero al comienzo de todo, la movilidad era mayor. Los sueños se mezclaban con la realidad, la matería viva transmutaba en materia muerta y, lo que es menos habitual, al revés. Una serpiente podía camuflarse en forma de monda de calabacín y atacar en el momento menos pensado. La Magia convivía con la Ciencia en un delicado equilibrio. Eran tiempos de armonía. No como ahora.
La balanza cósmica se equilibraba a cada momento. Que había serpientes que amenazaban a los cachorros humanos, pues la Madre naturaleza creaba a las mangostas para que dieran buena cuenta de los bichos venesosos. Pero las mangostas resultaron ser muy escrupulosas en cuanto a temperaturas y humedades y no pudieron extenderse por todo el planeta, al contrario que sus enemigas. Así que, donde no pudo llegar el equilibrio cósmico, llegó el ingenio humano. En concreto el ingenio de las madres. Los machos estaban ocupados cazando grandes animales y tendiendo elaboradas trampas para las serpientes. Mientras tanto, las hembras buscaron un método más sencillo: barrer las mondas de hortalizas, tubérculos y otros vegetales para que las serpientes no tuvieran lugar en el que esconderse. Así fue inventada la escoba.
(Algunos hombres, envidiosos y desconocedores de las responsabilidades y tareas del hogar, hicieron creer que la escoba era un objeto de magia negra y la relacionaron con las brujas. Pero esa es otra historia.)
Entonces llegó el día en el que Magia y Ciencia decidieron seguir caminos separados. La Ciencia se quedó en este mundo y la Magia se fue a otro. Un mundo indeterminado, etéreo y, por fortuna, sin fronteras definidas. (Ver "El vuelo de los dragones")
Los cachorros humanos conservan durante los primeros años de vida la capacidad de ver más allá y recordar que hubo un tiempo en el que la Magia vivía a nuestro lado. Por eso saben que las mondas vegetales son peligrosas. Pueden convertirse, por sorpresa, en temibles serpientes. Cada vez que ven una de ellas, da igual que sea de tomate o de berenjena, la arrojan bien lejos, no vaya a ser que acaben con una dolorosísisma mordedura.
Elhombreamadecasa riñe a Darío por llenar la cocina de restos de vegetales y, resignado, los barre con la escoba, sin saber que está empuñando un objeto en el que todavía conviven Ciencia y Magia.
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Bestiario del hombre ama de casa
viernes, 19 de febrero de 2010
Juan pregunta.
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Juan pregunta,
Juan y Darío preguntan
jueves, 18 de febrero de 2010
Error de principiante / Puertas al campo
Error de principiante. La otra mañana, mientras vestía a mis chiquillos, les canté una coplilla popular. Una que empieza diciendo "Por las mañanicas, cuando me levanto..." ¿Qué queréis que le haga? Somos hombres y de vez en cuando tenemos que celebrar nuestra masculinidad.
Esa misma mañana, cuando fui a recoger a Juan del cole, contemplé horrorizado que salía de clase cantándola a todo lo que le daban los pulmones. No sabía dónde meterme. Vaya unas cosas que canta este niño, je, je, dije, ¿quién se las habrá enseñado?
Tendrías que haber visto la cara que ha puesto la seño cuando se la he cantado, me dijo luego en el coche.
De eso ya han pasado dos días y todavía no me han llamado a Dirección. Creo que me han dado un voto de confianza pero me temo que he perdido todos los positivos que había ganado en estos tres años de padre ejemplar.
PD: El error fue doble porque lo rematé pidiéndole de rodillas que no volviera a cantarla. Ahora no hay quien le quite la dichosa copla de la boca.
Puertas al campo. Fumo fuera de casa. A veces en el patio y a veces en la calle. Nuestra casa es una casa en bajo que da a una pequeña acera que da a una carretera con poco tráfico que da al campo. El campo es en realidad un descampado, así que no penséis que vivimos en alguna urbanización de lujo o algo por el estilo. Nuestra fila de casas es la última, más allá solo está el mundo desconocido y por colonizar.
A lo que iba. Que de vez en cuando me salgo a la calle a echar un cigar tranquilo. El otro día aproveché para llamar a mi hermana mayor. Estaba en agradable conversación en lo alto de la calle cuando vi que algo salía como una exalación de mi casa. Era Darío, descalzo y a medio vestir. Se había despertado de la siesta, se había bajado de la cuna, había abierto la puerta sin que su madre se diera cuenta y había salido corriendo al exterior.
Cuando conseguimos reducirlo y devolverlo al redil me dijo Mercedes: Vas a tener que cerrar con llave la puerta de casa cuando te salgas a la calle a fumar. Cuando uno tiene hijos, acaba haciendo todo tipo de cosas extrañas.
PD: La conversación con mi hermana era sobre el guión de una serie en el que estoy trabajando con su asesoramiento. Estamos pensando vendérselo a la HBO por un pastón, es un éxito seguro. Cuando se lo conté a Mercedes, no sé por qué, no se alegro. Al parecer cree que soy poco práctico y que tengo muchos pájaros en la cabeza. Ay, los creadores somos unos incomprendidos.
Esa misma mañana, cuando fui a recoger a Juan del cole, contemplé horrorizado que salía de clase cantándola a todo lo que le daban los pulmones. No sabía dónde meterme. Vaya unas cosas que canta este niño, je, je, dije, ¿quién se las habrá enseñado?
Tendrías que haber visto la cara que ha puesto la seño cuando se la he cantado, me dijo luego en el coche.
De eso ya han pasado dos días y todavía no me han llamado a Dirección. Creo que me han dado un voto de confianza pero me temo que he perdido todos los positivos que había ganado en estos tres años de padre ejemplar.
PD: El error fue doble porque lo rematé pidiéndole de rodillas que no volviera a cantarla. Ahora no hay quien le quite la dichosa copla de la boca.
Puertas al campo. Fumo fuera de casa. A veces en el patio y a veces en la calle. Nuestra casa es una casa en bajo que da a una pequeña acera que da a una carretera con poco tráfico que da al campo. El campo es en realidad un descampado, así que no penséis que vivimos en alguna urbanización de lujo o algo por el estilo. Nuestra fila de casas es la última, más allá solo está el mundo desconocido y por colonizar.
A lo que iba. Que de vez en cuando me salgo a la calle a echar un cigar tranquilo. El otro día aproveché para llamar a mi hermana mayor. Estaba en agradable conversación en lo alto de la calle cuando vi que algo salía como una exalación de mi casa. Era Darío, descalzo y a medio vestir. Se había despertado de la siesta, se había bajado de la cuna, había abierto la puerta sin que su madre se diera cuenta y había salido corriendo al exterior.
Cuando conseguimos reducirlo y devolverlo al redil me dijo Mercedes: Vas a tener que cerrar con llave la puerta de casa cuando te salgas a la calle a fumar. Cuando uno tiene hijos, acaba haciendo todo tipo de cosas extrañas.
PD: La conversación con mi hermana era sobre el guión de una serie en el que estoy trabajando con su asesoramiento. Estamos pensando vendérselo a la HBO por un pastón, es un éxito seguro. Cuando se lo conté a Mercedes, no sé por qué, no se alegro. Al parecer cree que soy poco práctico y que tengo muchos pájaros en la cabeza. Ay, los creadores somos unos incomprendidos.
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miércoles, 17 de febrero de 2010
Maestras
Hace unos meses me llevé una alegría muy grande al recibir el correo de un amigo del que hacía mucho tiempo que no sabía nada. La alegría fue doble porque supe que leía este blog. Me enviaba el siguiente dibujo para que lo usara aquí:
Pensé que me venía de perlas porque hace tiempo que me ronda la cabeza escribir una entrada sobre la educación y los sufridos profesores y profesoras. Lo que pasa es que quería escribirla en forma de artículo razonado y extenso y, no sé por qué, mi cabeza ya no está para esos trotes. Lo he estado pensando y he llegado a la siguiente conclusión: mi proceso de desintegración se está acelerando y, en consecuencia, mis pensamienos se atomizan, se fragmentan, y ya no soy capaz de sostener un discurso largo y argumentado. Así que voy a ir diciendo cosas sueltas que me sugiere el dibujo.
Yo nací en el 74 y, aunque siempre he sacado buenas notas, era un empollón, mi educación se refleja en el lado izquierdo del dibujo. El profesor era una figura de autoridad y los padres exigían buenos resultados. Ahora, las cosas han cambiado, como refleja el lado derecho del dibujo.
Soy de la opinión de que debe recuperarse la autoridad del profesor. Pero esa autoridad no debe venir impuesta por el poder político. Debe primero ser ganada por el profesional de la educación y después ser reconocida por los padres.
En todo caso, ni una cosa ni otra. A los chiquillos no hay que gritarles ni humillarlos por sacar malas notas (una calificación mala no es tan importante y pueden ser muchas las razones que la justifiquen) y a una maestra no hay que faltarle al respeto, aunque haya veces que se lo merezca.
Las notas no son la mejor forma de evaluar la capacidad de los niños. Algún día deberíamos tomarnos en serio este asunto y buscar otro tipo de educación, que no gradúe tanto a las personas.
Los padres son los primeros en desautorizar a las maestras. Se nota en las conversaciones a la puerta del colegio. Las críticas son incesantes y muchas veces completamente fuera de lugar. Recuerdo que al poco de empezar el cole, Juan se cayó en el recreo y se hizo un gran chichón. La seño me lo contó asustada y después me dio las gracias por no enfadarme. No lo entendí hasta que vi el escándolo que algunas madres montaban cuando a sus hijos les pasaba algo en el cole. Como si a ellas no se les cayeran.
Pasar cinco horas diarias, cinco días a la semana, con veintitantos niños es un trabajo enorme, muy difícil, que no se reconoce lo suficiente.
Hay profesores deleznables, a algunos de mi instituto les habría hecho cosas horribles, pero hay otros que son de lo mejor. La seño de Juan, sin ir más lejos. Es una mujer que está en el punto de equilibrio justo: tiene mucha experiencia y todavía conserva mucha ilusión por lo que hace.
La escuela pública debería ser la mejor. No sé si lo es, pero debería serlo. Es una gran irresponsabilidad política descuidarla a favor de la concertada y la privada. En Murcia sabemos mucho de eso.
De todos los nombres, el que más me gusta es el de "seño". Es tan cariñoso.
En el cole de Juan, todas son seños, menos el de educación física. Aquí hay una señal pero el mundo está lleno de señales y es agotador intentar descifrarlas todas. Hay un hombre por ahí que no tenemos identificado, no sabemos si es maestro o qué. Las madres le llamamos "ese señor que está en el colegio".
Y acabo ya con este post deslabazado y atomizado, que es como anda mi cabeza ultimamente. Otro día hablaré de las AMPAS, que anda que no hay cosas que decir sobre este tema.
Pensé que me venía de perlas porque hace tiempo que me ronda la cabeza escribir una entrada sobre la educación y los sufridos profesores y profesoras. Lo que pasa es que quería escribirla en forma de artículo razonado y extenso y, no sé por qué, mi cabeza ya no está para esos trotes. Lo he estado pensando y he llegado a la siguiente conclusión: mi proceso de desintegración se está acelerando y, en consecuencia, mis pensamienos se atomizan, se fragmentan, y ya no soy capaz de sostener un discurso largo y argumentado. Así que voy a ir diciendo cosas sueltas que me sugiere el dibujo.
Yo nací en el 74 y, aunque siempre he sacado buenas notas, era un empollón, mi educación se refleja en el lado izquierdo del dibujo. El profesor era una figura de autoridad y los padres exigían buenos resultados. Ahora, las cosas han cambiado, como refleja el lado derecho del dibujo.
Soy de la opinión de que debe recuperarse la autoridad del profesor. Pero esa autoridad no debe venir impuesta por el poder político. Debe primero ser ganada por el profesional de la educación y después ser reconocida por los padres.
En todo caso, ni una cosa ni otra. A los chiquillos no hay que gritarles ni humillarlos por sacar malas notas (una calificación mala no es tan importante y pueden ser muchas las razones que la justifiquen) y a una maestra no hay que faltarle al respeto, aunque haya veces que se lo merezca.
Las notas no son la mejor forma de evaluar la capacidad de los niños. Algún día deberíamos tomarnos en serio este asunto y buscar otro tipo de educación, que no gradúe tanto a las personas.
Los padres son los primeros en desautorizar a las maestras. Se nota en las conversaciones a la puerta del colegio. Las críticas son incesantes y muchas veces completamente fuera de lugar. Recuerdo que al poco de empezar el cole, Juan se cayó en el recreo y se hizo un gran chichón. La seño me lo contó asustada y después me dio las gracias por no enfadarme. No lo entendí hasta que vi el escándolo que algunas madres montaban cuando a sus hijos les pasaba algo en el cole. Como si a ellas no se les cayeran.
Pasar cinco horas diarias, cinco días a la semana, con veintitantos niños es un trabajo enorme, muy difícil, que no se reconoce lo suficiente.
Hay profesores deleznables, a algunos de mi instituto les habría hecho cosas horribles, pero hay otros que son de lo mejor. La seño de Juan, sin ir más lejos. Es una mujer que está en el punto de equilibrio justo: tiene mucha experiencia y todavía conserva mucha ilusión por lo que hace.
La escuela pública debería ser la mejor. No sé si lo es, pero debería serlo. Es una gran irresponsabilidad política descuidarla a favor de la concertada y la privada. En Murcia sabemos mucho de eso.
De todos los nombres, el que más me gusta es el de "seño". Es tan cariñoso.
En el cole de Juan, todas son seños, menos el de educación física. Aquí hay una señal pero el mundo está lleno de señales y es agotador intentar descifrarlas todas. Hay un hombre por ahí que no tenemos identificado, no sabemos si es maestro o qué. Las madres le llamamos "ese señor que está en el colegio".
Y acabo ya con este post deslabazado y atomizado, que es como anda mi cabeza ultimamente. Otro día hablaré de las AMPAS, que anda que no hay cosas que decir sobre este tema.
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martes, 16 de febrero de 2010
Cosas que ahora hago y que antes no hacía porque estaba trabajando (fuera de casa)
Son un montón, claro, pero solo voy a referirme a dos.
La primera. Como ya no tengo que salir corriendo de casa después de comer y de darle el parte a Mercedes, me puedo quedar viendo Bob Esponja con Juan. Y después, si hay suerte, una siesta. Me encanta Bob Esponja. De mayor quiero ser como él, tan optimista, tan feliz, tan buena persona, digo esponja. (En realidad, al que más me parezco es a Calamardo.)
La segunda. El mercao. Es que en Murcia no se puede decir "mercado". Bueno, sí se puede pero te arriesgas a que, como poco, te miren como si fueras un bicho raro. Y, según dónde lo digas, puedes acabar perseguido por una turbamulta enfurecida con horcas y hogueras.
En Espinardo el mercao son los viernes. Trabajaba por la tarde menos ese día que trabajaba por la mañana porque teníamos reunión de coordinación. Así que nunca podía hacerlo. Reconozco que hace unos años le cogí manía pero ahora estoy recuperando el gusto por comprar patatas en un puesto, habas en otro, fruta en el de más allá, tomates en el de un poco más lejos... Lo que más me gusta es que basta con coger una bolsa y echar lo que necesites, sin tener que hacer cola ni enfrentarte a esas ancianitas dispuestas a pasar por encima de quien haga falta con tal de ser atendidas las primeras.
A Darío también le gusta. Y es muy selectivo. Un día estuvo gritando durante cinco minutos hasta que eché en la bolsa la patata que él había elegido (es que costó distinguirla entre todo el montón).
PD: ¿Cómo es posible que no haya escrito ya un "cuento pop" titulado "Perdido en Mercadona" basado en esta canción? Me pongo ahora mismo manos a la obra. Bueno, ahora mismo no que tengo que hacer la comida, si eso después, cuando saque un rato.
PDII: ¡Quiero una camiseta como la del chaval del vídeo!
La primera. Como ya no tengo que salir corriendo de casa después de comer y de darle el parte a Mercedes, me puedo quedar viendo Bob Esponja con Juan. Y después, si hay suerte, una siesta. Me encanta Bob Esponja. De mayor quiero ser como él, tan optimista, tan feliz, tan buena persona, digo esponja. (En realidad, al que más me parezco es a Calamardo.)
La segunda. El mercao. Es que en Murcia no se puede decir "mercado". Bueno, sí se puede pero te arriesgas a que, como poco, te miren como si fueras un bicho raro. Y, según dónde lo digas, puedes acabar perseguido por una turbamulta enfurecida con horcas y hogueras.
En Espinardo el mercao son los viernes. Trabajaba por la tarde menos ese día que trabajaba por la mañana porque teníamos reunión de coordinación. Así que nunca podía hacerlo. Reconozco que hace unos años le cogí manía pero ahora estoy recuperando el gusto por comprar patatas en un puesto, habas en otro, fruta en el de más allá, tomates en el de un poco más lejos... Lo que más me gusta es que basta con coger una bolsa y echar lo que necesites, sin tener que hacer cola ni enfrentarte a esas ancianitas dispuestas a pasar por encima de quien haga falta con tal de ser atendidas las primeras.
A Darío también le gusta. Y es muy selectivo. Un día estuvo gritando durante cinco minutos hasta que eché en la bolsa la patata que él había elegido (es que costó distinguirla entre todo el montón).
PD: ¿Cómo es posible que no haya escrito ya un "cuento pop" titulado "Perdido en Mercadona" basado en esta canción? Me pongo ahora mismo manos a la obra. Bueno, ahora mismo no que tengo que hacer la comida, si eso después, cuando saque un rato.
PDII: ¡Quiero una camiseta como la del chaval del vídeo!
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lunes, 15 de febrero de 2010
Vaso de agua
Hoy, 15 de febrero, me tocaba sellar el paro. Intenté hacerlo anoche vía telemática pero el sistema no estaba por la labor. Además, nadie me avisó de que iba a necesitar una contraseña. Así que esta mañana me ha tocado ir a mi oficina del SEF (así se llama en Murcia).
La perspectiva de tener que hacer cualquier gestión administrativa me pone de los nervios. Por si fuera poco, ha amanecido lloviendo, por lo que me tendría que meter en mitad de la ciudad junto con miles de coches más, con Darío a cuestas, con el paraguas, con el carricoche y con la capa de lluvia que no encaja bien porque era del capazo y no de la silla pero cualquiera se compra una nueva con lo que valen si total en Murcia no llueve nunca. Se me han puesto las pulsaciones a mil.
Luego no ha sido tan complicado como mi imaginación, algo propensa al melodrama, había supuesto. Es más, a eso de las diez ya estaba en casa. Ha sido un poco como lo del viaje en avión a Barcelona que, salvo por el incidente del botellín, fue todo muy fácil y podía haberme ahorrado dos semanas de lloriqueos y angustias. Está claro: me ahogo en un vaso de agua.
¿Habrá algún sitio en el que den cursos de natación en recipientes pequeños?
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domingo, 14 de febrero de 2010
Bestiario de elhombreamadecasa: La serpiente
Las serpientes son malas. Elhombreamadecasa recuerda a la perfección una historia que un maestro del cole contaba para ilustrar la afirmación anterior. Un pastor se encontró una serpiente medio muerta. La recogió y se la puso debajo de las ropas para darle calor y reanimarla. Cuando la serpiente se recuperó, no encontró mejor forma de agradecerle al pastor su buen gesto que morderle. El veneno mató al pobre hombre. Lo dicho, las serpientes son malas y traicioneras.
Como siempre, las culuras primitivas se empeñan en negar lo obvio. Algunas creen en la Serpiente Arcoiris, que fue lo primero que creó Mawu (que a saber quién era). Luego, entre uno y otro crearon el resto del Mundo. Esta serpiente es productora de lluvia y desarrolla una serie de actividades creativas a todas luces falsas e inventadas por mentes atrasadas (ver "Enciclopedia de las cosas que nunca existieron" de Michael Page y Robert Ingpen).
Walt Disney insitió en el asunto y nos enseñó la verdadera naturaleza de Kaa, empeñada en comerse a Mowgli. En el libro, Kaa ayuda a Bagheera y Baloo a rescatar al cachorro humano de los malvados Bandar-log, pero ya se sabe que las películas tienen más razón que los libros.
El cachorro menor de elhombreamadecasa tiene las ideas claras a este respecto. Cuando cocina, elhombreamadecasa lo hace junto a su inseparable retoño. El adulto a un lado y el niño a otro, haciendo de minichef. Las mondas de las zanahorias, patatas, calabacines y demás, se parecen sospechosamente a las serpientes y Darío dice que le quieren morder. Por eso se cura en salud y las tira todas al suelo de la cocina, pum, pum, pum, que termina de la siguiente guisa:
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sábado, 13 de febrero de 2010
Incongruencias
Esta semana, un abogado (& Cia.) ha pedido que se retire el Cristo de Monteagudo porque le molestaba (ver foto de Pedro Jesús Pacheco: http://www.flickr.com/photos/pedropac72/3333146999/#/). A mí me parece bien. Cada vez comparto más esa máxima marxista (*) de que la religión es el opio del pueblo y me molestan los cristos, los pañuelos, los minaretes, los instrumentos de tortura romanos colgados al cuello, la religión en los colegios públicos, concertados y privados, los funerales católicos de Estado, etcétera. Una vez más, entro en contradicción conmigo mismo pues al tiempo que digo lo anterior siento una gran admiración, cariño y amistad por varios religiosos y religiosas. Su discurso teórico, su práctica diaria, su trato personal me parecen excelentes. Pero, bueno, muchas veces ellos mismos son los más brutos al enfrentar según qué cosas. Recuerdo cierta ocasión en que un cura propuso que boicoteáramos las procesiones de semana santa ante la mirada atónita de los ateos, counistas y anarquistas allí presentes (creo que esto ya lo he contado).
A lo que iba. Yo pensaba que la polémica del cristo de Monteagudo no había salido de las fronteras murcianas pero ayer (12/02/10) vi una entrevista en Público con el abogado en cuestión. No suelo leer las noticias, me limito a los titulares, pero, mira tú por dónde, esa tuve que leerla. Ya es mala suerte.
La entrevista es un claro ejemplo de cómo perder toda credibilidad en poco menos de media página de periódico. Al principio declara: "Digamos que ahora la Iglesia ha topado con el poder de la razón. La Iglesia está de capa caída, en cambio la razón está en alza". Muy bien, muy bien, piensa uno, la Razón es importante (aunque al parecer la proncunciaba con minúscula). Solo cinco preguntas después, el tipo va y suelta: "El Cristo ha traído mal fario al pueblo. Cincuenta casas están cerradas, no se prospera con esa estatua, es una energía negativa que opera sobre Monteagudo y sobre Murcia". ¿Cómo? "Mal fario", "energía negativa", eso no suena muy razonable. Al final se despide con lo siguiente: "Creo que San Don Quijote me ayuda y guía en mi camino". Sic, sic y resic.
(*) Hoy es el Día internacional del pleonasmo, una figura literaria en vías de extinción. Siguiendo los llamameintos internacionales de la ONU, la he usado al menos una vez en este día. Si ahora alguien se está preguntando si es que la ONU no tiene cosas mejor de las que ocuparse, la respusta es: Parece ser que no.
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viernes, 12 de febrero de 2010
Juan pregunta.
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Juan pregunta,
Juan y Darío preguntan
miércoles, 10 de febrero de 2010
Movida permanente (y festival de postdatas)
Ayer llegamos tarde al cole. Aparqué con tiempo de sobra pero justo en ese momento, pusieron "Quiero ser santa" de Parálisis permanente en "Hoy empieza todo". Entré en trance y me puse a cantar como un loco. ¡Me sé la canción de memoria! (la de información insospechada que guarda mi cerebro, hay que ver). Mis hijos me miraban con los ojos ligeramente fuera de sus órbitas. Por suerte, no me vio ninguna madre ni ninguna seño en plena posesión punk.
PD: El otro día, Mercedes estaba (h)ojeando el catálogo de un hipermercado. Cuando llegó a la sección de San Valentín, me dijo: ni se te ocurra regalarme un broche con forma de corazón. Yo, tan chispeante y de respuesta rápida como siempre, le dije que no se preocupara, que me lo habían puesto con ticket de regalo y que lo podía cambiar por lo que quisiera.
PDII: Creo que ya he contado que tengo problemas de sueño. Me duermo bien pero todas las noches me despierto y me desvelo. Por alguna razón misteriosa, esto ocurre a horas impares, preferiblemente a las tres o a las cinco de la mañana. Entonces el sueño se mezcla con la vigilia. No son pesadillas pero sí sueños intensos que se mezclan con los problemas cotidianos correteando por la cabeza. Me levanto agotado.
Esta noche, en mis sueños, se han mezclado Los Soprano y los clicks. Estaba de viaje camino de Londres y hacíamos una parada en algún lugar de Francia. El viaje era una mezcla de viaje de estudios y de misión clandestina. Iba acompañado de unos muchachotes de New Jersey cuando me perdía en mitad de una especie de centro comercial gigante. Llamaba por teléfono a una chica y me decía que tenía que dirigirme al Norte. En mitad de una gran plaza veía un letrero que indicaba dónde estaba el Sur. Pensé que sería muy fácil ir al Norte: bastaba con seguir el sentido opuesto. Pero no era capaz de hacerlo. Me desorientaba una y otra vez. De repente me entraron ganas de ir al baño y buscando un aseo atravesaba una ludoteca gratuita en mitad del centro comercial llena de miles y miles de clicks. Había una estantería con la colección completa de animales de Playmobil. Voy a echarle una foto con el móvil y se la mando por MMS a Juan (no he mandado un MMS en la vida, por cierto). Y etcétera.
Esta mañana, le he contado a Juan mi sueño y se ha enfadado mucho porque no me lo llevaba a mi viaje.
PD a la PDII: Voy a contar otra parte del sueño porque, creo, les gustará a María Antonia y a Stico. El escenario cambiaba de repente y me encontraba en El Molinete (una finca con nombre propio). Me asomaba por la parte de atrás de la casa, adonde daba la ventana de la habitación de los abuelos. El paisaje ya no era como el que recordaba. Habían construido una especie de playa artificial, quizás un embalse, y había un montón de gente bañándose, haciendo esquí acuático y cosas por el estilo. Con lo tranquilo que era esto, he pensado, y ya lo han estropeado.
PDII a la PDII: Antes de ir al cole, Juan me ha hecho un dibujo para que me lo lleve a los viajes que haga sin él y lo recuerde.
PDII a la PDI: Mercedes me "sugiere" que aclare que lo del colgante en forma de corazón no lo decía en serio.
PDIII: Estoy consternado.
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martes, 9 de febrero de 2010
The Times They Aren´t A-Changin´
Nota: Esta entrada es la cara B de esta otra.
La gente de cierta edad dice mucho eso de "los niños de ahora nacen sabiendo latín". Quieren decir que los niños actuales andan enseguida, hablan muy pronto, saben de todo con dos dos años. Curiosamente, casi ninguno de esos niños habla latín. Es una frase algo contradictoria porque eso del latín suena a muy antiguo. Tiene pinta de que esa frase se inventó hace la tira de años y se viene usando desde hace décadas. Diría que es que siempre nos asombra la capacidad de los niños de aprender y progresar a ojos vistas. Pero eso pasa ahora y pasaba antes. Poco ha cambiado a ese respecto.
Puede ser que a algunos de los niños de ahora no les guste tanto el arroz con habichuelas como a los de antes pero la olla gitana, un guiso clásico, les sigue gustando. Y si se les da molida, es caballo ganador. De pequeño esta era mi comida favorita:
OLLA GITANA (según receta materna)
INGREDIENTES (para cuatro personas o así):
Un tarro grande de habichuelas
Un tarro grande de garbanzos
Una cebolla
Uno o dos tomates
Un puñado de judías verdes
Un buen trozo de calabaza
Cuatro peras (del tipo de que sea, están todas buenas)
Un poquito de hierbabuena y otro de pimentón
PREPARACIÓN
Se hace el clásico sofrito con cebolla, tomate y un poquito de pimentón. Se añaden las judías verdes troceadas y se rehogan un poquito. Después se añade la calabaza cortada en trozos (yo le quitaba la corteza antes de echarla pero es más fácil quitarla una vez cocinada) y las peras también en trozos (preferiblemente en cuatro trozos longitudinales). Se echan los garbanzos y las habichuelas y se cubre (no del todo) de agua. Se ajusta de sal y se echa la hierbabuena (mejor fresca pero si no de la otra). Dejar cocer unos 15 ó 20 minutos.
Después se puede comer tal cual o molida.
Y hablando de peras:
La gente de cierta edad dice mucho eso de "los niños de ahora nacen sabiendo latín". Quieren decir que los niños actuales andan enseguida, hablan muy pronto, saben de todo con dos dos años. Curiosamente, casi ninguno de esos niños habla latín. Es una frase algo contradictoria porque eso del latín suena a muy antiguo. Tiene pinta de que esa frase se inventó hace la tira de años y se viene usando desde hace décadas. Diría que es que siempre nos asombra la capacidad de los niños de aprender y progresar a ojos vistas. Pero eso pasa ahora y pasaba antes. Poco ha cambiado a ese respecto.
Puede ser que a algunos de los niños de ahora no les guste tanto el arroz con habichuelas como a los de antes pero la olla gitana, un guiso clásico, les sigue gustando. Y si se les da molida, es caballo ganador. De pequeño esta era mi comida favorita:
OLLA GITANA (según receta materna)
INGREDIENTES (para cuatro personas o así):
Un tarro grande de habichuelas
Un tarro grande de garbanzos
Una cebolla
Uno o dos tomates
Un puñado de judías verdes
Un buen trozo de calabaza
Cuatro peras (del tipo de que sea, están todas buenas)
Un poquito de hierbabuena y otro de pimentón
PREPARACIÓN
Se hace el clásico sofrito con cebolla, tomate y un poquito de pimentón. Se añaden las judías verdes troceadas y se rehogan un poquito. Después se añade la calabaza cortada en trozos (yo le quitaba la corteza antes de echarla pero es más fácil quitarla una vez cocinada) y las peras también en trozos (preferiblemente en cuatro trozos longitudinales). Se echan los garbanzos y las habichuelas y se cubre (no del todo) de agua. Se ajusta de sal y se echa la hierbabuena (mejor fresca pero si no de la otra). Dejar cocer unos 15 ó 20 minutos.
Después se puede comer tal cual o molida.
Y hablando de peras:
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lunes, 8 de febrero de 2010
Darío, rey del sufijo.
Desde bien pequeño, Darío ha terminado las palabras según un criterio personalísimo e intransferible. Casi antes de decir "papá" y "mamá", ya decía "papayi" y "mamayi". Su hermano ha sido, entre otras cosas, "Juajuayi". Después, ha ido introduciendo múltiples variantes pero en lo que a nosotros se refiere es un poco como esos músicos que hacen su obra maestra en el primer disco. A todo se acostumbre uno pero cada vez que me llama "papayi" noto como si me derritiera.
Su costumbre de usar sufijos da lugar a momentos muy graciosos. Por ejemplo, la bibliotecaria de nuestro pueblo, que es un sol (ella, no el pueblo), se llama Blanca, pero Darío le llama "Blancaca". A su primita, que se llama Martina, le dice Martini, es un sobrenombre de lo más cool.
La cosa no se limita a los sufijos. A veces cambia la terminación de las palabras. Hay una canción de Los Soberanos que se llama "En el desván antiguo de mi abuela" que le gusta mucho y siempre está pidiendo que se la ponga. Al principio, uno de los músicos grita: "All right... ¡Al lío, pollos! Se parte de risa con esa parte y así llama a la canción: Al lío, pollos. Pero ahora le ha dado por cambiar la "o" final por una "a" y en vez de parecer una canción yeyé parece una juerga gay.
PD: Por mi parte, soy más de prefijos. Uno de mis favoritos es "meta" y no pierdo oportunidad para usarlo. La metaevaluación del proyecto ha puesto de manifiesto que las herramientas con las que recogíamos información acerca de la participación de los menores en los talleres no son muy eficaces. Mi último cuento podría calificarse de metaliteratura porque muchos de los personajes que aparecen están sacados de las novelas clásicas del siglo XVII. Esta mañana estoy muy feliz porque puedo aplicar este prefijo a las cuestiones domésticas y es que he comprado un limpiador de lavavajillas. Lavar lo que lava es metalimpieza.
PDII: Acabo de recoger lo papeles para pedirle plaza en el cole a Darío. Me vais a perdonar pero si no lo digo reviento: ay, cómo pasa el tiempo, parece que fue ayer cuando lo tomé en mis brazos en el paritorio y ahora, mirad, a punto de entrar en el cole y blablabla.
Su costumbre de usar sufijos da lugar a momentos muy graciosos. Por ejemplo, la bibliotecaria de nuestro pueblo, que es un sol (ella, no el pueblo), se llama Blanca, pero Darío le llama "Blancaca". A su primita, que se llama Martina, le dice Martini, es un sobrenombre de lo más cool.
La cosa no se limita a los sufijos. A veces cambia la terminación de las palabras. Hay una canción de Los Soberanos que se llama "En el desván antiguo de mi abuela" que le gusta mucho y siempre está pidiendo que se la ponga. Al principio, uno de los músicos grita: "All right... ¡Al lío, pollos! Se parte de risa con esa parte y así llama a la canción: Al lío, pollos. Pero ahora le ha dado por cambiar la "o" final por una "a" y en vez de parecer una canción yeyé parece una juerga gay.
PD: Por mi parte, soy más de prefijos. Uno de mis favoritos es "meta" y no pierdo oportunidad para usarlo. La metaevaluación del proyecto ha puesto de manifiesto que las herramientas con las que recogíamos información acerca de la participación de los menores en los talleres no son muy eficaces. Mi último cuento podría calificarse de metaliteratura porque muchos de los personajes que aparecen están sacados de las novelas clásicas del siglo XVII. Esta mañana estoy muy feliz porque puedo aplicar este prefijo a las cuestiones domésticas y es que he comprado un limpiador de lavavajillas. Lavar lo que lava es metalimpieza.
PDII: Acabo de recoger lo papeles para pedirle plaza en el cole a Darío. Me vais a perdonar pero si no lo digo reviento: ay, cómo pasa el tiempo, parece que fue ayer cuando lo tomé en mis brazos en el paritorio y ahora, mirad, a punto de entrar en el cole y blablabla.
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Cuento pop inédito
He escrito un "cuento pop" basado en una canción del grupo murciano Klaus&Kinski. Se titula "El suicidador" y lo podéis leer aquí.
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domingo, 7 de febrero de 2010
Sabotaje
Darío ha resultado ser un quintacolumnista a sueldo de la Ministra de Sanidad. Mirad lo que ha hecho con mi papel de fumar:
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viernes, 5 de febrero de 2010
Juan pregunta.
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jueves, 4 de febrero de 2010
Postadata a "Cría cuervos..."
Estaba ya montado en el coche para irme a la exposición cuando he pensado que no me podía dejar llevar por la sensación de fracaso. Además, hay cosas que un padre debe hacer. Así que he vuelto a la casa y me he llevado a los niños a la fuerza. Se han enfadado mucho pero sé que cuando sean mayores me lo agradecerán. Todo lo hago por su bien.
La exposición es una pasada. Al poco ya tenía taquicardia y disnea. Y cuando he visto los juguetes que yo compraba de pequeño en sus envoltorios originales se me ha nublado la vista. Contemplar la Speeder Bike en la misma caja que tuve ha sido demasiado y he caído al suelo fulminado por el Síndrome de Stendhal.
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Cría cuervos...
Hace un par de semanas estuvimos en uno de los muchos centros comerciales que tenemos cerca de casa. Estaban montando una exposición de Star Wars que parecía de lo más interesante, así que tomé nota mental para volver. Ese tipo de notas mentales son de las que no se me olvidan. Mi cerebro todavía tiene claras algunas prioridades.
Quería ir esta tarde con Juan y Darío. Cual ha sido mi sorpresa, casi escándalo, al escuchar que no se querían venir. ¿Es que no les he enseñado nada en estos cinco años? ¿Y los valores que les he intentado inculcar? ¿Cómo pueden traicionarme de esa manera? ¿En qué clase de familia nos hemos convertido si no somos capaces de atender la llamada de la Fuerza?
He fracasado como padre. Paso de todo y me voy a ver muñequitos de la primera saga de La guerra de las galaxias, reproducciones a escala del casco de Darth Vader y pósteres tamaño gigante de la Princesa Leia. Y respecto a mis hijos, ellos se lo pierden.
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miércoles, 3 de febrero de 2010
"Nucleares sí, por supuesto"
Predata: Conciliar la vida familiar y promocional es un lío. Pensaba que tenía una entrevista mañana por la tarde pero era hoy, justo la única tarde que Mercedes no está en casa. Así que he tenido que llamar a mis hermanas de urgencia. La entrevista se podrá escuchar esta noche en Interpop radio (qué nombre más guay), entre las once y las doce de la noche.
Y aquí una entrevista en el Canal-l (tiene un montaje muy bueno y sale Casanovas, el ilustrador, también)
* * *
Como se cumple el 30 aniversario de Aviador Dro, han sacado un nuevo disco y están dando algún que otro concierto. En SigloXXI pusieron mucho esta canción que me dejó bastante enganchado. La pongo porque, además de ser muy chula, aporta elementos muy interesantes para el debate nuclear:
Postadata: El otro día llamaron a la puerta de casa a eso de las tres de la tarde. Era un hombre diciendo que venía a la revisión del gas. Pensé que me estaba tomando por una ancianita desprevenida y que pretendía desvalijarme. Iba a despacharlo con palabras airadas cuando me di cuenta de que iba uniformado y cargaba placas de identificación por todas partes. Así que le dejé pasar.
¿Os acordáis de la goma de butano? Pues fue una de las cosas que revisó. Esta goma la habéis cambiado, dijo dándoselas de experto. Está bien puesta, el hijo de la vecina se la cambió y le quemó los bordes y eso no se puede hacer. ¿La ha cambiado usted, verdad? Me preguntó. ¿Yo? Dudé por un momento pero al final dije la verdad. Pues no, la cambió mi señora esposa. El hombre puso cara de sorpresa y siguió revisando.
Y aquí una entrevista en el Canal-l (tiene un montaje muy bueno y sale Casanovas, el ilustrador, también)
* * *
Como se cumple el 30 aniversario de Aviador Dro, han sacado un nuevo disco y están dando algún que otro concierto. En SigloXXI pusieron mucho esta canción que me dejó bastante enganchado. La pongo porque, además de ser muy chula, aporta elementos muy interesantes para el debate nuclear:
Postadata: El otro día llamaron a la puerta de casa a eso de las tres de la tarde. Era un hombre diciendo que venía a la revisión del gas. Pensé que me estaba tomando por una ancianita desprevenida y que pretendía desvalijarme. Iba a despacharlo con palabras airadas cuando me di cuenta de que iba uniformado y cargaba placas de identificación por todas partes. Así que le dejé pasar.
¿Os acordáis de la goma de butano? Pues fue una de las cosas que revisó. Esta goma la habéis cambiado, dijo dándoselas de experto. Está bien puesta, el hijo de la vecina se la cambió y le quemó los bordes y eso no se puede hacer. ¿La ha cambiado usted, verdad? Me preguntó. ¿Yo? Dudé por un momento pero al final dije la verdad. Pues no, la cambió mi señora esposa. El hombre puso cara de sorpresa y siguió revisando.
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Conspiración acuosa
Ayer escribí que el viaje en avión fue bien. Pero no es del todo cierto. En el viaje de ida llevaba un botellín de agua en la bolsa de mano. Con los nervios se me seca la boca y necesito un trago de vez en cuando. Al pasar por el control me hicieron abrir la bolsa y la mujer que estaba allí cogió el botellín y, sin mediar palabra, lo tiró. Me quedé con cara de tonto. Tendría que comprarme otro.
Ya en el avión estuve pensando. Al empezar el curso escolar, en plena histeria, al parecer inducida, ante la Gripe A, el cole tomó varias medidas aconsejadas por los poderes públicos. De todas ellas solo una se mantiene y consiste en que los niños y niñas ya no pueden beber agua de las fuentes del cole y tiene que llevar cada uno su botellín de agua.
Entonces lo vi claro. El mundo está gobernado en las sombras por las empresas embotelladoras de agua. Ellas son las verdaderas dueñas del planeta.
PD: La foto me la envió una amiga y lectora (I.sana)
PDII: Mañana jueves, a eso de las nueve y cuarto de la mañana, me entrevista en "Hoy empieza todo", de Radio3. Mola, porque soy un oyente habitual.
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martes, 2 de febrero de 2010
En Barcelona
La última vez que viajé en avión, las torres gemelas seguían en pie (esta frase inicial puede resultar muy efectista pero también puede actuar como espantalectores, yo mismo huyo de todo lo que tenga que ver con el Worl Trade Center, más que nada por hartazgo). Como decía, seguían en pie y además viajaba con Mercedes que es muy apañada para esas cosas. Así que volver a viajar en avión con todas las normas de seguridad desquiciadas que hay ahora y sin Mercedes me agobiaba un poco. Este blog va camino de ser un largo listado de mis agobios y miedos, es que tengo tantos.
Por si acaso, me puse mis mejores calzoncillos y calcetines. Las botas me las tuve que quitar y los pantalones se me caían un poco sin el cinturón pero no hubo mayor problema. Todo fue mucho más fácil de lo que imaginé.
El viaje de vuelta fue algo peor que el de la ida. Más que nada porque se ve que con esto de la crisis y el recorte de presupuestos, la compañía aérea decidió ahorrarse los peajes de la autopista y regresamos por un camino de cabras lleno de curvas y de baches. Conseguí no marearme con tanto traqueteo pero pasé momentos de verdadero apuro.
Los cuatro días en Barcelona han sido un no parar de sensaciones positivas. Las mejores tuvieron que ver con la gente que conocí. Gabri, mi editor, resultó ser tal y como me había imaginado por los correos electrónicos y las conversaciones telefónicas: un tipo de lo más amable y encantador. El ilustrador del libro, Casanovas, es un fuera de serie. ¡Estuvo durante años dibujando al Juez Dredd para la revista 2000 AD! Me hizo este dibujo:
Conocía a Juan Cervera y Santi Carrillo, directores de Rockdelux. Es curioso conocer a gente a la que lees de forma habitual y a la que admiras. También estuve con Carmen Segovia, la ilustradora de las últimas portadas de Francisco Nixon. Me encantan sus dibujos.
Pero quizás lo más emocionante fue conocer a Juan Gallardo o Curtis Garland. Un hombre de ochenta años con una mente lúcida donde las haya que ha sido crítico de cine, actor, guionista de televisión y autor de más de 2000 novelas. El dato es correcto: más de 2000. Escribía para lo que se llamaban Bolsilibros, el pulp patrio. Morsa ha editado una de sus novelas y su autobiografía. Las dos son de lo más recomendables.
Récord Guinnes de noche separado de mis hijos: 3.
Casi todo el mundo con el que estuve escribía, ilustraba, diseñaba... era todo muy guay. Además estaban en el paro o tenían unos sueldos escuetos por lo que íbamos a bares muy acordes con mi presupuesto. Tal vez por esto me he quedado con la sensación de que Barcelona es una ciudad barata.
El único sitio al que fuimos que era caro fue una coctelería cerca de la Plaza Cataluña, creo que se llamaba Campari. Mercedes (que llegó el viernes por la noche) dijo que parecía un local colonial en algún país de África o Asia. Me tomé un pisco sour. Aprendimos que, a pesar de que el gintonic se sirve siempre con limón, mola mucho más con una tira de pepino. Le da un sabor muy especial.
En la presentación estuvo una lectora de este blog. Estos encuentros me hacen muchísima ilusión.
Para poder irnos tuvimos que hacer una combinación entre abuelos y tías tan intrincada que sería incapaz de reproducirla ahora por escrito, Quien tiene una familia extensa tiene un tesoro.
La calle Tallers es lo más. Está llena de tiendas de discos en las que es muy fácil perder la cabeza, el norte y buena parte de los ahorros. A pesar de mis muchos esfuerzos por contenerme, compré un montón de vinilos: Nick Drake, Brighton 64, The Arctic Monkeys, Hello Cuca, Vampire Weekend, The Clash...
Las tiendas de ropa que me interesaban no estaban de rebajas. Algunas incluso tenían unos precios escandalosos. Mercedes triunfó en una tienda de ropa de segunda mano de la calle Riera Baixa.
En Barcelona hay Mercadonas pero no se dejan ver.
Me fui un jueves y Darío hablaba bastante para sus dos años (eso dice todo el mundo). Volví un domingo y Darío ya habla del todo. Ha sido increíble. No sé cómo ha podido suceder. Lo único que una palabra que dice mucho, "tómame", ahora no le sale bien y dice "cómame". Dan ganas de tomárselo al pie de la letra y comérselo a bocaos, de lo guapo que está.
La memoria es traicionera. Los kioscos de las ramblas están bien pero no tanto como recordaba.
Bueno, me dejo mucho por contar pero se me echa encima la hora de hacer la comida.
Por si acaso, me puse mis mejores calzoncillos y calcetines. Las botas me las tuve que quitar y los pantalones se me caían un poco sin el cinturón pero no hubo mayor problema. Todo fue mucho más fácil de lo que imaginé.
El viaje de vuelta fue algo peor que el de la ida. Más que nada porque se ve que con esto de la crisis y el recorte de presupuestos, la compañía aérea decidió ahorrarse los peajes de la autopista y regresamos por un camino de cabras lleno de curvas y de baches. Conseguí no marearme con tanto traqueteo pero pasé momentos de verdadero apuro.
Los cuatro días en Barcelona han sido un no parar de sensaciones positivas. Las mejores tuvieron que ver con la gente que conocí. Gabri, mi editor, resultó ser tal y como me había imaginado por los correos electrónicos y las conversaciones telefónicas: un tipo de lo más amable y encantador. El ilustrador del libro, Casanovas, es un fuera de serie. ¡Estuvo durante años dibujando al Juez Dredd para la revista 2000 AD! Me hizo este dibujo:
Conocía a Juan Cervera y Santi Carrillo, directores de Rockdelux. Es curioso conocer a gente a la que lees de forma habitual y a la que admiras. También estuve con Carmen Segovia, la ilustradora de las últimas portadas de Francisco Nixon. Me encantan sus dibujos.
Pero quizás lo más emocionante fue conocer a Juan Gallardo o Curtis Garland. Un hombre de ochenta años con una mente lúcida donde las haya que ha sido crítico de cine, actor, guionista de televisión y autor de más de 2000 novelas. El dato es correcto: más de 2000. Escribía para lo que se llamaban Bolsilibros, el pulp patrio. Morsa ha editado una de sus novelas y su autobiografía. Las dos son de lo más recomendables.
Récord Guinnes de noche separado de mis hijos: 3.
Casi todo el mundo con el que estuve escribía, ilustraba, diseñaba... era todo muy guay. Además estaban en el paro o tenían unos sueldos escuetos por lo que íbamos a bares muy acordes con mi presupuesto. Tal vez por esto me he quedado con la sensación de que Barcelona es una ciudad barata.
El único sitio al que fuimos que era caro fue una coctelería cerca de la Plaza Cataluña, creo que se llamaba Campari. Mercedes (que llegó el viernes por la noche) dijo que parecía un local colonial en algún país de África o Asia. Me tomé un pisco sour. Aprendimos que, a pesar de que el gintonic se sirve siempre con limón, mola mucho más con una tira de pepino. Le da un sabor muy especial.
En la presentación estuvo una lectora de este blog. Estos encuentros me hacen muchísima ilusión.
Para poder irnos tuvimos que hacer una combinación entre abuelos y tías tan intrincada que sería incapaz de reproducirla ahora por escrito, Quien tiene una familia extensa tiene un tesoro.
La calle Tallers es lo más. Está llena de tiendas de discos en las que es muy fácil perder la cabeza, el norte y buena parte de los ahorros. A pesar de mis muchos esfuerzos por contenerme, compré un montón de vinilos: Nick Drake, Brighton 64, The Arctic Monkeys, Hello Cuca, Vampire Weekend, The Clash...
Las tiendas de ropa que me interesaban no estaban de rebajas. Algunas incluso tenían unos precios escandalosos. Mercedes triunfó en una tienda de ropa de segunda mano de la calle Riera Baixa.
En Barcelona hay Mercadonas pero no se dejan ver.
Me fui un jueves y Darío hablaba bastante para sus dos años (eso dice todo el mundo). Volví un domingo y Darío ya habla del todo. Ha sido increíble. No sé cómo ha podido suceder. Lo único que una palabra que dice mucho, "tómame", ahora no le sale bien y dice "cómame". Dan ganas de tomárselo al pie de la letra y comérselo a bocaos, de lo guapo que está.
La memoria es traicionera. Los kioscos de las ramblas están bien pero no tanto como recordaba.
Bueno, me dejo mucho por contar pero se me echa encima la hora de hacer la comida.
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lunes, 1 de febrero de 2010
Las doce (vuelta al hogar)
Aquí estoy de nuevo. No diré que tengo jet lag, no hay cambio horario de Barcelona a Murcia, pero casi. Me siento algo desorientado y ligeramente fuera de lugar. Empecé la presentación del libro con un chiste en el que estuve trabajando casi dos semanas. Dije que estaba recién llegado a Barcelona, una ciudad mítica para mí, lector habitual de las novelas de Carvalho, que me acababa de entrevistar la radio, la tele y que estaba presentando mi libro en Fnac Triangle, acompañado de Juan Cervera de Rockdelux (el periodista que ha reseñado más de la mitad de los libros que me he leído en los últimos años). Así que me sentía mitad Paco Martínez Soria, mitad Cenicienta. Pero ya han sonado las doce campanadas, ha desaparecido el traje de fiesta, el carruaje, las luces brillantes y la fiesta. He vuelto al hogar, a la cocina, al despertador y a todas esas cosas cotidianas. Está bien, al fin y al cabo, ya lo dijo Dorothy: no hay nada como el hogar, y me queda el zapatito de cristal del recuerdo de cuatro días increíbles.
Voy a ver si me sitúo y cuando tenga la cabeza más centrada cuento alguna cosilla más del viaje.
PD: Con los nervios y el ajetreo, me olvidé de dejarle la cámara a alguien para que tomara fotos. Pero en una página de la Fnac se puede ver una fotito. Aquí.
Voy a ver si me sitúo y cuando tenga la cabeza más centrada cuento alguna cosilla más del viaje.
PD: Con los nervios y el ajetreo, me olvidé de dejarle la cámara a alguien para que tomara fotos. Pero en una página de la Fnac se puede ver una fotito. Aquí.
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