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jueves, 23 de febrero de 2012

Las increíbles aventuras de Niño Sónico y Niño Catódico: Reapertura (cuarta parte)

Resumen de lo publicado hasta ahora en "Reapertura": El malvado Alcalde y su Ayuda de Cámara pasaron una mala racha cuando el ladrillo se vino abajo. Las comisiones millonarias dejaron de llover y ya no se pudieron recalificar más zonas de huerta o restos arqueológicos. Pero luego descubrieron que la crisis era una coyuntura más que favorable para hacer el mal, lo que más les gusta, y empezaron por cerrar bibliotecas.

Cuando Fede, Niño Sónico y Niño Catódico fueron a la biblioteca de Espinardo, se la encontraron cerrada. Corrieron a contárselo a Mercedes y ella decidió pasar a la acción. Los poderes sónicos y catódicos combinados echaron abajo la puerta y Mercedes puso a Peluche Diabólico como bibliotecario.



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Ilustración de Laia Domènech.


-¿Cómo que no me puedo llevar la película sin carné? -preguntó Fede.


-Eso mismo -respondió Peluche Diabólico-: sin el carné, no se presta.


-Pero si me conoces, vives en mi casa. No voy a robar la película.


-En vez de insistir, sería mejor que fueras a por el carné.


-¿Así me pagas que te haya dado cobijo y cocine para ti todos los días?


-Tú le llamas cocinar, yo lo llamo de otra manera.


-¿Se te ha pegado el ingenio manchego de Mercedes?


-Si me disculpas, hay gente que quiere sacar libros y SÍ ha traído el carné.


Fede dejó la película sobre el mostrador y salió apesadumbrado de la biblioteca. Un cero a la izquierda, así era tratado por su familia. Antes de cerrar la puerta tras de sí, escuchó cómo Peluche Diabólico le explicaba a un chaval las normas de conservación de los libros prestados, haciendo que sus afilados colmillos asomaran por su boca entre recomendación y recomendación. El chaval adelantó a Fede en las escaleras y pudo ver su cara pálida. Ese iba a cuidar el libro como si su vida fuera en ello.


* * *


-Los informes sobre el oso gigante que hace de bibliotecario en Espinardo parecen ser ciertos -dijo Ayuda de Cámara.


-Nunca me he fiado de esa pedanía -dijo Alcalde.


-En realidad es barrio.


-En realidad es una mierda.


-Nuestros informadores también hablan de dos niños con... bueno... no sabría decir... parece que... con poderes... lanzan rayos y esas cosas. También hay un hombre pusilánime y de calvicie incipiente y una mujer de armas tomar.


-¿Cómo vamos de policía de disturbios?


-De momento, están todos en Valencia.


-Ah, Valencia. Qué imágenes tan reconfortantes. Uno ve a esos muchachotes que se dejan la vida en el gimnasio dándole al pueblo lo suyo y recupera la fe en la humanidad.


-Cuanta razón tiene, Alcalde.


-En fin, esperaremos a que nuestros chicos acaben de desfogarse en Valencia. Luego, pide que me manden unos pocos a Espinardo.


* * *


PD: Porque viene mucho al caso y porque es una idea buenísima, os recomiendo visitar el blog murcia451.

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