lunes, 2 de febrero de 2009
Pediculosis... piojos,vamos.
Maestro, dice mi padre que ya no voy a venir más porque no le gusta nada que espíen a su hija (nota mental: investigar la relación entre el alumnado de artes marciales y las criaturas de los barrios lumpen). Pequeña saltamontes, dile a tu padre que yo no espío a nadie y que hasta sin gafas los vería saltar, y tengo diez dioptrías.
Seguimos hablando del tema un rato más y al final me tranquilizó: Pero tú no vas a pillar piojos, maestro, si estás casi calvo. Mira, qué graciosa, la niña.
Este episodio me sugiere tres preguntas:
Una: El proyecto se termina en julio y tienen que volver a sacarlo a concurso público ¿incluirán por fin una cláusula de peligrosidad pedicular en las bases?
Dos: ¿Qué necesidad había de que la gente que lee este blog sepa que no me sobra pelo en la cabeza? ¿Qué oscura fuerza me obliga a contar estas cosas? ¿Por qué ese empeño en tirar piedras sobre mi propio tejado?
Tres: ¿Por qué cuando alguien habla de piojos me entran unos picores irrefrenables?
(Han salido más de tres preguntas pero no nos paremos en los detalles.) Dejaré las respuestas para más tarde que ahora tengo que sumergir la cabeza en vinagre.
Publicado por
elhombreamadecasa
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Jajaja, te estás describiendo como calvo y con gafas de culo de vaso: un Señor Barragán, en definitiva (y él seguro que algún piojo tenía). Siempre exageramos sobre nosotros mismos...
Tampoco hace falta sacar las cosas de sitio.
No tengo piojos. Llevo trabajando seis años en territorio altamente infestado y no he pillado ninguna vez. Espero que siga así.
La Óptica avanza que es una barbaridad y te reducen los cristales que no veas, es un decir. Mis gafas son muy elegantes, de pasta, of course.
Respecto a lo de la calvicie, la verdad, no sé cómo tomármela. Las entradas entran cada vez más y se me ve un poco el cartón, que diría Joaquín Reyes, a la altura de la coronilla. Preferiría que no fuera así pero qué le voy a hacer. Debe ser porque soy muy inteligente y pienso mucho.
Bueno, a pesar de lo que me gustan las gafas modernas de pasta (cuando yo era miope no había o eran muy caras), tengo que recomendarte la cirujía láser. Yo pasé por ello hace ya 5 años y es lo mejor que he pagado en toda mi vida.
Sólo la sensación de levantarte por la mañana y ver sin hacer nada, ya merece la pena. Y el gasto que conlleva usar lentillas o gafas a lo largo de los años...
Quizá ya te lo has planteado, pero yo te animo.
La calvicie, pues tómala con naturalidad, qué le vamos a hacer.
Tengo piojos cada vez que mi hija los tiene.....lo cual es un incordio terrible, pq luzco una melena rizada que me niego a cortar. Ya ves, no tener pelo tiene sus ventajas. Y en cuanto a las gafas.... me veo guapa con las mías.... no se me pasa por la cabeza operarme de miopía, pq enseguida me tendré que poner gafas para la presbicia. Lo nuestro no tiene arreglo, admítelo.
Pues yo no me opero por miedo, la verdad. Por miedo y por estadística: hay un porcentaje muy bajo de fracasos y estoy convencido de que yo sería uno de ellos. Además, digan lo que digan,las gafas nos dan un aire de lo más interesante.
Publicar un comentario