Creo que ya escribí que hace poco en plena fiebre consumista me compré una rebeca rosa. Debería buscar el post en el que lo contaba y vincularlo a esta entrada pero me da perecza, lo reconozco. Hoy me la he puesto para ir a trabajar y eso que sé que hay cierta ropa que es mejor no llevar a Los Rosales. Por ejemplo, cuando me pongo mi camiseta con la diana mod me llevo varios puñetazos en el pecho al cabo de una tarde. Sí, sí, lo sé, voy pidiendo que me peguen, soy un imprudente. Y si me llevo mi rebeca rosa no van a parar de llamarme maricón.
La primera en hacerlo ha sido I., nada más bajar del coche.
- Maestro, ¿es que eres maricón?
Y yo que pensaba que ese tema estaba resuelto. Durante años todos creyeron que lo era. Hasta que Mercedes se quedó embarazada y todos dijeron: Joder, maestro, nosotros pensando que eras maricón y eres un tío de verdad. Por suerte, dieron por hecho que era mío, podrían haberlo puesto en duda.
Ante estos casos yo tengo mi respuesta preparada: 1º Ser maricón no es ni bueno ni malo, es solo ser maricón y 2º Por llevar una rebeca rosa si se es ni se deja de ser maricón.
Después ha sido A. quien ha insistido en la cuestión cuando me ha visto salir del local. Como iba acompañado me he hecho el loco pero después lo he buscado. Iban varios liándose un porro en el que la marihuana se salía por todas partes. Espero que lo compartieran porque si alguno de ellos se fuma eso él solo le da algo, fijo.
- A. me acaban de decir que si no cumpes las medidas te mandan a un centro (eufemismo de cárcel de menores).
- Sí, sí, mañana voy a ir a hablar con ellos.
- Y que sepas que llevar una rebeca rosa no es de ser maricón, es de ser elegante.
Y antes de que pudiera responder me he ido.
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