Cada miércoles un cuento en El Estafador

sábado, 21 de enero de 2012

Las tareas del hogar y los mitos griegos

Tántalo, que antes de ser un elemento de la tabla periódica, fue un personaje de la mitología griega, decidió que estaría bien birlarle a los dioses un poco de ambrosía y un poco de néctar. Pero a los dioses esto no les gustó nada de nada. Y le castigaron a sufrir hambre y sed eterna. Vivía rodeado de las claras aguas de un lago que se aparataban de sus labios cada vez que iba a beber y sobre su cabeza colgaban apetitosas frutas que se elevaban cada vez que las intentaba coger.




Vaya. Resulta que el párrafo anterior no tiene nada que ver con lo que quiero contar. Me he puesto a escribir a lo loco y cuando me he dado cuenta ya lo tenía casi todo escrito. Como el castigo se las trae, lo dejo. Y ahora voy con lo de Sísifo y lo de las Danaídes, que es lo que quería contar.


Sísifo era un maleante de tomo y lomo. Al menos según la versión oficial, de la que siempre hay que desconfiar porque ya sabemos que la Historia la escriben los vencedores. Acusado de ladrón y asesino, los dioses le impusieron un castigo casi tan cruel como el de Tántalo. Tenía que subir un peñasco a lo alto de un monte. Cuando lo conseguía, suspiraba aliviado, pensaba que ya estaba hecho pero el peñasco se caía y tenía que volver a empezar. ¿Esto no os recuerda a algo?




Dánao, rey de Egipto, tenía 50 hijas, machote que era él. Su hermano, más machote si cabe, tenía 50 hijos y se empeñó en casar a unas con otros. Dánao no quería pero era un pusilánime que no decía las cosas a la cara. Puso sonrisa tonta y dijo que sí a todo. Pero le dio un puñal a cada una de sus 50 hijas y les dijo que mataran a sus esposos justo después de casarse. Eso es una noche de bodas por todo lo alto. Y así hicieron las obedientes hijas. Todas menos Hipermestra, que fue la que se salvó del castigo divino. Esta vez, consistió en llenar una cuba de agua que no tenía fondo. ¿A que esto también os recuerda a algo?




El castigo de Sísifo representa aquellos trabajos que se hacen muchas veces sin lograr el éxito. Como intentar mantener limpia la cocina. El castigo de las Danaídes representa, a su vez,el trabajo inacabable. Como pretender que el cesto de la ropa por planchar permanezca vacío.


(Por supuesto, lo de la cocina y el cesto de la ropa son solo dos ejemplos. Cada cual puede escoger el que prefiera, seguro que los hay a montones.)


Con información encontrada en "La mitología contada a los niños e historia de los grandes hombres de Grecia" de Fernán Caballero.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

CHAPÓ

Glam dijo...

No hay nada como cenar Jamón para sentir empatía con Tántalo.

elhombreamadecasa dijo...

Anónimo, merci.

Glam, sería un jamón de esos con la pata blanca, blanca.