Babel 2.0
Empezó como una burla, una expresión de rebeldía infantil. Yo dije: Darío, ponte los zapatos. Él repitió mi frase con voz gangosa. Juan repitió la frase gangosa de Darío, deconstruyéndola a simples maullidos. Yo, más chulo que nadie, hice lo propio: mamío, monte mos mamatos.
La cosa siguió y siguió y ahora no hay quién se entienda en casa.
2 comentarios:
En cuanto uno/a pierde los papeles.... ya no hay quien los encuentre
Jjjaja en tu casa no hay tiempo de aburrirse...
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