Cada miércoles un cuento en El Estafador

martes, 11 de octubre de 2011

Sábanas





Mercedes doblaba las sábanas y me llamó para que le echara una mano. Era un gesto inocente, casi inerte, pero acabó en desastre.


Los dos doblamos las sábanas llevando la esquina sujetada por la mano izquierda sobre la derecha. Así no vale cuando se doblan entre dos. Uno tiene que hacerlo así y otro en sentido contrario. Pero ninguno quería ceder. Estuvimos un rato poniendo nuestro orgullo en juego hasta que uno de los dos (no diré quién) no tuvo más remedio que ceder y llevar la esquina sujetada por la mano derecha a la esquina sujetada por la mano izquierda.


Después, al acercarnos para acabar de doblarlas, seguimos sin ponernos de acuerdo en quién la soltaba y quién se la quedaba para hacer el último pliegue. Para colmo, al juntarnos, Mercedes me dijo: ¿No se te ocurrirá besarme ahora? Indignado ante su osadía, solté las sábanas y, con la cabeza muy alta, salí del dormitorio. ¿Por quién me había tomado?


Y ahora, un vídeo para aprender a doblar las odiosas sábanas bajeras:



9 comentarios:

Leia Organa dijo...

¿De verdad te preguntó lo del beso? Pues si es así, siento comunicarte que dajaste perder una GRAAAN ocasión ;P

carmen dijo...

gracias por el video! era una batalla perdida para mí!

GracitaTa dijo...

jajajajajajaja de qué me sonará............ :P
Es la historia que se repite desde hace doce años-----jeejeje
Creo que es una batalla perdida :P
Besos!!!! :D

Isa dijo...

ni con vídeo soy capaz...

Lo del beso es un farol, no? porque es más romántico que la escena de Casablanca :-)

elhombreamadecasa dijo...

Ah, dejaremos el episodio del beso rodeado de un halo de misterio.

Anónimo dijo...

¿esto lo viste ayer en twitter no?

Laaiin.

elhombreamadecasa dijo...

¿Lo de las sábanas? No, puse sábanas en google y me salió el vídeo.

Andrea dijo...

que bueno que eres orgulloso... te perdiste de un momento único

elhombreamadecasa dijo...

Andrea, es lo que tiene el orgullo: solo te hace cometer tonterías.