Cada miércoles un cuento en El Estafador

lunes, 26 de enero de 2009

No puedo apartar mis ojos (de esos tremendos bigotes)


Ayer pensé en escribir un post titulado "Gesto de amor" en el que me limitaría a contar que había dejado que Mercedes pusiera el último disco de Raphael, ese en el que hace duetos. Se sobreentendería que el gesto de amor era aguantar tamaña tontería musical. Luego dudé si dejarme llevar y ponerme radical, que es algo que me encanta y que últimamente hago poco. De haberlo hecho habría dicho algo así como que los cantantes de derechas deberían atragantarse al cantar canciones con versos de Machado. Sí, sí, ya sé que Yosi, el cantante de Los Suaves, dijo lo de que las canciones son de aquellos que las cantan, pero, qué queréis que os diga, me molestó escuchar a Raphael cantanto lo de caminante no hay camino. Quizás porque con los años me vuelvo algo pusilánime y porque no me apetece molestar a nadie que lea este blog, algo que estroperaría mis planes de llegar al millón de visitas diarias, me hubiera decantado por no hacerlo. De todas formas, al final me dio pereza y como ya había subido lo del bestiario, me dije: bah, no lo hago, mejor me echo una partidita a Madagascar 2 con Juan.

El disco de Raphael es, básicamente, una castaña. La canción que canta con Alejandro Sanz estuvo a punto de convertirme en Napoleón y gritar, con la mano guardada en el pecho, aquello de que la música es el menos desagradable de los sonidos. En vez de eso me limité a vomitar. Salvaría alguna canción como la de "Mi gran noche", más que nada porque me recuerda a cuando visitaba a mi hermana en Madrid y ella y sus despampanantes amigas de la facultad de periodismo liaban al portero de la Moroco para que nos dejara pasar gratis y bailábamos all night long. También salvaría la versión de "Can´t Take My Eyes Off Of You", un pedazo de canción que soporta cualquier versión que se le haga. La busqué en youtube, un vicio delicioso, y me encontré con un vídeo impagable de los Boys Town Gang que os voy a poner. Atención a los subyugantes bigotes de los bailarines y a esos chalecos, mataría por uno así. Todavía me quedo perplejo al pensar en las horas y horas y horas que tuvieron que dedicarle a la coreografía, especialmente brillante en el estribillo. Que lo disfrutéis.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que no te veo con el chalequito.

elhombreamadecasa dijo...

Y yo que estaba ensayando la coreografía para hacértela en casa...