Cada miércoles un cuento en El Estafador

sábado, 10 de enero de 2009

Dos postdatas a la entrada de los Reyes Magos


Postdata primera. Si os fijáis bien en mi montoncito de regalos, veréis una cajita envuelta en papel verde manzana. Dentro había dos entradas para el concierto que Sr. Chinarro dio en Murcia el 8 de enero, jueves, que ya hay que tener mala idea para dar un concierto en jueves. Era en la sala Stereo y como salgo menos de lo que debería, la confundí con la sala Audio.

La sala Audio es una sala de conciertos modernos e indies que está al lado del Auditorio de Murcia, que a su vez está rodeada de un descampado muy apropiado para cometer toda clase de fechorías. Allí nos plantamos Mercedes y yo a la hora acordada y vestidos como dos pinceles. ¿Seguro que es aquí?, preguntó Mercedes, no se ve a nadie. Que sí, dije seguro de mi mismo, que aquí vine yo hace un año al concierto de La casa azul. Dimos vueltas y más vueltas y todas las puertas que veíamos estaban cerradas. No se veía un alma. Nos van a robar los órganos. Algo tuvo que pasar en el viaje de estudios que Mercedes hizo a Tailandia porque desde entonces su máximo temor es que le roben los órganos. Mantengamos la calma, propuse, deja de pensar en tus organos y llama a mi hermana para que busque la sala por Internet. Laura, la susodicha, no tuvo que mirar nada en la red, sabía de sobra donde estaba la sala Stereo, ella sale como es debido. ¿Para qué lo queréis saber? Oh, por nada, mentí, simple curiosidad. La batería del móvil vino en mi auxilio y se apagó.

El retraso habitual en este tipo de actos y el músico telonero evitaron que mi error nos hiciera llegar tarde. Una vez dentro comprobé que iría hecho un pincel pero había cometido un error fatal: vestirme con un jersey de punto chulísimo y baratísimo que me acababa de comprar en las rebajas de Pull & Bear. Todo el mundo iba con el mismo jersey. Maldición.

El concierto fue muy bueno a pesar de la manía que tenían los dos guitarristas de afinar el instrumento después de cada canción. Nunca vi a nadie tan puntilloso.

Me encanta Sr. Chinarro. El tipo es un poeta como la copa de un pino. Tiene una canción dedicada a los tímidos, algo frívola y cachonda, en la que se permite usar unos versos como estos: "y celebremos nuestra unión / dispersa como la de las olas". Si yo tuviera una idea así (unión dispersa como la de las olas) la reservaría para un poema épico o catastrófico. Pero el tío va sobrado y hace lo que quiere. Escribe versos espectaculares a puñados, mirad si no este: "pudo ser un amor del montón / pero todo el montón era mío". Y, ahora, si os apetece lo podéis escuchar y ver:



Hay una entrevista con Joaquín Reyes la mar de interesante, pinchar aquí. Y yo escribí un cuento pop con una de sus canciones, pinchar aquí.


Postdata segunda. En la casa de mi madre, los Reyes le trajeron a Juan el juego de Madagascar 2. No he visto nada igual: no hay quien lo arranque de la videoconsola. Por favor, qué enganchado está. La verdad es que el juego es muy divertido. Es algo difícil para él (en la caja lo recomiendan para mayores de siete años) así que me tengo que sentar a su lado para ir pasándole las pruebas que se le atragantan. Y yo encantado de la vida, porque el videojuego tiene el nivel de dificultad justa para mí. Me encanta. No sé si cuando termine esto, son más de las doce de la noche, iré a echar unas partiditas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja que bueno!¿¿ese jersey no será de rallitas (habían de todos los colores)?? jej

elhombreamadecasa dijo...

No, era un jersey azul marino con estrellitas blancas en el pecho. El de rallitas, pero la rebeca, me la compré antes de las rebajas al triple de lo que vale ahora. (Y a mí no me hizo tanta gracia, por cierto.)