Si os cuento lo que nos ha pasado a Juan y a mí no os lo creéis, yo todavía estoy perplejo.
Como ya escribí, los Reyes Magos le trajeron el avión de los clics. Anoche quisimos jugar con él. Ya lo teníamos todo listo cuando el piloto se ha negado a volar. Según el reglamento de vuelo de Playmobil, nos ha dicho, no se puede despegar después de las 21 horas porque a esa hora los niños tienen que estar ya en la cama, y son las 21:03. Nosotros tan contentos porque dábamos por hecho que el caos de Iberia no nos tocaba y nos encontramos con ese desplante inesperado.
Hemos intentado mostrarnos dialogantes y negociar con él. Pero, tío, le hemos dicho, no ves que entre los pasajeros hay familias con niños y bebés, no los puedes dejar toda la noche tirados en el aeropuerto. He dicho que no vuelo y no vuelo. El pájaro nos estaba haciendo una huelga de celo encubierta. Con que esas tenemos, ¿eh?, me he puesto firme. Pues, hala, a la puta calle.
Papá, puta no se dice. ¡Mamá! papá ha dicho puta y puta no se dice... Cuando Juan ha dejado de repetir puta aprovechando mi descuido, he cumplido mi amenaza. Hemos sustituido el avión por el dragón volador y se ha realizado el vuelo previsto. Algo incómodos, pero los pasajeros han salido en hora.
Al piloto le vamos ahora a aplicar el reglamento de la habitación de Juan según el cual el juguete que se niegue a jugar será desterrado al altillo del armario durante una semana, y allá se las vea con las pelusas gigantes que habitan en las partes altas de las casas.
El piloto negándose a volar (atención a la cara de vergüenza ajena de la asistenta de vuelo).
El dragón volador instantes después de tomar tierra con los pasajeros algo apelotonados.
5 comentarios:
¡¡Dios me encanta!! ¡¡es super buena la entrada!!
Menos mal. Durante la hora que pasé haciendo las fotos me pregunté varias veces qué hacía fotografiando escenas de clics a mis 34 añazos y con todas las cosas que tenía por hacer. Mi hermana Marina que entretenía (y contenía) a Darío también lo pensaba, se lo noté en la mirada.
Pero ahora ya lo sé: estaba escribiendo algo que le gustara a alguien.
Desde luego, coincido, Fede, que desde que lo leí, quería escribir, pero no me había parado a hacerlo.
Cómo me pude reír con la historia del piloto. El otro día se la conté a mi primo y todo.
He encontrado tu blog tarde, pero me ha enganchado. Me gusta tu estilo. Voy a crear el club de fans de los Montalbán.
Saludos a los peques y al resto de familia.
David.
Me apunto a lo del club de fans de los montalbanes. Fan mio no soy mucho pero de mis hermanas y mis criaturas ni os cuento.
¡Genial! ¡El mejor que he leído! Y ya ni te cuento la regresión a la infancia que he tenido al ver las fotos de los clics.
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