Tardé seis años en ser presentado a mis suegros. Seis años ya de novio de Mercedes, se sobreentiende. Las razones que se me ocurren para este despropósito son tres:
a) Algo misterioso relacionado con la insondable identidad manchega.
b) Mercedes se avergonzaba de mí (ídem para la forma verbal de presente de indicativo).
c) Mercedes no daba un duro/tres céntimos por nuestra relación, así que para qué molestarse.
Me inclino por la opción a), más que nada porque es la más peliculera y la que me deja mejor parado. Aunque, bien pensado, y haciendo memoria, la b)... Mejor sigo con el post.
Esa primera visita fue en Nochevieja, una fecha que en la casa de Mercedes se celebra por todo lo alto. Desde entonces, todos los 31 de diciembre los pasamos en Albacete.
Son muchas las tradiciones con las que adornan la fiesta: KissFM a todo trapo, la calefacción y la chimenea caldeando la casa hasta el sofoco, un menú cinco tenedores... Una de las más peculiares, no sé de nadie más que lo haga, es que los regalos son esa noche. Pero es extraño, porque para esa fecha, Papá Noel ya está de vacaciones y los Reyes Magos todavía no han iniciado el viaje. ¿Quién se encarga de ellos, entonces? Llevo años preguntando discretamente e informándome en secreto para desvelar el misterio y todo apunta a que ¡compran ellos mismos los regalos! Del todo punto increíble.
Lo mejor de los regalos es que nos suele caer una paletilla de jabugo para chuparse los dedos. Solo le pondría una pega: nos cuesta un montón hacerle sitio en la encimera de la cocina.
En Nochevieja mi suegra es el máximo exponente del melting pot estadounidense (¿Habéis visto que palabrejas más chulas uso? Que se note que pasé años estudiando la interculturalidad.). Junta en ella misma todas las tradiciones mundiales de despedir el año invocando la buena suerte. Así, tira un vaso de agua por la puerta, come lentejas, barre los rincones, pronuncia asertos debajo de la mesa, se come las uvas... En mi opinión, y con mis humildes conocimientos de magia, me atrevería a afirmar que varios sortilegios a la vez tienen el mismo que varios antivirus en un ordenador: se molestan y anulan entre ellos. Quizás el año que viene me arme de valor y se lo diga.
Juan lleva con gastroenteritis desde el lunes, el pobre. Como el mismo dijo el martes por la noche: Papi, ha sido un día espantoso. Su madre le preparó, en vez de las uvas, doce trocitos de zanahoria hervida. No conseguimos explicarle bien en qué consistía lo de las campanadas y los cuartos y en cuanto empezaron a sonar, se puso a comer como un loco. Al terminar, gritó: ¡He ganado, he ganado! ¡He terminado antes que nadie!
Después pudimos comprobar que a Darío no le van nada las bolsas de cotillón. No le gustó lo más mínimo ver a tantos adultos perder la poca dignidad que les quedaba vistiéndose con sombreros estrafalarios, collares hawaianos y narizotas de pega. Le dio tanta pena que a punto estuvo de romper a llorar.
Bueno y ya para terminar, nada mejor que empezar el año cargados de sensaciones con una canción muy emocionante. The Last Shadow Puppets (¿cómo diantres se traducirá eso?) cantan "Standing Next To Me". Feliz 2009.
(Esta mañana, después de dejar a Darío durmiendo su siesta de media mañana, me he ido a correr. Ya sé uno de los motivos por los que necesito tanto hacerlo. Porque correr es como huir.)
6 comentarios:
Dos apuntes y una felicitación (parezco Neruda):
- La canción que has colgado no la había escuchado en la vida y me ha parecido sencillamente maravillosa (y eso que tú y yo en gustos musicales, salvo gloriosas excepciones, no andamos muy parejos).
- Correr, efectivamente, es como huir (buena metáfora). Me imagino que llevo huyendo desde los diez años. Salgo a correr día sí, día no, a pesar de mi maltrecha rodilla izquierda... Este año, de momento, el mejor regalo que he recibido han sido unas New Balance con control de estabilidad que me trajo Papá Noel de Elena. Pero, ¿de qué diantres tratamos de escapar, hermano? No sé tú (¿de la familia manchega?), pero creo que yo huyo de mí mismo... cuando termino de correr siempre siento que otro yo (el que de verdad manda) me invade, y lo hace ocupando de manera imperfecta los agradables espacios que había dejado.
FELIZ 2009 PARA TÍ, MERCEDES Y TUS DOS PRECIOSOS HIJOS!!! Y mucha literatura, fml, mucha literatura...
Hermano, algunas coincidencias musicales tenemos: Modern Talking y Pet Shop Boys, sin ir más lejos.
De mi familia manchega no huyo, por dios, que a lo mejor leen esto.
Y me parece que sí, que huyo de lo mismo que tú... o sea, no de ti mismo sino de mí mismo (qué gracioso soy.)
Un feliz 2009 para ti, Elena y María (los años impares molan más).
Hermano, ya lo había puesto: SALVO GLORIOSAS EXCEPCIONES. Cómo me alegra que recuerdes las más importantes, jejeje. Qué tiempos aquellos, eh?
Lo de huir de la familia manchega estaba puesto a mala leche ;), para que pudieras defenderla (como has hecho) por si lo leen (jejeje).
Tampoco estaría de más que huyeras de mí. No soy en absoluto recomendable (jejeje). La amistad virtual es voluble, permeable y distante: tiene muchas posibilidades de persistir en el tiempo. La cercana, la de sudor, risas y lágrimas, es más complicada. Afortunadamente yo pude disfrutar de la tuya durante muchos años.
Un abrazo!!
Tampoco defendí a mi familia manchega, solo dije que no huía de ella...
Papa Noel también viene a mi casa en Nochevieja! Y no conocía a nadie que así lo hiciera.
Supongo que, a estas alturas del año, ya no pega hablar de estas cosas... Pero es que me estoy leyendo el blog del tirón después de que alguien lo recomendara en la radio... Ejercicio de nepotismo creo que lo llamó.
La verdad es que me tiene enganchada.
Así me gusta, María, que os enganchéis. Muy bien, muy bien. Curiosa coincidencia lo de Nochevieja, estaba convencido que lo de mi familia política era un caso único.
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