Mi madre tiene un multiprecio, antes llamado todoacien. Cuando vivía en su casa tenía que, me gustara más o menos (lo odiaba), arrimar el hombro en el negocio familiar. A veces me mandaba a hacer la compra a almacenes cutres a los que se llegaba por carreteras megacutres. Sin embargo, había uno de ellos que era de los más interesante porque entre los paquetoncios de papel higiénico y los blisters de librería, se podían encontrar cosas sorprendentes. Recuerdo una baraja porno que nunca me atreví a comprar, no por nada sino porque era francesa y para jugar al mus no nos venía bien. De vez en cuando aparecían cajas de preservativos tiradas por el suelo y llenas de polvo. Me preguntaba: ¿Quién será el loco que los comprará? Un día tuve que pararme y parpadear varias veces para confirmar que era cierto lo que estaba viendo. Era esto:
¡Novelitas pulp de La sombra y de Doc Savage! No me lo podía creer. Con disimulo colé un par en la compra, por suerte ni mi madre ni mi tía (socia del negocio) eran muy escrupulosas revisando las facturas. En posteriores visitas fui comprando más hasta que dejé de ir o no encontré más, no sé qué pasó antes.
Y así llegamos hasta ayer, cuando me puse delante de mis libros a ver cuál me leía. Todos los puntos los tenía la relectura de Los perros de la Morrigan, un libro de fantasía escrito por la irlandesa Pat O´Shea y que en su momento me encantó. Pero entonces vi "Asesinos en acción", una aventura de Doc Savage escrita por un tal Kenneth Robeson y tomé mi decisión. El título original, "The Quest Of The Spider" me hizo tener dudas sobre la traducción (mi inglés de COU me hace sospechar que Spider no quiere decir asesinos ni Quest acción) y algunas metáforas rimbombantes estuvieron a punto de hacerme desistir. Pero la historia parecía divertida. Anoche mismo lo empecé.