¿Qué pasa, que no os dieron plaza en las monjas y os tuvisteis que
ir a ese colegio? Todavía hay quien nos lo
pregunta. Te confundes, solemos responder, nosotros no queríamos llevar a
nuestros hijos a un colegio concertado y menos aún religioso. Ese colegio fue nuestra primera opción
y bien contentos que estamos.
Otras veces, nos piden opinión. La última fue una vecina que se
acababa de mudar de Alicante y buscaba cole para sus hijos. Mira, le dije, te
puedo contar muchas cosas pero creo que es suficiente si te digo que si tuviera
que volver a elegir un cole para mis hijos, elegiría, de nuevo, al que van.
La escuela pública en Murcia tiene como peor enemigo, qué cosas, a
la Comunidad Autónoma. Precisamente los que más deberían trabajar para que
fuera una escuela que mejorara cada día, hacen todo lo que pueden para
degradarla. A ellos les va más el concierto y lo privado.
Otro gran enemigo es el saber popular, en este caso
"ignorancia popular". Los coles públicos tienen mala fama. La gente
repite ideas que nadie sabe de dónde vienen ni en qué se basan pero que dan por
ciertas. Todavía estoy esperando que alguien me demuestre algo de la mala fama
que tiene el cole de mis hijos.
Tampoco se trata de pintarlo todo de color de rosa. La falta de
medios en los coles públicos dificulta muchas cosas, más en estos tiempos que
corren. En ocasiones, uno no comparte las decisiones del claustro, claro que
no. Y estaría bien que las familias se implicaran más en el proceso educativo. Pero nadie dijo que lo público fuese perfecto. Lo que sí es, todavía, es de
calidad y, que no se olvide, de todos y todas.
Ayer celebramos el Día de la Paz en el cole. No es un plural
mayestático. Las madres y padres también formamos parte de la comunidad escolar
y tenemos que aportar nuestro granito de arena. En nuestra AMPA coinciden dos
cosas muy buenas: (1) somos pocas pero bien avenidas y (2) el equipo directivo
del centro cuenta con nosotros y le va lo de colaborar. Así que, como decía,
celebramos el Día de la Paz.
Todo el cole se reunió en el salón de actos y vimos un vídeo,
realizado por el Jefe de Estudios, en el que un montón de alumnos y alumnas
iban recitando un texto sobre la paz. El vídeo ha quedado chulísimo y ha
supuesto una cantidad de trabajo (fuera de horario) ingente. Para que luego
digan por ahí que ningún funcionario trabaja.
Este año, la Semana Cultural se va a dedicar a los Juegos
Olímpicos (la programación que se ha preparado es de categoría) y como esto
tiene mucho que ver con la Paz, se unieron ambas cosas. Al final del vídeo, se
encendió la llama olímpica que irá pasando de clase en clase hasta que dé
comienzo la Semana Cultural. Yo propuse en el Consejo Escolar que la llama
fuera auténtica pero desestimaron mi propuesta. Nunca me hacen caso.
Luego, la AMPA repartió bizcocho y chocolate a diestro y
siniestro. Todo muy esponjoso y dulce.
Tres días antes, tuve una reunión con la responsable de la
biblioteca del centro. La subvención que la Consejería de Educación tiene
comprometida para poner en marcha la nueva biblioteca no llega. Pero donde no
hay dinero, hay imaginación y empeño. Vamos a hacer un montón de cosas. Incluso vamos
a intentar formar un club de lectura con profesoras, madres y alumnos (ponedle
las arrobas o las as/os, que a mí me da pereza).
Pues ahí queda eso. Es que uno se harta ya de tanta tontería y
crítica infundada hacia lo público.