Cada miércoles un cuento en El Estafador

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Dos caras

Una cara.


Una tarde de julio, perdón por la redundancia, estaba yo solazándome, o como se diga, en el sofá cuando llegó mi primo E., el que se niega a devolverme mi tebeo DK2 con la excusa de que lo ha perdido. Los hijos se habían ido con alguna de mis hermanas, Mercedes sudaba la gota gorda a pesar de planchar debajo del aire acondicionado y yo , básicamente, me rascaba la barriga delante de la tele.

Vaya, vaya, vaya, dijo mi primo. ¿Esta es la casa de la que se habla en tu blog? me preguntó. No es lo que parece, primo, te lo aseguro. Es que... es que... es que... he estado toda la mañana trabajando... sí, sí, sí, eso es... He pasado todo el día con las chiquillas de mi trabajo en la playa, estoy agotado y solo me he dejado caer cinco minutos. Me voy a levantar enseguida, corriendo, ya mismo. En cuanto vengan los críos tengo que hacerles la cena, ducharlos y llevarlos a la cama.

Quizás cuente esto en algún comentario a tu blog, me amenazó. ¿Ah, sí? dije cambiando el tono de voz lastimero por otro más contundente. Pues suprimiré tu comentario, ¡para siempre! ¿Nadie puede sabes esto! ¿Me entiendes? ¡Nadie! De lo contario estoy perdido. ¡Perdido! ¡PERDIDO!

Estás fatal, me dijo, solo era una broma. Mira lo que te he traído. Entonces abrió una bolsa de la que sacó tres regalos: el DK2 reencontrado al fin, una camiseta ultramolona del Doctor Octopus y un cinturon con la Union Jack en la hebilla.

(¿Qué os ha parecido el intento de párrafo escrito a ritmo 3/4? Hay interrupciones por comas de tres en tres, burdas repeticiones, descripciones con tres elementos... No sé, como artificio vale pero creo que no abusaré mucho de este recurso.)

Otra cara


Exactamente al día siguiente, mi figura pública, la de hombre y ama de casa, fue reivindicada. Entraba yo al Mercadona a hacer la compra, Darío en una mano, Juan en la otra, cuando me encontré con A. el vecino de Espinardo. El hombre que desafía lo previsible teniendo una discoteca estupenda (por lo que parece según sus comentarios) al tiempo que vive en Espinardo.

Aseguro que aquello fue un encuentro casual que, por cierto, me alegró un montón.


PDI: El grifo fue puesto sin problema alguno. Mejor dicho, sin hecatombe alguna. Porque problemas sí que dio, el cacharro. Y bastantes.

PDII: ¡¡Mañana empieza el Lemon pop!!

3 comentarios:

Chelo dijo...

Lo importante es lo de los superpoderes, lo de ama de casa ya sabemos todos que es una tapadera...

bss!

Laube Leal dijo...

Hay que ver cómo eres... jejejejejeje. La pera limonera!!!!
Un besote...
PD: y a Mercedes le gustó?

elhombreamadecasa dijo...

Jo, Chelo, pero si yo no tengo superpoderes, esos son los hijos...

Laube, no ha quedado mal y es mucho mejor que el que teníamos (la "alcachofa" no se quedaba bien enganchada y de vez en cuando se te caía encima de la cabeza).