Cada miércoles un cuento en El Estafador

sábado, 26 de junio de 2010

Rebeca


Comienzo que pretenda ser interesante y aparentemente inconexo con lo que vendrá después. En BUP tuve una profesora de física y química a la que quiero un montón y con la que tenía una rivalidad muy interesante. Yo estaba loco por sacar un 10 en alguno de sus exámenes y ella se resistió todo lo que pudo a ponérmelo (atención a la forma verbal que indica que acabé consiguiéndolo). En un exámen de formulación que me salió bien pero no tanto como hubiera deseado me dijo: En el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Me dijo rey y me dijo tuerto. Un piropo envenenado. Ayer, en una reunión de evaluación con mi coordinadora, me dijo cuando le pregunté cómo valoraban el trabajo que había hecho hasta el momento: Bueno, no esperábamos mucho más, la verdad. Vale, había conseguido todo lo que esperaban de mí pero que no parecía ser mucho.

Introducción del elemento cultureta que justifica el título y uso del hipervínculo, elemento que da mucho juego y que sirve para explicarse sin explicarse. La reunión de evaluación la pedí yo. Hay varias cosas del proyecto que no me acaban de satisfacer y quería saber la opinión de mi coordinadora. Durante toda la reunión intenté no hablar mucho de mi otro trabajo, como intento hacer a diario, pero me pasé todo el tiempo diciendo: Es que en mi proyecto de antes, es que en mi barrio (no consigo quitarle el posesivo), es que con los otros chicos... Quedó claro que me he convertido en mi propia ama de llaves perversa.

Asución de riesgo, porque introducir elementos oníricos en un texto puede quedar guay o ser un desastre. Una de las compañeras de mi trabajo de antes decía mucho que no podía dormir porque se pasaba la noche con los niños correteando por sus sueños. Era una metáfora muy bonita que venía a decir que no tenía forma de que se le hiciera un callo en el alma (o lo que sea que tenemos dentro) y sufría mucho por las cosas que pasaban en el barrio. Ayer fue el cumpleaños de una de las chicas del barrio y la llamé para felicitarla. Cumplió 20 años y piensa que ya es vieja. Ah, la relatividad. Esta noche he tenido uno de esos sueños que no son pesadillas pero que te dejan el ánimo revuelto. En el sueño correteaban un montón de niños del barrio. Pero la metáfora era otra. Sus correrías no representaban empatía sino mi añoranza del proyecto perdido.

El duelo que no acaba, que es de lo que quería hablar en realidad, más que nada para desahogarme y para que este post sirva de catársis. Hace ya nueve meses que dejé el barrio. Lo he visitado varias veces y he dicho mucho que ya he hecho el duelo y superado lo que pasó. Pero no es verdad. Acabamos como una historia de amor en la que ella se va sin previo aviso, cuando todo iba mejor que nunca, y con una explicación insuficiente. No nos marchamos de allí después de terminar el trabajo o porque nos hubiéramos cansado. Tuvimos que irnos porque la forma de pago del Ayuntamiento nos asfixió económicamente y no pudimos más. Más que irnos nos echaron.

Un poco de autoflagelación que no queda bien pero que es sincera. Y a pesar de que aguantamos varios meses sin cobrar y buscamos soluciones hasta debajo de las piedras, no puedo evitar sentir que traicionamos a todo el barrio, a tantos niños y niñas. Les dijimos por qué nos marchábamos. Pero les dio igual. Nos íbamos y les dejábabamos, como tantos, justo le que dijimos que no haríamos.

Y una canción para acabar que ni es pop ni es indie pero la cantaban mucho las chiquillas del barrio (que no son las del vídeo, obviamente):



Las postdatas de este blog son algo impostoras porque muchas veces las pienso antes del texto, por una vez no es el caso, pero tienen su gracia, tanto como la hipérbole. En julio voy a repetir el taller de cocina fría que he hecho otras veces. ¿A que no sabéis dónde me han dicho que compre las cosas porque es donde la cooperativa tiene cuenta? Pues sí, en Mercadona. Menos mal. De haber sido en otro sitio es posible que me hubiera visto obligado a despedirme

5 comentarios:

Mª Antonia dijo...

Por un lado no me extraña que te sientas un poco culpable aunque evidentemente no lo eres ni de lejos.
Por otro lo de soñar con el trabajo pasado me parece algo de lo más lógico y normal si te ha gustado, si estabas convencido/a de lo que hacías. Yo, desde que me jubilé, sueño con mucha frecuencia con esa vida anterior. Son sueños extraños, claro, pero demuestran que aquella etapa no ha caído en el olvido. No creo que tenga nada de malo.

cosas de cocina dijo...

Que bonito el video, hay que ver como se mueve entre una silla,una mesa y una pared, hay que tener arte!Sólo Mercadona vende pepinos tipo holandeses, más suaves y de piel más fina, y no es chirigota,aquí en Cantabria es el único sitio donde los encuentro. Viva Mercadona!

i.sana dijo...

¡Ay Fede... Feder!
Pasarse, lo que se dice pasarse, no se pasa, pero se alivia.

Es cuestión de tiempo

biblioactiva dijo...

Hace ya nueve meses que dejé el barrio...
Es un buen principio para una buena historia. Es como "Anoche soñe que había vuelto a manderley..."

elhombreamadecasa dijo...

Mª Antonia, si lo malo es que mi historia con Los Rosales acabé de forma precipitada, cuando todo iba bien y estábamos a punto de renovar por cuatro años. No nos dio tiempo a prepararnos.

Cosas de cocina, el otro día estuvimos comiendo con mis cuñados. Ella trabaja en Mercadona y nos contó un montón de cosas interesantes. Su principal obsesión parecen ser los precios bajos.

I.sana, yo pensaba que sería cuestión de menos tiempo. Pero se ve que no.

Biblioactiva, ha sido casualidad porque no me he leído la novela de Daphne de ... no me acuerdo cómo sigue.