Darío no es príncipe, ni falta que le hace. Tampoco es el hijo pequeño de un molinero pobre ni el menor de tres hermanos. Esas condiciones no son del todo necesarias para protagonizar un cuento.
El sábado fue su cumpleaños. El día empezó como todos: a las siete y media, una hora escandalosa para ser sábado, Darío se bajó de la cama y vagó por la casa reclamando el biberón mañanero. Su madre lo llevó a la cama de los papis y le hizo el desayuno. Enseguida se despertó Juan y, los cuatro en la cama, le cantaron cumpleaños feliz.
A pesar de ser sábado y del cumple, Mercedes tenía que trabajar y antes de irse, le dimos el regalo: la serie completa de Pippi Calzaslargas. Lo mejor del regalo fue que en la caja había un botón que al apretarlo sonaba la canción de Pippi. Si no le dio mil veces al botón en todo el día, no le dio ninguna.
Los hombres de la casa nos pusimos guapos y nos fuimos a tomar un aperitivo al bar Avenida para celebrar el cumple. Patatas fritas de bolsa, almendras y zumo de piña. Lo mejor de lo mejor. Al poco llegó Mercedes y nos fuimos a recoger la tarta. Una tarta hecha por encargo según los deseos del cumpleañero: graaaande, graaaade y de fresa. Es que en estas fechas no tenemos fresas, nos dijo el viernes el pastelero. No importa, le respondimos, lo importante es que sea roooosa, rooooosa.
Llegamos a casa. Guardamos la tarta en el frigo y nos pusimos a recoger y limpiar antes de que llegaran los invitados.
Los primeros en llegar fueron la tita M. y el tito (político, vaya adjetivo) S. Venían a comer con nosotros.
A las cuatro en punto de la tarde sonó el timbre por primera vez. Darío corrió como una exhalación a abrir la puerta. Eran el tío (abuelo) A., la tía (abuela) L. y sus dos hijos. Y los correspondientes regalos, claro.
No había subido la primera cafetera cuando sonó de nuevo el timbre. Esta vez eran la abu, la tita L. y la tía (abuela) M.
Pensábamos que ya estábamos todos cuando volvió a sonar el timbre. ¿Quién será? Darío corrió a abrir y ¡qué sorpresa! eran la yaya, el abuelo P. M. (Darío lo llama siempre por el nombre y el apellido), el tito J. con L., el tito J. con A. y la tita M. con su amigo A. Vaya, vaya, la familia al completo solo faltaba... un momento, suena el timbre otra vez. Pero bueno, qué sorpresón, recién llegada de la tele estaba en nuestra puerta la tita C. con T. y la primita M. (la niña más guapa de la Galaxia).
Apenas habíamos cerrado la puerta, otro timbrazo. Desde Gijón, utopía hecha realidad, había llegado el abuelo F.
Los regalos ya no cabían en la casa y tuvimos que pedir sillas prestadas a las vecinas.
Y cuando pensábamos que no vendría nadie más, de nuevo el timbre. Darío se puso como loco cuando abrió la puerta y vio a Pippi, Tommy y Anika subidos en Pequeño Tío. También venía el Señor Nilsson. Aparcamos a Pequeño Tío en el patio y rezamos, los padres somos así, para que Pippi no incitara a los niños a comerse una sopa de clavos o a disparar armas de fuego.
Empezábamos a estar como en el camarote de los Hermanos Marx cuando volvió a sonar el timbre. Explosión de felicidad: eran Pocoyó (Darío le llama Pocoyoyo), Eli, Pato, Lula, Pajaroto, Valentina y Pulpo.
Íbamos a cerrar la puerta cuando escuchamos gritar ¡PEDO! Miramos y venía el conejito Pipí Caca con el lobo, detrás también iban las tres gallinas del cuento favorito de Darío y la gatita Hello Kitty.
A partir de ahí perdí la cuenta. Sé que siguió sonando el timbre y que la fiesta duró hasta las tantas. Tuve que salir corriendo a la pastelería para rogarle al pastelero que me hicieran de urgencias una nueva tarta graaaaaaaaaaande, graaaaaaaaaade y rooooooosa, roooooooosa. También tengo que decir que todos fueron unos invitados ejemplares y que dejaron la casa más limpia y ordenada de lo que se la encontraron.
Un día perfecto.
12 comentarios:
Y habría sido aun mas perfecto si algunos dejaran de hundirse en su pasado y tuvieran mejor memoria.
!!!!! FELICIDADES DARIO!!!
!Me he perdido!Hasta la llegada de la tita C...todo parecía lógico y real, (suponiendo que el programa no fuera en directo porque acaba a las 3) pero ya, lo del abuelo F, me ha dejado perpleja. ¡No puede ser!Como decía ¿quién?¡oh cielos Leoncio era demasiado hermoso para ser verdad! Al final ya me he aclarado. Ha sido un cuento muy bonito.
Con lo del rosa me ha recordado a mi nieta Haizea que todo lo quiere rosita, inclída,por supuesto, su tarta de cumpleaños.
Felicidades con retraso, Dario, y un beesito.
felicidades dario! zorionak! me alegro de q hayas tenido una marararararvillosisisisimo cumpleaños lleno de gente y de amigos!!!
qué guay!!! estos cumples molan mcuho, pero si no faltaba nadie!!!
Joder Hermano, te ha salido precioso, el mejor post (o relato, o poema, o cariño a un hijo...) que has escrito hasta la fecha.
Mientras escribo, mirando una pantalla algo "turbia", tengo sorberme la nariz...
Tú tienes que dar gracias por tener a Darío. Y Darío por tener a un "papi" tan especial como tú...
Ains, menos mal que no he sido la única en ver la pantalla "turbia". Qué cuento tan bonito! Cuánto amor!! me ha encantado! si llegas a decir que también vino Winny de Poh, ya es la bomba!!
En mi opinión has hecho doblete: un cuento muy bonito y, quedarte con el personal, porque cuando llegan Pippi y sus amigos yo tardé varios segundos en reaccionar, me hubiera gustado verme la cara...Y final superfeliz.Dejaron la casa limpia y ordenada!
Felicidades a Dario con un poquito de retraso. Me ha encantado que pongas lo de la tarta roooooosa. En mis murales dos veces he tenido el caso de un chico que quiere algo rosa, y creeme, no todo el mundo lo toma igual. De hecho en uno de los casos si te lo contara no me creerias. Que paseis un feliz dia
Me alegro mucho de que os hayáis emocionado tanto y, especialmente, de que os hayáis confundido durante la lectura del cuento mezclando fantasía con realidad. Eso habla muy bien de vosotras/os. Todavía conserváis intactas partes imprescindibles del alma.
Respecto a lo del rosa, debo reconocer que durante el cumple hubo algún que otro comentario, pero son casi inevitables. Ni os cuento lo que le dicen a Juan, y a mí, cuando sale a la calle con una carricoche que le regaló su abuela hace unos años y que es, precisamente, rosa.
El comentario del rosa no iba más allá de lo que decía. Mi nieto también paseaba a sus muñecos en un cochecito rosa.
Mª Antonia, lo del rosa lo decía por el comentario de Maite y los murales para niños que quieren el color rosa. Además del cochecito, Juan tenía un chupete azul y otro rosa y según tuviera el día, pedía uno u otro.
Joder Hermano, ¡pero había fantasía!
No me engañas... yo sé bien que todo, toooodoooooooo, pasó de verdad.
Un abrazo a los cuatro!!!
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