Si hay algo que lee el hombre ama de casa, más que prospectos de medicamentos infantiles, tebeos sacados al peso en la Biblioteca Regional, novelas de Murakami, tablas de calorías, folletos de supermercados, blogs, revistas musicales y etcétera, son cuentos infantiles. Suele leerlos en voz alta y a la hora de dormir.
De estas ingentes lecturas ha aprendido una cosa: No hay nada que mamá cabritilla no haga por sus hijos cabritillos (atención sino al detalle señalado de la ilustración de abajo). Por eso el hombre ama de casa quiere felicitar a la mamá cabritilla en este, su día.

5 comentarios:
El gesto de la mamá cabritilla parece como si de una actividad rutinaria más se tratase. Inquietante.
Es cierto, no me había dado cuenta. Aunque bien pensado, tiene que estar harta de apuñalar al lobo, el cuento debe haberse contado trillones de veces.
Madre mia! pero que mente más sucia tengo! XD
Desde luego hay ilustradores enfermos... Jajaja, la cara de satisfacción del señor lobo mientras le desgarran el tracto digestivo no puede haber sido casual!! :-D ¿Me das permiso para postearlo en mi blog? :-D
Alberto, permiso concedido.
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