Cada miércoles un cuento en El Estafador

sábado, 25 de abril de 2009

Día del libro (continuación)


Sigo con el post que empecé el jueves y que tuve que dejar a medio porque mis hijos se estaban masticando el uno al otro, y hay cosas que un padre no puede permitir.

Spoiler

Con 5º y 6º hemos jugado a los cuentos alternativos. Un rollo What If, que dirían en Marvel. Tenían que reescribir un cuento clásico pero con una serie de cambios que yo les proponía: el príncipe de Blancanieves era princesa, en los tres cerditos salía Arguiñano, Cenicienta estaba ambienta en un escenario futurista y etcétera.

Con 1º, 2º, 3º y 4º hemos jugado a la narración equivocada. Yo les contaba un cuento con errores y ellos me tenían que ir corrigiendo. Esta actividad es muy divertida y se lo pasaron de muerte.

Para Infantil preparé un cuento super elaborado. Un padre le cuenta el cuento de por la noche a su hijo pero el final está cambiado: el cazador no aparece y el lobo feroz se larga tan pancho con Caperucita y la abuelita en la barriga. A la noche siguiente, los besos de amor verdadero del príncipe no surten efecto y Blancanieves no se despierta. El niño decide investigar y descubre que el Lobo feroz, la Bruja y el Ogro se han adueñado del mundo de los cuentos. Con la ayuda de una amiga (y del auditorio) tendrá que conseguir que todo vuelva a ser como siempre.

Guardaba la trama en secreto pero cometí el error de avanzarle algo a Juan, al que le faltó tiempo para contarlo en clase y destriparme el misterio. La próxima vez no le pienso decir nada, por mucho que me insista.

Campeón

Todo lo anterior lo hice con Darío, que se portó razonablemente bien. A media mañana lo tuve que dormir en brazos mientras contaba un cuento mal y veinte criaturas me gritaban cada vez que les decía que la caperuza era verde o el lobo vegetariano.

Recompensa

Al acabar, el equipo directivo del cole, me dijo que no sabía cómo darme las gracias. Estuvimos estudiando varias posibilidades y al final acordamos que me abrirían una cuenta en las Islas Caimán con chorrocientos billones (europeos) de dólares canadienses.

En la Fnac

Ayer fuimos a la Fnac a comprar un par de regalos. En la zona de libros infantiles, un niño tenía un libro molón de dinosaurios y le dijo a su madre que ese, ese era el que quería que le compraran. Ese no, dijo la madre, uno de leer (sic). Pero si este tiene palabras, mamá, mira cómo las leo, le explicó el niño, mucho más listo que su progenitora.

Pensé en intervenir y recomendarle a la madre que le regalara los siete tomos de En busca del tiempo perdido para que el niño se hartara de leer, pero luego consideré que mejor no me complicaba.

Con una madre así de idiota, ese niño tiene todas las papeletas de acabar odiando la lectura.

Quijote

¿Por qué todos los años celebran el día del libro leyendo en voz alta el Quijote? ¿No hay otro libro que leer? Vale, se entrega el Cervantes pero ¿este autor no escribió nada más? ¿Y por qué empiezan siempre por el principio? ¿Por qué no empiezan cada vez por un capítulo distinto para que cuando estén todos los periodistas se escuche algo distinto del manido En un lugar de la Mancha...? Qué aburrimiento.

Me comprometo, aquí y ahora, solemnemente a, cuando me den el Cervantes, negarme a leer el Quijote y recibir el premio de manos del Rey. Dicho queda.

5 comentarios:

Bilbotín dijo...

Ten cuidado, que nunca se sabe... yo me acordaré si no cumples tu palabra ;-).

elhombreamadecasa dijo...

¿Cómo que nunca se sabe? La única duda es si el orden será Nobel-Cervantes o Cervantes-Nobel.

Bilbotín dijo...

Bueno, en el caso del Nobel, avísame, que Estocolmo me gusta mucho y te acompaño, jeje.

Por cierto, no te he dicho nada del ensayo aún porque lo tuve que paralizar. No me queda mucho. A veces no encuentras ni un minuto para leer!!

Anónimo dijo...

que bueno, al final te veo reconvertido en cuentero. Ten cuidado que engancha, una vez que empiezas ya no puedes parar.
A ver para cuando un espectáculo para adultos y te unes al gremio.
Un saludo, Miguel-ON

elhombreamadecasa dijo...

La verdad es que me lo pasé de muerte. Tengo que decir que mi hermana Laura me ayudó con la idea de los cuentos equivocados y los cuentos alternativos.

Repetiría con críos la siguiente vez que me lo pidan pero, mira tú, no me veo delante de adultos.