Cada miércoles un cuento en El Estafador

lunes, 8 de diciembre de 2008

Por los ojos

Tenía pensado salir a correr esta mañana por el parque Abelardo Sánchez que está precioso con sus hojas otoñales cubriendo todo el suelo. Pero llueve en Albacete y no está la cosa como para hacerse el duro. Juan está con sus abuelos, Darío duerme y antes de ponerme a ver vídeos por Youtube me he dicho, ¡qué diantres! voy a escribir algo en el blog. Y como he visto alguna que otra peli este puente, voy a comentarlas... o algo.

300

A veces afronto las creaciones de otros con una actitud poco conveniente. Estoy harto de machotes, qué queréis que os diga. Harto de machotes que conducen como Mel Gibson en Mad Max, de machotes que van en manga corta aunque haga un frío polar, de machotes que amenazan a su mujer con matarla a palos porque se han levantado de la siesta y quieren comer algo, de machotes que les da miedo cambiar un pañal. Hasta estoy harto del machote que se esconde en mi interior. Así y con esas, no estaba la cosa para ver una peli de espartanos. El tebeo me encantó, la peli también pero no paraba de removerme en el sillón ante tanta hombría.

La peli era no original. Me la encontré así, señores de la SGAE, yo no tuve nada que ver. Además, el poder recaudador de Ramoncín me castigó: al final se escacharró la grabación y no pude verla terminar.

Por cierto, una pena que la tecnología de retoque digital de cuerpazos no pueda aplicarse al mundo real. Así no me dolería el cuello y la cuscusilla de tanto hacer abdominales.



Juno

Mi plan para el sábado era salir de cena y luego a bailar. Quería lucir mi corbatín negro de calaveras que apenas he podido estrenar. Pero la fórmula Hijosx2+suegrosx2+cuñadosx0 solo nos dejó ir al cine. Fuimos a ver Juno a la filmoteca. Una peli muy agradable de ver pero con truco. Todos los personajes eran super buenos y super guays. La vida real, una pena, no es así. Si fuera uno de esos escritores que viven de lo que escriben, me pondría manos a la obra ya mismo con una novela en la que todos los personajes fueran malos malísimos.



The Clone Wars

Como el sábado estuvimos en casa antes de las once, pude ver el estreno de la serie de TV sobre las guerras clon. No voy a entrar en la clásica polémica sobre la precuela de Star Wars. Yo estas cosas las veo y ya. Me divirtió aunque la idea de atacar el arma letal de los malos con un puñado de cazas ya salió en el episodio IV.

Bueno, me contradigo, sí voy a entrar en la polémica. Está claro que los efectos especiales son mejor que hace años y que el púbico (dicen) quiere escenas más trepidantes. Pero ¿cómo se explica que los jedis de las precuelas sean más poderosos que los de los espisodios originales? Increíble ese Yoda destrozando tanques y drones separatistas pero ¿qué fueron de sus increíbles habilidades? ¿Cómo puede ser Anakin más poderoso que Darth Vader? Ay, que no cuidamos la coherencia.



Madagascar 2

Lo malo de los hijos es que dejas de ir al cine. Lo bueno de los hijos es que vas al cine a ver pelis divertidísimas como Madagascar 2. Las últimas visitas al cine han sido para ver Horton, Kung Fu Panda, Wall-e y la susodicha. A Mercedes no le hace mucha gracia pero yo voy encantado.

Los del cine con la cosa esta de la crisis han debido despedir a todas las taquilleras menos a una. Ellos querían despedir a todas pero se ve que no fue posible. Así que cuando llegamos había una cola que flipas. Por suerte nos dio tiempo a entrar.

Juan en el cine es increíble. Antes de ir pasa horas entusiasmado y luego, ante la pantalla, vive la historia con una pasión desmedida. En el típico momento en el que a los protagonistas se les tuerce la cosa, él se hincha a llorar.

¿Os habéis dado cuenta de que estas pelis tienen siempre varias escenas que solo se justifican para poder meterlas después en el videojuego? Algunas quedan muy forzadas como la pelea entre Alex y la abueleta scout karateka.

Soy super fan de los pingüinos.





2 comentarios:

Unknown dijo...

Fedel, guardame Bolt para llevar a Juan al cine. Todavía no he podido vivir esta experiencia palomitera con Juan y me encantaría. Además, qué narices, que Juan me viene de perlas como excusa para ver una peli de dibujos de un perro que cree que tierne poderes. Ir a verla sin niño requiere de muchas explicaciones. Os echo de menos, una pena no veros en el puente. Quiero ver a Darío andando suelto. Por fin encontré tu blog con errata. Te quiero hermanito

elhombreamadecasa dijo...

No sé, no sé... yo también quiero ir a ver Bolt... tendremos que ir juntos.

Por fin viniste, sistel, qué gusto.