Cada miércoles un cuento en El Estafador

sábado, 29 de diciembre de 2012

Sin dejar de sonreír

Queremos reír, reír y hacer lo que nos manden los instintos.

(Panfleto contra la concepción de la vida en la República de Weimar, Raoul Hausmann)


(Graffiti en una ciudad alemana)






(Canción de la película Annie, John Huston)


Hoy todo debe ser serio, la política en primer lugar, la vida cultural y universitaria en segundo lugar. La adustez ceremonial de los hombres públicos es constatable por doquier; la norma excluye el humor y su correlato: la risa estridente. Los políticos, los hombres de cultura, los intelectuales deben mostrar su consistencia dejando traslucir su seriedad fundante.

("Espíritu de la pesadez, espíritu de la risa", Ángel Ganivet; citado por Quico Rivas en "Ciscarse de la risa" - Vacaciones en Polonia nº5)


Cafe frío,
sin dejar de sonreír
Sin azúcar,
sin dejar de sonreír
Agua sucia,
sin dejar, sin dejar de sonreír.

De un solo trago,
y sin dejar, sin dejar de sonreír,
sin dejar de sonreír.

Machacando,
sin dejar de sonreír.
Deshuesando
sin dejar de sonreír.
Con esmero
y sin dejar, sin dejar de sonreír.

Canibalizando,
sin dejar, sin dejar de sonreír,
sin dejar de sonreír.

Serpientes,
sin dejar de sonreír.
Con argucias,
sin dejar de sonreír.
Con veneno,
sin dejar, sin dejar de sonreír.

El domingo por la mañana,
elegante voy a la iglesia.
Con olor a hierro, con olor a sangre,
con olor a carne abierta

El domingo por la mañana,
elegante voy a la iglesia.
Con olor a hierro, con olor a sangre,
con olor a carne abierta.

(Sin dejar de sonreír, Surfin´Bichos)



(César Romero caracterizado como el Joker)



¡ALFON LIBERTAD!


En Espinardo, los muros lo tienen claro.



COMUNICADO DE LA ASAMBLEA 15M ESPINARDO EXIGIENDO LIBERTAD PARA ALFON

La mañana del 14 de noviembre, Huelga General, Alfonso Fernández Ortega, conocido como Alfon, fue sorprendido por varios hombres que lo llevaron a la fuerza al interior de un coche. De allí lo condujeron a una habitación llena de cerrojos donde le hicieron toda clase de preguntas y le contaron historias fantásticas sobre él mismo. Algunos días después, lo trasladaron a un gran edificio y le dejaron caer encima el terrible peso de cuatro siglas: FIES.

Algunos de los hombres que intervienen en el párrafo anterior llevan uniforme de policía, otros de jueces, es probable que alguno lleve bata blanca de psicólogo, tal vez salga hasta un educador. Todos representan al Estado opresor, perdón por la redundancia, que ha encarcelado a Alfon acusándolo de llevar una mochila con material para fabricar explosivos. En la mochila no se han hallado las huellas de Alfon, que no llevaba guantes en el momento de su detención. El montaje policial para incriminar a Alfon salta a la vista. Es uno más de una larga historia llena de ejemplos (como el de la barcelonesa Laura Gómez, detenida en relación a la anterior Huelga General).

El Estado manda un mensaje a través del encarcelamiento de Alfon. Es un mensaje de matón: Aquí mando yo y no dejaré que me toquéis las pelotas más de lo que me dé la gana. El Estado elige a una persona al azar, la señala con el dedo y deja caer sobre ella todo el poder de su absurdo. Detenido por las razones que ellos precisen, sin necesidad de que se ajusten a la realidad o al marco legal (no se puede, por ejemplo, pedir prisión preventiva por motivos como la "alarma social" y así se ha hecho en el caso de Alfon). El Estado es dueño y señor de nuestras vidas, o eso pretende, y quiere ponerlo de manifiesto con estos actos kafkianos. A esto en la prisión se le llama indefensión aprehendida: te puede pasar lo que sea en el momento que sea sin que tú puedas hacer nada en un sentido o en otro.

El Estado se está cebando con Alfon. La prueba está en que se le haya aplicado la situación de preso FIES (ficheros de internos de especial seguimiento). Se trata de un régimen de aislamiento aplicado a presos relacionados con terrorismo o grandes delitos. Alfon puede llegar a pasar en su celda 23´5 horas al día y solo dispone de media hora para pasear por un patio, posiblemente cerrado en el techo con una reja. Ahora, incluso, se le ha amenazado con el traslado a Canarias. Si bien esto puede parecer una salvajada, desde la lógica del Estado es más que razonable. Al fin y al cabo, para el Estado no hay delincuente más peligroso que aquella persona que desea y actúa por un mundo nuevo.

La crueldad que el Estado está soltando sobre Alfon se extiende, en formas diversas, sobre las personas y colectivos en lucha. Ahí están las palizas policiales, las identificaciones, las multas (que ahora llegan a casa tras una simple identificación visual: que un poli diga que estabas en el sitio que sea es más que suficiente), contradenuncias a los que llevan a juicio a los policías torturadores... Nos quieren en silencio, dóciles, acobardados.

Pensamos en Alfon y se nos vienen a la cabeza las revueltas londinenses del verano de 1780. Una turba de miles de personas, hartas de malvivir, se lanzan a la calle dispuestas a acabar con la esclavitud y los privilegios. Seis de los siete presidios de Londres son destruidos y arden bellamente. Antes, las revueltas son inteligentes, se ha liberado a los prisioneros. No es probable que algo parecido ocurra aquí y ahora y la prisión de Soto del Real, nos tememos, seguirá intacta. En todo caso, acudiremos a la concentración convocada el próximo 28 de diciembre a las siete de la tarde frente a la Delegación del Gobierno (a.k.a. Gobierno Civil) exigiendo LIBERTAD PARA ALFON.

Animamos a todas las personas que lean esto a que difundan la situación de Alfon y se unan a la lucha por su libertad que, al fin y al cabo, también será la nuestra.


¡¡LIBERTAD PARA ALFON!!
¡¡ABAJO LOS MUROS DE TODAS LAS PRISIONES!!

Asamblea 15M Espinardo

Asaltar los diccionarios

Que las palabras puedan tener efectos mágicos es algo que se puede discutir pero no negar de entrada. Un niño lo sabe bien, le basta con decir en cualquier momento HIJO DE PUTA, CABRÓN o, simplemente, MIERDA  para que todo el mundo le preste atención, buena o mala pero atención al fin y al cabo. Los que ponen bombas confían en la metralla y el fuego pero no pueden evitar acompañarlas de un comunicado. La belleza y la conmoción de los comunicados de la Angry Brigade explotan más que las bombas que pusieron (*). Los que lanzan misiles también recurren a las palabras y se inventan sucias expresiones como "víctimas colaterales". Sus macabras manipulaciones nunca serán hermosas, alguna maldad será siempre horrible.




Dadá comprendió el poder de las palabras y, especialmente, su sumisión, de ellas, al Poder. Dadá era una fuerza anticivilizatoria que llegó a este mundo para acabar con todo, para ser amigo de todo látigo que azote al hombre sentado. Dadá dijo que era necesario oponerse al arte porque entendió que su engaño era una válvula de escape de seguridad moral. El arte como cómplice del sistema debía ser derruido, al igual que el propio sistema. Y las palabras eran parte esencial del arte.



Así, llevaron a cabo poemas fonéticos como los de Hugo Ball o poemas letristas como los de Raoul Hausmann. 

Del primero:

Gadji beri bimba
plandridi lauli lonni cadori
gadjama bim beri glassala
Glandradi glassla tuffm i zimbrabim
blassa galassasa tuffm i zimbrabim

Del segundo:

KP´    ERI     UM´    LP´    ERIOUM
NM´      PERIII        pernoumum
bpretiberrerrebee onnooooooooooh gplanpouk
komnpout   perikoul
rreeeeeEEEErreeeee      A
oapderre     mglpepadonou   mt    nou
         tnoumt

Con estos poemas sonoros queremos renunciar al lenguaje devastado y vuelto imposible por el periodismo. Deberíamos retirarnos a la alquimia más profunda de la palabra e, incluso, abandonar la palabra, reservando así a la poesía su dominio más sagrado...



Mustapha Khayati, miembro de la Internacional Situacionista y, por tanto, descendiente directo de Dadá, escribió un artículo titulado "Las palabras cautivas, prefacio para un diccionario situacionista" en el que decía cosas como: Cuando el poder economiza el uso de sus armas, es al lenguaje a quien confía la responsabilidad de mantener el orden opresor o La crítica del lenguaje dominante, su desvío, va a convertirse en la práctica permanente de la teoría revolucionaria. También calificaba a nuestros adversarios como los amos del Diccionario.

Para los situacionistas, teoría y práctica eran lo mismo. Dadá reclamó la lucha por la vida cotidiana (¡¡¡DADÁ ESTÁ POR LA PROPIA VIDA DE CADA UNO!!!). Teniendo en cuenta todo esto, además de la máxima dadaísta de que cualquier puede ser dadaísta, propuse dedicar una sesión con el grupo de mujeres con el colaboro una vez a la semana a destruir el diccionario, nuestro pequeño acto de rebeldía cotidiana. Elegimos palabras al azar, palabras raras y jugamos a inventarnos su significado.

Algunos resultados:

Lampo: Interjección que se grita antes de abofetear a alguien. / Campo grande donde la gente va a descargar su furia.

Gnóstico: Persona diplomática y recta.

Rearme: Prenda de ropa interior que se pone el hombre en Nochebuena. / Enredadera gigante.

Azafate: Azafata pequeña.



(*) En los comunicados de la Angry Brigade, nuestra rabia está organizada, se podían leer cosas como: Hermanos y hermanas, ¿cuáles son vuestros deseos reales? ¿Estar sentado en la cafetería, con la mirada distante, vacía, aburrida, bebiendo un café que no sabe a nada... o quizás volarla o pegarle fuego. (Ninguna de sus bombas mataron a nadie: Atacamos la propiedad, no a la gente.)

Tres paseos psicogeográficos


(En el nº1 de "Internationale Situationiste", se incluye un artículo titulado "Definiciones". Ahí se puede leer lo que es la deriva y lo psicogeográfico:

Psicogeográfico. Relativo a la psicogeografía. Lo que manifiesta la acción directa del medio sobre la afectividad.


Deriva. Modo de comportamiento experimental ligado a las condiciones de la sociedad urbana: técnica de paso ininterrumpido a través de ambientes diversos.)


Primer paseo. Estábamos con mi hermana y mis dos sobris y nos fuimos a pasear por el centro de Murcia. Al acercarnos a la Avenida de la Libertad, donde está El Corte Inglés, uno de ellos, se nos empezó a encoger el estómago. Un paseo realizado una y mil veces nos sorprendía con un pellizco de miedo. Algunas sensaciones tienen mala fama y se ocultan pero lo que sentimos, entre otras cosas, fue miedo. Y es que recordamos lo que pasó el día de la última Huelga General y la carga de la policía contra unos pocos compañeros que se habían quedado charlando en la puerta de los malditos grandes almacenes. Por supuesto que había más sentimientos, como rabia, pero el miedo está ahí, lo aceptemos o no. 


En la Avenida de la Libertad hay un efecto psicogeográfico que ya viene siendo un clásico. Cuando la remodelaron, colocaron un par de zonas de juegos infantiles con un rollo muy pijo. Y la gente que va allí cumplen con el papel que se espera de ellos y van vestidos de pijos, se comportan como pijos, hablan como tales. La conciencia de clase nos brota a lo loco cuando estamos en esos parques. Y, en este caso, no es precisamente miedo lo que sentimos.


Segundo paseo. A mediados de diciembre, nos dimos un paseo por Albacete. En este caso practicamos la deriva. Pero no sucedió nada. La ciudad parecía muerta, no transmitía nada. Si hubiera pasado por allí Jack Hawksmoor, el personaje de The Authority que habla con las ciudades, se hubiera muerto de aburrimiento. Tal vez si nos hubiéramos decidido a seguir la ruta de belenes la cosa hubiera sido distinta.




Tercer paseo. Volvíamos de Historietas. Este dato no es banal. Primero porque Historietas mola, my favourite shop, y segundo porque acababa de comprar el último disco de Los Marañones, que también mola. Era el 21 de diciembre, supuesto fin del mundo. Estaba ya oscuro y, de repente, se fue la luz en buena parte de la ciudad. Caminar por la ciudad entre una oscuridad inesperada dispara los efectos psicogeográficos. Los comentarios que se oían eran todos en el mismo sentido: fin del mundo, fin del mundo. Mis sensaciones tuvieron que ser moduladas con cierta calma porque iba con los dos hijos y se agobiaron. Mientras mis hijos se apresuraban por llegar al coche y la gente se acordaba de los mayas, yo imaginaba tantas y tantas posibilidades que ofrece la ciudad a oscuras.


Paris by Night, Asger Jorn

lunes, 3 de diciembre de 2012

No trabajes nunca


¿Acaso no es cierto, por lo demás, que en la actualidad trabajar no supone tanto hacer alguna cosa como ser una cosa, y sobre todo estar disponible?

(Contribución a la guerra en curso, Tiqqun)

PD: Ya me gustaría a mí predicar con el ejemplo pero ser un proletario, en el sentido estricto del término, es lo que tiene.

martes, 27 de noviembre de 2012

Albert Camus Motherfucker

Según la cotraportada del libro editado por La Felguera titulado "Motherfuckers! (del verano del amor al amor armado)" (¡¡reedición YA!!) se puede leer que este grupo (que firmaba con varios nombres, entre ellos, Up Against The Wall Motherfuckers!, lo que la policía gritaba a las personas a las que paraban en mitad de la calle) era una banda callejera politizada, una tribu y un clan revolucionario, un oscuro grupo de afinidad convertido en una verdadera familia cuyo discurso giraba en torno a una constelación de ideas que incluían a Dadá, la anarquía y la autodefensa armada.


En el #1 de su revista "Black Mask" (nov. 1966), se reproducía una entrevista de Albert Camus para la publicación "Demain" (con fecha de 30 de octubre de 1957). En ella, Camus dice lo siguiente, digno de ser leído y releído:

Y la verdad, al menos yo la veo así, es que el artista se mueve a tientas en la oscuridad, como el hombre de la calle, incapaz de separarse de las desgracias del mundo y añorando febrilmente la soledad y el silencio; soñando con la justicia y siendo a la vez fuente de injusticia; arrastrado por un carro más grande que él y creyendo que lo conduce. En esta aventura fatigosa, el artista solo puede obtener ayuda de los otros y, al igual que los demás, encontrar apoyo en el placer, en el olvido, en la amistad y la admiración. Y también, al igual que los demás, encontrar apoyo en la esperanza. En mi caso siempre he encontrado la esperanza en la idea de la fecundidad. Como muchas otras personas, estoy cansado de la crítica, de la maledicencias, del rencor y, en resumen, del nihilismo. Es esencial condenar lo que debe condenarse, pero con rapidez y firmeza. Por otra parte también se debería elogiar lo que merece ser elogiado. Después de todo, por eso soy artista, porque incluso la obra que niega afirma algo y rinde homenaje a esta miserable y magnífica vida que es la nuestra.


(Pero Dadá vino a este mundo para acabar con todo, así que no se puede usar su nombre en vano. Un tiempo después, en el #8 de "Black Mask" (oct-nov 1967), los Motherfuckers incluyeron un artículo titulado "Cultura y Revolución" en el que se podía leer esto: No, Sartre, no te salvarás por sentarte en el estrado juzgando a Occidente mientras tú mismo, como filósofo/novelista, eres Occidente. Hasta ahí, vale, Sartre se lo merecía. Pero el artículo sigue: Camus, nos das asco: tu muerte nos ha robado el placer de matarte nosotros mismos.


Junto al artículo pendiente sobre la Internacional Letrista, ya hay otro dedicado a los Motherfuckers! Cualquier día de estos... o no.)

viernes, 23 de noviembre de 2012

Agradecidos

Esta semana ha sido muy bonica, básicamente por todas las personas que habéis compartido en facebook, twitter, correos y etcétera el enlace para descargarse la novela "Mal nacidos". Me gustaría daros las gracias, así, en bloque, pero de forma pública y notoria. 

También me gustaría decir algo sobre la gratuidad, a raíz de algunos debates que han surgido sobre este asunto. Está claro que, en lo que se refiere a "Mal nacidos", la gratuidad formaba parte de, digamos, un rollo promocional. Es gratis cinco días, la gente llega a ella, se conoce, se pone en marcha el boca a oreja, empieza a vender miles de ejemplares y podemos, por fin, financiar la revolución. Esa era la idea, y no otra. Esto no quita para que a mí me guste lo gratis. Nunca pude pillar una camiseta que se hizo hace unos años que ponía "Dinero gratis" pero me gustaba el lema. Quiero creer que tengo cierto control sobre lo que soy y sobre lo que hago y que puedo tomar decisiones, y hacer cosas, que no tengan motivación económica, o no sólo. Es cierto que me gustaría ganarme la vida escribiendo, claro que sí, pero más cierto todavía es que me gustaría que la vida no hubiera que ganarla, que bastara con vivirla. No es una frase naïf, es un órdago a la grande.

Pero esto era un post de agardecimiento. El plural del título se debe a que me atrevo a hablar en mi nombre y en el de la novela. Estoy convencido de que después de pasarse seis años en el disco duro y hacer la peregrinación del desierto por concursos y editoriales está loca de alegría de descarga en descarga. Siempre he creído que la literatura es lasciva, quiere ser tocada, acariciada, leída, olida, restregarse de lector en lectora.

Si, después de todo esto, la novela os gusta, ya sería el colmo.

martes, 20 de noviembre de 2012

Mal nacidos

Imbuido como estoy del espíritu Punk o DADÁ, según se quiera, solo me salen lemas promocionales del tipo: Después de fracasar meticulosamente en papel, publico en Amazon para fracasar también en digital. Al menos, tiene su gracia.

Autopromocionarse no mola, incluso sin el prefijo. Oscar Wilde dijo algo así como que es malo de robar pero más malo es de promocionarse. Al mismo tiempo, el rollo ese del escritor que escribe para uno mismo y que pide a su muerte que quemen sus escritos (deseando que no lo hagan) es pura pose. ¿De qué vale escribir si no te leen? 

Dicho todo lo cual, voy al asunto. Mi novela "Mal nacidos" está en Amazon y se puede conseguir gratis, ahí es nada, hasta el viernes de esta semana. Es verdad que podéis esperar a que pase la promoción y pagar el curioso precio de 2,97 pero lo gratis mola más. Eso es así.




El enlace para que os la pilléis, aquí.

"Mal nacidos", cronológicamente hablando, va antes de "Cuentos Pop" y "Diario de un amargado" y después de "El ataúd paciente" y "El amor agitado" (ensayo sobre el amor romántico permanentemente gratis en Scribd). Y, como es de rigor, ha hecho su recorrido de concursos y editoriales sin conseguir respuesta alguna. Tened en cuenta que no hay novela que se precie de la que no se cuenten cuántos editores la rechazaron. Como me da mucha pereza seguir con ese rollo, y en mi idilio con Morsa las novelas no tienen lugar, pues la puse en Amazon, así, sin mucha convicción, la verdad.

El argumento de la novela sale de un rumor que circula por algunos barrios excluidos. Este rumor dice que es habitual que algunos niños pequeños, guapos y sanos sean "retirados" de sus familias biológicas (alegando malos tratos, abandono, o lo que se tercie) para ser entregados en adopción a familias ricas que no pueden tener hijos. El rumor existe y lo escuché mucho trabajando de educador social. La primera versión incluía recortes de periódicos, documentos oficiales y alguna entrevista que reforzaban esa sospecha. Lo que pasa es que al publicarla de esta manera y no controlar el tema de los derechos, lo quité, dejando la narración tal cual.

Resumir mis novelas me resulta muy difícil. En la descripción que había que poner en Amazon escribí lo siguiente:

Archipiélago, un barrio en el que todas las calles tienen nombres de islas, podría estar en cualquier ciudad. Construido con la idea de ser una zona en la que las clases medias descansaran felizmente tras una larga jornada de trabajo, es ahora un rincón de exclusión en el que encontrar a personajes como Manuel, asesino a sueldo yonqui y nihilista, o Mercedes, una educadora social en plena crisis de confianza. 

Las cosas ya marchan bastante mal cuando Carmen es arrestada y un viejo rumor vuelve a recorrer el barrio. Los niños guapos y sanos de algunas familias pobres son retirados por los servicios sociales para entregárselos a familias ricas que no pueden tener hijos. Eso es lo que quieren hacer con los hijos de Carmen. Pero Mercedes no está por la labor de consentirlo, con o sin la ayuda de Manuel.



Y para acabar, voy a darme un gusto de autor. En las presentaciones de "Diario de un amargado" me cansé de decir que todo era mentira y que yo no era el protagonista. Ahora voy a decir una cosa que ya dijo Ray Bradbury: yo soy todos los personajes.

PD: ¿Os acordáis de una de esas manifestaciones por la familia en las que participaba el PP cuando era oposición en la que Rajoy dijo eso de "Volved a vuestras casas y contad lo que habéis visto aquí"? Pues eso, id a vuestros facebooks y twitters y contad lo que habéis leído aquí. Sed mis virus promocionales, ¿qué os cuesta?

PD: La ilustración es de José María Casanovas, que ya ilustró "Cuentos pop" y que en la gloriosa época de la revista 2000AD dibujó algunas historietas del Juez Dredd.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Los dos caminos (dedicado a Carlos Gorairis)


«Era mediodía y estábamos marchándonos a casa cuando de repente nos acorralaron en la calle Bando de la Huerta. Éramos una veintena de personas y empezaron a empujarnos y a impedir que nos uniéramos al resto del grupo que se encontraba frente a El Corte Inglés. Nadie lanzó ninguna piedra, en todo caso algún insulto a modo de reproche por su actitud violenta. De repente vinieron a por nosotros. Yo salí corriendo y en la carrera ya noté como me golpeaban por la espalda. Al llegar al final de esa calle sentí una mano que me empujaba y caí sobre una moto. Una vez en el suelo solo sé que me cayeron golpes por todos sitios, tantos que pensaba que me estaban pegando varias personas. Perdí el conocimiento y lo siguiente que recuerdo es a dos compañeras junto a mi, llorando y pidiendo una ambulancia».


La degradación comienza en el preciso momento en que una persona decide convertirse en policía. Hasta entonces, era alguien con sus virtudes, sus defectos, su cara descubierta, un nombre, unos impulsos no dirigidos por sus superiores. Una vez que se ha posicionado del lado de la Dominación en esta guerra que nos oprime desde hace siglos, queda reducido a simple cascarón. Forrado de músculos, estimulado por drogas excitantes, blindado por carísimo material de protección pero cascarón al fin y al cabo. Y si bien su comportamiento es odioso, no se puede odiar a un cascarón. A lo sumo se le puede despreciar.

Los cascarones pseudohumanos se quitan el número de placa porque se lo ordenan. Se tapan la cara con cascos. Ocultan toda su piel bajo escudos artificiales. Mantienen la mirada perdida o la fijan desafiantes como perros de presa. Desperdician horas y horas de su vida en conseguir unos músculos hipertrofiados. La ceremonia de la deshumanización es total. Después, se entregan a la orgía de golpes que la Dominación exige que se ejecute cada poco tiempo. (A veces, la Dominación es cosa de misteriosos hombres detrás de la cortina, otras son presidente de naciones poderosos, otras son simples fascistas colocados como delegados del gobierno, tal cual Joaquín Bascuñana).

No hay excusa. No hay razones. El Sistema funciona así. La obediencia debida es una basura, una farsa, un vómito. Algunos apelan, estúpidamente, a su condición de trabajadores. La respuesta está en el viejo lema de la autonomía obrera: Los maderos no son obreros. No. No lo son. No son pueblo. Son marionetas brutales. La necesidad de trabajar no les quita ni un ápice de la responsabilidad que tienen en cada golpe que dan. Hannah Arendt cuenta lo siguiente en “Culpa organizada y responsabilidad universal”. Un miembro de la SS es reconocido por un antiguo compañero judío del instituto cuando éste es liberado de un campo de concentración. El judío se queda mirando a su antiguo amigo y el de la SS dice: Debes comprenderme, he estado cinco años en el paro. Pueden hacer lo que quieran conmigo.

No siempre hay que obedecer. No siempre hay que trabajar.

Frente a los que deciden cambiar la humanidad por una porra y unas botas con las que patear las cabezas de los que una vez fueron sus hermanos, están los que deciden sumergirse de lleno en su condición de personas. Los que entienden que no están solos en este mundo y que cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier lugar del mundo es cometida también contra nosotros. Son los que deciden oponerse a la Dominación, los que también toman partido en esta guerra que nos oprime desde hace siglos pero se alinean en el lado correcto. Son los que asumen riesgos por ellos y por todos sus compañeros. Los que no ocultan su cara ni su nombre. Son los que sienten miedo delante de las máquinas de opresión del Poder porque no han sido entrenados para borrar sus sensaciones. Son los que combaten el miedo con esperanza y la solidaridad. Son Carlos Gorairis declarando en rueda de prensa, con la nariz rota y el pómulo hundido, que los golpes no le cambiarán las ideas.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Una guardería en una rambla

Hace ya algún tiempo, ¿dos años?, una lectora de este blog se sorprendió al descubrir que Espinardo, el sitio en el que yo decía vivir, era real. Es tan real que tenemos una escuela infantil a medio construir en mitad de una rambla. 

Unos camaradas artistas llevan meses removiendo el asunto. Y este sábado vuelven a la carga:




Tienen un blog molón y cuentan con la ayuda inestimable de El Estafador (ver el número 141).

martes, 6 de noviembre de 2012

El dinosaurio

Los jueves, participo en una tertulia literaria. Hay dos datos que me parecen relevantes: todas son mujeres, menos yo (a veces) y muchas no saben leer. No saber leer no implica necesariamente no poder disfrutar de algunos textos literarios ni aprovecharlos para mantener conversaciones muy interesantes.

Hace unas semanas, estuvimos hablando alrededor del cuento de Monterroso:



Al principio, hubo cierto empeño en descifrar qué quiso decir el escritor con eso de despertar y el dinosaurio. Luego nos deshicimos de esa necesidad y fuimos sacando nuestras propias conclusiones. Por ejemplo, el dinosaurio podía ser algo terrible, algo que cuando abres los ojos por la mañana recuerdas que sigue allí y se te viene el mundo abajo. También podía ser justo lo contrario, aquello que permanece y te consuela de tanta amargura suelta como hay por ahí. A mí, la lectura que más me gustó fue la que hizo una compañera para la que el dinosaurio es esa fuerza interior que cada mañana te permite seguir adelante a pesar de los pesares. La vida será una mierda pero yo puedo continuar. En ese sentido, el dinosaurio se transforma en una especie de talismán, algo parecido al Mojo al que le cantaba Muddy Waters (aunque Waters le diera un uso muy concreto a su dinosaurio).



Luego nos entretuvimos haciendo unos collages a propósito del cuento (ver fotos del post). No sin antes dedicarle un tiempo a las terribles peleas entre Raoul Hausmann y Max Ernst sobre cuál de los dos inventó el collage y el fotomontaje. Ah, ya no se hacen peleas como las dadaístas.



viernes, 2 de noviembre de 2012

Un poco de terror doméstico

P(re)D: Hay muchas formas de escribir practicando ombliguismo, que es casi lo mismo que decir que todo lo que se pone por escrito tiene algo de ombliguismo. Durante años, en este blog practiqué un ombliguismo directo, crudo, sin matices. Pero la cosa llegó a cargar, al menos a mí. Ahora me he pasado a un ombliguismo más sutil. No redacto en primera persona del singular pero sigo siendo yo y mis circunstancias. Yo, mí, me, conmigo. Va una ración de ombliguismo descarado.


¿Cuáles son la cosas que me parecen extrañas? Las más insignificantes. Casi siempre son cosas inanimadas. ¿Qué es lo que de ellas me choca? Un no sé qué que no conozco. Sin embargo está ahí. Yo percibo ese algo, percibo su existencia...
Las tribulaciones del estudiante Törless, Robert Musil


El 1 de noviembre es buen día para cambiar el vestuario de verano por el de invierno, al menos en Murcia. En otros sitios estaréis pasando frío ya hace mucho pero el Sureste es lo que tiene. El caso es que estaba guardando las camisas de manga corta y poniendo las de manga larga en su lugar cuando, al fondo del armario, vi mi camiseta de deporte gris. Tengo dos, una roja y otra gris, así que las conozco bien. Con razón no la encontraba, pensé, está ahí al fondo, toda arrugada. La eché encima de la cama con intención de guardarla en su sitio cuando acabara con las camisas. Quité un par de perchas, abotoné algunos botones y, en una mirada casual, vi que la camiseta gris de deporte parecía tener encajes y puntillas, y hasta el tirante de un sujetador. Esas cosas salían de la camiseta como, así se me antojo, al menos, tentáculos de una masa amorfa. No le quise dar mucha importancia y seguí a lo mío. Pero la camiseta mutante estaba ahí, reclamando mi atención, abriendo una inquietante grieta en el discurrir previsible de la realidad. ¿Si no te puedes fiar de una camiseta de deporte, de qué te puedes fiar, maldita sea? Y el armario estaba allí, reclamando su papel protagonista en otra historia de terror.

(Y lo dejo porque si cuento el final se pierde la poca gracia que haya podido tener esta historia.)

lunes, 29 de octubre de 2012

Los Sex Pistols y la Huelga General del 14N

Frente a las peticiones de mejora de los derechos laborales, del reparto del trabajo y cosas así, hay otro punto de vista. Johnny Rotten lo ruge en la canción "Pretty Vacant" (bastante desocupados):





Oh we're so pretty / oh so pretty / we're vacant / Oh we're so pretty

 / oh so pretty / a-vacant / Oh we're so pretty / oh so pretty / ah but 

now / and we don't care / We're pretty a-pretty vacant / we don't 

care

(Estamos bastante / bastante desocupados / estamos bastante  / bastante desocupados / estamos bastante / bastante desocupados
y no nos importa.)

viernes, 26 de octubre de 2012

La Internacional Letrista y la Huelga General del 14N

En el nº 4 de POTLACH (boletín de información de la Internacional Letrista) se puede leer, bajo el título de "El mínimo de la vida", lo siguiente:

Nunca se dirá bastante que las actuales reivindicaciones del sindicalismo están condenadas al fracaso, y no tanto por la división y la dependencia de sus organismos reconocidos como por la indigencia de sus programas.

Nunca se dirá bastante a los trabajadores explotados que se trata de sus insustituibles vidas con las que podrían hacer lo que quisiesen, de sus mejores años que transcurren sin ningún placer significativo, sin tomar las armas siquiera.

No hay que pedir que se afiance o que se eleve el "mínimo vital", sino que se deje de mantener al mínimo la vida de las masas. No hay que pedir sólo pan, sino también juegos.

(La Internacional Letrista volverá por aquí próximamente)

jueves, 25 de octubre de 2012

martes, 23 de octubre de 2012

Inés del Revés

Seguro que alguna vez le habéis dicho a alguien "tonto" o "feo" y cuando se ha enfadado con vosotros, habéis respondido que en realidad le estabais diciendo "listo" o "guapo" porque era el mundo al revés. Pues de eso va "Inés del Revés", sobre el juego del absurdo más universal que existe. Bueno, seguro que algún agonías, quizás yo mismo, salga corriendo a decir que más quisiéramos que eso fuera un absurdo porque lo que de verdad pasa es que el mundo está al revés, patas arriba y.... Pero ahora estamos a otra cosa.

Resulta que Inés se levanta una mañana y se siente del revés. La mayoría haríamos el esfuerzo por ponernos del derecho pero ella se deja llevar y cuando su madre le dice que está despierta, ella responde que no. Luego pide espagueti con tomate para desayunar, se monta en la bici mirando hacia atrás, se viste con todo cambiado de sitio, camina bajo la lluvia fuera del paragúas... y un divertido etcétera. Al final, su madre le pregunta si le quiere e Inés, lógicamente, responde que no. También está el incidente de la cometa pero, bueno, eso mejor lo leéis.




Inés del Revés está escrito y dibujado por Anita Jeram. Las ilustraciones son bonicas bonicas. Creo que este argumento lo he escrito otras veces: son de esos dibujos que te confirman que la autora respeta al público que los va a hacer.



El libro, tapa dura, a todo color, publicado por Kókinos cuesta unos 12 euros. Se lee en cinco minutos. Pero hay un argumento que anula todas las reticencias cuantitativistas (una forma elegante de referirse a esos roñosos que dicen que no se gastan 12 euros en un libro que se lee en cinco minutos). El argumento dice así: como se lee en cinco minutos y es chulo a más no poder, Inés del Revés puede ser releído una y otra vez. De esta manera, el coste por minuto de lectura tenderá a cero.

Ideal como regalo de cumpleaños.


sábado, 20 de octubre de 2012

A propósito de Wilco: Música versus Literatura


En su libro “31 canciones”, NickHornby cita a un tal Walter Pater: “Todo arte aspira constantemente a la condición de música”. Esta frase, endiabladamente acertada, implica una gradación de las artes. Puede resultar divertido entretenerse pensando si la Pintura es mejor que el Cine o la Escultura mejor que la Danza. Pero más allá del juego, se esconde un drama para los que no sabemos hacer música y nos dedicamos a otra cosa: no hay nada como la Música y es por ello que todo arte aspira a serlo.

Comparemos a continuación Música y Literatura, aunque solo sea para que el que suscribe acabe mal parado. Podría irme por el lado demagógico y poner a un lado de la balanza la presentación de un libro y en el otro un concierto. Ni siendo una realizada por el mejor de los escritores y otra por un grupo del montón se pueden comparar. Pero más vale que elabore un poco más la comparación.

Es verdad que las comparaciones son odiosas y que no son necesarias. Se puede disfrutar de una canción tanto como de un cuento. Pero, en mi condición de lector compulsivo no he sentido nunca la emoción desbocada que siento a menudo como oyente compulsivo. Hay canciones que me hacen llorar todas las veces que las escucho. Y otras que me ponen de buen humor incluso en el peor de mis momentos. Y eso no me pasa cuando leo. Me atrevería a decir que es algo habitual.

Y no es solo una cuestión emocional. Desde el punto de vista técnico, con la Música se pueden hacer cosas que son imposibles en Literatura. 

La cuestión no es cuantitativa. Si en Música se cuentan con varios instrumentos y acordes, en Literatura contamos con un buen arsenal de figuras retóricas y hace mucho que nos liberamos de los géneros o de ciertas trabas formales. Escribiendo se pueden conseguir algunos efectos similares a los que se encuentra en las canciones más molonas. Por ejemplo, el ruido. Ahí está el comienzo de “Art of Almost”. La segunda canción que Wilco tocó en el que concierto que dio en Murcia el pasado 19 de octubre. La canción que abre “The Whole Love”. La canción que no puedo dejar de escuchar una y otra vez. 




El ruido inicial es fácil de trasladar técnicamente a un texto. Se puede ir a lo bruto, dando, por ejemplo, un puñetazo en el teclado y dejar sin más el ruido que surja. Allá voy: 23354hgjhj hr665dctfgvybunhjtfr gyvbhunj. Se puede meter un monólogo interior de forma imprevista, tirar a tope de hipérbaton o ser Faulkner y escribir “El ruido y la furia” o David Foster Wallace y conseguir que el ruido sea más interesante que la música. El efecto puede ser mejor o peor pero se puede hacer.

Los coros también se pueden trasladar a un texto. Basta con contar una historia con algún personaje secundario que remarque lo que le pasa al protagonista. Ese momento en que la canción desaparece, uno piensa que ha acabado y luego sigue, también se puede poner por escrito. Sin ir más lejos, una de mis dos novelas inéditas (¿cómo es posible?) tira de este recurso. Frank Miller también lo usó al final de “Ese bastardo amarillo” (título en español de una de sus historias de Sin City, que, vale, es un tebeo, pero para el caso creo que sirve igual).

Pero hay algo imposible de conseguir cuando se escribe. Yo no lo he conseguido nunca, ni remotamente. Tampoco he leído nada parecido. Atención a lo que empieza a pasar en el minuto 4:20, te agarra bien fuerte en el 4:42 y te destroza en el 6:13. Rendición incondicional.  Id al vídeo de arriba y presenciarlo.

Ese clímax, propio de los desastres naturales, riadas, terremotos, huracanes, no se puede conseguir en Literatura. Es por ello que los escritores odiamos a los músicos.

martes, 16 de octubre de 2012

Sobre el Premio Planeta

Otro año más, se ha vuelto a fallar el Premio Planeta. Procedo a copiar y pegar unos párrafos del capítulo "El año en que también hicimos promoción" de Pep Campadaball y Colectivo Todoazen (incluido en el libro colectivo "CT o la Cultura de la Transición"). En una nota inicial al capítulo, explican que las citas a las que recurren "están extraídas de la prensa española y de medios públicos". Ahí va:

Me remito a lo que dijo Lara en una rueda de prensa, tras la proclamación de la obra ganadora el 15 de octubre de 1989. Un periodista le preguntó que cómo era posible que Soledad Puértolas, que había concursado con pseudónimo, hubiera sido invitada al acto antes de conocer el fallo. Lara Hernández respondió: "Creo que usted todavía cree que los niños vienen de París".

¿Qué opinó el patriarca Lara de estos premiados? "Al hacerlos millonarios, se borran de comunistas", dijo.

La última cita ha quedado algo anticuada: ya no queda de eso, comunistas, quiero decir.

lunes, 15 de octubre de 2012

El Comando Chuche se suma a la semana de lucha por la Educación Pública

No nos importa hablar sobre nuestras debilidades y contradicciones. Es más, como diría una querida amiga, nos da marcha. En el comando hay varios anarquistas. No son Ravachol pero tampoco son anarquistas de salón. Han leído a Iván Ilich y a Ferrer i Guardia. Saben que la escuela pública está al servicio del Estado, que anula el espíritu crítico y las ansias de libertad e igualdad. Quisieran escuelas libres y autogestionadas. Sí, eso quisieran. Pero saben, como el resto del comando, que se trata del aquí y del ahora. Así que, mientras se atiborraban de forma compulsiva de cacahuetes con cobertura de chocolate o garrapiñados, dieron su visto bueno a este comunicado.

*  *  *

Con motivo de la semana de lucha por la educación pública convocada por asociaciones y sindicatos de estudiantes y respaldada por la CEAPA, el Comando Chuche quiere dirigirse a alguno de los protagonistas de todo este asunto. Queremos decir:

A Rajoy. Osaste masculinizar las chuches cuando todo el mundo sabe que los únicos chuches, así en masculino, son los habitantes de Chuchelandia. Prometiste no subir el IVA de las chuches. Rajoy, ni olvido ni perdón.

A Wert. Nos aburres, a veces, nos complicas la úlcera, otras veces. Estamos barajando la posibilidad de amargar todo aquello que te eches a la boca, que olvides lo que es algo dulce y apetitoso. Más te vale que no demos con la forma de conseguirlo.

A los padres y madres. Es verdad, quien más quien menos todos damos un suspiro de alivio cuando vemos a nuestros hijos atravesar la puerta del cole. Podemos ir a tomar un café mañanero, o hacer las compras del día, o a hacer las tareas del hogar o a qué-sabemos-nosotros. Pero la jornada de "vacía las aulas" convocada por la CEAPA para el día 18 de octubre podría ser un buen momento para ayudar a nuestros hijos a pasarse esa pantalla del vídeojuego que tanto se lesresiste, para ir a la biblioteca a sacar algún libro molón, para hacer galletas de jengibre en familia, para gastarse los ahorros del mes en una tienda de chuches... Un día de huelga puede estar lleno de sorpresas positivas.

A los padres y madres que tienen la suerte/desgracia de trabajar. Llevaos a los hijos al trabajo. Si contar lo de la huelga es un follón, decir que están malos y que os ha fallado la niñera o la excusa que mejor os convenga. Con vuestros hijos al lado, trabajaréis menos y el día se pasará más rápido. Sabemos de lo que estamos hablando.

A los maestros y maestras. Una obviedad: podéis ser buenos, malos y regulares. Nos queremos dirigir a los malos y a los regulares. Tiraos al rollo, venga, y ese día, el 18, no pongáis exámenes o no planifiquéis algo súper divertido para que los niños se nieguen a hacer huelga. Eso no está bien, entre otras cosas porque se están defendiendo vuestros derechos laborales y la importancia de vuestra labor. Echad una mano no os va a costar nada (y si faltan muchos críos pues una mañana tranquila que os ganáis).

A la chiquillada. Es verdad, un día de huelga es un día para levantarse tarde, ver algo más de tele y vaguear sin ton ni son. Todo esto es importante y el Comando Chuche lo valora. Pero no olvidéis que un día de huelga es también un día de lucha. Si vuestros padres os proponen ir a la manifestación de turno, no os opongáis mucho. Vale, hay que andar y son un poco rollo pero seguro que os encontráis a algún colega y si os lo montáis bien, fijo que les sacáis a vuestros padres un Lolli Pop o alguna bolsa de gusanitos.


¡¡EL DÍA 18 VACIEMOS LAS AULAS!!
¡¡POR UNA ESCUELA PÚBLICA DIVERTIDA!! 
¡¡CHUCHES Y HUELGA!!

DULCE Y ESPONJOSA COMANDANCIA GENERAL DEL COMANDO CHUCHE

jueves, 4 de octubre de 2012

Palabras atinadas

A veces, alguien acierta con las palabras. Uno las lee o las escucha y siente un cosquilleo en su interior. Es un "eureka" por intermediación. 

Hace unos días, The Guardian publicaba un artículo sobre España, ese país. Los ingleses flipaban con la carga de los antidisturbios en Atocha (*) y hablaban de "the civilised but ineffectual indignados". Nos estamos llevando las hostias a espuertas pero seguimos siendo eso: civilizados e ineficaces. The Guardian dio en el clavo.


Por otra parte, Miguel Amorós incluye un artículo en su último libro ("Salida de emergencia") titulado "Luchas urbanas y luchas de clase". Los escritos de Amorós son muy interesantes en general pero este en concreto es de los que dan ganas de fotocopiar y repartir. También podéis comprar el libro, of course (**). Reflexiona sobre la necesidad de llevar la batalla al territorio y pelear por el antidesarrollismo. Acaba escribiendo que el sujeto revolucionario que necesitamos debe ser un "furioso proletario desertor". Es precisamente el final del artículo, con esas palabras tan evocadoras, las que te llevan a saber que Amorós tiene razón.


(*) Lo de Atocha es otra barbaridad más de la Dominación. Ahora han empezado el paripé de la investigación interna. Mi apuesta es que acabará de alguna de estas tres maneras (en orden creciente de probabilidad):


1. Todo estuvo bien hecho, empezaron los perroflautas y la policía se limitó a hacer su trabajo.

2. Los únicos que actuaron mal fueron dos policías que perdieron el control (y que al parecer ya tienen localizados).
3. La culpa (como ya se ha dejado caer esta mañana en la SER) fue de los seguratas.

(**) El libro está publicado por Pepitas de calabaza. Su eslogan es "una editorial con menos proyección que un cinexín". Además, se llaman así por el monólogo a la calabaza de "Amanece que no es poco". No sé a qué esperáis para haceros con todo el catálogo.



viernes, 28 de septiembre de 2012

Estúpidos

Nota: Lo que sigue es un artículo que empecé hace mucho tiempo y que me he animado a terminar después de lo sucedido el 25S en Madrid. Terminar es un decir. Al texto le faltan un par de repasos pero si me espero a tenerlo bien acabado, bueno, puedo no acabarlo. Considerad, pues, que está en modo beta.




El premio Nobel de Medicina de 1996, Rolf Zinkernagel sostiene que el "mayor problema sanitario es la estupidez humana" (El País, 07/10/2003). Así, tal cual y fuera de contexto, la frase promete, miles de corolarios se amontonan en la puerta para salir en tromba. Pero, ay, Rolf el médico lo estropea todo al matizar que se refiere a la estupidez relacionada con el hecho de que los humanos deberíamos cuidarnos más de lo que lo hacemos en lo relativo al tabaco, las dietas, el ejercicio. Otro discurso médico aburrido y moralizador. Donde falta un cura, aparece un médico.

Sea como fuere, Zinkernagel ha dejado planteada la cuestión de la estupidez como uno de los principales problemas de la especie humana. Y algo así no se puede dejar pasar como si tal cosa. Un par de aclaraciones antes de seguir: estupidez, gilipollez, idiotez, tontuna... cada palabra introduce un interesante matiz que, aquí, dejaremos de lado usando todas estas expresiones como si de sinónimos se trataran. De la misma manera, en un irresponsable ejercicio de imprecisión, se usarán de forma intercambiable términos como Poder, Dominación, Capital, Espectáculo...

La estupidez, basta con echar un vistazo al azar, campa a sus anchas en nuestro aquí y ahora, campó en nuestro allí y antes, campará en nuestro allá y después. Domina el espacio, el tiempo y los detalles. Este texto, sin ir más lejos, puede convertirse en una estupidez al menor descuido, si no lo ha hecho ya. Lo mejor será ir, de una vez por todas, al grano, si esto ha de ser estúpido que, al menos, sea breve.

No se sabe si el Nobel se refirió también a la estupidez que cometemos al dejarnos gobernar, en general, y al dejarnos gobernar por quienes nos gobiernan, en particular. En este caso, se ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Muchos se llenan la boca hablando de la estupidez de los poderosos y olvidan la nuestra, la de los gobernados. El paradigma de tío tonto en el poder sería George W. Bush, respondiendo como un analfabeto a preguntas de cultura popular, leyendo un libro al revés o haciendo las mismas muecas que un primate. Una pena que la Operación Pretzel fracasara. Pero hay más. ¿Qué decir de Aznar hablando a lo tejano? ¿Y lo tonto que nos parece ahora Rajoy, escondido como una alimaña o paseando por Nueva York y fumándose un puro como si aquí no pasara nada? ¿Y los economistas del FMI? ¿Y la policía que se infiltra en las manifestaciones con un brazalete fluorescente que pone POLICÍA? Pero ¿son tan tontos como nos hacen creer? ¿Es posible que lo sean y, al mismo tiempo, hagan y deshagan en nuestras vidas a su antojo?


La Dominación pretende básicamente dos cosas: (1) mantener el poder y (2) aumentarlo. Si para eso deben hacerse pasar por tontos, o ponernos delante peleles idiotas de los que nos podamos reír, pues lo hace. No hay problema. Las ventajas de esto son varias. El Pueblo menosprecia al Enemigo, lo cree idiota y eso, paradójicamente, lo refuerza porque nuestras respuestas nunca se ajustarán al verdadero perfil del Poder. Miramos por encima del hombro a los que nos gobiernan, siempre tan idiotas, y nos olvidamos de la inteligencia caníbal de los hombres detrás de la cortina. Al mismo tiempo, la supuesta gilipollez del que manda crea una barrera protectora contra las acciones que lleva a cabo. Lo que sucede siempre se muestra como algo casual o accidental, nunca hay responsables, solo técnicos y políticos desorientados en su buena voluntad por servir al público. O, en su defecto, como algo inevitable: Es la única opción posible. La tontuna suplanta a la maldad, los palos de ciego a la estrategia capitalista, los balbuceos salivosos de Rajoy al plan a largo plazo del Imperio, el azar a las acciones dirigidas a destruir cualquier situación contestataria...

“Los poderosos son tontos del culo” es una premisa que deja en ridículo algunas cuestiones de considerable importancia. Cuestiones para las que, además, se ha diseñado una categoría a medida: teorías de la conspiración. Esta categoría tiene tan mala fama que, probablemente, ya mismo, después de haber leído la palabra “conspiración”, el 80% de quienes leáis esto hayáis dejado de darle credibilidad a este texto, como si estuviera a punto de enseñaros un cocodrilo gigante recién salido de las alcantarillas de Manhattan.


De conspiración solo se puede hablar si se ven implicados cuatro infelices que quieren hacer la revolución poniendo bombas. Pero si alguien intenta decir algo acerca de gente poderosa reunida en un despacho decidiendo qué hacer para solucionar sus problemas de la mejor manera posible se le trata de un loco que da por hecho que Armstrong y Aldrin pisotearon un desierto terrestre y no suelo lunar. Porque, claro, son los mandamases, los que mueven los hilos, los dueños y señores pero jamás se juntarían para planear cómo conseguir más poder o cómo quitarse de en medio un problema incómodo. Eso lo haría gente lista, como mis colegas y yo, que nos hemos pasado un mes planificando cómo abordar tal o cual cuestión, pero ellos... nah, ellos no, ellos son gilipollas y ya está. Si no fuera por el temor de llevar la cuestión a un nudo gordiano que anule el texto, afirmaría que hay una gran conspiración del Poder para hacernos creer que las conspiraciones del Poder no existen. Avancemos, sin embargo.

Lo que en presente es conspiración y, por tanto, asunto de pirados, con el paso del tiempo se convierte en evidencia más o menos argumentable. En “La relación capital/trabajo durante el Franquismo” (capítulo del libro “Luchas autónomas en los años setenta”), Santiago López Petit explica cómo actuó el Capital español para anular al movimiento obrero autónomo en la España de finales de los 60 y comienzos de los 70. Se hizo todo lo posible por aislar la fábrica de la Sociedad, intentando transmutarla de foco de rebeldía a nido de maleantes. Se aprovechó la diferencia entre los trabajadores de grandes fábricas y de pequeñas fábricas para conceder más ventajas a los primeros que a los segundos. (El divide y vencerás parece la única divisa conspiratoria que todavía conserva algo de crédito.) Y, por último, se usó la inflación; es decir, se la dejó subir para anular los aumentos de sueldo conseguidos con las huelgas y, así, hacerles perder fuerza desmotivando a los trabajadores. Todo esto se decidió en reuniones entre hombres trajeados y en cómodos despachos. Hombres que miraban los informes de la policía y de la patronal, que estudiaban los informes de los técnicos y que tomaban decisiones para anular el poder popular y seguir, ellos, apoltronados en sus sillones de piel.

Algunos años más tarde, otro gobierno español se enfrentó a una situación que se le fue de las manos. Después de un accidente in itinere en Lorca en el que murieron diez trabajadores ecuatorianos indocumentados, comenzaron a sucederse las luchas de los sin papeles por toda España. Encierros, manifestaciones, huelgas de hambre... El gobierno llevó a cabo toda una serie de iniciativas encaminadas a (1) no aceptar las demandas de los sin papeles (básicamente, un proceso extraordinario de regulación) y (2) anular cualquier posibilidad de que ese movimiento espontáneo se transformara en una fuerza social estable. Para ello maniobró en varios frentes. Por un lado se sacó de la manga el llamado Retorno Voluntario por el que se pagaba el viaje a aquellos que quisieran volver a su país. Puente de plata para que el enemigo huya. Se ofreció regularizaciones solo para los inmigrantes encerrados cuando estaba claro que la reivindicación era un proceso de regularización general. Y, bueno, se recurrió a otro clásico: la manipulación. Los trabajadores inmigrantes, esos mismos que habían cruzado continentes y se habían jugado la vida para llegar a España, eran unos atolondrados con minoría de edad mental que se dejaban manipular por los ubicuos antisistema de este país.

Volvamos al aquí y al ahora. Miremos con la dificultad de la cercanía y hagamos suposiciones. Pero no las desechemos pronto. Dejémoslas ahí, que se aposenten y que dejen un rastro de certidumbre o falsedad, según nos suenen más o menos acertadas. Pensemos en la policía, con perdón.


De nuevo, tras los incidentes del 25S en Madrid, se denuncia a diestro y siniestro la presencia de policías infiltrados en la manifestación dedicados a provocador violencia. Se denuncia con una candidez sorprendente. La gente se asombra de que la policía pueda hacer algo así. Pero, pardiez, ¿es que no hemos aprendido nada? Infiltrados han existido siempre. No solo chivatos ocasionales o el típico secreta que se mete en una asamblea a ver si se entera de algo. Infiltrados en el sentido amplio de la palabra, gente que finge ser lo que no es y que consigue formar parte de colectivos para influir en sus decisiones, para saber de primera mano lo que se pretende hacer, para señalar con el dedo a los culpables.

Se trata de controlar a toda costa. El infiltrado no solo tiene la misión de conocer e informar. También se le pide que incite, que provoque hechos que favorezcan al Poder. El infiltrado provoca violencia y esto permite que, por un lado, los salvajes uniformados den rienda suelta a sus impulsos bárbaros (son policías y esto no acepta matices, no son pueblo, no son clase trabajadora, no son compañeros, coño, son personas que han renunciado a su humanidad a cambio de un sueldo que les permita impunemente dar palizas, insultar, torturar...). Por otra lado, se envía un mensaje a la mayoría de la sociedad. Un mensaje más o menos así: Vale, como gobierno somos un desastre pero ¿acaso no veis que tenemos un enemigo en común? Los violentos, los terroristas quieren acabar con nosotros, amenazan al Sistema y te amenazan a ti, ciudadano normal y corriente. Pero, no te preocupes, el Poder te protegerá, la policía velará por tu seguridad. Parecerá imposible, pero la gente muerde el anzuelo. Si pudiéramos mirar el interior de la garganta de nuestros vecinos, veríamos cómo se desangran poco a poco, heridos por un hierro curvo.

Lo anterior está explicado de forma certera por el situacionista italiano Gianfranco Sanginetti en el libro “Sobre elterrorismo y el Estado”. Sanginetti explica cómo los atentados de la Piazza Fontana (1969) y el secuestro de Aldo Moro y su posterior asesinato (1978) fueron actos de terrorismo organizados y ejecutados por el Estado. El tablero de ajedrez es suyo, juegan con blancas y con negras, ganan siempre. La bandera falsa del atentado en Milán fue la fascista. La masacre fue una de las razones que llevaron a la creación del grupo Brigadas Rojas, las mismas a las que luego se les atribuyó el asesinato de Moro.


Sanginetti hace un repaso a la historia de la Okhrana, los servicios secretos zaristas, pioneros en esto de las infiltraciones y las conspiraciones y que exige siempre el uso del epíteto temible. La temible Okhrana sabía que se avecinaba una revolución en 1905. Para adelantarse a la jugada, decidieron matar al ministro de interior ruso de la época y, no contentos con esto, acabaron con el gran duque Sergio, tío del zar. El terror permite la represión, asusta a al gente, resta argumentos a los contestatarios, engorda al Poder.

Por si acaso alguien tiene la tentación de pensar que todo esto es cosa del pasado puede ver los vídeos del 25S o recordar que el 15M de Sevilla tuvo una experiencia al respecto no hace mucho. Y son innumerables los casos documentados en nuestro contexto actual. Va uno copiado de un artículo aparecido en Nodo50:

Joaquín Gambín Hernández fue un confidente infiltrado conocido como el Grillo, el Legionario o el viejo anarquista. Bajo las órdenes del comisario Manuel Gómez Sandoval, viajó a Barcelona desde Murcia, donde actuaba bajo las órdenes del comisario J.M. Escudero. Fue el impulsor del atentado a la sala Scala de Barcelona (enero de 1978), episodio de terrorismo de Estado para aislar y desprestigiar a la CNT. Fue detenido en 1981 después de un tiroteo en Valencia. En 1983 fue condenado a siete años de cárcel de los que cumplió dos. En 2002, con 71 años vivía plácidamente en Murcia.”

Y, a pesar de todo, nos sorprendemos de ver a encapuchados arrestando a gente mano a mano con los policías acorazados. El Espectáculo lleva años idiotizándonos. La tele, el fútbol, el sistema educativo, el trabajo asalariado, los centros comerciales, el consumismo... Pero, por si acaso alguien quiere ponerse a leer, a conocer lo que sucedió y a averiguar lo que pasa, vuelve a lanzarnos la zanahoria de la estupidez de los que gobiernan. Barcelona fue el escenario elegido. Primero fueron esos tiarrones con pinganillo y vestidos de manual que cantaban a la lengua. Después, por si no había quedado claro, salieron de manifestación con un brazalete fluorescente con la palabra “POLICÍA”. En letras rojas, bien clarito. Fijaos en lo gilipollas que somos, nos dice la Dominación. No os preocupéis por nosotros, los servicios de inteligencia son una broma, los comisarios tiene el coeficiente intelectual de un puñado de musgo, los jefes políticos son gañanes franquista sin dos dedos de frente. Somos tontos, no sufráis.


Pero no es así. De nuevo la temible Okhrana. Cuenta Sanginetti que Lenin tuvo acceso a los archivos de la policía secreta del Zar en 1919. Había 55 provocadores profesionales a sueldo, 20 se repartían el control de los bolcheviques. Y Lenin tuvo la amarga sorpresa de tener que constatar que los provocadores son casualmente siempre estos mismos camaradas por los que tenía, él tan prudente y tan experto en materia de clandestinidad, la más profunda estima y la mayor confianza por los servicios prestados y la audacia mostrada en varias ocasiones.

Esos supuestos imbéciles conspiran contra nosotros cada día, cada hora, cada minuto. Y lo hacen muy bien. Somos su sustento pero también su máximo terror. Qué inteligente sería convertir sus pesadillas en realidad.