Cada miércoles un cuento en El Estafador

lunes, 6 de junio de 2011

(No tan) metaguay

Me había quedado muy contento con el final que le había dado a la serie "Anónimo". Reconozco que cuando la empecé no sabía por dónde salir. Al final recurrí al típico truco de lo metaliterario, que me gusta tanto. Esto viene a ser lo que en teatro se llama romper la cuarta pared. En ese caso, el actor se dirige al público. En el otro, el narrador se dirige a quien lo lee. De vez en cuando recurro a esto y me hace sentir muy satisfecho y feliz de haberme conocido.

Pero el sábado acabé de leer "Octeto"  de David Foster Wallace y algo cambió para siempre. Como lector / escritor, Foster Wallace me resulta completamente cautivador. Como lector me quedo hipnotizado en cada no de sus cuentos y artículos y devoro hasta la última letra y signos de puntuación de la nota a pie de página de la nota a pie de página. Construye frases interminables y redundantes por las que, sorprendentemente, se avanza con toda facilidad. Como si se nadara en unas arenas movedizas ligeras y en calma. Como escritor, alucino con las cosas que se le ocurre y me tengo que retener para no salir corriendo a plagiarle.



"Octeto" es una colección de cuentos que él mismo afirma que son difíciles de catalogar y que lo que intentan es interrogar perentoriamente a quien los lee y saber lo que piensa sobre las situaciones planteadas. Los textos se titulan "Acertijo Pop" y van numerados. El último es un ejercicio metaliterario en el que explica cómo los fue creando y todos los problemas que le provocaron. Al tiempo que lo hace, cuestiona el método. Dice que en los noventa la autorreferencialidad ya parecía pobre, gastada y fácil. Lo "meta" puede parecer algo honesto, al reconocer el autor ante quien lee que todo es un artificio. Pero se trata más bien de una honestidad falsa que pretende que el autor caiga bien al redordar que todo es mentira, como si la persona que lee necesitara que le recordaran algo que es obvio como si fuera un niño miope. Los autores "meta" dice Foster Wallace, se parecen a esa clase de personas del mundo real que intentan manipularte para caerte bien insistiendo todo el tiempo en que son unos tíos  muy sinceros, honestos y nada manipuladores.

DFW me ha descubierto y ha puesto las cartas encima de la mesa. Me reconozco culpable y lo que es peor, seguiré recurriendo a los trucos "meta" porque son ya un tic del que nunca me podré desprender. Yo solo quiero caeros bien.

5 comentarios:

La Lupe dijo...

(ya nos caes bien)

Anónimo dijo...

Po zi... Queremos otra entrega.... Pero claro ahora va a ser inevitable pensar en que el final no es lo que parece... Jajajaja otra otra otra...

Veronica

mona dijo...

No nos caes bien... ¡te adoramos! a mi ¡me encantas!
Pd besos a Mercedes ;P

elhombreamadecasa dijo...

Estoy pensando algún comentario gracioso para equilibrar los piropos pero no se me ocurre nada. Así que, os daré las gracias porque hoy puedo reducir mi dosis diaria de serotonina.

Andrea dijo...

A mi me caes bien, y recurrir a los trucos "meta" puede ser bastante chic.. jeje