Cada miércoles un cuento en El Estafador

lunes, 26 de octubre de 2009

La barra de pan, la decisión y la imposible vuelta a la infancia


Nunca me han gustado los intentos de expresar artísticamente los sueños. Creo que en el camino se pierden muchos matices oníricos imposibles de representar en pintura, relatos o tebeos. También se nota que el autor debe forzarse en rellenar los huecos en la narración del sueño. Por ejemplo, "La ascensión del gran mal" (reeditado después con el título menor de "Epiléptico", ver dibujo de arriba) es un tebeo genial pero los momentos en los que David B. contaba sus sueños me aburrían. ¿Y qué voy a hacer yo ahora? Pues contar un sueño que tuve añoche. Hala, otra muestra más de incongruencia.

Mercedes y yo íbamos a comprar el pan. Nos daban la última barra que quedaba, tenía una pinta estupenda pero le faltaba un trozo. En realidad me daba igual que le faltara un trozo pero me parecía intolerable que nos quisieran vender una barra ya mordida. Me enfadaba mucho y entonces bajaba el tono y esperaba a que Mercedes tomara la decisión. Ella empezaba a dar razones a favor y en contra de la compra. Y en ese momento me desperté, con lo bien que me hubiera venido que Mercedes decidiera si la comprábamos o no.

Interpreto el sueño de dos maneras.

La primera. Tengo que tomar una decisión muy importante en mi trabajo. Básicamente se trata de seguir en unas condiciones muy desfavorables (casi intolerables) o seguir a pesar de todo porque el proyecto merece la pena. A mí las decisiones me paralizan y desearía que alguien decidiera por mí, por ejemplo Mercedes. Sé que no está bien delegar en estos casos pero me empantano y me aterran las consecuencias negativas de ambas decisiones. Ojalá hubiera terminado el sueño. Así sabría qué hacer.

La segunda. Deseo volver a mi infancia, a esa época en la que podías correr a casa y buscar el refugio de papá y mamá. Por la casa de mis padres pasaba un panadero. Cuando no había nadie, dejaba una bolsa con las barras de pan colgando del pomo de la puerta. Y algunas veces, nos encontrábamos con las barras empezadas porque alguien les había dado un pellizco aprovechando que nadie miraba. (Mi hermana pequeña llamaba "panana" al panadero. Es curioso cómo las palabras infantiles, en un imperfección, son tan dulces y entrañables.)

Una canción que habla de sueños:



4 comentarios:

Srta. Aristas dijo...

Humm,pues... yo creo que es una mezcla de los dos posibles motivos. La barra de pan con mordisco... aunque pued ser pura coincidencia con la infancia, pq si el proyecto qu ete han propuesto está bien pero faltan medios, es podría ser la barra de pan incompleta. No sé, creo que al final te tocará decidir a tí, pq ni siquiera tu subconsciente parace querer ayudarte...

MissManjolita dijo...

a mi me pasa lo mismo, cuando tengo q tomar decisiones importante me atasco y no se por donde tirar. al final creo q decido un poco a lo loco o por inercia... y asi me va! ajajajaj

elhombreamadecasa dijo...

Srta. Aristas, por suerte en el trabajo éramos dos y mi compañera ha tenido más ánimo que yo para decidir. Mi subconsciente es un vil traidor, ya me pedirá algo ya...

MissManjolita, no sé dónde leí (creo que en algún libro de Punset) que en las decisiones que tomamos de forma aparentemente alocada intervienen muchas partes de nuestro cerebro y suelen ser muy fiables.

Lulu dijo...

¡Ayer me acorde de ti elhombreamadecasa!, encontre un libro de interpretación de los sueños, que por supuesto estará junto con el tuyo en el disco duro del PC meses y meses (cogiendo bits de polvo) con la esperanza de leerlo. Pero como decía una apañera de Yoga, que pagaba y nunca iba, pago por la esperanza de poder ir un día, ¡con eso me vale!
Yo atesoro libros en el PC y hago ganchillo de forma compulsiva, a otros les da por fumar.....