Cada miércoles un cuento en El Estafador

lunes, 19 de octubre de 2009

Embarazos


Este post podría ser más largo y detallado de lo que va a ser porque lo formarán una serie de ideas que dan mucho de sí. Pero ya sabéis: es que no tengo tiempo para nada, tengo que hacerlo todo con prisas, cuánta pena doy y bla-bla-bla.

Cuando Mercedes se quedó embarazada de Juan y lo fuimos contando por ahí, la gente se arremolinaba alrededor suyo preguntándole cómo estaba, felicitándola y esas cosas. Yo me quedaba apartado, nadie me hacía caso, como si no existiera. Y me daba una rabia. Aparte de que me fastidiara en lo personal, sostengo que es un error ignorar al padre de esa manera. No es mi intención, ni mucho menos, buscar excusas para los padres incompetentes, pero si queremos que la crianza sea algo compartido al 50% habría que empezar por cosas tan fáciles como preguntarle al futuro padre cómo está.

(No me quejo de vicio. Mientras escribía lo anterior, Darío, que me había pedido que le pusiera su canción favorita, "Hyde Park" de Cooper, ha tirado el tocadiscos y lo ha roto. Ay. ¿Cómo voy a escuchar ahora mis discos de vinilo? Estos hijos no respetan nada. Son como los hunos.)

Ya de novios, cuando lo de ser padres era solo un plan que iba y venía, le propuse a Mercedes que a nuestros futuros hijos les cambiáramos el orden de los apellidos para que llevaran primero el suyo y segundo el mío. No era una concesión a la madre sino un pequeño gesto de rebeldía contra lo establecido. Lo hablamos mucho y al final decidimos dejarlo como estaba. Hicimos lo que hace todo el mundo pero lo decidimos nosotros. Unos amigos nuestros sí lo hicieron, y sus hijos llevan primero el apellido de la madre y después el del padre. Como diría la voz en off de Pocoyo: Bravo por Pato, Bravo por Eli, Bravo por mis amigos.

La baja por maternidad es ridícula, 16 semanas no dan para nada. La de paternidad es de risa. Al padre de un compi de Juan le dijo su jefe, y amigo por aquel entonces, cuando tuvo su segundo hijo que no se le ocurriera tomarse las dos semanas que le correspondían después del parto. Le advirtió de que en caso de hacerlo lo despediría. Él se tomó la baja y el otro le despidió. Esto tiene una solución muy fácil: la baja por maternidad/paternidad debería ser obligatoria. De esa forma se protegería al trabajador/a de abusos empresariales.

La gente se empeña en predecir el parto en función de datos absurdos: que si la barriga está muy baja, que si hay luna llena... El dato definitivo que anuncia la llegada inminente del bebé es que la madre empiece a hacer el nido. Si se pone a planchar ropa que no ha planchado en la vida y a ordenar cajones olvidados de la mano de dios es que se va a poner de parto ya mismo.

La paternidad está llena de mitos. Lo de la llamada de la sangre es un camelo. Uno no quiere a nadie por el simple hecho de que sea su padre, su hija o su sobrina. El cariño se hace, poco a poco y desde el principio. Siempre cuento que lo primero que sentí al ver a Juan fue extrañeza, ese era mi hijo como podría serlo cualquier otro bebé. El amor empezó de cero y desde ese mismo momento no hizo otra cosa que crecer. Y crece porque estamos juntos, le llevo al cole, discutimos, nos contamos cosas, jugamos a la play y etcétera. Al cabo de muy poco tiempo les quieres tanto que cuando te rompen el tocadiscos no te enfadas con ellos (bueno, te enfadas pero no tanto).

Y ahora, con vuestro permiso, me voy a poner a llorar mientras recojo los trozos de mi querido tocadiscos.

12 comentarios:

Chelo dijo...

Llevas razón hombreamadecasa, el padre suele tener un papel secundario durante el embarazo y yo creo que es normal, de ahí a ignorarlo, pues no, qué menos que preguntarle cómo está, a algunos igual hay que preguntarles también por las nauseas, la ciática, el peso, las varices, los ascos, la retención de líquidos etc.
Lo del orden de los apellidos, sinceramente, me la re-fan-fin-fla tanto que no tengo ni opinión al respecto. Yo es que soy muy práctica, no lo puedo evitar.

PD: hay significado oculto el título de este post?

elhombreamadecasa dijo...

Chelo, respondo raudo a tu postdata: ¡NOOOOO! (he estado pensando en estas cosas por el nacimiento de mi sobri).

Chelo dijo...

jajajajaja

La pintorería dijo...

Lo de hacer el mismo caso al padre que a la madre pues no, oye, para que quieres que te diga otra cosa, tiene que ser equitativo a los kilos engordados, estrias, estreñimiento y demás "alegrias" de un embarazo, (por lo menos en mi caso).
En cuanto a lo primero que sentiste al ver a Juan, pues en eso estamos igual, lo mio fue mas como "por fin esta fuera", ni gota del superamor maternal y emoción sin parangon, eso fue con Nuria, la segunda, porque Laura ya me habia enseñado lo que significa ser madre.
Que rollazo madre!!!! :)

Isa dijo...

Como no soy madre, aún, mi opinión es diferente que las del resto... evidentemente por pura ignorancia, que, como todos sabéis, es muy audaz.

No tengo hijos. Sólo tengo sobrina, y diré que aunque hay bebés de amigas a los que profeso un amor incondicional, lo que sentí por ese pequeño ser vivo que olía a mí, y que bostezaba como yo fue algo completamente diferente. Así que sí que creo que al menos en el primer momento hay algo biológico o sanguíneo en el tema...

En cuanto a lo del tocadiscos, te diré que a mi también me han entrado ganas de llorar cuando lo he leído... y no por el aparato, señor padre.

elhombreamadecasa dijo...

Maite, no digo que se le haga el mismo caso al padre que a la madre, pero que se le haga algo de caso al padre sí, que a veces parece que no existiéramos. Para más detalle podéis ver esto: http://www.elhombreamadecasa.com/2008/07/en-el-dentista.html

Isa, un todadiscos de más de treinta años, de los buenos de verdad, que funcionaba perfectamente, todo un drama (por no hablar del disco que se rompió también en el accidente).

lobo dijo...

En mi caso es algo que no me importa (excesivamente. La gente que me conoce sabe cómo soy y obvian hacer comentários de esos con rintintín tipo "ya te queda poco ¿eh?"
En mi casa, digamos que los roles que el mundo considera comunes están cambiados. Lo que suele llevarnos a alguna circunstancia graciosa. Por ejemplo cuando nos fuimos a comprar la cocina y el tío se empeñaba en vendérsela a mi mujer (A ver, el que cocina soy yo, así que no quiero "ese" horno, quiero "aquel")
A veces te calientas en algunas situaciones, pero generalmente suelo terminar riendo.

Un saludo y siento lo del tocadiscos. Por cierto, por lo que he oído vuelven a estar de moda los vinilos, así que es posible que no sea muy complicado encontrar las piezas para repararlo.

Chelo dijo...

En mi caso, la sensación que tuve (las dos veces) cuando tuve a mis hijas encima por primera vez es indescriptible, con el tiempo, el amor se ha ido fortaleciendo, creciendo y creciendo, pero que nada más nacer había ya algo especial entre nosotras, no lo puedo negar.

He oído muchos comentarios como el de Maite, así que supongo que esto va un poco con la persona y las circunstancias y no es algo que sea compartido a todos los humanos, creo yo.

Lulu dijo...

¡Me ha gustado el post! en mi caso al poco de quedarme embarazada mi marido empezó con problemas de espalda, una hernia de disco que empeoró un ritmo vertiginoso acabando en operación al mes de nacer el nene, con lo que, como yo estaba como una rosa, la totalmente ignorada fui yo.
Y encima aguantando el rollo de que "las mujeres estamos preparadas para el embarazo y todo lo demás", que parece que no te puedes quejar encima.

Y es verdad lo que comentas de predecir el parto con el "flus" que te da por limpiar, yo dos días antes me limpie los baños de cabo a rabo, con azulejos incluidos, y la cocina porque no me dió tiempo que teniamos visitas, pero estaba totalmente desatada.

Si que es cierto que la paternidad/maternidad esta llena de mitos y es cierto que te parece al principio como un extraño, pero he de reconocer que lo más alucinante que me ha pasado en esta vida es sentir como me sacaban de dentro al nene y verle por primera vez, jamás lo olvidare.

Lulu dijo...

¡Y lo siento por tu tocadiscos!

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
elhombreamadecasa dijo...

Lobo, los servicios técnicos me ponen los pelos como escarpias sobre todo después de lo de un altavoz que les lleve en cierta ocasión... por no hablar de lo que me pasó con la cámara de fotos.

Chelo, al principio no contaba lo de la extrañeza que sentí al ver a Juan. Luego lo fui contando y mucha gente ha coincidido (y otra mucha gente no, claro).

Lulu, vaya embarazo. Una cosa es preguntar de vez en cuando cómo se está y otra robar todo el protagonismo (espero que se haya recuperado del todo). Lo del tocadiscos lo estoy llevando fatal, gracias por los ánimos.

(el comentario anterior era mío y lo he suprimido yo mismo por error)