Hasta este sábado, Juan se daba los golpes en el lado derecho de la frente. Hace meses se dio uno tremendo y se le ha quedado un chichón (cucón en el idioma manchego-infantil) que si bien no es permanente sí le dura desde entonces. Según la pediatra se reabsorberá muy poco a poco, a no ser que antes se dé un golpe aún más fuerte y se le abra.
De mayor quiere dedicarse a la escalada profesional de edificios. Entrena a diario encaramándose a todo lo que pilla. El sábado se subió a la mesa del patio y saltó desde lo alto. Cayó bien pero con mucha fuerza. Puso las manos pero no fue suficiente y se dio un golpe de órdago en en lado izquierdo de la frente. El resultado es que ahora tengo por hijo a Hellboy:

Y como los padres debemos ser maestros del equilibrio, diré que gracias al patrón de salida de dientes de Darío (los incisivos y los molares pero no los colmillos) él se parece a Bill Rayos Beta:

3 comentarios:
Siempre que me imagino a Hellboy lo hago saltando desde lo alto para impactar contra algo, así que las similitudes no son solo fronto-craneales. Igual había un megademonio austrohungaro en vuestro patio y sólo lo vio Juan.
En cualquier caso, la primera vez que vi a Hellboy me extraño que fuera a poder ver algo con unas gafas de aviador con cristales rojos.
No descarto lo del megademonio austrohungaro aunque en nuestro patio hay demonios más cercanos:
http://www.elhombreamadecasa.com/2009/03/los-jordis-un-post-de-terror.html
Y sí, lo de saltar desde lo alto y caer sobre algo le va mucho a Juan.
buf, es que lo de los jordis fue mítico. Ahora soy incapaz de referirme a ellos por su antiguo nombre.
Publicar un comentario