Cada miércoles un cuento en El Estafador

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Durmiendo con nuestro enemigo


Creo que la idea que sigue ya la he expuesto en algún otro post. (El hecho de repetirme creo que indica que el blog empieza a tener cierta enjundia.) Como venganza al proceso de domesticación al que los sometemos, los niños llevan a cabo una guerra biológica contra los adultos consistente en aprovechar cada virus que pasa por su lado para ponerse malos y luego contagiarnos. No consigo recordar ni una sola vez en que yo me haya puesto enfermo y los haya contagiado. Pero cada vez que son ellos los afectados, yo caigo. A veces, la naturaleza es sabia.

Los detractores del colecho usan un argumento que es a todas luces falso. Dicen que al estar los niños pegados a los padres en la cama, reciben su aliento y eso es malísimo porque, entre otras cosas, pueden pillar las enfermedades que ellos tengan. Me río yo. Pero si es al revés, insensatos. El jueves, Darío estaba enfermo, un catarrillo de nada. Cuando se despierta por las noches, varias veces, nos lo echamos a la cama. ¿Y qué pasó? Pues que el sábado Mercedes estaba mala y al día siguiente yo.

Por si fuera poco, el domingo tuvimos uno de esos momentos familiares entrañables. Mientras yo, envuelto en mi manta de rayas, sufría los temblores de la muerte con la subida de fiebre, Mercedes gritó. Mercedes es muy de gritar pero aquello fue más bien un alarido. Salté del sillón y fui corriendo a ver qué pasaba. Llegué justo a tiempo de ver cómo caía sobre la alfombra de la habitación de Juan, Darío con ella. Tenía las manos en la cabeza y sangraba a chorro. Se había dado un golpe tremendo en la cabeza contra una estantería. La sangre es muy escandalosa y más si sale de la cabeza. Pero Juan y yo nos portamos como unos valientes y solucionamos el problema. Se había hecho mucho daño pero la herida era pequeña.

Cuando pasó todo y Juan y Mercedes estaban en la cama, este le preguntó con esa voz que pone de recreo de escuela pública y una mueca a lo Stallone: Mamá, ¿puedo contarle a mis amigos que te has dado un golpe en tó la cabeza y que te salía un montonazo de sangre?

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