Cada miércoles un cuento en El Estafador

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Absurdo

Han convocado un concurso oposición para una bolsa de trabajo. Dentro de poco sacarán concursos oposiciones para apuntarse en el paro. Tengo cierta manía a todo lo que suene a oposición y funcionariado. Me parece que es una forma vaga y poco creativa de buscarse la vida. Me saco unas oposiciones y ahí me las den todas. Mejorando lo presente, que es una expresión que se usa en mi pueblo y viene a decir algo así como que los funcionarios y las funcionarias que lean este blog no deben sentirse aludidas porque ellas son bellísimas personas a las que aprecio un montón. Pero no era ese el tema del que quería hablar, así que lo dejaré para otro momento.

Para presentarte al concurso oposición, cosa que yo no quería hacer pero que he terminado haciendo por culpa de la presión social, debías entregar los méritos. Papeleo. Los pelos se me ponen como escarpias, un escalofrío me recorre la espina dorsal y ni doblando la medicación puede contener los ataques de ira que me hacen odiar a todo el mundo. Fui recogiendo papeles de aquí y de allí y cuando consideré que tenía bastantes, paré. Soy tan desastre que uno muy importante, y que no voy a decir por falsa modestia, estaba entre los panfletos y pósteres que tengo guardados de cualquier manera en el estudio. Por suerte el título de premio fin de carrera no estaba muy estropeado y lo pude presentar.

Entre el puñado de contratos, títulos y certificados encontré el siguiente (atención a lo que soy experto, no tiene desperdicio):


No tiene nada que ver con el motivo del consurso oposición pero decidí presentarlo, más que nada para regalarles a las personas que tengan que valorar los méritos un momento absurdo del que disfrutar. Supongo que se pasarán un buen rato decidiendo si me lo valoran o no.

El curso de identificación electrónica animal estuvo bien. Bellaterra es un campus muy bonico y disfrutar, gratis, de un bufé libre para desayunar es algo de lo más aconsejable. También me sirvió para un cuento pop que subo ya mismo al blog correspondiente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ten cuidado a la hora de decir "de la vida de funcionario yo no beberé", o al menos de dejar testimonio escrito, pudieras tener que tragarte tus palabras algún día...

elhombreamadecasa dijo...

He aprendido a aceptarme como soy. Primero hecho pestes de algo usando las palabras más gruesas que pillo. Después las circusntancias se imponen, aplastándome generalmente. Finalmente rectifico y echo un buen trago de ese agua que juré y perjuré no beber en la vida.

Y hablando de todo un poco, ¡¡DEVUÉLVEME MI DK2!!