Cada miércoles un cuento en El Estafador

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Lo que más miedo da de Halloween es...



No hay que desperdiciar y menos la comida. Así que, algo había que hacer con los restos de la lobotomía a la que sometimos a Calabaci. 






Recurrí, para horror de Juan y Darío, a Simone Ortega, esa gran mujer, y su obra cumbre "1080 Recetas de Cocina":


INGREDIENTES:


1 trozo de calabaza (de, más o menos, kilo y medio)
8 cucharadas soperas de aceite
25g de mantequilla
2 cucharadas soperas colmadas de harina
1/2 litro de leche fría
3 huevos
100 g de gruyère rallado
Sal, nuez moscada


PREPARACIÓN:


Los sesos de la calabaza ya los tenemos listos, pues la hemos vaciado. Limpiamos de pepitas y cortamos en cuadraditos. En un cazo, calentamos las seis cucharadas soperas de aceite. Cuando esté caliente, el aceite, echamos los sesos de la calabaza y removemos de vez en cuando con una cuchara de madera. Seguimos hasta que los trozos estén tiernos y sin jugo. Se someten entonces al pasapuré.


Ha llegado el momento de hacer la bechamel. En una sartén, se ponen a calentar las dos cucharas de aceite que nos quedan y la mantequilla. Se añade la harina y se dan vueltas con unas varillas. Poco a poco, se echa leche fría, moviendo constantemente. Cuando te des cuenta de que se ha quedado todo lleno de grumos, lo tiras y vuelves a empezar. Llegará un momento en que consigas que la cantidad de grumos sea lo suficientemente pequeña como para pasar desapercibidos. Esa es la bechamel buena. Entonces le añades la sal y la nuez moscada, al gusto, le das más vueltas durante unos diez minutos y, finalmente, la viertes sobre la calabaza.


Se baten los tres huevos como para hacer tortilla y se incorporan al puré.


Se vierte todo en una fuente resistente al calor, se espolvorea con el queso rallado y se mete en el horno a gratinar. Cuando el queso forma una bonita costra dorada (sic), se retira y se sirve en la misma fuente.


Será entonces cuando empiecen los espasmos, los alaridos de terror, las arcadas, las súplicas de clemencia, el rechinar de dientes y el crujir de huesos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Truco estupendo para la bechamel: cuando se formen los grumos, pásala por la batidora y desaparecen. Ayuda a que se formen menos grumos que la leche esté caliente en vez de fría.

Andrea dijo...

Genial receta!!

elhombreamadecasa dijo...

Anónimo, seguro que tus trucos son buenos pero a mí no me sale ni con ellos. Estoy maldito para la bechamel.

Andrea, espero que te dé mejor resultado que a mí.

Anónimo dijo...

No le gusta a tus hijos??
Pero ni siquiera es verde y tiene queso y bechamel.
Uff, qué paciencia la tuya ...

Lulu dijo...

¡Que buena pinta y que buena idea! intentaré probar