Cada miércoles un cuento en El Estafador

martes, 12 de enero de 2010

¿Poses?




A Mercedes no hay quién la entienda ("quién" = "yo"). Me tiene prohibido leer a Dostoyeski y va y me regala un libro de relatos de Maupassant. En honor a la verdad, debo decir que el regalo me lo trajeron los Reyes pero como fue ella quien escribió la carta, hay que adjudicárselo.

Maupassant, según se lee en la solapa del libro, acabó así: "aquejado de trastornos nerviosos, fue internado, después de un intento de suicidio, en la clínica parisina del doctor Blanche, donde murió a la temprana edad de 43 años".

Uno de los relatos, titulado "El buque náufrago", está narrado en primera persona y cuenta la historia de un tipo que trabaja en una compañía de seguros y tiene que ir a inspeccionar un barco que ha naufragado. Estando en el pecio, llegan un inglés con sus tres hijas (el narrador insiste mucho en la nacionalidad, por eso lo menciono). Él se enamora de repente de la más pequeña y cuando sube la marea a traición y están a punto de ahogarse, desea morir abrazado a ella. Al final son rescatados, se separan, nunca la vuelve a ver pero pasa toda la vida enamorado de aquella muchacha. No se le conoce relación alguna, solo un amor enfermizo y completamente inútil. 

Leí demasiadas historias de ese tipo en mi adolescencia, creo que ya lo he dicho. Historias perjudiciales que me llegaron en mal momento y que creo que son responsables de buena parte de las cosas que me pasan ahora.

Así que ayer fuimos a la Nueva Condomina (un centro comercial) para dar una vuelta con mi hermana y mi madre y echar un ojo a las rebajas. Pasamos por la FNAC. Vi mi foto en el calendario de festejos para este mes. Por un lado me emocioné y por otro me angustié. Juan empezó a dar síntomas de enfermedad. Y la calefacción hizo que me costara respirar. En esas estaba cuando me vi solo. Habíamos quedado en Berska pero yo me confundí y fui a Blanco. O al revés, no sé. De repente me sentí desvalido y abandonado en mitad del mundo. Las luces brillantes me molestaban. La gente me parecían seres feroces que se dirigían de un lado para otro con fines aviesos. Noté que se me doblaban las piernas y que se me saltaban las lágrimas. Era como un niño pequeño. Con un teléfono móvil y un par de recursos de más pero un niño pequeño al fin y al cabo.

Llamé a Mercedes y no contestó. La línea de acoplaba y de vez en cuando parecía que respondían. Así que, allí estaba yo, en mitad de un centro comercial en plenas rebajas, intentando no desmayarme y hablando entercortadamente con un móvil sin nadie al otro lado. Después llamé a mi hermana y tampoco me contestó. Por suerte, mi madre sí lo hizo y pude recuperar el control casi al borde del ataque de pánico.

Cuando me pasan estas cosas tan decimonónicas, no puedo evitar preguntarme sin son experiencias sinceras y espontáneas o solo intento emular a los héroes de las novelas que leí en la adolescencia.

Y ahora es cuando os estaréis preguntando qué demonios pinta una foto de Rufus Wainwright vestido de tirolés al principio de este post. En realidad, nada, pero como tiene un disco que se llama "Poses" me he dicho, voy a poner a Rufus, que mola un montón vestido de montañero suizo. Y cómo canta:



PD: Después, de vuelta a casa, tuvo lugar otro gran momento, esta vez sin poses de ningún tipo. Me senté detrás, estrujado entre las dos sillas de niño para el coche (habrá que volver sobre este asunto en otro momento) porque Juan estaba definitivamente malo y el vómito acechaba detrás de cada curva. Sonó el teléfono y era un periodista que quería concertar una entrevista en ¡¡Radio3!! sobre los "Cuentos pop". En eso estábamos cuando le tuve que interrumpir. Disculpa un momento, le dije, es que mi hijo va a vomitar y tengo que coger la bolsa de plástico. Durante unos segundos, el periodista tuvo que escuchar arcadas, algún que otro lamento de Mercedes y a Darío gritar de forma insistente ¿QUIÉN ES? ¿QUIERO HABLAR? ¿JUAN, QUÉ PASA? Por suerte, todo quedó en un susto y la entrevista será algún día de la semana que viene. El periodista, menos mal, era también un amigo. Ni más ni menos que Javier Gallego. Vaya, Montalbán me presenta el jueves, Gallego me entrevista la semana que viene. La "Espacia Melange" sigue viva.

PDII: Ayer probé un remedio contra la tos que Maite recomendó en un comentario a este post. ¡Funciona!

4 comentarios:

Miguel-On dijo...

Avisa día y hora de la entrevista en radio 3 que no me la pierdo!!!

Inverosímil dijo...

Ay mi Rufus! Qué bueno el concierto en Madrid hace unos años, con su crucifixión con "Gay messiah" y todo. Un chou.

Mi problema con Rufus es que creo que sufre el llamado complejo de gaita. Necesita estar emitiendo sonido con su garganta durante tooooda la canción. Y eso hace que se le oiga tanto la respiración, porque se ahoga. Lo adoro pero necesito épocas de desintoxicación porque me satura.

Genial la entrevista que le hacen en "I'm your man" de Leonard Cohen.

Enhorabuena por todo lo de los popicuentos! No se te va a subir la fama a la cabeza, verdad?

La pintorería dijo...

Lo primero darte la enhorabuena por lo bien que pinta este libro, y la presentación, y por la Hermana que tienes y sobre todo porque es muy bonito que presumas de ella, yo también lo haria, pero no tengo hermanas, tengo 3 hermanos y mejor ni te cuento.

Lo segundo darte las gracias por la PDII y por enlazarla a mi blog, además veo que estoy en el blogroll (no me habia dado cuenta)y me lo voy a tomar como un permiso para incluirte en el mio :)

Yo también tengo ataques de pánico, son horribles, pero puedes con ellos seguro, yes we can que dicen en las americas

Que pases un dia estupendo

elhombreamadecasa dijo...

Miguel-On, avisaré con tiempo.

Inversosímil, tengo a Rufus en la larguísima lista de canciones/grupos que he estado a punto de ver pero no. Me ha gustado lo de popicuentos.

Maite, yo tengo tres hermanas... y siempre quise un hermano. Pero bueno, mis hermanas molan.