sábado, 23 de enero de 2010
Pánico en Espinardo
Desde hace unas semanas, he cambiado mi rutina de correr. En vez de salir por la noche y hacer el circuito que siempre hacía, desde que pusieron allí en medio un centro comercial ya no es lo que era, salgo por la mañana (solo los fines de semana) y aprovecho la luz para ir por los carriles de huerta de Espinardo, La Albatalía y Guadalupe (no es que corra mucho, es que estas pedanías están todas muy cerca). Los carriles de huerta son estrechos caminos pensados para personas, burros y algún que otro carro. Ahora pasan por ellos coches y motos en ambos sentidos, y muy rápido. Así que la cosa no deja de tener su peligro.
Esta mañana, en mitad de una parte del trayecto bastante desierta, he notado un coche detrás. Al mirar, he visto que era un pequeño coche azul de esos que no necesitan carné de conducir. Me he echado a un lado para dejarlo pasar. Pero el coche no pasaba y no dejaba de escucharlo a mis espaldas. Al poco he empezado a ponerme nervioso. Mercedes y yo siempre nos burlamos cruelmente de esos coches y sus conductores y tal vez tenía detrás a un loco que había pensado que era el momento oportuno para vengarse. Si le diera por atropellarme, nadie lo vería. Miraba hacia atrás a cada rato, como un Fermín Cacho aficionado, y allí veía al pequeño coche azul al acecho. Y, por mucho que me esforzara, no podía distinguir a la persona al volante. Era una versión cutre-espinardera de "El diablo sobre ruedas". Aceleré el paso todo lo que pude y redoblé la sudoración, mitad esfuerzo, mitad pánico. Todavía me quedaba un buen trecho hasta la zona habitada más cercana. Con lo bien que corría yo por la acera de El corte inglés, pensé. Aquello no pintaba nada bien. Atropellado por un cochecito sin entidad alguna y de ese color azul tan feo. No se me ocurría una muerte más ridícula. Y lo peor de todo: ¿cómo le explicaría después a Mercedes que estaba muerto y que en semejante estado no podría llevar a Juan al cole ni encargarme de la comida de Darío?
Estaba a punto de volverme y suplicar piedad, cuando el coche ha girado a la derecha y ha desaparecido. Prometo no volver a burlarme. He aprendido la lección.
Y aprovechando el título grandilocuente que le he puesto al post, ahí va una cancionzaca de The Smiths:
PDI: Como la semana que viene solo subiré entradas con fotos propias y texto mínimo, os libraréis de que os hable de mis nervios por la presentación en Barcelona y el viaje en avión. Estoy un poco pesado con el tema. Aprovecho y anuncio que no habrá "Juan pregunta". El viernes estaré paseándome por Las ramblas, embelesado ante los kioscos llenos de periódicos, revistas y libros.
PDII: He puesto algunas cosas interesantes en el blog de los cuentos pop: unas ilustraciones inéditas de Casanovas, una crónica de la presentación en la FNAC de Murcia de una chica que no conozco (puntúa el libro con un 6,5; supongo que sobre una escala de 7), la entrevista en "Carne cruda"...
PDIII: Evidentemente, "Los Sopranos" los vemos sin los hijos. Duermen mientras disfrutamos de las aventuras de Tony y compañía. Pero ayer, Darío se enfadó con Mercedes y le amenazó con romper uno de los DVDs de la serie. Te voy a romper el disco de Los Soprano, le dijo (tal cual) con tono mafioso. Me da que en esta anécdota hay algún mensaje encerrado.
Publicado por
elhombreamadecasa
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5 comentarios:
¡¡Santo cielo!! The Smiths en tu blog...
Menudo pedazo de grupo, ya casi olvidado por las masas, y sin embargo tan presente entre mis recuerdos y mis reproductores de MP3.
Gran elección el paseo por Las Ramblas, parece que te llevan como la corriente de un río a desembocar en el mar... qué poética de buena mañana... En fin si bajas paseando desde la Plaza Catalunya hacía Colón, en la acera derecha se abre la calle Tallers que guarda ocultas en su penumbra las mejores tiendas de vinilos y cómics de Barcelona.
Otra opción es, una vez en Colón, perderte en el entramado de callejuelas que forman El Born (Borne) dónde todas las tiendas han conservado su estructura original y puedes encontrar ropa de lo más exclusivamente mod bajo el rótulo de "Legumbres y Semillas", calles dónde se ha tejido la trama de novelas como "La catedral del mar" o "La sombra del viento"...
...¿A que valgo para guía turística?
Yo es que no se cómo se te ocurre irte por esos páramos de Dios tu sólo... los hombres nunca aprendéis, seguro que vuelves ;-)
Owachy, hace poco me compré una caja con los 12 primeros singles del grupo, varias chapas, un póster, un cógido para bajarlte los discos en mp3... una maravilla.
Grinza, uau, tiendas de vinilos, cómics, ropa mod... es como si fuera a viajar al paraíso. ¡Gracias por la información! (Espero que Mercedes se mantenga firme y me secuestre la visa porque si no voy a echar por tierra en un solo fin de semana 35 años de chico responsable y ahorrador).
Chelo, qué bien nos conoces. Al día siguiente volví. Si ese cochecito se creía que me iba a amedrentar las llevaba claras.
Sólo tengo un minutito, que tengo que prepararle aún la merienda al Mateo... pero acabo de llegar procedente del blog de otra amiga, y me he reído tanto con el tuyo... estoy encantada, me gusta muchísimo la gente que se expresa como tú (y me da mucha, envidia, porque yo no tengo tanto arte!!)
Un abrazo, creo que tu blog ya tiene otra fan :)
Caro (mamá de Mateo)
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