En capítulos anteriores: (uno) Juan se tira encima una tele y adquiere poderes catódicos. (dos) Juan emplea sus poderes para chinchar a sus padres y darle gusto a su hermano.
-¿Quieres hacer el favor de decirle a tu hijo que deje de tirarse electrodomésticos encima?
-Ya se lo he dicho pero no me hace caso.
-Pues tú sabrás. Ayer se tiró encima la Play y hoy le he pillado forcejeando con el horno.
-No sé por qué lo planteas como si fuera cosa mía.
-¿Quién si no se ha inventado eso de que Juan tiene poderes desde que la tele le cayó encima? Ahora Darío quiere poderes como su hermano.
-Pero, Mercedes, no puedes negar que Juan tiene poderes desde que la tele le cayó encima.
-Tanto tebeo te ha licuado el cerebro.
-A ver si te decides. ¿El cerebro me lo han licuado los tebeos o las novelas de Dostoyevski? Por cierto, me animan mucho los cuentos de Maupassant que me regalaste. Me estoy releyendo "El horla" y da muy buen rollo.
-Me parto con tu sarcasmo. Pero, en serio, haz algo con Darío. Se nos va a lisiar un día de estos.
-No puedes cerrar los ojos a la evidencia. Juan tiene poderes y sería mejor afrontarlo. Tal vez podríamos diseñarle un traje apropiado. Mira, he estado trabajando en unos diseños...
Mercedes se dio la vuelta y dejó a Fede con la palabra en la boca.
Algunos días después...
-No te vas a creer lo que ha pasado.
-Seguro que no.
-Es mitad desgracia mitad increíble.
-Acabo de llegar. ¿No podrías esperar a que comiera para contármelo?
-Es que creo que deberías saberlo. Es sobre Darío...
-¿Qué se ha tirado ahora encima?
-Pues ese es el tema precisamente. ¿Te acuerdas del tocadiscos buenísimo que nos dejaron tus padres?
-¡¿Lo ha tirado?!
-Tampoco hace falta que te pongas así. Total, el que lo usaba era yo.
-Se ha roto, ¿no?
-Bastante.
-¿Y Darío?
-Pues eso es lo increíble.
-No sé por qué no me medico.
-Si te pones catastrofista no te lo cuento.
-Déjame por lo menos que me siente.
-¿Te lo cuento o no?
-Qué remedio.
-Pues resulta que esta mañana, me he puesto a escribir en el blog y ya sabes lo pesado que se pone Darío cuando me ve en el ordenador. Se ha empeñado en que le pusiera la canción de feliz. Se la he puesto a ver si me dejaba un rato tranquilo. Y no se le ha ocurrido otra cosa que echar mano al tocadiscos... Cuando he querido darme cuenta se lo había tirado encima.
-Te dije que hablaras con él.
-¡Y lo hice! Pero no me hace caso, ya sabes cómo es. Déjame que siga. Se ha caído para atrás y se ha hecho un buen chichón. Y antes de que digas nada, te prometo que le he hecho caso a él antes que al tocadiscos. De todas formas se ha quedado hecho polvo. No creo que vuelva a funcionar.
-A mi padre se lo explicas tú.
-Vale, vale. Pero ahora viene lo mejor.
-No puedo esperar para escucharlo.
-Estaba recogiendo los trozos del disco de Cooper, que también se ha roto. Darío ha cogido un trozo y... ¡y ha empezado a sonar!
-De verdad que me vais a volver loca. Debería trabajar catorce horas diarias.
-Te lo estoy diciendo en serio. Debe ser que nuestros hijos tienen algún tipo de... no sé... tal vez tienen cierta predisposición genética a adquirir poderes...
-¿Por qué tengo que estar escuchando esto?
-Vale, no les llames poderes, llámalo cualidades extraordinarias... Darío ha hecho sonar el disco. He hecho pruebas con otros vinilos y si le acercas uno lo hace sonar. Creo que tiene poderes sónicos. Me parece de lo más lógico: a Juan se le cae una tele encima y adquiere poderes catódicos, Darío se tira encima un tocadiscos y adquiere poderes sónicos. Lo que pasa es que todavía tiene que perfeccionarlos, no controla mucho lo de las revoluciones y me pone los siete pulgadas a 33 revoluciones por minuto.
-Es suficiente. ¿Puedo comer ya?
-No me creas pero en cuanto se despierte de la siesta te lo demostramos.
-Lo que tú quieras. Yo me conformo con que lleguen las siete de mañana y volver a salir de esta casa de locos.
-Espero que entiendan que un gran poder conlleva una gran responsabilidad y empleen sus poderes para hacer el bien.
-Debería haber quemado todos esos tebeos cuando tuve oportunidad.
-¿Has dicho algo?
-Nada, amor, que te ha salido muy rica la comida.
7 comentarios:
Los increíbles se quedan cortos al lado de tu prole Fede, deberíais pensar seriamente en sacarle algún partido económico al asunto, os ibais a forrar ¿pero no está Belén Esteban todo el día en la tele? y a ella sólo se le conoce el súper poder de la incomprensible atracción de masas. Los de tus hijos son mucho más interesantes, andevaparar.
beso!
Esta mañana (todavía no había comido) escuché. Al principio se te notaba nervioso y te temblaba la voz, pero despues te animaste y lo hiciste muy bien. El presentador no se corta nada al despedir a los que llaman.
Besinos
Nevada.
¡Me parto! me ha encantado, ¡de verdad! si no fuera por los buenos ratos que me haces pasar con Juan y Dario, el curro sería aburridísimo.
De pequeña solía poner los LPs de mi padre a 45 rpm y me tronchaba yo sola de la risa.
Luego se inventaron eso de los pitufos maquineros y le quitaron todo el encanto.
Tengo unas botas de charol negro que os pueden valer para el uniforme de superheroe... eso sí, van a tener que crecer un poco que yo soy de las que se puede dormir de pie.
Me gustan mucho estos superpoderes o cualidades extraordinarias por lo poco comunes y nada filantrópicas.
Molan. Y que el hombre se quede en casa.
Saludos.
Yo también quiero superpoderes, a ver si me caigo con la wacom puesta y tengo superpoderes de dibujo digital sin fin, que me vendrían de fabula. ¿como tienes tanta imaginación? que envidia...
Chelo, acuérdate de Peter Parker, cuando adquirió sus poderes arácnidos los usó para ganar dinero en peleas tipo lucha libre, dejó escapar a un ladrón que luego mató a su tío Ben, el que le decía siempre que "un gran poder conlleva una gran responsabilidad". Los superpoderes son para hacer el bien no para forrarse. Claro que si algún productor quiere llevar esta historia al cine estaríamos dispuestos a negociar los derechos.
Nevada, es que cuando cuento que lo pasó mal con estas cosas lo digo en serio. Los nervios son terribles. Por suerte, Javier Gallego es un amigo y me fui acomodando conformé avanzó la entrevista.
Lulu, no sabes la alegría que me das al saber que este blog hace el trabajo de alguien más llevadero.
Inverosímil, yo me sigo partiendo siempre que escucho una voz pitufada. Las botas de charol negro no nos van a servir, más que por la talla por el color. Estamos pensando en unos uniformes algo estrafalarios, tipo Robin o Júbilo.
Freak, habrá que ver el recorrido de estos superpoderes, voy a ver si apaño alguna Sala de peligro y los pongo a entrenar. Lo que no sé es cómo conseguiré la tecnología Shi´ar.
Maite, supongo que la máquina esa que dices será cara... si no, puedes probar a tirártela encima. Nunca se sabe.
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