Cada miércoles un cuento en El Estafador

jueves, 14 de octubre de 2010

Memory card



El lunes y el martes, amaneció soleado y llovió bastante al atardecer. Volviendo de un cumpleaños y con los limpiaparabrisas a tope, dije que el tiempo que estábamos teniendo me recordaba a la selva de Guatemala. Después, les conté a los hijos que cuando su madre y yo estuvimos allí, conocimos un loro que se sabía los himnos revolucionarios del CUC. Me quedé callado un momento y acabé reconociendo que no tenía claro que fuera un recuerdo fiable. Quizás mi memoria me estaba haciendo una jugarreta. Juan me dijo que hiciera como en los videojuegos que, al empezar, vas viendo las pantallas que ya has hecho y las puedes recordar perfectamente. Venga, hazlo, me animó.

Cerré los ojos y me concentré pero no conseguí nada. Juan, le dije, me temo que se me ha roto la memory card. A lo mejor es que has borrado eso sin querer, como hice yo en el juego de Batman, respondió. Es posible, hijo, es posible.

PD: A Guatemala fuimos con el COSAL - Entrepueblos que, ahora, se ha visto injustamente salpicado por todo la trama de desvío de los fondos para la cooperación al desarrollo del gobierno valenciano. Resulta que hay una fundación que les copió el nombre y que se llama Entre pueblos, separado, y es una de las que se ha estado quedando el dinero, presuntamente. El comunicado de Entrepueblos al respecto se puede leer aquí.

PDII: He subido una nueva entrega de El enésimo fin del mundo.

2 comentarios:

Pilar / MamásFullTime dijo...

Me encantan esos diálogos intergeneracionales en los que el niño dirge al papá o mamá hasta que saca lo mejor de él... Yo ahora estoy en el momento "con mamá no se puede hablar porque solo quiere fastidiarme", es mi relación con la WII que no le gusta mucho a mi hijo ¿o a mí la suya?
De todos modos ¿por qué contradecir a la memoria?¿a tí te gustaba tener ese recuerdo?¿es tan importante que fuera real?¿para tí lo era?¿a qué saben las nubes?...
Pues eso, lo importante no es lo que vives sino lo que recuerdas ¿no?

elhombreamadecasa dijo...

Pilar, creo que ya lo conté pero una vez nos dejaron una Wii y Mercedes nos humilló. Juan y yo juramos con sangre no volver a jugar con ella.