Cada miércoles un cuento en El Estafador

miércoles, 27 de enero de 2010

Trucos

Llevo cinco años usando todo tipo de estratagemas para dar de comer a los humanos en miniatura con los que convivo. Una que usé con Darío durante un tiempo consistía en alimentar al resto de la manada mientras le daba de comer a él:


martes, 26 de enero de 2010

Recargarse

En una tienda del barrio de mi madre se puede ver el siguiente cartel:





Me tienta entrar algún día y pedir una recarga de cinco euros de "españolismo" o algo por el estilo. Más que nada por probar. A ver qué se siente.

lunes, 25 de enero de 2010

Una pasta de dientes que da que pensar.

El otro día estaba en Mercadona y compré pasta de dientes para los chiquillos.




Se ve que no tenía otra cosa mejor que hacer y la estuve estudiando a fondo. Por detrás se podía ver el siguiente mensaje:




"Sin azúcar". Solo faltaba que el dentífrico llevara azúcar. Su madre preocupada en que tomen chicles sin azúcar y yo lavándoles los dientes con una pasta azucarada. Sería lo más.


Pero ahí no queda la cosa. Luego lo miré por delante y vi algo más sorprendente:




"Sin alcohol". ¿Por qué advierten de tal cosa? ¿Es que hay pastas que sí llevan alcohol? ¿Lo saben ya nuestras autoridades sanitarias?

sábado, 23 de enero de 2010

Pánico en Espinardo



Desde hace unas semanas, he cambiado mi rutina de correr. En vez de salir por la noche y hacer el circuito que siempre hacía, desde que pusieron allí en medio un centro comercial ya no es lo que era, salgo por la mañana (solo los fines de semana) y aprovecho la luz para ir por los carriles de huerta de Espinardo, La Albatalía y Guadalupe (no es que corra mucho, es que estas pedanías están todas muy cerca). Los carriles de huerta son estrechos caminos pensados para personas, burros y algún que otro carro. Ahora pasan por ellos coches y motos en ambos sentidos, y muy rápido. Así que la cosa no deja de tener su peligro.

Esta mañana, en mitad de una parte del trayecto bastante desierta, he notado un coche detrás. Al mirar, he visto que era un pequeño coche azul de esos que no necesitan carné de conducir. Me he echado a un lado para dejarlo pasar. Pero el coche no pasaba y no dejaba de escucharlo a mis espaldas. Al poco he empezado a ponerme nervioso. Mercedes y yo siempre nos burlamos cruelmente de esos coches y sus conductores y tal vez tenía detrás a un loco que había pensado que era el momento oportuno para vengarse. Si le diera por atropellarme, nadie lo vería. Miraba hacia atrás a cada rato, como un Fermín Cacho aficionado, y allí veía al pequeño coche azul al acecho. Y, por mucho que me esforzara, no podía distinguir a la persona al volante. Era una versión cutre-espinardera de "El diablo sobre ruedas". Aceleré el paso todo lo que pude y redoblé la sudoración, mitad esfuerzo, mitad pánico. Todavía me quedaba un buen trecho hasta la zona habitada más cercana. Con lo bien que corría yo por la acera de El corte inglés, pensé. Aquello no pintaba nada bien. Atropellado por un cochecito sin entidad alguna y de ese color azul tan feo. No se me ocurría una muerte más ridícula. Y lo peor de todo: ¿cómo le explicaría después a Mercedes que estaba muerto y que en semejante estado no podría llevar a Juan al cole ni encargarme de la comida de Darío?

Estaba a punto de volverme y suplicar piedad, cuando el coche ha girado a la derecha y ha desaparecido. Prometo no volver a burlarme. He aprendido la lección.

Y aprovechando el título grandilocuente que le he puesto al post, ahí va una cancionzaca de The Smiths:



PDI: Como la semana que viene solo subiré entradas con fotos propias y texto mínimo, os libraréis de que os hable de mis nervios por la presentación en Barcelona y el viaje en avión. Estoy un poco pesado con el tema. Aprovecho y anuncio que no habrá "Juan pregunta". El viernes estaré paseándome por Las ramblas, embelesado ante los kioscos llenos de periódicos, revistas y libros.

PDII: He puesto algunas cosas interesantes en el blog de los cuentos pop: unas ilustraciones inéditas de Casanovas, una crónica de la presentación en la FNAC de Murcia de una chica que no conozco (puntúa el libro con un 6,5; supongo que sobre una escala de 7), la entrevista en "Carne cruda"...

PDIII: Evidentemente, "Los Sopranos" los vemos sin los hijos. Duermen mientras disfrutamos de las aventuras de Tony y compañía. Pero ayer, Darío se enfadó con Mercedes y le amenazó con romper uno de los DVDs de la serie. Te voy a romper el disco de Los Soprano, le dijo (tal cual) con tono mafioso. Me da que en esta anécdota hay algún mensaje encerrado.

jueves, 21 de enero de 2010

Asteriscos

El martes por la tarde monté un mueble de Ikea. Una cajonera de pared que me llevó más tiempo y esfuerzo del esperado. La gente hace muchos chistes con lo de montar los muebles suecos y se quejan de lo difícil que resulta a veces. Eso es que no han intentado montar algunas de las sorpresas que salen en los huevos Kinder. Eso sí es difícil. El caso es que acabé baldado de montar la cajonera y llevo dos días con un dolor de espalda terrible. La edad no perdona.

No puedo quejarme mucho porque al igual que hemos repartido las tareas, hemos repartido las dolencias y las de espalda se las pidió Mercedes. Todo empezó allá por el verano de 2005. Fueron nuestras primeras vacaciones en Gijón. Fuimos en julio para intentar ver la Semana negra y descubrimos que las vacaciones con hijos no se parecen en nada a las vacaciones sin hijos. Juan empezaba a andar y había que ir con él todo el día, encorvados para poder sujetarle sus manecitas y que pudiera andar sin caerse cada dos por tres. Al cuarto o quinto día de estar allí, la espalda de Mercedes hizo crac. Según ella. Yo mantengo mis dudas porque con el rollo de que le dolía la espalda, se pasó un par de días tumbaba a la bartola, descansando como una reina.

El dolor de espalda, aparte de ser muy molesto, te hace sentir como un anciano porque apenas te puedes mover y tienes que hacerlo entre gestos extraños y movimientos torpes. Por si fuera poco, los hijos se huelen estas cosas. En cuanto ven una debilidad, zas, ahí van a aprovecharse. Darío lleva semanas subiendo y bajando solo de la silla del coche. Yo solito, dice, y si intentas bajarlo o subirlo tú, te fulmina con la mirada. Pues bien, desde que me duele la espalda, me exige que sea yo quien lo suba y lo baje. No tienen piedad.

*   *   *

Los de Radio3 se lo montan fenomenal. Me madaron un taxi a recogerme a casa. Me sentí un poco como una estrella del pop. Lo malo es que el taxista condujo como si se tratara de una pantalla de Need for Speed. Pasé bastante miedo en los diez minutos que duró el trayecto y temí llegar a la radio mareado como un pato.

*  *  *

La misma tarde del martes tenía otra entrevista radiofónica, por teléfono. Estuve un buen rato esperando y no me llamaron. Al día siguiente, la periodista me llamó y se disculpó. Le dije que no pasaba nada, que ya me pondría impertinente cuando fuera un escritor famoso. Este comenatrio lo hago de vez en cuando y la gente se ríe. Debe ser que piensan que es un chiste. Pero no lo es. Cuando sea rico y famoso pienso volverme altivo, insolente, ególatra y caprichoso. Hola, ¿te acuerda de mí?, me dirá alguien, escribía comentarios en tu blog. ¿Blog, qué blog?, le diré yo, anda no me molestes que me están tomando medidas para el frac con el que voy a recoger el Nobel. Fede, hay un concierto gratuito en el River Sounds de un nuevo grupo murciano, ¿vamos? Pues no, Bono está pesadísismo con eso de que le escriba su biografía y me ha mandado entradas vip para su próximo concierto.

*  *  *

La sección Darío pregunta está al caer. De momento está ensayando con preguntas cotidianas del tipo "Papá, qué comemos hoy" o "¿Cuándo viene mamá?". También está mejorando mucho el arte del insulto. Esta mañana, he tenido que despertarlo a la fuerza. Tú pareces tonto, me ha dicho varias veces. Está mal reírse cuando un hijo te dice algo así, pero tiene tanta gracia insultando que no puedo evitarlo.

*  *  *

Se me olvidaba una cosa de lo del principio. Monté el mueble con la inestimable ayuda de Juan. Esto lo hizo todavía más divertido si cabe. Y no hay lugar a dudas: la herramienta favorita de mis hijos es el martillo. Con qué destreza y despreocupación temeraria lo manejan.

En realidad eran dos cosas las que se me olvidaban. Ahí va la segunda. Cada vez que ponemos algún mueble o similar pegado a la pared, constatamos que en nuestra casa no hay ni una sola pared recta. Todas se curvan ligeramente hacia un lado u otro. Tal vez eso explique los vértigos que me dan de vez en cuando.

*  *  *

Mercedes es muy aficionada a las cremas. Digo aficionada por no decir integrista, no vaya a ser que se enfade. Tiene establecidos unos protocolos muy rigurosos de aplicación de cremas a los hijos. Esta antes de salir, la otra por si hace mucho sol, aquella para después del baño... Cuando vuelve a casa me interroga. ¿Les has echado las cremas? Al principio era sincero y cuando se me olvidaba lo reconocía. Pero después, decidí responder siempre que sí. Pero ella desconfía. Ayer repetimos la escena. ¿Le has puesto la crema nueva a Darío? Claro, claro, respondí. Pero fue a comprobarlo y descubrió que la crema nueva seguía cerrada a cal y canto, no había contado con eso. Siempre me pillan cuando miento.

*  *   *

Aviso: la semana que viene cambiaré un poco el ritmo. Subiré entradas con muy poquito texto y fotos propias. Está bien variar.

miércoles, 20 de enero de 2010

Error imperdonable

Me he puesto a responder comentarios y se me ha hecho casi la hora de "House". Así que ya escribiré la entrada mañana. Después de "House" echan en La 2 el segundo capítulo de la cuarta temporada de Muchachada Nui. ¿Os podéis creer que no nos enteramos de que había empezado? La semana pasada nos perdimos el primer episodio. Dormíamos mientas pasaba esto:




PD: ¿Es posible que "House" se esté quedando sin recorrido y no necesite nuevas temporadas? ¿Era necesario que dejara de tomar vicodina? ¿Es que ya no le duele la pierna? ¿Es malo tomar analgésicos? ¿Hay que sufrir porque a este mundo, que es un valle de lágrimas, hemos venido a padecer? ¿Está "House" patrocinado en la sombra por los lobbys cristianos? ¿Acaso no se medica el Papa para sus múltiples dolencias? ¿No hay mejores preguntas para hacerse que estas?

martes, 19 de enero de 2010

Las increíbles aventuras de Niño catódico. Hoy: El dúo dinámico (presentando a Niño sónico)

En capítulos anteriores: (uno) Juan se tira encima una tele y adquiere poderes catódicos. (dos) Juan emplea sus poderes para chinchar a sus padres y darle gusto a su hermano.


-¿Quieres hacer el favor de decirle a tu hijo que deje de tirarse electrodomésticos encima?

-Ya se lo he dicho pero no me hace caso.

-Pues tú sabrás. Ayer se tiró encima la Play y hoy le he pillado forcejeando con el horno.

-No sé por qué lo planteas como si fuera cosa mía.

-¿Quién si no se ha inventado eso de que Juan tiene poderes desde que la tele le cayó encima? Ahora Darío quiere poderes como su hermano.

-Pero, Mercedes, no puedes negar que Juan tiene poderes desde que la tele le cayó encima.

-Tanto tebeo te ha licuado el cerebro.

-A ver si te decides. ¿El cerebro me lo han licuado los tebeos o las novelas de Dostoyevski? Por cierto, me animan mucho los cuentos de Maupassant que me regalaste. Me estoy releyendo "El horla" y da muy buen rollo.

-Me parto con tu sarcasmo. Pero, en serio, haz algo con Darío. Se nos va a lisiar un día de estos.

-No puedes cerrar los ojos a la evidencia. Juan tiene poderes y sería mejor afrontarlo. Tal vez podríamos diseñarle un traje apropiado. Mira, he estado trabajando en unos diseños...

Mercedes se dio la vuelta y dejó a Fede con la palabra en la boca.


Algunos días después...


-No te vas a creer lo que ha pasado.

-Seguro que no.

-Es mitad desgracia mitad increíble.

-Acabo de llegar. ¿No podrías esperar a que comiera para contármelo?

-Es que creo que deberías saberlo. Es sobre Darío...

-¿Qué se ha tirado ahora encima?

-Pues ese es el tema precisamente. ¿Te acuerdas del tocadiscos buenísimo que nos dejaron tus padres?

-¡¿Lo ha tirado?!

-Tampoco hace falta que te pongas así. Total, el que lo usaba era yo.

-Se ha roto, ¿no?

-Bastante.

-¿Y Darío?

-Pues eso es lo increíble.

-No sé por qué no me medico.

-Si te pones catastrofista no te lo cuento.

-Déjame por lo menos que me siente.

-¿Te lo cuento o no?

-Qué remedio.

-Pues resulta que esta mañana, me he puesto a escribir en el blog y ya sabes lo pesado que se pone Darío cuando me ve en el ordenador. Se ha empeñado en que le pusiera la canción de feliz. Se la he puesto a ver si me dejaba un rato tranquilo. Y no se le ha ocurrido otra cosa que echar mano al tocadiscos... Cuando he querido darme cuenta se lo había tirado encima.

-Te dije que hablaras con él.

-¡Y lo hice! Pero no me hace caso, ya sabes cómo es. Déjame que siga. Se ha caído para atrás y se ha hecho un buen chichón. Y antes de que digas nada, te prometo que le he hecho caso a él antes que al tocadiscos. De todas formas se ha quedado hecho polvo. No creo que vuelva a funcionar.

-A mi padre se lo explicas tú.

-Vale, vale. Pero ahora viene lo mejor.

-No puedo esperar para escucharlo.

-Estaba recogiendo los trozos del disco de Cooper, que también se ha roto. Darío ha cogido un trozo y... ¡y ha empezado a sonar!

-De verdad que me vais a volver loca. Debería trabajar catorce horas diarias.

-Te lo estoy diciendo en serio. Debe ser que nuestros hijos tienen algún tipo de... no sé... tal vez tienen cierta predisposición genética a adquirir poderes...

-¿Por qué tengo que estar escuchando esto?

-Vale, no les llames poderes, llámalo cualidades extraordinarias... Darío ha hecho sonar el disco. He hecho pruebas con otros vinilos y si le acercas uno lo hace sonar. Creo que tiene poderes sónicos. Me parece de lo más lógico: a Juan se le cae una tele encima y adquiere poderes catódicos, Darío se tira encima un tocadiscos y adquiere poderes sónicos. Lo que pasa es que todavía tiene que perfeccionarlos, no controla mucho lo de las revoluciones y me pone los siete pulgadas a 33 revoluciones por minuto.

-Es suficiente. ¿Puedo comer ya?

-No me creas pero en cuanto se despierte de la siesta te lo demostramos.

-Lo que tú quieras. Yo me conformo con que lleguen las siete de mañana y volver a salir de esta casa de locos.

-Espero que entiendan que un gran poder conlleva una gran responsabilidad y empleen sus poderes para hacer el bien.

-Debería haber quemado todos esos tebeos cuando tuve oportunidad.

-¿Has dicho algo?

-Nada, amor, que te ha salido muy rica la comida.

lunes, 18 de enero de 2010

180 gramos de recompensa



Algunos domingos, cuando hacemos el ánimo, nos acercamos a comprar el periódico y cruasanes para desayunar. El kiosko y la panadería quedan a unos veinte minutos andando, así que, aunque no sea nada ecológico, vamos en coche. Nos da algo de mal rollo pero un paseo de casi una  hora por la mañana se hace algo pesado, las cosas como son.

Este domingo, se levantó Mercedes antes que yo, que me quedé en la cama remoloneando. Pero Mercedes no tenía ganas de salir de casa y se puso a hacer café sin más. Refunfuñando, me levanté, me vestí y me fui a por el desayuno y el periódico. No sabía que iba a ser mi mañana de suerte.

En la panadería compré los dos últimos cruasanes. No sé por qué pero llegar justo a tiempo de comprar los dos últimos cruasanes da mucho gusto.

Después fui al kiosko y después de comprar El País, me entretuve un rato mirando los fascículos y coleccionables. Y de repente me dije ¡¿pero qué ven mis miopes ojos?! Ni más ni menos que el "Kind of Blue" de Miles Davis (nº 1 entre las reediciones de 2009 según la Rockdelux) en vinilo de 180 gramos y con la portada original. ¡Y a 7,99 euros! No me lo podía creer. En un visto y no visto ya me lo había comprado.

Era el primer número de una colección de vinilos de Jazz a la que ya me he suscrito. Cada mes recibiré dos entregas en mi casa (que a la hora de la verdad es en correos porque a casa solo llegan papeles de avisos para recoger) incluido el "Chet Baker sings" que llevaba un montón de tiempo buscando.




PD: Junto con el periódico regalaban un tebeo de Ben10 (con una maquetación de lo más rara). En la cuña de radio decían que "nuestros hijos" podrían "aprender y divertirse" (en ese orden) con esa colección de tebeos. Así que, por la noche me puse a leerlo detenidamente con Juan. Esperaba que al final hubiera algunos ejercicios para repasar vocabulario y aprender el nombre de los planetas del Sistema Solar. Pero no. Era solo la historia de cómo Ben10 adquiere sus poderes. ¿A qué se referían con lo de "aprender" entonces? ¿A conocimientos inútiles del tipo de que Ben puede transformarse en diez alienígenas distintos y que sus poderes tienen una duración limitada, como los de Hourman? ¿Qué será lo próximo, pretender que "nuestros hijos" lean solo para entretenerse?  Hasta ahí podíamos llegar. Indignante.

domingo, 17 de enero de 2010

Presentación "Cuentos pop" en la FNAC Murcia (El desenlace)



Dice mi hermana mayor que llevo una vida extrema. Se refiere a que esta semana que acaba, la he pasado practicamente encerrado en casa haciendo de enfermero pediátrico y solo he salido para darme un baño de multitudes (más o menos) en la presentación de los "Cuentos pop". No le falta razón. Mi vida últimamente es de lo más peculiar.

Fue una suerte que Celia pudiera venir a la presentación. Es una gran periodista y se le nota tanto. Hizo una presentación increíble. Dijo cosas muy bonitas sobre mi literatura y los cuentos. También contó alguna que otra anécdota mía que le hizo mucha gracia a la gente. Lo mejor fue que habló con el "tono" que yo quería darle a mi intervención, mitad serio, mitad de coña, y nos lo pasamos muy bien. Igual hablaba de la importancia de la honestidad en el oficio de escritor que de mis problemas con las planchas del pelo cuando decidí dejármelo largo. Fuimos capaces de citar tanto a Maupassant como a la Superpop, todo un crisol de referencias culturales.

Por mi parte, conseguí pasar la prueba bastante bien. Reconozco, una vez más, que me daba bastante pavor ponerme delante del público y estar hablando un tiempo prudencial. Pero entre la presencia de mi hermana, el público entregado (gracias mamá, hermanas, primas, primos, vecinas, cuñados, padres de cuñados, amigas incondicionales...) me fui sintiendo cómodo y pude contar las cosas que quería contar. La gente se rio varias veces, y eso es lo que cuenta al fin y al cabo.

En un momento dado, el acto estuvo a punto de ser suspendido cuando dos descontrolados se subieron al "escenario" y empezaron a corretear de un lado para otro, incluso amagaron con lanzarse al público, como si de un concierto de Nirvana se tratara. Por suerte, las fuerzas de orden familiar intervinieron a tiempo y consiguieron reducirlos sin causar mayores destrozos. Los de la FNAC se los llevaron al cuarto de interrogatorios, pero por lo visto habían recibido un entrenamiento digno de fuerzas especiales de asalto y solo consiguieron averiguar que se llamaban Juan y Darío. Quizás eran nombres falsos. Al final, sin ningún cargo concreto de los que acusarlos, hubo que soltarlos y volvieron a casa con Mercedes como si nada.

El fórum de la FNAC se llenó e incluso hubo gente que pasaba por allí que se quedó un rato escuchando. En la anterior entrada con este mismo título se puede leer un comentario que demuestra que entre el público hubo gente que no conocía. También fue muy chulo que me hicieran preguntas porque, además, fueron preguntas muy interesantes.

Durante todo el tiempo, las increíbles ilustraciones de Casanovas se fueron proyectando en una pantalla que teníamos detrás, y eran el escenario ideal.

Al terminar, tuve que salir escopetado al aeropuerto de Alicante para que Celia cogiera el vuelo de regreso a Madrid. Llegamos bien de tiempo y como la salida se había retrasado una hora, pudimos tomarnos un café y regodearnos con lo bien que había salido todo.

PD: La entrevista en "Carne cruda" (el programa de Javier Gallego en Radio3) será el martes que viene. El programa es de 14 a 15 horas, no sé muy bien en qué momento exacto irá la entrevista pero el programa entero merece mucho la pena.

PDII: Las fotos que salen en la prensa y actos como el que he contado tienen un problema y es que "queman" la ropa que te pones. Me vestí con mi mejor camisa y, claro, ya no me la puedo poner para la presentación en Barcelona. Necesito urgentemente salir de rebajas.

miércoles, 13 de enero de 2010

Un día como otro cualquiera




Nota: La enumeración de actividades que sigue no está ordenado cronológicamente.

Hoy, he alimentado, vestido, cuidado y entretenido a dos niños durante casi trece horas ininterrumpidas. He hecho las camas. He mediado en varias de sus peleas. He llevado a Juan al pediatra, con lo que me gusta ir al pediatra. He hecho el desayuno, la comida, la merienda y la cena. He visto Clantv. He leído varios cuentos. He puesto varias veces el termómetro y dado varios medicamentos. He escuchado la canción de Pippi tantas veces que de haberla escuchado una más hubiera roto la minicadena. He cambiado pañales, alguno de verdadero escándalo. He descargado un lavavajillas y cargado otro. He limpiado el baño. He ido a Mercadona para comprar las cosas que siempre se me olvida comprar en la compra de la semana. Los he duchado. Hasta me he podido duchar yo, aunque de aquella manera. He ordenado, ordenado, ordenado y como si nada. He puesto una lavadora, la he tendido y la he recogido. Le he colgado un par de veces a alguien que quería venderme algo por teléfono. Les he lavados los dientes tres veces al día. Les he puesto los pijamas. Y, menos mal, han pedido por aclamación que fuera la madre quien los durmiera. Para estar en paro hago muchas cosas.

Hoy, también, me puedo ir a la cama satisfecho: He vuelto a salvar el mundo.

martes, 12 de enero de 2010

¿Poses?




A Mercedes no hay quién la entienda ("quién" = "yo"). Me tiene prohibido leer a Dostoyeski y va y me regala un libro de relatos de Maupassant. En honor a la verdad, debo decir que el regalo me lo trajeron los Reyes pero como fue ella quien escribió la carta, hay que adjudicárselo.

Maupassant, según se lee en la solapa del libro, acabó así: "aquejado de trastornos nerviosos, fue internado, después de un intento de suicidio, en la clínica parisina del doctor Blanche, donde murió a la temprana edad de 43 años".

Uno de los relatos, titulado "El buque náufrago", está narrado en primera persona y cuenta la historia de un tipo que trabaja en una compañía de seguros y tiene que ir a inspeccionar un barco que ha naufragado. Estando en el pecio, llegan un inglés con sus tres hijas (el narrador insiste mucho en la nacionalidad, por eso lo menciono). Él se enamora de repente de la más pequeña y cuando sube la marea a traición y están a punto de ahogarse, desea morir abrazado a ella. Al final son rescatados, se separan, nunca la vuelve a ver pero pasa toda la vida enamorado de aquella muchacha. No se le conoce relación alguna, solo un amor enfermizo y completamente inútil. 

Leí demasiadas historias de ese tipo en mi adolescencia, creo que ya lo he dicho. Historias perjudiciales que me llegaron en mal momento y que creo que son responsables de buena parte de las cosas que me pasan ahora.

Así que ayer fuimos a la Nueva Condomina (un centro comercial) para dar una vuelta con mi hermana y mi madre y echar un ojo a las rebajas. Pasamos por la FNAC. Vi mi foto en el calendario de festejos para este mes. Por un lado me emocioné y por otro me angustié. Juan empezó a dar síntomas de enfermedad. Y la calefacción hizo que me costara respirar. En esas estaba cuando me vi solo. Habíamos quedado en Berska pero yo me confundí y fui a Blanco. O al revés, no sé. De repente me sentí desvalido y abandonado en mitad del mundo. Las luces brillantes me molestaban. La gente me parecían seres feroces que se dirigían de un lado para otro con fines aviesos. Noté que se me doblaban las piernas y que se me saltaban las lágrimas. Era como un niño pequeño. Con un teléfono móvil y un par de recursos de más pero un niño pequeño al fin y al cabo.

Llamé a Mercedes y no contestó. La línea de acoplaba y de vez en cuando parecía que respondían. Así que, allí estaba yo, en mitad de un centro comercial en plenas rebajas, intentando no desmayarme y hablando entercortadamente con un móvil sin nadie al otro lado. Después llamé a mi hermana y tampoco me contestó. Por suerte, mi madre sí lo hizo y pude recuperar el control casi al borde del ataque de pánico.

Cuando me pasan estas cosas tan decimonónicas, no puedo evitar preguntarme sin son experiencias sinceras y espontáneas o solo intento emular a los héroes de las novelas que leí en la adolescencia.

Y ahora es cuando os estaréis preguntando qué demonios pinta una foto de Rufus Wainwright vestido de tirolés al principio de este post. En realidad, nada, pero como tiene un disco que se llama "Poses" me he dicho, voy a poner a Rufus, que mola un montón vestido de montañero suizo. Y cómo canta:



PD: Después, de vuelta a casa, tuvo lugar otro gran momento, esta vez sin poses de ningún tipo. Me senté detrás, estrujado entre las dos sillas de niño para el coche (habrá que volver sobre este asunto en otro momento) porque Juan estaba definitivamente malo y el vómito acechaba detrás de cada curva. Sonó el teléfono y era un periodista que quería concertar una entrevista en ¡¡Radio3!! sobre los "Cuentos pop". En eso estábamos cuando le tuve que interrumpir. Disculpa un momento, le dije, es que mi hijo va a vomitar y tengo que coger la bolsa de plástico. Durante unos segundos, el periodista tuvo que escuchar arcadas, algún que otro lamento de Mercedes y a Darío gritar de forma insistente ¿QUIÉN ES? ¿QUIERO HABLAR? ¿JUAN, QUÉ PASA? Por suerte, todo quedó en un susto y la entrevista será algún día de la semana que viene. El periodista, menos mal, era también un amigo. Ni más ni menos que Javier Gallego. Vaya, Montalbán me presenta el jueves, Gallego me entrevista la semana que viene. La "Espacia Melange" sigue viva.

PDII: Ayer probé un remedio contra la tos que Maite recomendó en un comentario a este post. ¡Funciona!

Presentación "Cuentos pop" en la FNAC Murcia

El jueves 14 de enero a las siete de la tarde, presento el libro en la FNAC de Murcia (Centro Comercial Nueva Condomina). Si alguien quiere ver a todo un hombre hecho y derecho (es un decir) temblando como un flan y balbuceando sin sentido a la par que acompañado por la mejor periodista del mundo mundial y extraterráqueo, puede ir. La entrada es gratis.

lunes, 11 de enero de 2010

Malditos gnomos




Esta mañana, Mercedes ha empezado su nuevo trabajo y el despertador ha sonado un poco antes de lo habitual. Darío ha cogido la costumbre de pasarse a media noche con nosotros. Cómo son los hijos. A los dos los hemos dormido de la misma forma desde que nacieron. Juan, si se despierta a media noche, nos llama para que vayamos con él. Y Darío se viene con nosotros. Ah, los listos que gustan de vaticinar la vida de las personas según lo que les pase de pequeños hablan por hablar.

Mi idea era levantarme con Mercedes y prepararle un buen desayuno mientras se duchara. Pero se duchó por la noche y a mí cada vez me cuesta más salir de la cama. Así que no he ejercido de buen marido.

Un poco antes de que se marchara, he salido de la cama sigiloso como un ninja para que no se despertara Darío, a ver si me podía afeitar y duchar sin mucho sobresalto. Pero, vaya por dios, Juan se había despertado. Vuelve a dormirte, Juan, le he dicho, que es muy temprano, yo voy al baño a ducharme.

Lo de afeitarse tiene la ventaja de que uno puede exteriorizar que está algo depre dejando pasar varios días sin afeitarse. Yo no lo había hecho desde el jueves y aunque mi barba es algo rala ya empezaba a notarse. Me he encerrado en el baño, he puesto la calefacción y la radio y me he aplicado una buena cantidad de gel de afeitado. En esas estaba cuando me ha parecido escuchar gritos. Desde que tengo hijos sufro "visiones" sonoras (seguro que hay una palabra adecuado para eso pero no me la sé) de llantos y gritos así que no me ha extrañado abrir la puerta, poner el oído y no escuchar nada. He vuelto a la cuchilla y de nuevo los gritos. Esta vez estaba claro que no eran ilusiones, uno de mis chiquillos gritaba como un poseso. He salido corriendo y a mitad del pasillo ya sabía que era Juan.

He llegado a la habitación y allí estaba el pobre, desgañitándose como un loco. ¿Pero qué pasa? le he preguntado. Que estaba gritando y no venías, me ha reprochado. ¿No te he dicho que estaba en el baño? Había un gnomo en la oscuridad y a mí no me gustan nada los gnomos. ¿Y por qué no has encendido la luz? Porque el gnomo estaba al lado del interruptor.

Lo he tomado y me lo he llevado al baño a ver si podía seguir afeitándome. Pero entre el susto y que he intentando apurar la cuchilla más de lo debido, me he dejado la cara salpicada de pelillos sueltos mal afeitados. Estoy horrible.

Cuando ha llegado Mercedes, Juan nos ha hecho una recreación con todo detalle de lo sucedido con el gnomo. Y nos ha dado miedo. Mucho miedo. Así que hemos llamado a una agencia de Trolls a domicilio y nos van a mandar uno esta noche para que haga guardia.

jueves, 7 de enero de 2010

Siete de Enero

Hoy el día no quería amanecer, le pasaba los mismo que a mí. Anoche me quedé hasta tarde viendo en la tele "Las crónicas de Narnia". No la había visto, ni leído el libro, y me gustó. Estoy empezando a entrar, de nuevo, en uno de esos círculos viciosos del insomnio. No duermes bien un par de noches, empiezas a irte a la cama agobiado por si no te duermes, el agobio no te deja dormir y etcétera. Para colmo estamos teniendo un extraño problema con las tuberías, a las que les da por hacer unos ruidos insoportables por la noche. En el mundo de la ficción, algo así podría acabar convertido en un cuento de Cortázar o en el remake de "Esta casa es una ruina". Pero en el mundo real se trata de una putada que acabará con un fontanero que se llevará una pasta y que probablemente acabe saneando como el manitas de "El milagro de P. Tinto".

Está haciendo uno de esos días que parecen especialmente pensados para el 7 de Enero: llueve sin cesar y hace mucho frío. ¿Qué les habría costado alargar las vacaciones, escolares, hasta el 11? Total, por dos días lectivos no se acaba el mundo.

Ayer, como todos los días de Reyes, fue increíble. Reconozco que los últimos años me había desenganchado mucho de esa fiesta pero desde que están Juan y Darío vuelvo a disfrutar como un chiquillo. Si hasta me emocioné con la cabalgata de los Reyes.

Ha sido el primer año que Juan no podía dormirse de los nervios. Y el primer año que no ha hecho falta despertarlo. De hecho, ya se despertó él solito a las tres de la mañana. ¿Ya es de día, papá? A veces, este hijo mío pregunta por preguntar. A las cuatro volvió a preguntar si era de día. ¿Pero es que no ves que no, duérmete? A las cinco de la mañana le respondí lo mismo pero con otro tono y acabé la frase con un recórcholis que en realidad era otra palabra que no diré para no perder la fama de padre que me estoy labrando a fuerza de posts. Poco antes de las ocho ya no hubo forma de contenerle y se desató el frenesí de regalos.

Frenesí que llegó al paroxismo (qué palabras más raras estoy usando) en casa de mi madre. Por lo visto, los Reyes han nombrado como cuarta mosquetera, digo, Reina a mi hermana la de en medio.

No me quiero extender enumerando los regalos. Solo algunas cosas:

- Necesitamos una casa nueva para que vivan las manadas de clicks, que ya no caben en la habitación de los niños.
- Nos hemos deshecho por fin de la cámara de fotos vieja y ya podremos tomar fotos sin ese brillo blanquecino que parecía siempre que estuviéramos reencarnándonos.
-Mi nivel de exquisitez está llegando a límites insospechados. Algunos regalos: Un libro sobre comics y portadas de vinilos, el tebeo "Catálogo de novedades Acme" de Chris Ware (que me va a costar un par de dioptrías) y un documental sobre Chet Baker titulado "Let´s Get Lost".

PD: Volvíamos del cole cuando ha tenido lugar un pequeño sucedido que voy a contar porque puede dar mucho juego en los comentarios, supongo que especialmente entre las lectoras. Juan llevaba en la mano un pterodáctilo de los clicks y Darío una clicka pelirroja a la que llama, cómo no, Pippi. Juan me ha pedido que fuera más despacio porque le dolía la cabeza. Darío, que ha decidido ser como su hermano mayor en todo, me ha dicho que a él también le dolía. ¿Y a Pippi le duele? le he preguntado. No, ha respondido. ¿Y al pterodáctilo, Juan, le duele la cabeza? No, papá, ha dicho, es que el pterodáctilo no tiene sexo. Luego ha seguido dándome explicaciones sobre el tema pero ya decía "cerebro" y no "sexo".

martes, 5 de enero de 2010

Vísperas



Estamos que nos subimos por las paredes. Por fin es 5 de Enero y ¡ESTA NOCHE VIENEN LOS REYES! Ya lo tenemos casi todo preparado, solo nos falta recoger un poco de hierba para los camellos en el descampado de al lado de casa. Alguna ventaja debía tener vivir en los confines del mundo civilizado.

También tenemos listo el roscón de reyes. Lo hemos comprado en una confitería de Espinardo que los hacen de muerte. Al encargarlo, me dijeron que era de tres raciones y como esta tarde a lo mejor vienen mis hermanas a merendar a casa (con mis hermanas todo es "a lo mejor") he comprado dos. Lo que pasa es que al decir tres raciones querían decir treinta. Espero que los Reyes lleguen a casa con hambre porque las raciones de roscón que les vamos a dejar serán XXL.

Voy a escribir una anécdota entrañable que me contó Mercedes hace unos días y que tiene mucho que ver con el tema del post. Trabaja en una Asociación que apoya a mujeres y muchas son inmigrantes (debería decir trabajaba porque desde el lunes que viene ascenderá en la escala alimenticia de los trabajos, pero esa es otra cuestión). Digo lo de inmigrantes porque al venir de otros países ciertas tradiciones de aquí les son completamente desconocidas. Una de las mujeres la lleva loca con peticiones de lo más variopintas. Que si quiere que le mande un SMS a Zapatero para que le mire el tema del piso, que si quiere una cita con Miss Nigeria para que le consiga plaza en la guardería a uno de sus hijos y cosas por el estilo. Así que cuando al empezar la Navidad le pidió que le escribiera una carta a los Reyes, Mercedes, que había entendido al rey, se negó en redondo. La mujer insitió y entonces Mercedes la entendió bien. Lo que quería era que la ayudara a escribir una carta a los Reyes para pedirle regalos para sus hijos. Y se lo pedía de verdad.

PD: Juré no decir nunca eso de "Si no te portas bien los Reyes no te traerán regalos". Me costó cuatro años de paternidad incumplir mi promesa pero la incumplí. Lo bueno del asunto es que es de ida y vuelta y hoy Juan me ha dicho que si le volvía a mentir le diría a los Reyes que no me trajeran nada. Lo que no sé es por qué dice que le miento. Es verdad que en el roscón me ha salido un huevo de pterodáctilo y que lo voy a incubar y cuando nazca le pondré una silla de montar e iré volando en él a todos los sitios que quiera, como en el dibujo de Segrelles (ver arriba). Dice que es mentira pero lo que pasa es que se muere de envidia porque no le ha salido a él.

lunes, 4 de enero de 2010

Premios ELECTRO 09


Una de las cosas que hacemos Mercedes y yo, al acabar el año, es conceder unos premios a nuestros electrodomésticos favoritos. Este año los galardonados han sido:

PREMIO REVELACIÓN / IN MEMORIAM 2009: TOCADISCOS. Puede resultar contradictorio unir en un mismo premio "revelación" y "tocadiscos" pero es que algunas cosas nunca dejan de sorprender. Conseguí hacer funcionar el viejo tocadiscos de mis suegros a finales del año pasado y en las Navidades de 2008 volví a comprar vinilos. Ahora soy todo un fetichista de los discos, como de adolescente. Para cerrar el círculo, el tocadiscos se lleva también el premio IN MEMORIAM porque quizás recordéis que Darío lo tiró al suelo y lo rompió. Sniff...

PREMIO AL ELECTRODOMÉSTICO DEL AÑO: TOSTADORA.  
En realidad es una sandwichera pero la usamos como tostadora. El premio se lo lleva porque ya es una década (por lo menos) haciéndonos más llevaderos los madrugones con esas tostadas recién hechas, ya sean con tomate y aceite o con mantequilla y mermelada.



PREMIO A TODA UNA VIDA: PORTÁTIL. Mi fiel Compag Presario ha estado a mi servicio casi tanto tiempo como la tostadora pero sus 216 MB de RAM ya no daban más de sí y nos hemos tenido que comprar un ordenador nuevo. Pero no lo olvidaremos.


PREMIO AL MÁS ODIADO: BATIDORA. Estábamos dudando entre la batidora y la cámara de fotos digital que nos quema todas las fotos pero como no sabemos a ciencia cierta si una cámara de fotos puede ser catalogada como electrodoméstico, se lo damos a la batidora. Es una máquina odiosa que bate fatal (iba a decir que bate con el culo pero no quiero ser mal hablado). Además, a la que te descuidas te salpica y es un asco. Cualquier día de estos me desharé de ella sin premio IN MEMORIAM ni nada.