Cada miércoles un cuento en El Estafador

martes, 2 de septiembre de 2008

Miscelánea veraniega


Leo en El País que las amas de casa también sufrimos depresión al volver de las vacaciones. Vaya, menos mal que de vez en cuando acuden los científicos sociales a salvarnos.

No sé el nivel de mi depresión postvacacional, si tuviera algo de tiempo libre sería alto pero como no tengo ni un segundo para amargarme me siento normal, ni frío ni calor, ni depresión ni emoción. Soy un vegetal.

Las vacaciones son de esas cosas que al día siguiente parecen formar parte del pasado más remoto. Las mías, que acabaron hace apenas dos días, se me antojan ya lejanísimas. Escribí que si echaba mano de alguna conexión de ADSL subiría algo al blog. Mentí. En Gijón estuve un par de semanas con Internet y no subí nada. Entendedme, estaba de vacaciones y me dejé llevar. En todo caso, y aunque sea a toro pasado, voy a escribir algunas cosillas sueltas de lo ocurrido en el mes de agosto.

1. Recuerdo que antes de irnos de vacaciones, mi madre nos sometía a un zafarrancho de limpieza sin igual. ¡Hasta limpiábamos los armarios de la cocina por dentro! La casa había que dejarla como los chorros del oro. Conseguía entender (más o menos) la necesidad de ir con ropa interior limpia por si tenía un accidente y me llevaban a un hospital (donde, evidentemente me bajarían los pantalones y se quedarían deslumbrados por la limpieza de mis calzoncillos) pero esa limpieza intensiva antes de irnos a la playa me desconcertaba e irritaba. Mi madre daba sus razones pero a mí me sonaban a chino. Y ahora... ahora hago lo mismo. Antes de irnos a Albacete dejé la casa como nueva. Dos días enteros estuve sin parar un segundo hasta que desholliné hasta el último rincón. Y es que, sí, da mucho gusto llegar a casa y verla ordenada. Y si no da gusto sí consuela un poco el mal rollo de la vuelta.

2. Y ya que estamos con los calzoncillos, en julio acabé con mi particular plan renove de ropa íntima. Había una razón oculta para precipitar el cambio. En Albacete nos quedamos en la huerta de mis suegros y claro, quedaba fatal tender mis calzoncillos zarrapastrosos a la vista de mis suegros. Y no solo eso. Mi suegra nos plancha la ropa, incluida la interior. Así que urgía ir con calzoncillos nuevos.

3. Camino de Gijón, paramos en un área de descanso. La vejiga me hizo recordar a un profesor de Fisiología de la carrera. Con su acento canario que a nosotros, a saber por qué, nos recordaba a los agentes de CAOS, nos decía: el sustantivo micción no tiene verbo, es decir, no se dice miccionar, el verbo culto para esa acción es mear, que viene directamente del griego. Pues bueno, yo me estaba meando e inspeccioné la zona buscando dónde aliviarme. Pero entonces paró al lado nuestro un coche super cool del que se bajó nada más y nada menos que Marta Reyero. Y, claro, cualquiera se iba a un rincón a mear con una famosa de la tele al lado.

4. En estas vacaciones he hecho dos cosas que no había hecho nunca: crucigramas y correr. Correr no corría desde que en el instituto nos torturaban con el odioso Test de Cooper. Y crucigramas no había hecho nunca. Casi seguro que no volveré a hacerlos. Sobre lo de correr quizás vuelva en otra ocasión.

5. Juan ya sabe escribir todos los números y casi todas las letras, todavía le cuestan la G y la Y.

6. Mercedes le enseñó a Darío a decir Tao. Tao es el perro de mi padre. No me preguntéis por qué pero de todas las cosas que podía enseñarle, pasó varios días insistiendo con lo de Tao. Ahora Darío llama Tao no solo a todos los perros sino a todo el mundo. Darío, llama a mamá... mamá, mamá. Y él: Tao. Bueno, peor fue con Juan que le enseñó a decir ¡digooo! (lo que decía la Veneno).

7. Descansar, descansar no he descansado mucho. Ahora, no he hecho de comer en todo el mes. En Albacete cocina mi suegra. Y en Gijón mi padre nos lleva a gastos pagados y comemos (mucho) en el restaurante del camping.

8. Gijón sigue siendo nuestro paraíso particular.

Habría mucho más que contar pero ahora mismo no me acuerdo ni tengo tiempo para escribir más. ¡Ah, bueno! Se me olvidaba una cosa muy importante. Mercedes ha terminado las vacaciones con un esguince. Darío está con los dientes y va soltando babas por toda la casa. El viernes, Mercedes lo llevaba en brazos y pisó una de sus babas. Se resbaló y para no caerse forzó el tobillo y se lo esguinzó. Quiso obviarlo pero el sábado tuvo que ir al médico. Tensoplast, muletas y al menos diez días de reposo. Yo me fumé una ración doble. Así va a estar toda la semana y está siendo mucho más duro de lo que estáis pensando. Por suerte mi madre se está quedando con los críos por la tarde cuando yo trabajo.

Moraleja de todo lo anterior: quien tiene una familia extensa tiene un tesoro.

5 comentarios:

calvina dijo...

Hoy es mi primer día, no tan malo como esperaba. Stá lloviendo, así q si siguiera de vacaciones no tendría más remedio q quedarme en casa y ordenar (he conseguido no hacerlo en todas las vacaciones).

T aseguro q si vuelves a correr t enganchas y acabas haciendo un maratón, q es lo q voy a hacer yo el 19 d octubre (estoy cagada). Siempre he hcho deporte, pero correr en la vida, es más, me parecían unos pringados. Se me ocurrió empezar en diciembre pasado (xq?) y no sé q tiene pero es adictivo. A veces leo resvistas de running (!!), consulto foros (!!!) y casi lo peor, las zapatillas de correr ya no me parecen tan feas (!!!!).

elhombreamadecasa dijo...

Hola, Calvina. Bienvenida a este blog. Sigo corriendo (sin dar crédito) a pesar de mis tobillos. Desde que empecé a hacerlo me duelen de forma alterna, ahora le toca al derecho. Debo reconocer dos cosas:

1ª Leyendo tu comentario he recordado que el otro día miré de reojo una revista de running.

2ª El martes pasado por la feria de Albacete calzado con mis zapatillas de correr.

En todo caso, para el maratón me queda todo un mundo.

elhombreamadecasa dijo...

Hola, Calvina. Bienvenida a este blog. Sigo corriendo (sin dar crédito) a pesar de mis tobillos. Desde que empecé a hacerlo me duelen de forma alterna, ahora le toca al derecho. Debo reconocer dos cosas:

1ª Leyendo tu comentario he recordado que el otro día miré de reojo una revista de running.

2ª El martes pasado por la feria de Albacete calzado con mis zapatillas de correr.

En todo caso, para el maratón me queda todo un mundo.

calvina dijo...

Tiempo al tiempo. Por cierto, no sé si corres con música, pero La Casa Azul anima un montón.

Este comentario va por la Maldición Levi's...lo siento, pero...ja, ja, ja, ja. Por si te sirve de consuelo hace unas cuantas navidades le compré a mi padre un termoscópio, cuando llegué a casa se lo enseñé a mi compañera de piso, nada más sacarlo de la caja se me cayó y se rompió, obvio. Todavía se ríe y me lo recuerda cada vez q nos vemos.

PD: Era mi primer día de trabajo, no en el blog.

elhombreamadecasa dijo...

Calvina, ya sé que entras al blog de vez en cuando, es que me expresé mal. Quería decir bienvenida al blog después del verano. Con un nombre como ese es imposible olvidarte: soy el fan número uno de Calvin & Hobbes.

Sí corro con músico. Últimamente con Airbag, también dan mucha marcha, y con... atención... Calle 13. Sí, escucho reggeton mientras corro. Pero cuidado, reggeton bendecido por Rockdelux y Siglo 21.