lunes, 8 de septiembre de 2008
Caos
En mi sueño se abre la puerta de la habitación de Juan y aparece un risueño Arguiñano que hace un chascarrillo a costa de la pirólisis. Después se cierra la puerta y la susodicha obra el milagro: la habitación de Juan se limpia sola.
Tengo otro sueño. En este la protagonista es Julie Andrews que nos da a todos un poco de azúcar, hace unos pases mágicos y cada enredo se desenreda y se colocan ellos solitos en su sitio.
Como mis sueños no se cumplen estoy por recurrir a una vieja leyenda de mis tiempos de instituto. Los que optaban por llevar rastas hicieron correr el rumor siguiente: pasada una semana sin lavarte el pelo, él mismo se limpiaba solo. Era cosa de no sé qué clase de proceso biológico espontáneo que ponía en evidencia la inteligencia de la Madre Naturaleza. Tal vez si dejo de limpiar y ordenar la habitación de Juan acabe por limpiarse y ordenarse por si misma. Claro que tal vez no.
Lo peor de todo es que está empezando a actuar como una célula tumoral y el desorden se va extendiendo por toda la casa. Ya ha alcanzado la salita y la entrada. Amenaza con llegar al salón y si no hacemos nada, en un par de semanas llegará al estudio, se mezclará con mi propio desorden y será el fin del mundo.
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elhombreamadecasa
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