Suelo decir que a mí la fama y la riqueza sí me cambiarán. Nada de seguir siendo el mismo chico amable y modesto de siempre (si a modesto le cambias la "d" por una "l" queda "molesto"). Pienso volverme ególatra y altivo. De la misma forma, conforme me haga mayor, seré (más) cascarrabias, huraño, roñoso y etcétera.
Y resulta que, hombre, famosos famoso no soy pero tampoco un don nadie. Y para ser viejo me faltan unos años pero los 37 ya no los cumplo. Así que, el otro día monté un escándalo absurdo por culpa de una bolsa reutilizable del Mercadona.
Todo comenzó con un malentendido. Me dijeron que fuera a recoger una naranjas y, como no me dieron más explicaciones, pensé que (1) eran regaladas y (2) eran para mí. Para llevar las naranjas usé dos bolsas reutilizables, una del Mercadona y otra del Carrefour.
A los dos días, mi madre vino a casa y descubrí que (1) las naranjas las había pagado ella y (2) eran suyas. Se las tenía que dar, claro, pero quiso llevárselas en mi bolsa reutilizable del Mercadona. Por dios, valen solo 60 céntimos y yo me enfadé como si me hubieran ultrajado en lo más profundo de mi orgullo. Podía haberme dado por cualquier cosa pero me ha dado por las bolsas reutilizables. Todo se vuelve más grave si se tiene en cuenta que la otra bolsa llena de naranjas me las regaló.
5 comentarios:
Una ofensa terrible, sí señor. No es para menos XD
Las bolsas reutilizables son un invento cojonudo, desde luego.
Espero que ese enfado por la bolsa reutilizable quedase en lo más profundo de tu ser y no lo exteriorizases con tu santa madre. O sí lo has hecho y por eso escribes este post de arrepentimiento. ;)
Ohh pobre madre! encima que te regala naranjas, así le pagas.
Malo, más que malo.jajajajaj
que fuerte Fede no me esperaba esto de ti.... que fuerte... me has dejado sin palabras pero no te preocupes.... que ya se hara grande mi ahijado.. que veras... vas a comer naranjas siii pero la corteza....
Veronica
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