Cada miércoles un cuento en El Estafador

lunes, 7 de marzo de 2011

Bocazas

Creo que ya he hablado varias veces sobre mi tendencia a decir cosas inconvenientes en el momento inconveniente y delante de gente inconveniente. Tengo el tema más o menos controlado fuera de cosa, no así dentro. Sin ir más lejos, hace un par de semanas les dije a los gremlins que el 10 de marzo llegaría una delegación familiar directamente desde Gijón, nuestra ciudad favorita. No debería habérselo dicho tan pronto, no por nada, sino porque todos los días cuando se levantan preguntan si ya es día diez y se enfadan mucho porque no lo sea. Se enfadan conmigo, faltaría más.

Hoy he vuelto a meter la pata. Hace ya tiempo que no escribo en el ordenador de sobremesa. Por dos razones. (1) A veces me dejaba el documento en el que estaba trabajando abierto y cuando los niños se ponían a jugar o ver vídeos en youtube, les molestaba y lo cerraban sin ningún cuidado. Nunca sucedió nada grave pero algún que otro susto gordo sí me llevé. (2) Bubeo mucho en internet. Bubear es un verbo que hasta donde yo sé es propio de La Mancha y quiere decir ir y venir de aquí para allá perdiendo el tiempo. Si estoy con un ordenador conectado a la red hago lo de la viñeta de abajo y no trabajo nada:



Así que me pasé a trabajar en el netbook. Me viene bien porque se ajusta mucho a la escritura de guerrillas que debo practicar. Que tengo que vigilar cómo se cuece el arroz, me pongo en la mesa de la cocina a escribir. Que me piden que vea la tele con ellos, me llevo el portátil a la salita. Que no me tengo en pie, me acuesto con él y reviso lo último que he escrito. (A lo mejor hay alguien al que este párrafo le haya parecido romántico o algo así... pues no lo es. Molaría más poder escribir con orden y concierto pero hay lo que hay.)

Hasta hoy los niños no le habían hecho mucho caso al netbook, más que nada porque no lo tengo conectado a internet, que es lo que les gusta a ellos. Pero este mediodía he pillado a Darío aporreando las teclas del ordenadorcito con la novela abierta de par en par. Casi me da un patatús. Y, agobiado, he tenido una salida que es para hacérmelo mirar. Cuidado, he dicho, no lo toquéis que ese ordenador se come las manos de los niños. Para rematar la jugada, lo he cerrado haciendo una onomatopeya de comer. Ñam, ñam. Para qué quiero más. No creo que haga falta que os diga que ahora están todo el tiempo toqueteando el netbook a ver si es verdad que muerde.

Y ahora una canción de tener la boca cerrada:




PD: La viñeta es de Mauro Entrialgo.

6 comentarios:

Fátima Casaseca dijo...

jajajajajjajajaj

Joserra dijo...

jajajajjaja...ñam, ñam...dios en que mundo vivimos, estamos locos, voy a ver si posteo la entrada del link que me envio por facebook el del retwitteo...joder somos idiotas! jajajjaja
Abrazos

P.D: Mikel Muñoz , autor del libro de The Band me ha animado a pensarme escribir un book de soul...ya sabes que te toca el prólogo, si me animo...jajajjaja...
¿uno de gemas del soul, qué tal?

JL dijo...

jeje, A nosotros nos pasa lo mismo, hay que llevar mucho cuidado con lo que les dices a los niños. No se olvidan nunca y siempre comprueban...
Un abrazo

elhombreamadecasa dijo...

Mamá Española en Alemania, iba a decir que me alegran tus risas pero suena algo cursi ¿no?

Joserra, venga ese libro pero que ya mismo. Uno de gemas del soul es buena idea, sí.

JL, lo suyo sería no alterarse cuando tocan algo delicado para no llamar su atención pero hacen falta unos nervios de acero.

elhombreamadecasa dijo...

Joserra, es que estoy con lo del libro en la cabeza, ¿y un libraco somo los que ha escrito Ted Gioia sobre el Blues y el Jazz?

Joserra dijo...

Federico el soul es mi movida...gemas del soul..jajajja.