Cada miércoles un cuento en El Estafador

lunes, 28 de febrero de 2011

Empanadillas a la manera de Espinardo (receta)

En un comentario a la entrada anterior, Papalobo (acabo de ver que Lulu también) se mostraba interesado en saber cómo se hacen las empanadillas en Espinardo. En realidad es un secreto pero para que os acabéis enterando por ahí de boca de cualquiera, ya os lo cuento yo. Ahí va:

INGREDIENTES (4-6 personas)

  • 2 docenas de obleas para empanadillas, de las que venden ya hechas (salen buenas y no hay que andar liados con la harina y las proporciones)
  • 2 huevos
  • 1 lata de tomate frito (la de Hacendado sirve y si no, la de Hida)
  • 2 laticas de atún

La cebolla y los guisantes le dan un punto muy interesante pero suele pasar que a los humanos de pequeño tamaño no les gustan y empiezan que si quítame lo verde, que si yo no como cebolla... Así que cada cual se apañe con esto como pueda.

UTENSILIOS

  • Cazo para hervir los huevos
  • Fuente para mezclar los ingredientes
  • Tenedor para darle esa forma molona a los bordes de las empanadillas
  • Máquina de dotar vida. Ya sabéis, una de esas llenas de dinamos, bujías, botones, palancas y filamentos de toca clase. Aquí me vais a permitir que os dé algún consejo comercial. Si tenéis previsto usar esta máquina solo una vez, es mejor pedirla prestada a algún amigo que la tenga, más que nada porque son muy caras. Pero si optáis por comprar, más vale que recordéis eso de que lo barato sale caro. La mejor marca, sin discusión, es V. Frankenstein, llevan más de cien años fabricándolas y su calidad es máxima. Además, las hacen en distintos tamaños, apra todas las cocinas. Si no podéis afrontar un desembolso alto, ACME fabrica unas máquinas de dotar vida de gama media que, bueno, no dan mal resultado y la relación calidad precio es aceptable.

PREPARACIÓN

Se cuecen los huevos en un cazo con agua hirviendo. Yo siempre los dejaba 20 minutos pero desde que descubrí los huevos mollet, solo los cuezo 8 minutos.

Troceamos los huevos y los mezclamos con el atún y el tomate frito.

Extendemos las obleas en una superficie lisa. Colocamos un poco del relleno en el centro de la oblea, la cerramos en forma de media luna y apretamos los bordes con un tenedor.

Queda muy bien pintarlas con un poco de yema cruda de huevo, eso hará que tras pasar por la máquina de dotar vida, cojan un color muy apetitoso.

Por último, se colocan las empanadillas en la máquina de dotar vida. Normalmente estas máquinas suelen llevar una especie de bandeja-camilla graduable y bastante amplia. Se enchufa la máquina a una enchufe de fuerza y se activa. Se recomienda guardar las distancias porque es habitual que salten chispas.

Una vez que la máquina ha hecho su labor, las empanadillas están vivas y listas para ser comidas.

SUGERENCIA DE CONSUMO

Cuanto antes se coman las empanadillas después de pasar por la máquina de dotar vida, mejor. De esa forma se mantendrán todavía calentitas y no les daremos tiempo a que se den cuenta de que están vivas. Si pasara esto, sería un lío porque empezarían a corretear por la cocina, a suplicar que no te las comas... Puede llegar a ser muy desagradable.

Bon appetit.

5 comentarios:

JL dijo...

Pues yo no sabía que lo que teníamos en la cocina es una máquina de dar vida, se ve que tampoco damos tiempo a nuestras empanadillas para que se den cuenta. La próxima vez me espero a ver que tal bailan.

Un saludo

Verónica dijo...

Uuummm!! Supongo que la mejor parte de comérselas tras salir de la máquina de dotar vida son sus chispirreantes y crujientes alaridos de dolor. AArrggg!!! :D

lobo dijo...

Jajaja, me río porque yo era de esos diminutos seres que ni comían cebolla ni nada verde...

Respecto a las máquinas de vida...yo es que soy fan de ACME (salvo para los abre-botellas, que ya estoy arto que me salte toda la cerveza a la cara, jejeje)

La Maripili dijo...

Acabo de conocerte gracias a Lulu, reciente seguidora de mi blog....
Encantanda, hombreamadecasa, imagino que eres una especie en extinción, de ahí que tu blog debería estar guardado bajo 7 llaves!.
Al leer este post me he acordado de las empanadillas que nos hacían las monjas en el comedor:
Las obleas no estaban cerradas, estaban fritas por separado como si fueran ovnis y entre oblea y oblea, los marcianitos (el huevo, atún, cebolla y de todo lo que odiábamos los humanos pequeños)
Las empanadillas, el bombón de helado que nos daban el día de santa joaquina (patrona del cole y único postre dulce del año) y las lentejas con tenedor, son recuerdos que no se borrarán de mi mente por muchos años que viva.....

Me encanta tu blog, y estoy de acuerdo contigo, el bestiario también es mi preferido, aunque las aventuras y desventuras de la familia click me han tenido enganchada durante una horita hasta que me las he leído enteritas!

Lulu dijo...

Creo que probaré a hacerlas, pero lo de comprar la máquina de dotar vida, es otro cantar. Compramos hace casi un año la "máquina de dejarte la cuenta del banco tiritando" y no creo que mi medio limón esté dispuesto a hacer más inversiones culinarias. Que conste que estoy contentísima con el "parato", pero el pastizal que vale, ya les vale.