martes, 25 de enero de 2011
SkandalKonzert
Me encanta el concepto de SkandalKonzert. Me imagino a la alta sociedad vienesa reventando un teatro por quítame ahí ese do sostenido. Algunas cosas se merecen una buena pelea, sí señor. Quién me iba a decir a mí que el domingo pasado viviría un SkandalKoncert en primera persona.
Estábamos en casa agobiados ante la perspectiva de otro día más encerrados entre consolas y ordenadores. Hacía mucho frío y lo de salir a dar una vuelta con la bici o actividad similar, no atraía nada. Entonces Mercedes vio que en el auditorio Víctor Villegas había un concierto de música clásica con cuento o un cuento con banda sonora de música clásica o algo así. Y allí que nos fuimos.
Como somos muchos los padres desesperados en busca de cosas que hacer con nuestros hijos y es cultísimo y molonísimo llevarlos a escuchar música clásica, nos encontramos con un montón de gente a la entrada. Había dos colas: una larga para recoger invitaciones y otra corta para pagar entradas en las que estaban dos o tres pringados más y nosotros.
El auditorio estaba lleno a reventar y conseguimos entradas de paraíso. Las tres o cuatro veces que he estado en el paraíso de ese auditorio, he maldecido a más no poder eso de la corrección política. ¿Qué paraíso ni qué ocho cuartos? Pero si eso es el gallinero de toda la vida.
Con el retraso mediterráneo de rigor, el narrador dio comienzo al acto. Podía haber presentado lo que iba a pasar sin más complicación pero la mayoría de los adultos suelen hablar a los niños cargandos sus frases de juicios de valor. No bastaba con decir que escuchar e imaginar un cuento como ellos lo iban a hacer era fenomenal. Había que añadir que es mucho mejor que ver las pantallas planas y la tele y bla bla bla. No me extraña que la mayoría de niños acaben siendo adultos amargados.
La cosa empezó floja y siguió flojeando conforme avanzaban la narración y la música. Pequeños indicios hacían prever la catástrofe. Padres que deben desconocer lo que es ir con niños, chistaban sin parar exigiendo silencio sepulcral. El auditorio, del que teníamos una vista privilegiado desde el paraíso, empezó a vibrar con un bullicio de hormiguero. Niños descontrolados iban de un sitio a otro. Los instrumentos de los músicos empezaron a caerse en pedazos retumbando con estruendo metálico. Las luces empezaron a apagarse y encenderse. Algún niño está jugando con los interruprores, supuso Mercedes. La musiquilla de un o dos Nintendo se mezcló con la de los violines.
Pero el desastre sobrevino cuando subieron siete niños al escenario. Cada uno se llamaba como una nota musical y se presentaba diciendo qué música le gustaba más. Entonces, la orquesta intentaba tocar algo de ese estilo musical. Al cuarto o quinto niño le gustaba el rock. Un trombón apático atacó (es un decir) el riff de Smoke On The Water. La cosa fue tan triste que se desató el escándalo. Alguien silbó como en un concierto de estadio, otros abuchearon, algunos niños fueron lanzados al escenario derrumbando a los músicos como si fueran bolos, algunas madres perdieron los nervios y empezaron a picársela a ver quién hacía mejor el Smoke On The Water en guitar air, los percusionistas de la orquesta aprovecharon el escándalo para hacer lo que siempre habían deseado: usar los tambores como camas elásticas, algunas vilonistas resolvieron sus diferencias, por fin, arco en mano, el narrador empezó a chillar como un loco que tomáramos azúcar moreno que era más sana, alguien enchufó la DS a un ampli y la musiquita de Mario tronó en ese santuario de la alta cultura...
Cuando todo parecía perdido, una de las azafatas, conocedora de la idiosincrasia murciana, dijo por megafonía que en el exterior del auditorio estaban dando algo, lo que fuera, gratis, y la gente desalojó en un visto y no visto.
Madre mía, uno de los mejores conciertos de mi vida.
PD: La ilustración de arriba la he sacado de aquí.
PDII: Las pantallas planas son el demonio pero los duendecillos del cuento viajaban saltando de seta en seta. ¿De qué me suena a mí eso?
Publicado por
elhombreamadecasa
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3 comentarios:
Nosotros somos abonados a los Conciertos en Familia de la OSRM desde hace 3 años y me da que el domingo pasado no estuvimos en el mismo concierto que vosotros...
Nosotros disfrutamos mucho el concierto. Al ser una obra creada expresamente para la programación de los Conciertos en Familia permitía a la orquesta lucirse (es la unica vez que he visto cuatro percusionistas) y a los niños aprender muchas cosas. En esta ocasión la lección magistral para mi hijo fue poder comprbar que una sinfónica puede tocar otros tipos de música además de la clásica.
De todos modos, coincido contigo en algunas críticas -15 minutos de retraso me parece exagerado aunuqe también he de decir que nunca han empezado tan tarde y Tristante será buen escritor pero mal narrador, que nohabía manera de seguirle el ritmo-, pero para mí fue un buen concierto.
Enhorabuena por tu blog. Esperamos noticias del Comando Chuche!!
Irka, Mercedes dice que ella también estuvo allí y que las cosas no sucedieron como las recuerdo. No sé si empezar a preocuparme. Respecto al Comando Chuche, hemos entrado en una fase negociadora con las autoridades educativas del cole y estamos consiguiendo resultados satisfactorios. Ya informaré.
¿Frío en Murcia? Muchacho... que eso no es frío... que eso es un fresquito saludable.
Por cierto ¿cuando dices que es el próximo concierto?
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